Debemos tener la
cabeza fría y adelantarnos a los acontecimientos. En Venezuela se viven
instantes de gran tensión socio-política que nos hace temer un dramático
desenlace. Tal y como ha sucedido en otros casos a través de la historia se
espera que aparezca un redentor venido del cielo que restablezca la armonía y
la prosperidad. Poniendo los pies en tierra la facción más revolucionaria de
las Fuerzas Armadas es la única capaz de encabezar un gobierno de salvación nacional-
quizás apoyado por un sector progresista de la sociedad civil o el PSUV.
En un ambiente tan
polarizado es difícil un acercamiento entre el oficialismo y la oposición. Lo
más seguro es que en las próximas semanas se recrudezcan las protestas, los
choques entre las “guarimbas” y la policía bolivariana porque los manifestantes
se lanzan a la calle decididos a desahogar su rabia en un claro intento por
desestabilizar aún más al gobierno. Entramos en una fase de guerra fratricida
que deja un número indeterminado de muertos, heridos y arrestados.
La oposición a Maduro
representada por la Mesa de Unidad Democrática -que domina la Asamblea Nacional
(considerada el enemigo interno)- exige su renuncia y elecciones anticipadas. “Que la voluntad popular decida el futuro
del país”. Pero estamos ante un callejón sin salida y por eso el
presidente Maduro -cuya popularidad está
por los suelos- necesitaba legitimarse en el poder convocando una Asamblea Constituyente y así alejar el
fantasma del referéndum revocatorio (La oposición se negó a participar en esta
“mascarada”) Derogar la constitución vigente es algo que muchos veteranos
chavistas reprueban pues lo ven como una afrenta a la memoria del extinto
comandante Hugo Chávez.
Si se diera un golpe cívico-militar chavista contra
Maduro sin duda alguna el autor o los autores serían aclamados y
bendecidos por la mayor parte de la población. Pasarían a ser considerados como
los salvadores de la patria. ¿Quizás en estos momentos se esté fraguando un
golpe en los cuarteles o en el mismísimo palacio de Miraflores? ¿Quién sabe? Talvez
se le obligue al presidente a que firme una renuncia voluntaria para evitar su
derrocamiento y por ende su humillación. El hecho es encontrarle una salida digna
y honrosa al “hijo de Hugo Chávez”.
Si Cristo fue vendido por Judas (su apóstol predilecto) a los romanos por 30
piezas de plata ¿por qué no puede suceder algo parecido con Maduro? No sería un
golpe de tipo reaccionario o fascistoide sino más bien un “relevo por imperativo legal” propiciado por el ala más
izquierdista del chavismo en confabulación con distinguidos personajes de la
sociedad civil o del partido PSUV.
Lo que demuestra esta profunda
crisis es que la figura del comandante y
jefe Hugo Chávez es irremplazable. La apuesta por Maduro ha sido un
rotundo fiasco pues no ha sabido administrar su herencia. Y ese
Judas que venda a Maduro -como sucedió con Jesucristo- es alguien muy
próximo a su círculo íntimo. Quizás un alto mando de reconocido prestigio que
indignado se rebele al contemplar impotente cómo se derrumba la gloriosa Revolución
Bolivariana. Está en juego la supervivencia del socialismo del siglo XXI que ha llegado a extenderse por distintos
países de Latinoamérica (Argentina, Brasil Ecuador, extinto ya; Bolivia, Nicaragua y Cuba aún pervive). Sin
olvidar la creación de organismos tan importantes como el ALBA y la UNASUR o la CELAC.
Maduro empieza a ser
visto por el chavismo más radical como una figura incomoda y problemática. Se
ha convertido en un lastre que hay que sacarse de encima antes de que todo se
vaya al garete. Es un personaje ya sin jale electoral obligado a atrincherarse
en el Palacio de Miraflores a la espera
de que cese la “aciaga tormenta”. Porque presumiblemente lo que se viene encima es una
intervención militar dizque “humanitaria” por parte de los EEUU y sus aliados
regionales. Algunos analistas piensan que puede ser algo muy parecido a lo
ocurrido en playa Girón en Cuba 1961, es
decir, una invasión contrarrevolucionaria
integrada por soldados y oficiales desertores o traidores.
Tras el hipotético
golpe (“amigo”) lo más seguro es que la primera medida que se adopte sea la
convocatoria de elecciones libres en un tiempo prudencial (Tal y como lo exige
igualmente la Mesa de Unidad Democrática) El
Desmontar la Asamblea Nacional
Constituyente dirigida por Daisy Rodríguez y el Consejo Nacional Electoral
es otra de las cuestiones a resolver. En las elecciones del 2018 Maduro se enfrentó
al ex chavista Henri Falcón de la
Avanzada Progresista y al pastor evangélico y empresario Javier Bertucci por Esperanza de Cambio sin que participara
la oposición representada por la Mesa de Unidad Democrática -según éstos
para no legitimar un fraude que perpetúe
a Maduro. También no hay que descartar una amnistía de los presos políticos
como un gesto de buena voluntad hacia la oposición. Es prioritario restablecer
la paz social y calmar la presión de los países occidentales (bloque EEUU- UE).
A ciencia cierta estas elecciones derivarán en el triunfo de la derecha más
retrograda y reaccionaria pro yanqui. Lo que significará con certeza un largo
periodo- talvez de lustros, décadas ¿siglos?- bajo su dominio.
¿Quién sostiene a
Venezuela? Por paradójico que parezca hasta hace bien poco EEUU le seguía
comprando petróleo al gobierno e, incluso, vendiéndole ante la escasez de crudo.
Goldman Sachs también compraba bonos a la petrolera estatal PDVSA que le permitía un respiro ante
la grave crisis de liquidez. Una valiosa contribución del “imperio” que ayudaba
a mantener a flote la maltrecha economía. El que paga la factura de petróleo a
Venezuela es EEUU. Pero las sanciones impuestas por Donald Trump, congelando las cuentas de la filial CITGO y el dinero de sus exportaciones que
será depositado en fideicomiso (para transferirlo al gobierno paralelo de
Guaidó) hace aún más sangrante el bloqueo. Los fondos confiscados en el
exterior se cifran en millones y millones de dólares.
Si el barril de
petróleo cae por debajo de los 50 dólares la situación se pondrá bastante
peliaguda. Sus únicos valedores con peso específico son Rusia y China a los que debe pagarle su apoyo incondicional a base
de petróleo, oro, diamantes, coltán y otros minerales estratégicos (hierro,
carbón, bauxita, cobre) Lo difícil es que estas potencias se comprometan en la
defensa de la soberanía de Venezuela teniendo en cuenta que sus bases militares
más cercanas se hallan a miles y miles de kilómetros de distancia. La doctrina Monroe de América para los
americanos -que se hizo patente en la crisis de los misiles nucleares en Cuba 1962-
precisamente se instauró para impedir que potencias foráneas puedan intervenir en
la zona de influencia norteamericana. Aquí lo que manda es el Destino Manifiesto que es una de las características
fundamentales del expansionismo imperial yanqui otorgado por la voluntad divina.
Cuba, Bolivia o Nicaragua, como aliados
más cercanos, poco pueden hacer en estos momentos en que el cerco político y
económico es masacrante.
El trágico caso de
Venezuela nos es un hecho aislado sino que se circunscribe a la nefasta
situación socio-económica que golpea muchos países de América Latina.
Parte del desfalco de
PDVSA -cifrado en más de 2.000 millones de euros en comisiones ilegales- se pagaron a funcionarios y empresarios
próximos al chavismo en bancos en Andorra.
Un caso que está siendo investigado por la Audiencia
Nacional de España que acusa a 35 funcionarios chavistas de blanqueo de
capitales. De ahí que estemos tan solo ante un pequeño ejemplo de los múltiples
casos de corrupción que empiezan a ser investigados por los tribunales de
justicia. ¿Dónde están los testaferros?,
¿cuáles son los paraísos fiscales en los que depositaron su botín? Que se
revelen las cuentas bancarias secretas de la nomenclatura traidora. La
corrupción ha permeado todas las instituciones del estado: el Banco del Pueblo,
corrupción; el Banco de las FFAA, más corrupción; el Banco de los Obreros,
corrupción; el Banco del Alba, más corrupción ¿Este es el socialismo del siglo
XXI? Se dedican a robar a manos llenas y engañar de la manera más descarada a
sus bases, a sus militantes para hacerles creer que defienden la “democracia y
la libertad”. Es muy tarde ya para regenerar
el sistema y limpiarlo y tan solo les queda utilizar la táctica de las fake news para negar todas las
acusaciones. El latrocinio supera incluso a Odebrecht que es el escándalo más grande de corrupción y de
sobornos de América Latina. Todo es una mentira absurda, no hay producción, ni
productividad, solo desnutrición y hambre.
El bloqueo impuesto por
los gobiernos hostiles, los empresarios, inversionistas, multinacionales no persigue otro propósito que derrumbar el régimen
de Maduro ¿quién puede competir contra el monstruo capitalista neoliberal y
privatizador que domina la economía mundial? Gobierno que ose contradecir el rumbo que
marcan las directrices del FMI o el Banco Mundial o el BID corre el riesgo de caer en la ruina más
espantosa. Los impagos de la deuda externa venezolana que se estiman en 150.000.000 de dólares hacen que las
perspectivas de futuro sean aún más pesimistas. Hace unos meses las agencias calificadoras de riesgo le
bajaron la nota a Venezuela a C negativo. Con
la caída en estos últimos 4 años del PIB al 34% han perdido toda la confianza
del sistema financiero internacional. Paradójicamente Goldman Sachs y China están comprando bonos de deuda venezolana -mejor
conocidos como “bonos de hambre”-
por 800 millones de dólares que cuando caduquen dentro de 5 años se convertirán
por arte de magia en 2.800 millones de dólares. Maduro espera ilusionado que para
entonces el barril de petróleo sobrepase nuevamente los 100 dólares.
¿Economía colectivista
bolivariana (propiedad del pueblo) o el
libre mercado capitalista (propiedad individual privada)? El hecho irrefutable es
que la industria venezolana tiene un tremendo déficit de producción que le
impide abastecer la demanda interna por falta de insumos y materias primas. Es
por ello que en los últimos quince años
han tenido que cerrar más de 500.000 empresas. La falta de competitividad es
el sello de perdedor neto en el contexto de la economía globalizada. Además teniendo
en cuenta la política de expropiaciones, nacionalizaciones, y ocupación de tierras (más de cinco millones
de hectáreas productivas han sido expropiadas)
llevadas a cabo por el chavismo confirma que el principio de legalidad
no se respeta. Un inversionista no va a
arriesgar su capital si no se le ofrecen las más mínimas garantías de
estabilidad económica y financiera. La responsabilidad jurídica ante los
inversores extranjeros -que principalmente son de EEUU y La UE- es
imprescindible para mantener en alza los índices de crecimiento. Si no se ciñe
a los principios básicos de la sociedad de consumo capitalista se tendrán que
atener a las más dolorosas consecuencias. Producir para consumir es la máxima.
Los CLAP (Comité Local de Abastecimiento y
Producción) se encargan de distribuir (semanalmente) las raciones de comida de
la cesta básica a 6 millones de hogares
venezolanos. Maduro afirmó que “es una revolución del sistema distributivo,
que es donde tenemos penetrado el capitalismo parasitario, bachaquero,
especulador y criminal” Esto no es más que un mecanismo de dependencia directa o
de beneficencia que permite al estado crear una red clientelar dócil y sumisa
que luego deposite en las urnas un voto favorable al oficialismo. Para
reactivar la economía no existe ningún plan concreto o factible a corto plazo
así que tendremos que asistir a una lenta agonía que hará aún más critica la insatisfacción
de las clases populares y por consiguiente la represión policial.
El mercado internacional de
alimentos está dominado por empresas multinacionales que se niegan a venderle
productos a Venezuela pues sus impagos se cifran en millones y millones de
dólares. Estas empresas capitalistas que se rigen por la ley de la oferta y la
demanda no otorgan créditos a morosos y menos a un régimen “comunista” al que
no le guardan ninguna simpatía. Contra el bloqueo no queda más remedio que resistir
y tratar de implementar otras opciones como las cadenas agro productivas para
enfrentar la emergencia social. La dependencia de las importaciones limitó la
oferta de alimentos por la restricción de divisas para adquirirlos. Es
fundamental la creación de empresas estatales de abastecimiento para garantizar
la seguridad alimentaria. Aunque la mayoría de las industrias públicas cuentan
con equipos obsoletos, averiados y sin repuestos. En los últimos años se han
perdido por el bloqueo y la persecución financiera de los EEUU más de 35.000 millones de dólares.-según el
Ministro de Relaciones Exteriores el señor Arreaza.
“No es bloqueo, es corrupción”-replica
Guaidó. Las expectativas no pueden ser más alarmistas; el déficit público se
dispara, la recesión es imparable, la hiperinflación infinita y para rematar
PDVSA agoniza desahuciada. La corrupción golpea todos los estamentos del
gobierno y de las FF.AA y el sistema
corre el riesgo de implosión.
La revolución bolivariana es mucho más urbana que
rural.
Incomprensiblemente se ha desentendido de los campesinos que están condenados a
emigrar a los tugurios de las grandes ciudades (Donde hoy se concentra más del
70% de la población) En Venezuela solo el 5% de la población trabaja y produce
alimentos para que sean consumidos por el 90% restantes, demostrando así el
fracaso de la Gran Misión Agro Venezuela.
La ecuación es muy simple: campesinos transformados en mendigos, sus hijas en
prostitutas y sus hijos en hampones.
Ante el creciente
desempleo y los bajos sueldos la única alternativa es dedicarse a los negocios
ilícitos. El contrabando es una salida exitosa y muy rentable. Se calcula que a
Colombia entran clandestinamente 100.000
barriles de petróleo diarios a través de los 2.200 kilómetros de frontera
muy difíciles de controlar. Todos los guardias, policías fiscales y aduaneros son
propensos a ser sobornados porque si los altos mandos de la noche a la mañana se
enriquecen ellos no van a ser menos. Los
grupos delincuenciales de las BACRIM
(de Antioquia y Santander) o “Megateo” ex FARC se encargan de administrar este
tráfico ilegal con un margen de beneficio del 2000%. El contrabando es la
principal herramienta del lavado de dinero negro. Al “pitufeo” hay que sumarle
los alimentos subsidiados, especialmente la carne, arroz, aceite o harina. Cúcuta se ha ganado el título de
capital del contrabando, de la prostitución, el tráfico de droga en Colombia y
es la directa culpable de la escasez de productos en Venezuela. Muy al
contrario de lo que se cree la frontera no está cerrada pues por allí ingresan
a partir de altas horas de la noche cientos de camiones que abastecen con
productos básicos las bodegas del gobierno venezolano. Mientras que la ayuda
humanitaria sigue bloqueada y sin ninguna posibilidad de que pueda sino es
mediante el uso de la fuerza. Con esto se demuestra que existe una complicidad
entre empresas colombianas y el chavismo a pesar de que los dos países
supuestamente son acérrimos enemigos.
El aparato productivo local
es nulo y el desabastecimiento tan severo que obliga a la mayor parte de la
población a hacer largas colas en los almacenes de abarrotes o supermercados donde
tienen que identificarse mediante su huella digital (biométrico) para adquirir
los productos de primera necesidad (solo se entregan semanalmente) Se han tenido
que tomar estas medidas para intentar detener el contrabando que propician las
mafias de “bachaqueros” y
especuladores que prefieren vender los productos en Colombia donde pueden sacar
un 100% de beneficio de su valor original. Estamos asistiendo a un inclemente y
despiadado negocio de las mafias que son las que se llenan los bolsillos a
costa del sufrimiento del pueblo. El mercado negro igualmente contribuye al
alza de los precios y a aumentar la inflación. La rutina diaria no puede ser
más deprimente y de nada vale el idealismo revolucionario o las consignas de
¡patria o muerte! ¡Hasta la victoria, siempre! ¡Venceremos! cuando no se
satisfacen los instintos básicos. “No necesitamos ayuda humanitaria porque
somos autosuficientes. No se aceptan limosnas” –aduce Maduro. Pero los planes
de Washington son bien distintos pues están decididos a intervenir desde
Colombia ante la emergencia social.
Y así van pasando los
años y el panorama no cambia y la miseria aumenta sin que haya visos de que se
resuelva este humillante vía crucis.
A la escasez hay que sumar los cortes de luz, la falta de agua y en las
próximas semanas el desabastecimiento de gasolina. Muchos venezolanos ante tan
masacrante crisis económica, la inseguridad (Caracas es una de las ciudades más
peligrosas del mundo) el desabasto y la falta de perspectivas de futuro los
obliga a emigrar hacia los países vecinos en busca de una salida digna a tantos
quebrantos. Y es que no se puede ocultar una realidad tan desgarradora: la
clase obrera depauperada, los funcionarios públicos sin cobrar los sueldos, los
trabajadores, los estudiantes, los profesionales desesperados, una población
activa que representa un capital humano de incalculable valor desperdiciado por
completo.
Venezuela ni siquiera
se ha planteado la transición de los recursos naturales no renovables a los
renovables (tan en boga en los países más industrializados del planeta) El
gobierno chavista continua con una mentalidad del siglo XX despreciando por
completo las energías alternativas más limpias y armoniosas con el medio
ambiente. Venezuela cuenta con las emisiones de CO2 de las más altas del mundo y una
contaminación ambiental de carácter crónico. Quizás el ejemplo más desgarrador
sea el caso del golfo de Maracaibo
que a raíz de las plataformas petrolíferas, los complejos petroquímicos y los derrames
de crudo ha provocado uno los ecocidios
más brutales en todo el continente americano.
Venezuela cayó en la
trampa del fenómeno denominado por los economistas como “enfermedad holandesa” que define la maldición de la bonanza
petrolera cuya consecuencia es el aumento pronunciado de las importaciones a
raíz de la revaluación de la moneda nacional por la abundancia de divisas. Si
el dólar es barato, las importaciones aumentan y tiende a destruir la capacidad
de producción agropecuaria e industrial. Este monocultivo que se mide por los
millones de barriles de petróleo extraídos diariamente ha condenado al desastre
más ruin de la economía nacional sin que se hayan tomado medidas de choque para
prevenirlo. Hoy la producción diaria de petróleo en Venezuela es de 1.127.000
barriles (que representa el 96% del PIB y
el 98 % de sus divisas) mientras en 1998 se producían 3.120.000 de
barriles. Venezuela confió su futuro al desarrollo de la industria petroquímica
sin prestarle atención a otros renglones como el industrial, agrícola,
ganadero, pesquero, etc. El campo venezolano, de tierras fértiles pero
abandonadas, debería ser el motor económico del país.
El boom petrolero de
1973 trajo consigo la contracción en la producción agrícola. No se hicieron los máximos esfuerzos por
salvaguardar la soberanía alimentaria y este lamentable error los conduce a la autodestrucción. En los
años setentas -gracias a la renta petrolera- Venezuela importaba -especialmente
desde EEUU- los productos más variados en el rubro de la alimentación, ropa,
electrodomésticos, automóviles o artículos de lujo. El
nuevo dorado del oro negro atrajo a millones de inmigrantes venidos desde
distintos países de Suramérica deseosos de participará en la orgía de los petrodólares.
El estamento militar
es el principal pilar del régimen de Maduro y por lo tanto se reserva el
derecho de administrar las empresas estatales expropiadas: PDVSA, las minas
diamantes, de oro, el coltán, cobre, etc. Los jefes y oficiales de las FF.AA hacen
parte de la nueva élite oligárquica revolucionaria acostumbrada a moverse en helicópteros,
camionetas blindadas o en jets ejecutivos,
mientras los soldados-parias ganan unos 4 dólares mensuales. Se intenta
presentar a Venezuela como una potencia armamentística preparada para enfrentar
cualquier amenaza exterior (imperialista), los cuarteles se mantienen desde
hace meses en estado de alerta, las tropas realizan ejercicios tácticos de
fuego real, por todas partes exhiben aviones, tanques, cañones, misiles (arsenales
bélicos proporcionados por Rusia y China) Los comandantes de las unidades
confiesan que están preparados a rechazar cualquier agresión contra el suelo
patrio. “Para defender el derecho a la paz es necesario armarse” Armas por
petróleo, armas por oro, por supuesto.
Buena parte de La
izquierda ingenuamente todavía piensa que la Revolución Bolivariana es la
vanguardia mundial del proletariado. Los periodistas más críticos afirman que
la muerte de Chávez se podría considerar el certificado de defunción del socialismo
del siglo XXI. Tanto es así que sus asesores más comprometidos con el proyecto
bolivariano -como es el caso de la
cúpula de Podemos en España- han reconocido “la nefasta situación económica
y social de Venezuela”. Ellos mismos hace unos años que la tenían como “referencia
fundamental para los pueblos del sur de Europa”
Los estudiantes de la
universidad pública y privada y hasta de los colegios de secundaria que
generalmente se inclinan por la ideología izquierdista en Venezuela hacen parte
de la oposición al régimen. Todos están convencidos que luchan contra una
dictadura y defienden la acción directa al estilo anarquista para derribarla.
“el régimen reprime brutalmente las protestas pacíficas y envía escuadrones de la
muerte a masacrar al pueblo que solo clama libertad” Muchos se inspiran en el
movimiento estudiantil de izquierdas surgido en la Universidad Central durante
la dictadura militar del coronel Marcos Pérez Jiménez. Los estudiantes de la
protesta anti Maduro, se inclinan por el neoliberalismo, son partidarios de
privatizaciones y la economía de mercado. De otro lado se encuentran los
estudiantes pobres de las universidades públicas más afines con el chavismo
pero igualmente maltratados por la crisis social y que posiblemente también tomen
partido por la insurrección. El ultimátum que se le ha dado a Venezuela no solo
proviene del exterior sino también de sus propios ciudadanos rendidos y
agotados. El cerco al régimen es demoledor: el embargo de las cuentas
corrientes y propiedades en los EEUU de los más importantes líderes y
funcionarios. Y no solo eso sino que se les intervienen y bloquean la telefonía
celular, las redes sociales de Twitter, Telegram, WhatsApp o Instagram.
No obstante los
dirigentes disfrutan de un tren de vida espectacular donde todos sus deseos se
cumplen con tan solo frotar la lámpara maravillosa de Aladino. En sus lujosas residencias las alacenas están muy
bien abastecidas con alimentos importados y de las mejores marcas para
satisfacer los más exquisitos paladares. No falta, la langosta, la carne o el
caviar, los licores de primera categoría el whisky o el champagne. Porque en
medio de la miseria y el hambre existe una clase privilegiada de alto poder
adquisitivo que se aprovecha de las inmensas prebendas con las que el régimen
premia su fidelidad. Entre los que hay que resaltar la nomenclatura, la
burocracia y el funcionariado o los altos mandos de las fuerzas armadas que no
se priva de los más excéntricos caprichos. La “boliburguesía”
chavista ha invertido millones de dólares en EEUU o Europa en la compra en apartamentos
de lujo, mansiones, carros de alta gama o joyas. Que se haga pública cuál es la
fortuna de María Gabriela embajadora
alternativa de Venezuela ante las Naciones Unidas en París, hija del extinto
Hugo Chávez cuya fortuna se insinúa puede sobrepasar los ¡4.000 millones de
dólares!, la otra hija Rosines le
gusta hacerse fotos con las manos llenas de dólares, mientras los hijos de la
primera combatiente Cilia Flores Yoswal y Walter se gastaron 45.000 dólares
en una estadía de 18 noches en el hotel Ritz de Paris, a lo que hay que añadir las fiestotas y las compras en las tiendas de
lujo, Daniella, la hija de Diosdado Cabello, que se cree una diva,
maneja tremenda cuenta corriente que le trasfiere su papa para que viva a
cuerpo de rey junto a su novio el cantante Omar Acedo en New York. Nicolasito, hijo de Maduro, elegido
constituyente por el sector “trabajadores”, tampoco se queda atrás y es famoso
por sus travesuras como cuando en una fiesta en el gran hotel Meliá de Caracas se
le vio bailando bajo una lluvia de dólares.
Igualmente los hijos de la cúpula militar como Mitchell Padrino, el primogénito del ministro de defensa, y su
hermana Yarazetd se dedican a la
dolce vita en las discotecas más famosas y caras de Madrid. Evidentemente ellos
dicen que todo esto es falso, que son las consabidas fake news como parte de un
complot para desprestigiar la Revolución Bolivariana.
Para justificar todos
los desafueros se insiste en que el imperialismo -al estilo de lo que sucedió
en Libia o Siria- quiere destruir Venezuela.
Es parte de un discurso victimista y demagógico que intenta demostrar
que todos los males que padece el país son producto de agentes externos, de
terroristas que pretenden boicotear su economía y derribar un gobierno
legítimamente constituido.
Actualmente en
Venezuela existen dos parlamentos; una Asamblea
Nacional (dominada por los partidos “burgueses y pitiyanquis”) y una Asamblea Nacional Constituyente inventada
por el chavismo para boicotear a la oposición al no aceptar su derrota el 6 de
diciembre del 2015. Según ellos la violencia de las guarimbas amenazaba la paz
ciudadana y no les quedó otra alternativa que convocar al pueblo a las urnas
para que aprobara una nueva carta Magna (en reemplazo a la promulgada en1999). Algo que las facciones más fundamentalistas
del chavismo rechazaron por completo.
La Revolución
Bolivariana no se comprende sin Cuba pues ya desde el año 1994 Hugo Chávez y
Fidel Castro gestaron las bases de un proyecto revolucionario latinoamericano.
“Nosotros ya lo decíamos en los cuarteles militares de Venezuela: Cuba es un
bastión de la dignidad Latinoamericana y como tal hay que verla y como tal hay
que seguirla y como tal hay que alimentarla” Cuba es el país que mayor influencia
política tiene en el gobierno de Maduro y por lo tanto directamente implicado
en la resolución de este conflicto. Venezuela es el último eslabón del
castrismo que ha exportado su revolución por África y América Latina
especialmente en la época de la guerra fría.
Para la administración Norteamericana tras la caída de Venezuela el próximo
objetivo es “liberar y democratizar”
Cuba. Tal y como lo expresó Trump en su reciente discurso sobre el Estado de la
Unión: “los EEUU jamás serán un país socialista. Nacemos libres, y nos
mantendremos libres” -en referencia a la dictadura que él llama “castro-chavista”.
El pueblo ha perdido
la fe y la confianza en el socialismo del siglo XXI pues es desmoralizador
luchar por la supervivencia en un país que posee las reservas de petróleo
más grandes del mundo, las reservas de oro más grandes del mundo y ganar 10 o 15
dólares mensuales. Sin petróleo jamás se hubiera desarrollado la Revolución
Bolivariana y su expansionismo a nivel regional y continental. Maduro hace un
imperioso llamado a su pueblo para que resista y no baje la guardia ante el
bloqueo imperialista que amenaza destruir Venezuela y apoderarse de sus
riquezas. Pero la lucha diaria del pueblo no es contra los yanquis sino por
conseguir un trozo de pan o un vaso de leche. La pobreza y la hambruna son los
verdaderos enemigos a batir. Sin un empleo digno y con unos salarios irrisorios
solo quien tenga dólares fresquecitos puede adquirir alimentos o medicinas.
El gobierno de Maduro sufre un veto político y económico a nivel internacional (principalmente
en la OEA y MERCOSUR, y apenas se puede refugiar en el
ALBA y UNASUR) sus cuentas están
bloqueadas y encima las principales potencias occidentales le han dado la
espalda reconociendo al presidente provisional Guaidó. Sin ninguna duda que existe una conspiración internacional
para destruir la Revolución Bolivariana. Sus enemigos acusan al chavismo de ser
un serio peligro para la estabilidad de la región por los apoyos que brinda a la guerrilla colombiana del ELN o las disidencias de las FARC. Además de mantener vínculos con el narcotráfico
internacional y relaciones de amistad y cooperación con países ligados al
terrorismo como Irán, Siria y el
grupo libanés Hezbollah. Que se la
censura, cierre de periódicos o televisiones, que se recobre la libertad de
expresión y que regresen del exilio los políticos, los intelectuales,
profesores, artistas o empresarios.
Los opositores cuentan
con el respaldo de EE.UU, la UE, los países del grupo de Lima para consumar sus
maquiavélicos planes. Según Donald Trump y sus halcones Bolton, Abrams y Rubio “El castro-chavismo debe ser exterminado de la
faz de la tierra”. El imperio
capitalista ha decidido a demoler la revolución bolivariana. “Ni mediación, ni
diálogo, dimisión del usurpador y elecciones generales libres y limpias”-
reclama con vehemencia la oposición.
Se busca con urgencia
un militar chavista en retiro, de la disidencia o en activo en las filas de las
FANB que se sacrifiquen por el bien de la patria. - La operación
crucificar a Maduro se ha puesto en marcha. Vamos a ver cuál es el Judas que lo vende al mejor postor.
Carlos de Urabá 2019