La jaula

La jaula
por la emancipación de los pueblos

vendredi 28 février 2014

Egipto: El Mariscal Al-Sisi, el Pinochet del Nilo.


Parece que muchos hechos históricos irremediablemente se repiten aunque el escenario geográfico y cultural sea bien distintos.  ¿Qué tiene que ver  los Andes con el desierto egipcio?, ¿qué tiene que ver el río Mapocho con el Nilo?  Chile y Egipto son dos países que se encuentran en las antípodas sin ningún lazo en común pero ¿Cuál es el  desgraciado acontecimiento que los une?

Si analizamos el golpe de estado del 11 de septiembre de 1973 en Chile encabezado por el general Pinochet nos daremos cuenta que existen muchas analogías con el ocurrido cuarenta años después en Egipto.

El general Pinochet fue investido en el cargo de Comandante en Jefe del Ejército Chileno –con el visto bueno del general Carlos Prats que se lo recomendó a Allende- (que luego sería asesinado en Buenos Aires por los sicarios de la dictadura) tras una crisis gubernamental sólo tres semanas antes del golpe.

Luego del triunfo de las intifada egipcia en 2001 y el derrumbe de la dictadura de Mubarak, se aprobó una nueva Constitución y se convocaron elecciones libres en el 2012. Todo esto se consiguió gracias a la presión popular y las marchas de protestas que dejaron cientos de muertos, heridos y apresados y torturados. Por primera vez en la historia de Egipto fue elegido democráticamente presidente el candidato de los Hermanos Musulmanes  Mohamed Morsi.  En el otro caso Allende  también se convirtió en el primer presidente marxista del mundo elegido en las urnas. Como sucediera en Chile Morsi nombra al general Al Sisi, supuestamente un oficial ímprobo y de intachable reputación,  Comandante y jefe del Ejército en reemplazo del mariscal Tantawi perteneciente a la vieja guardia de Mubarak.

En todo caso el golpe cívico-militar en Egipto se puso en marcha desde el mismo día en que tomó posesión Morsi. Para las Fuerzas Armadas que un islamista lograra desbancarlos del poder era una verdadera humillación.  Con Allende sucedió algo parecido pues él pretendía instaurar la vía chilena al socialismo y los sectores más reaccionarios de la sociedad como la derecha oligárquica de la Democracia Cristiana, el Partido Nacional de  Alessandri, los militares, la CIA, la iglesia católica y los medios de comunicación más conservadores urdieron un plan para boicotear su gobierno. Su primer objetivo desencadenar un sistemático deterioro de la paz social especulando con los artículos de primera necesidad.  Además generaron un estado de  inestabilidad y violencia con la convocatoria de paros y huelgas de los sectores claves de la economía nacional.

En el caso Egipcio el nuevo gobierno tuvo que asumir una situación económica calamitosa fruto de la herencia envenenada del antiguo régimen corrupto. A Morsi se le exigieron resultados inmediatos para aplacar el descontento popular.  Así que los mismos militares y la burguesía cairota; empresarios y banqueros se encargaron en avivar el fuego del descontento entre la ciudadanía con la subida del precio de la gasolina, el gas y los productos básicos de la canasta familiar.    Entre los organizadores de la asonada debemos destacar por los Liberales al premio Nobel de la Paz  El Baradei,  el papa copto Teodoro II, el jeque de la mezquita de al Azhar Ahmed el Tayeb, sunita reaccionario  pro-Mubarak, el partido Socialdemócrata Egipcio de Bleblawi, ex-miembros del PND de Mubarak, Salafistas de Al Nur,   los integrantes  del movimiento Tamarod liderados por el joven “revolucionario” Mahmoud Badr que aglutinaba a grupos como el 25 de Enero, los laicos, socialistas, ¿comunistas? ¡¡anarquistas!! Todos éstos se aliaron con la cúpula militar en una operación perfectamente planificada cuya finalidad era  derribar a Morsi. Una burda campaña que se inició con la supuesta recogida de millones de firmas para presionar su renuncia.  Según sostenían sus portavoces Egipto  se encaminaba al caos y  la hecatombe por la actitud intransigente y sectaria de los Hermanos Musulmanes. Los sectores más laicos y prooccidentales los acusaron de querer implantar un Califato islámico. El día 3 de julio de 2013 se produjo el golpe de estado tras desestimar Morsi el ultimátum dado por la Junta Militar para que se llegara a un entendimiento con la oposición.

En el caso de Allende la burguesía, las Fuerzas Armadas y EE.UU estaban convencidos de que él iba a instaurar una dictadura comunista manejada en la sombra por la Unión Soviética y Cuba.

Los Hermanos Musulmanes no supieron actuar con inteligencia  y se negaron a establecer un  gobierno de consenso o salvación nacional para así neutralizar la amenaza latente de las Fuerzas Armadas.  Un craso error que han pagado muy caro porque en Egipto  las estructuras militaristas son muy poderosas y están arraigadas desde tiempos inmemoriales

Algo que, por el contrario, si hizo Allende pues para rebajar la tensión y calmar los ánimos exaltados de la extrema derecha que hundían a Chile en el caos se vio obligado a nombrar a varios generales en su gabinete ministerial.

La casta militar egipcia desde el siglo XIX ocupa un puesto predominante en la pirámide social y a ellos se debe las tendencias modernizadoras y laicas. El ejército realmente es un estado dentro del estado, es una empresa  que maneja un presupuesto multimillonario –recordemos que la ayuda americana ronda los 1.500 millones de dólares anuales–  Los militares siempre tuvieron intereses e inversiones en la industria, el turismo, el petróleo, el gas,  aparte de administrar el canal de Suez (paso estratégico para la comunicaciones entre África y Asia y Europa)  Los altos mandos de la cúpula militar por lo general se forman en las academias y universidades de EE.UU y Europa. En el caso chileno lo más normal es que los oficiales reciban entrenamiento en las academias militares americanas. Chile posee uno de los ejércitos más avanzados y profesionales del continente. Desde la época de la  independencia representa  la columna vertebral del país y, hasta hoy en día, constitucionalmente, sigue tutelando las instituciones. Su presupuesto lo obtiene en primer término de la Ley del Cobre, es decir,  recibe el 10% de la producción que le inyecta una generosa suma de 1.200 millones de dólares anuales.

La retoma de las riendas del poder en Egipto por parte de la Junta Militar ha traído como consecuencia que los juicios contra los principales culpables de la represión en las protestas del 2011 hayan quedado en su mayoría anulados. El aparato judicial también hace parte de ese entramado  que  ampara a la mafia institucional y es casi imposible erradicarlo. Ahora resulta  que el  dictador Mubarak –asesino, corrupto y traidor- goza de libertad “vigilada” en una de sus mansiones protegido por sus antiguos camaradas. Su esposa e hijos  han sido exonerados de los cargos de corrupción, lavado de activos e instigar la muerte de manifestantes. No hay ninguna prueba que los inculpe, pues, según sus abogados, no son más que “perversas calumnias”.  Mubarak recupera su buen nombre y es rehabilitado en el pabellón de héroes ilustres, y ahora se dedica a poner al día  la buena marcha de sus negocios. Él  es un héroe de la guerra del Yom Kippur, un ser reverenciado  que ha cumplido grandes servicios al país y por lo tanto  inocente de todos los cargos que se le imputan. “Sencillamente es una víctima más de la conspiración terrorista islámica”

Egipto es el país del mundo en el que mayor reina la impunidad. Sepultados en el olvido quedan los miles de muertos, los desaparecidos, los torturados, las ejecuciones extrajudiciales e incontables crímenes de lesa humanidad cometidos por las fuerzas de seguridad del estado. El fascismo chileno tampoco tuvo ningún escrúpulo en perseguir a cualquier simpatizante de la Unidad Popular, a esos enemigos izquierdistas que había que eliminar a como diera lugar de la faz de la tierra. Para cumplir con esa compleja tarea de exterminio se puso al frente de la  DINA al monstruoso general Manuel Contreras, mientras que el Muhabarat egipcio dirigido por el sanguinario represor Ministro del Interior Mohamed Ibrahim no tiene nada que envidiarle a su homólogo chileno.

Mubarak  y su camarilla con todo el descaro se dedicaban al  latrocinio de las arcas del estado,   a los negocios fraudulentos, las componendas  con el enemigo sionista mediante testaferros que le traspasaban millonarias comisiones por las exportaciones de gas.  A Pinochet se le acusa, igualmente, de manejar cuentas secretas en el banco Riggs por un valor aproximado de 30 millones de dólares frutos del desfalco y el pillaje.

Paradójicamente a quienes les caerá  todo el peso de la ley será a Morsi y los dirigentes de los Hermanos Musulmanes a los que se acusa de complotar contra Egipto, pertenencia a grupos terroristas, traición a la patria, rebeldía y asesinato de manifestantes. Seguro se les impondrán largas penas de cárcel y quién sabe si incluso hasta se les condene al cadalso.  En Chile también campea la impunidad y muy pocos de los autores del  salvaje genocidio cometido durante la dictadura militar se han sentado en el banquillo de los acusados. Hasta hoy en día los familiares de las miles de víctimas siguen exigiendo justicia y reparación sin apenas obtener alguna respuesta favorable.

La última noticia es que el Supremo Consejo de las Fuerzas Armadas ha elevado al grado de Mariscal al general Abdul Fatah Jalil Al Sisi. De esta forma se le proclama candidato a las próximas elecciones presidenciales. Además, el presidente interino Adli Manssur  ha prometido que se aprobará  una nueva Ley Electoral que rehabilite a los partidarios de Mubarak (PND) El objetivo fundamental es el de legalizar el sangriento golpe de estado y tranquilizar a la opinión pública mundial. Para ello  el pasado 14 y 15 de enero, con una participación-según el gobierno del 38% de la población -que en realidad significa  un 20%  -pues todas las cifras está manipuladas-  y el ¡98% de votos favorables! se aprobó una nueva Constitución. “Esta es la mejor prueba de que se está afianzando la democracia”. Tal y como hiciera el dictador Pinochet en el Plebiscito Nacional de 1980 que con el 65% de los votos emitidos logró legitimar su cargo de Presidente constitucional de Chile.

Según las encuestas oficiales- El mariscal Al Sisi cuenta con el respaldo de gran parte del pueblo que lo reconoce como la reencarnación de Abdel Nasser. ¡El mariscal es el salvador de Egipto y el único que puede asegurar un porvenir con justicia y libertad! Se necesita un líder carismático que saque al país de la crisis económica e imponga la paz y la  seguridad. Es la hora que vuelvan los turistas  que  representa un importante renglón del PIB ya que generan el 20% del empleo, es imperioso recuperar las  reservas del Banco Central que se han visto mermadas hasta la extenuación y devolverles la confianza a los inversores extranjeros. Porque Egipto se mantiene a flote sólo gracias a las generosas donaciones  de los países del Golfo Pérsico y Arabia Saudita y al apoyo incondicional de EE.UU y la UE que es el principal socio económico. Pinochet del mismo modo se creía el salvador de la patria, un ser iluminado por dios para librar a Chile de las garras del enemigo marxista (Fidel Castro y la Unión Soviética). La ayuda  financiera que Pinochet recibió de EE.UU tras la ascensión en el poder fue de 800 millones de dólares anuales. Los economistas de la escuela de Chicago adoptaron un plan de choque neoliberal que rápidamente colocó a Chile en la cima de la ortodoxia capitalista.

La violenta represión contra los seguidores de Morsi provocaron matanzas indiscriminadas como la de Raba Al-Audawiya donde incluso se desconoce la cifra exacta de muertos y desaparecidos. Sus familiares en el momento de reclamar sus cuerpos en la morgue se vieron obligados a firmar un certificado  reconociendo que sus deudos fallecieron de muerte natural – a pesar de que se notaba a simple vista las huellas de los balazos o los indicios de tortura.

El Mariscal Al Sisi en una reciente visita a Moscú ha recibido el espaldarazo de Vladimir Putin quien no ha dudado en compararlo con un “héroe libertador”. El mariscal  vino a comprar armamento valorado en 1.500 millones dólares ya que se habían quedado obsoletos sus arsenales estratégicos. Desde luego la seguridad nacional es una materia indispensable para afianzar la senda del crecimiento y el desarrollo, tal y como lo aseveraba en su día George Bush. Aunque, lamentablemente, nos tememos que estas armas  no serán utilizadas contra el enemigo sionista, sino para aniquilar a su propio pueblo.

La plaza del Tahrir,  que hasta hace unos meses era el punto de encuentro de los revolucionarios de todos los colores y tendencias políticas, una plaza que se había  transformado en el ágora de la libertad  y donde la gente expresaba sus ideas y soñaba con un nuevo amanecer, hoy  no es más que un  bastión de los golpistas. Éstos son los únicos que tienen derecho a manifestarse protegidos por las tanquetas y soldados.

Se terminaron las multitudinarias manifestaciones donde el pueblo gritaba eufórico ¡libertad, democracia, justicia! Se acabó la ilusión y la esperanza de construir un nuevo Egipto  y ahora los nuevos inquilinos exhiben grandes retratos del mariscal Al Sisi rejuvenecido y risueño. Porque la única ideología valida es el culto a la personalidad. La Junta Militar y sus cómplices han prohibido mezclar política y religión.  Por decreto las mentiras que se transforman en verdades y los que han sido derrotados como Abdel Nasser, Anwuar el Sadat o Mubarak son erigidos a la categoría de héroes.   De la antológica  intifada egipcia que conmovió al mundo por su apasionamiento y entrega apenas quedan los escombros que yacen desperdigados por las plazas y avenidas.  Se ha consumado la traición, la contrarrevolución ha triunfado y habrá que esperar quizás quién sabe cuántas generaciones para volver a experimentar una coyuntura de tales dimensiones. Todo ha sido nada más que una tremenda estafa.

Prohibido levantar la voz, prohibido lanzar críticas contra las fuerzas armadas, prohibido reunirse más de cuatro en la vía pública. Aquellos que osen vulnerar estas normas serán acusados de terrorismo y traición a la patria y como escarmiento deberán pagar largas condenas de cárcel.  Se ha criminalizado la libertad de expresión, se censura a los periodistas y cualquier oposición al régimen se reprime con mayor dureza que en la época de Mubarak. De ahí que miles de estudiantes, intelectuales o artistas- como sucedió durante la época de Pinochet- hayan elegido el exilio como única fórmula de supervivencia.  

Tras una convulsa e intrigante “primavera árabe” las aguas vuelven a su cauce. Israel duerme más tranquila, se cierra la frontera de Gaza donde gobiernan los “terroristas”  de Hamas,  amigos del depuesto presidente Morsi, EE.UU se frota las manos pues el aparato militar egipcio ha salido indemne y a  Europa le basta con  que se garantice la paz y la estabilidad en una de las zonas más convulsas del planeta. Porque en Oriente Medio se hallan las más importantes  fuentes petrolíferas vital para mantener la buena marcha de  la sociedad capitalista. Ese es el principal motivo de preocupación de un mundo occidental que intenta salir de la crisis y la recesión económica. Poco importan las masacres genocidas, desaparecidos o torturados, la violación de los  derechos humanos pues el tiempo se encargará de cerrar las cicatrices y Allah en el cielo juzgará a los culpables.  Extirpar la amenaza islamista, que es el auténtico enemigo de la civilización occidental, es lo prioritario y, aunque los métodos utilizados puede que no sean los más limpios, pero son los más prácticos y eficaces.  

La revolución egipcia tuvo un componente cibernético de primera magnitud, fue una rebelión irradiada por la televisión satelital,  Internet, las redes sociales como  Facebook, por los teléfonos móviles y el  Twitter, una intifada virtual más propia de la ciencia ficción. Por lo tanto sin una base ideológica clara y unos cuadros bien formados, sin una conciencia forjada en el estudio, sin una educación universal es imposible que hubiera podido cristalizar. Los casi 100 millones de habitantes que tiene Egipto (que demográficamente no se saben cuántos son pues no hay ni censos ni estadísticas fiables)  el 60%  sobrevive en la pobreza endémica, embrutecidos por el analfabetismo y el olvido institucional. El centralismo hegemónico del Cairo y Alejandría (que es donde palpita el corazón de la bestia oligárquica y militarista) es una lápida inamovible que condena a la marginalidad al 70% de la población.

La intifada egipcia parece más bien el argumento maquiavélico más propio de una trama novelesca,  es algo tan absurdo que ni el más genial de los escritores se lo hubiera podido imaginar. Después de una épica insurrección que provocó la caída del dictador Mubarak volvemos al principio, nada ha cambiado y encima  la junta militar sale aún  más reforzada y victoriosa. Es increíble que esos miles de muertos, heridos, desaparecidos, torturados, prisioneros o mujeres violadas se pudran en los cementerios sin nadie que los reivindique.

Si en Chile surgió como respuesta al terrorismo de estado con el Frente Patriótico Manuel Rodríguez,  en Egipto grupos afines a Al Qaeda como Ansar Bayt Al-Maqdis lanzan un llamado a la yihad para vengarse de los kufar o herejes que han blasfemado el nombre de Allah y su profeta. El peligro que se desate la guerra civil o un conflicto de baja intensidad son las predicciones a corto plazo.

Los Hermanos Musulmanes creían que estar protegidos por la divinidad, es decir,  que Allah les guardaba las espaldas. Pero está demostrado que contra el poder de las armas no bastan conjuros ni oraciones.

El primer ministro de facto Beblawi acaba de dimisionar con su gabinete en pleno –expresamente obligados por los militares- Han recibido la orden desde el alto mando de  dejar el paso expedito al mariscal Al Sisi que está a punto de presentar su candidatura a las próximas elecciones presidenciales que se celebrarán por vía de urgencia el próximo mes de abril. El “Heka”, el espíritu protector del antiguo Egipto, el Mariscal supremo parte como favorito incuestionable e incontestable.

Carlos de Urabá 2014

Amman-Jordania

vendredi 21 février 2014

Camilo Torres: La teología de la revolución.

 
No hay la menor duda que la figura de Camilo Torres ha sido una de las más importantes en la historia de la insurrección popular latinoamericana. Camilo Torres perteneció a un tiempo en el que los ideales utópicos primaban sobre los intereses materiales.

Perteneciente a una familia de la alta sociedad bogotana desde la adolescencia y, pese a la oposición de sus padres, se sintió atraído por la vida religiosa. En el año 1954, tras ser ordenado sacerdote en el seminario Diocesano de Bogotá, viajó a Europa a estudiar Ciencias Sociales en la universidad católica de Lovaina en Bélgica. Allí entró en contacto con los curas obreros y el movimiento sindical y gracias a estas experiencias reafirmó su carácter rebelde y contestatario.
 
En este proceso se dio cuenta que las ideas marxistas- leninistas no estaban reñidas con las prácticas cristianas. Él tenía que tomar partido en favor de esas grandes mayorías invisibles,en favor de los campesinos y los proletarios, es decir, por esa gran humanidad condenada irreversiblemente a la exclusión y el olvido.
 
A su regreso a Colombia ejerció su ministerio como capellán de la Universidad Nacional donde desarrolló una importante labor académica. Desde el púlpito se dedicó a denunciar los privilegios de una sociedad elitista que cobardemente explotaba a las clases más desfavorecidas.
«  Yo ejerzo mi apostolado llevando a cabo la revolución colombiana por el amor al prójimo y para el beneficio de la mayoría del pueblo  »
 
Los años sesentas marcaron una época inolvidable en la historia de la humanidad que será muy difícil que vuelva a repetirse. El triunfo de la revolución cubana fue decisivo para avivar el fuego de la insurrección. El mito del Che Guevara marcó el palpitar de esas generaciones, un entusiasmo sin precedentes se apoderó de la juventud que ciegamente creía en el despertar de un nuevo amenecer. En Colombia y Venezuela, Uruguay y Argentina se multiplicó el accionar de los grupos subversivos como ELN, las Farc, FALN, los Montoneros y Tupamaros. En el tercer mundo los movimientos de liberación nacional tomaban las posiciones de vanguardia combatiendo a las potencias coloniales. Los vientos de libertad recorrían Indochina, Camboya y el Vietnam, al tiempo que en África se recrudecía la guerra de Argelia y el Congo. Incluso hasta en Europa el mayo del 68 provocó un verdadero terremoto que hizo tambalear el poder establecido.
 
Lamentablemente ese espíritu rebelde, romántico y soñador se extinguió para dar paso al conservadurismo más atroz y reaccionario. Hoy el dominio de la tecnología es implacable, la dictadura de los medios de comunicación ha desmovilizado los sectores populares, nos han reducido el cerebro y la alienación embrutecedora domina nuestras mentes. Nos han colocado un bozal y resignados no nos queda otra alternativa que sentarnos en la sala de nuestra casa a recibir la dosis diaria de predicadores, fútbol y telenovelas.
 
El éxito personal se impone sobre el comunitario, se ha aniquilado el movimiento asociativo y el individualismo es la constante. El fuego fatuo de la sociedad del consumo nos engatusa con sus vanas promesas de placer y felicidad. Las máximas aspiraciones de la juventud se pueden resumir en farra, drogas y alcohol. Parece mentira pero 44 años después de la muerte de Camilo Torres las condiciones sociales siguen siendo muy similares o quizás más crudas que las de entonces.

En el año 1965 la jerarquía católica aparta de sus funciones sacerdotales a Camilo Torres pues sus prédicas incendiarias ponían en peligro el estado de derecho. Entonces él toma la decisión más trascendental de su vida:cuelga la sotana y se une a las filas del ELN (Ejército de Liberación Nacional) De nada valen las encíclicas y las parábolas, si queremos trasformar este mundo hay que comprometerse con la lucha revolucionaria.«  Yo colaboraré con los comunistas, porque los comunistas son los elementos revolucionarios y yo comparto sus objetivos  »
 
En el año 1965 gobernaba en Colombia el político conservador Guillermo León Valencia, a la cabeza del episcopado se encontraba el cardenal Concha Córdoba y el general Alvaro Valencia Tovar desempeñaba el cargo de comandante de las fuerzas militares. Da igual los nombres y apellidos, los años o los siglos pues todo se repite irremediablemente al pie de la letra. La reencarnación de estos personajes macabros y nefastos no son otros que Uribe Vélez, el cardenal Rubianes o el general Freddy Padilla de León.
 
Entretanto la oligarquía amparados por las leyes constitucionales de la democracia burguesa se han dedicado de lleno a la corrupción y el pillaje. Por el contrario el pueblo llano se encuentra aún más empobrecido y deshauciado que nunca. Víctimas de la guerra fratricida que asola el país millones de campesinos se han visto obligados a escapar a las grandes ciudades en busca de la redención. Desplazados de sus lugares de origen y carentes de medios de subsistencia por un mísero sueldo tienen que enrolarse en los trabajos más despreciables y peor remunerados.
 
No podemos ignorar que el verdadero detonante de la insurrección armada es la propiedad de la tierra, propiedad de la tierra que en un 80% la acaparan los señores feudales. En los años sesentas una de las principales reivindicaciones de la izquierda colombiana era la reforma agraria. Pero aunque suene paradójico más bien lo lo que se ha producido es una contrareforma agraria donde millones de hectáreas de tierras han pasado a manos de los latifundistas, gamonales y narcotraficantes. El ejército y los paramilitares han cumplido eficazmente su objetivo desterrando a millones de campesinos de sus lugares de origen causando un genocidio sin precedentes que roza con el holocausto.
 
La represión, el desplazamiento, la tortura,las masacres, los asesinatos o las desapariciones se han elevado hasta niveles inauditos. El propósito de los estrategas militares es exterminar de raíz la subversión y el terrorismo. En la actualidad el ejército colombiano posee el arsenal armamentístico más grande de toda Latinoamérica. Esta auténtica dictadura cívico- militar que padecemos impone sus principios gracias a la amenaza e intimidación de los cañones y las bombas.
« Hay que preguntarle a la oligarquía cómo es que va a entregar el poder, si lo va a entregar pacificamente, entonces tomaremos el poder de una manera pacífica, pero si ellos eligen la violencia, entonces nosotros tomaremos el poder de forma violenta  »
 
Colombia es uno de los pocos países latinoamericanos donde el accionar guerrillero aún se mantiene en pie de lucha. Por ese motivo las tropas de ocupación norteamericanas desde hace décadas impunemente intervienen en nuestro país. El imperialismo viene a sembrar la muerte, la destrucción y el dolor ansiosos por controlar una zona estratégica de vital importancia para sus intereses geopolíticos. Al final los únicos perdedores somos los colombianos que ponemos los muertos, los heridos, los huérfanos, las viudas o los desaparecidos.
 
Igual como sucediera un día con la guerra civil española o la revolución nicaragüense esta agresión artera y despiadada precisa de la ayuda y solidaridad de voluntarios internacionalistas que se sumen a la justa causa del pueblo colombiano.
«  Cuando el pueblo esté decidido a luchar hasta el final no habrá ningún poder material que pueda ser superior al de un pueblo que busca su libertad  »
 
Desde luego que el uso de la violencia está justificado pues si se empuñan las armas es en legítima defensa del bien más sagrado que es la vida. La resistencia contra un sistema opresor no admite discusión alguna. Al fin y al cabo las fosas comunes están plagadas de víctimas inocentes que creyeron en las promesas de paz y amor. La justicia social, la salud, la educación y una distribución equitativa de la riqueza son conquistas que queremos disfrutar en la tierra y no en el cielo. ¿cómo enfrentar a un estado fascista y criminal ?¿quizás con cánticos y alabanzas ?
 
Esta guerra fratricida enfrenta a guerrilleros hijos de campesinos y obreros contra hijos de obreros y campesinos al servicio de las fuerzas armadas. Los ciudadanos más humildes se ven obligados a la defender los intereses de una clase privilegiada que manipula los sentimientos nacionalistas para usarlos como carne de cañón. La mayor parte de los que ingresan en el ejército nacional lo hacen por motivos puramente económicos, son mercenarios que empujados por el creciente desempleo y la falta de oportunidades ofrendan sus vidas a cambio de unas sucias medallitas. Su gloriosa misión consiste en proteger la propiedad privada, velar por la seguridad de los patrones y garantizar el «  orden y el progreso».
 
Seguramente Camilo Torres tuvo que vencer sus dudas y contradicciones, tal vez buscó una respuesta clarificadora y al final la voz de la conciencia le habló bien alto: no se trataba de otra cosa que de poner en práctica la palabra escrita en los evangelios y entregarse de cuerpo y alma a los demás. De nada valían sus diatribas intelectuales, las arengas apasionadas o su tratados sociológicos correctamente escritos. ¿Acaso esas masas de analfabetos podría entender el mensaje? Tenía que bajar de la nube y renunciar a los conceptos abstractos o las palabras poéticas. O sea, meter el dedo en la llaga y hundir sus pies descalzos en el barro. Sus amigos más íntimos le aconsejaban que había que esperar a que se dieran las condiciones, que también por medios pacíficos podía alcanzar sus objetivos, que la democracia es generosa. «  El aparato electoral está en manos de la oligarquía y por eso el que escruta elige...  »

Quizás lo más razonable hubiera sido asumir una actitud dialogante, si se portaba bien hasta le habrían ofrecido un cargo público y unas prebendas muy tentadoras. Pero Camilo Torres no buscaba la salvación individual igual que Cristo él quería redimir a la humanidad. «  no nos pongamos a discutir si el alma es mortal o es inmortal, sino pensemos que el hambre y la pobreza son las que en realidad matan  »
 
Pero el futuro es hoy y no mañana, ni pasado mañana. Camilo Torres fue tocado por un rayo de lucidez y decidió empuñar el fusil. La revolución es ahora o nunca. Los más pobres soportan una larga agonía esclavizados por un régimen de explotación y barbarie y hay que decirle basta ya a tantos engaños e hipocresía. La libertad y la justicia no admiten prórrogas.
 
«  La resistencia armada es la única posibilidad viable de transformar la sociedad  » Esa fue su postrer despedida. Inexorablemente el día 15 de febrero de 1966 a sus 36 años cayó muerto en un combate contra el ejército en Patio Cemento, municipio de San Vicente de Chucurí, Norte de Santander.
 
Carlos de Urabá 2010
Investigador de Colombia.

jeudi 20 février 2014

Se cumplen 20 años de la matanza de Hebrón. El asesino Baruch Goldstein, mártir del sionismo.


Desde la más remota antigüedad Hebrón o el Khalil (su nombre en árabe) ha sido un destino obligado de peregrinación para todos aquellos devotos de las tres religiones monoteístas; judíos, musulmanes y cristianos.  Y es que allí se encuentra la mezquita de Ibrahim o la Cueva de las Tumbas mejor conocida por los judíos como Machpela donde se asevera que están enterrados Abraham, Sara, Isaac, Jacob, Rebeca y Lea. De ahí que este enclave haya sido siempre un motivo de disputas y refriegas.

Se jactan los historiadores judíos que en la Guerra de los Seis Días en 1967 la ciudad de Hebrón fue tomada por un sólo hombre. Esa hazaña la hizo realidad el tristemente famoso  rabino ultra-ortodoxo Shlomo Goren, general de Brigada de la Tzahal, quien el día 8 de junio de 1967 encabezara la entrada de las tropas sionistas a la ciudad vieja de Jerusalén. Él fue el encargado de tocar el shofar y de leer la plegaría de acción de gracias frente al Muro de las Lamentaciones mientras los soldados eufóricos entonaban cánticos de alabanza celebrando la victoria. Según sus propias palabras los judíos retornaban a la  ciudad del rey David de la que fueron expulsados por los romanos hace 2000 años.

El rabino Goren no conforme con esa epopeya quería cubrirse aún más de gloria y liberar también la Cueva de las Tumbas, el  Machpela  (la mezquita de Ibrahim). Este es el segundo lugar más importante para el judaísmo y el cuarto para el Islam.  Así que presuroso partió a bordo de un jeep Willys con dirección a  Hebrón en compañía de sus guardaespaldas. ¡Las profecías de la Torá se cumplían al pie de la letra!

El rabino Goren de luengas y canosas barbas vestía traje de miliciano tocado con su quepis de general. En su mano diestra portaba su ametralladora Uzi, y en la izquierda el cuerno shofar y en un saco colgado del hombro guardaba los rollos de la Torá.

Cuando el rabino llegó a la ciudad se sorprendió al comprobar que estaba completamente desierta, que no había un alma en las calles. La población de Hebrón presa del pánico permanecía encerrada a cal y canto en sus viviendas creyendo que el ejército sionista iba a cobrarse la venganza por la masacre de 67 judíos acaecida en 1929.  En todas las puertas y las ventanas de las casas colgaban banderas blancas en señal de rendición. Pero tampoco había rastro de las tropas hebreas que, según se supo más adelante, prefirieron atrincherase en las colinas que rodean la ciudad preparando el asalto final. No obstante los soldados jordanos al conocer la debacle de la Legión Árabe en Jerusalén se batían en retirada buscando la ruta del Mar Muerto.

Goren apuró el paso y se dirigió a la mezquita de Ibrahim pero cuando llegó a la puerta principal comprobó  que estaba cerrada con llave. Entonces, cargó la ametralladora Uzi y disparó varias ráfagas sobre la puerta hasta que ésta se abrió de par en par.  Acto seguido, y  sin ni siquiera descalzarse- como es precepto en el Islam-  penetró en al sagrado recinto ansioso por tomar posesión del mismo. Llorando de emoción tocó el cuerno shofar  y colocó los rollos de la Torá en la quibla del mihrab. Con esta ceremonia según sus delirios místicos “comenzaba la era mesiánica”. Así se consumó la más humillante profanación que tuvo como epílogo la izada de la bandera sionista en lo alto del minarete de la mezquita.  A partir de ese momento los judíos la llaman “sinagoga” de Machpela y los árabes, si quieren ir a rezar en la mezquita, deben primero identificase y pasar por los checkpoints colocados por las autoridades israelíes.

No fue hasta 1997, tras el Acuerdo de Hebrón, (que luego en el 2002 anularía Sharon) que el 80% del territorio Hebrón (la zona H1) pasó a manos de la ANP. El resto, es decir,  la zona  H2 que incluye la Tumba de los Patriarcas y el asentamiento de Tel Rumeida  permanece bajo la jurisdicción israelí. Increíblemente Arafat, a cambio de consolidar la promesa de independencia en un plazo de cinco años, regaló la soberanía del  20% de la ciudad a los colonos ultra-ortodoxos, y, lo más grave, en pleno corazón del zoco milenario. Un hecho que sentó un nefasto precedente pues luego poco a poco se aplicaría en la expansión de los asentamientos en Cisjordania.

Antes de la firma del acuerdo la zona H2 tenía una población aproximada de 35.000 palestinos pero progresivamente se ha ido desocupando (un 42% de los hogares) por culpa del estado de sitio permanente que han impuesto los militares hebreos. -Mientras, del otro lado, el índice demográfico de colonos judíos aumenta imparable- Para ellos lo prioritario es garantizar la seguridad del asentamiento de Tel Rumeida de 800 habitantes (donde dicen que está la comunidad judía más antigua del mundo) que cuenta con madrasas, escuelas talmúdicas, sinagoga y cuartel. También existen otros enclaves como Beit Hadasa, Abraham Avinu, Beit Romano, Ramat Yasha. ¡un colono israelí vale más que 35.000 habitantes palestinos! El proceso de limpieza étnica avanza imparable. Aquí se encuentra la histórica calle Shuhada que es la arteria más importante de Hebrón y que en un pasado no muy lejano fue el eje principal de uno de los zocos más activos y de mayor vitalidad de toda Palestina. Aquel mercado en el que tradicionalmente -como es común en todas las sociedades árabes- se desarrollan los intercambios y transacciones comerciales y es el punto de encuentro de sus pobladores, hoy impera la decadencia y el abandono.

A partir de la guerra de los Seis Días Hebrón ha sufrido un sistemático proceso de aislamiento y bloqueo porque  han enjaulado la ciudad entre barrotes, rejas, barricadas de alambre de púas, muros y checkpoints. Un implacable castigo colectivo que se trasforma casi en cadena perpetua. Incluso hasta desde el cielo se les vigila con globos sonda dotados de potentes y sofisticadas cámaras de filmación.

Pero en nuestro relato falta un hecho conmovedor y trascendental que marcará un antes y un después en su historia. Y este  trágico suceso se produce el  Sábado 25 de febrero de 1994 – la fiesta del Purim de los judíos- cuando el médico y colono de origen norteamericano (Brooklyn-New York) el Dr. Baruch Goldstein,  residente en el moderno y lujoso asentamiento de Kiryat Arba de 8000 habitantes, -construido sobre el barrio palestino de Yabal Yohar- y miembro de las Liga de la Defensa Judía cometió la infame masacre de la mezquita de Ibrahim.  Ese día el fanático sionista ultra-ortodoxo se levantó bien temprano y tras vestirse con su uniforme de capitán del Tazhal tomó una ametralladora Galil y varias granadas de fragmentación y apresurado se dirigió al Machpela con la intención de “exterminar a los gentiles que mancillaban la Cueva de los Patriarcas” - según el léxico utilizado por los miembros del partido fundamentalista Kach al que él pertenecía. Además Goldstein había jurado vengar la memoria de su mentor el rabino racista y xenófobo Meir Kahane quien fuera asesinado en 1990 en Manhattan, New York,  a manos de un radical islámico.

Así que sin pensarlo dos veces y sin que nadie se lo impidiera -a pesar de que allí existe como hemos hecho referencia un checkpoint controlado por los militares israelíes -que misteriosamente desaparecieron en ese preciso instante-  entró a la mezquita y sin mediar palabra alguna comenzó a disparar su ametralladora Galil y a lanzar granadas. Lo que provocó una pavorosa carnicería entre los fieles que en ese instante rezaban el salat al Fajr.  Por la espalda  cobardemente fue fusilando a la mayoría de sus víctimas (en el argot ultra-ortodoxo “terroristas”) cuyo balance final dejó un saldo de 29 muertos y más de 120 heridos.

En el momento en que a Goldstein se le agotaron los cargadores de munición los sobrevivientes se le echaron encima matándolo a patadas y puñetazos.

A Goldstein podríamos definirlo como el típico colono judío psicótico de tendencia ultra- ortodoxa y ultra-nacionalistas –como otros tantos miles de judíos norteamericanos que hicieron aliyá en Israel- En su locura mesiánica se creía la mano ejecutora de Adonai. Ellos que esperan la pronta venida del mesías dicen que es imprescindible liberar todos los santos lugares de  los “herejes extranjeros” (los palestinos) que ensucian la “Tierra Prometida”.

Los soldados hebreos recogieron el cuerpo completamente despedazado de Goldstein y lo llevaron al asentamiento de Kiryat Arba para entregárselo a sus familiares.  Al otro día se celebraron las exequias siguiendo los rituales talmúdicos al que asistieron cientos de colonos ultra-ortodoxos que lo aclamaron como a un verdadero héroe.

En su tumba se colocó una lápida que reza “Aquí yace El venerado Dr. Baruch Kapel Goldstein… Hijo de Israel. Dio su alma por amor al pueblo de Israel, su Torá y su Tierra. ‘Sus manos están limpias y su corazón es puro’ (Salmos 24:4)… Fue asesinado por la Santidad de Dios, el 14 del adar, Purim, el año 5754”. Hoy su mausoleo es un sitio de peregrinación de los judíos ultra-ortodoxos que lo consideran un mártir del sionismo. El más santo de todos los mártires de la Shoah. ¡Torá, guerra y colonización! Es la consigna del líder espiritual el rabino Kook que cuenta con infinidad de incondicionales.

A partir de esta vil matanza las autoridades israelíes, ante el temor de que se produjeran represalias y actos violentos contra los colonos del asentamiento de Tel Rumeida, agudizaron aún más su política de apartheid. La primera medida  que tomaron fue la de prohibir el tránsito de palestinos por la calle Shuhada (que es el núcleo comercial de la ciudad que con sus 175.000 habitantes es la segunda más grande de Cisjordania) estableciendo el  puesto de control Bab a Zawiya que conecta las zonas H1 y H2. Una  decisión que afectó  negativamente la ya de por si frágil economía de la región.

La matemática racional sionista dice que para proteger a 850 colonos judíos es necesario acantonar a 650 soldados. Porque se hace indispensable el uso disuasivo de la fuerza para custodiar a los colonos y asegurar su libre circulación cuando transitan por las calles rumbo a la Cueva de los Patriarcas. En especial en las multitudinarias peregrinaciones con motivo de la fiesta del Pésaj, el Purim o la de la matriarca Sara.

Ante una situación tan humillante la respuesta no se hizo esperar por parte de los comandos de la resistencia palestina. Las organizaciones Hamas, la Yihad Islámica, Saraja Al –Jihad, Izzadin Al Qassam en venganza ejecutaron  infinidad de atentados suicidas contra la población israelí, sobre todo, en los buses de transporte público o emboscadas a las patrulla del Tazhal.

Cuando en el año 2000 estalló la Segunda Intifada se extremaron aún más  las medidas de seguridad en del centro de la ciudad. Entonces, la calle Shuhada fue bloqueada por completo y muchos de los residentes en el área no les quedó más remedio que subirse a los tejados o colarse por las ventanas para ingresar en sus casas.

La casbah o ciudad vieja tan bulliciosa y febril en otros tiempos ha sido clausurada y sus negocios sellados con planchas metálicas. De la prosperidad se  ha pasado a la desolación más absoluta. Por sus calles es rutinario encontrarse a las patrullas de soldados israelíes que aleatoriamente detienen a cualquier sospechoso.-especialmente a los jóvenes palestinos- Es muy común ver en las paredes pintadas xenófobas como: “árabes a las cámaras de gas” o “Samaria y Judea es nuestra” además las estrellas de David marcan el territorio de los amos y señores para que no haya ninguna duda ante quien hay que agachar la cabeza.

Quizás el barrio que más ha sufrido la ocupación sea el del Bab al-Khan situado entre la Tumba de los Patriarcas y la calle Shuhada. Allí vivían cientos de familias palestinas que tuvieron que marcharse obligadas por la presión insostenible a que los sometían los soldados y colonos. Se les disparaba para intimidarlos, se les tiraban piedras, se hacían registros periódicos, allanamientos en las casas a cualquier hora, y detenciones y  encarcelamientos arbitrarios. Porque las leyes israelíes amparan a los colonos y las leyes militares oprimen a los palestinos.

En Hebrón la crisis económica, como en el resto de Palestina, es inmisericorde. Desde hace décadas el empobrecimiento de la población es muy alarmante; la pérdida de poder adquisitivo y el alto costo de las vida es algo inaguantable. Y eso sin hablar de los  dos campos de refugiados Al Fawar y Al Arroub manejados por la UNRWA donde la situación se pone aún más dramática. Y es que Hebrón como en general toda Palestina  depende por completo de la economía israelita; la moneda, los productos básicos, los insumos, las materias primas o los servicios de luz, agua, petróleo, gas. Sin duda que están metidos en un callejón sin salida, en una encrucijada perversa que los mantiene enajenados. El desempleo se eleva casi al 45%  y la única posibilidad de encontrar un trabajo más o menos “digno” es en  Israel. En especial en los asentamientos siempre hay una gran demanda de mano de obra barata. ¿Cómo mantener a sus familias,  entonces? En una situación tan asfixiante hay que tragarse el orgullo y el amor patrio. Menos mal que las autoridades judías periódicamente extienden “visados humanitarios” para todos aquellos palestinos que demuestren un comportamiento manso y sumiso.  Así que no hay otra alternativa que esperar, esperar y esperar a que esto cambie, a que se firme un tratado de paz justo y duradero, esperar que Palestina logre la independencia. Aunque como están las cosas parece que es demasiado pedir.

Por ahora habrá que seguir con la eterna dieta diaria de hummus, de mutabel y falafel  untándolo con pan de taboon y acompañado con el tradicional té de menta. Bueno, pasa el tiempo y aún aguardan a que se cumplan todas las falsas promesas y mentiras que les han dicho ¿la paz? ¿la democracia? ¿la libertad? ¿un estado propio? Tal vez no son más que espejismos o vagas ilusiones pero al menos los mantiene en pie de lucha.


Carlos de Urabá 2014

Amman-Jordania.

 








mardi 18 février 2014

Homero en el Titicaca. La isla del Sol (Bolivia)


Este lago Titicaca es como un mar griego: el paisaje Mediterráneo, tórrido y reseco. Aquí en el altiplano como en Grecia se escribió la Ilíada y la Odisea, Homero era también un indígena Aymara. El Titicaca es Estamos a 3.800 metros y la atmosfera es la más  limpia y diáfana de todo el planeta. Aquí en un pasado remoto el padre sol estuvo a punto de ahogarse en las aguas turbulentas del Titicaca, el verdadero mar de los Argonautas. Pero en el último minuto fue salvado por nuestro señor Kuntur (cóndor), para bien de toda la humanidad.

No hagamos caso a los cantos de sirena. Necesitamos chalchar coca para que nuestra sangre se purifique  y nuestro corazón lata de felicidad. Sentiremos como nuestra boca reseca se va aliviando, entonces recuperaremos el habla ancestral y volveremos a ser llamados hijos del sol. Ya somos otra vez parte de esta naturaleza prodiga. ¡Qué duro es sobrevivir en el altiplano! Por eso hay que aliarse a los espíritus mágicos para que nos ayuden a crecer como montañas.

 
El viento helado sopla al atardecer y la soledad cumple su venganza: siente tu muerte en vida terrícola y  prepárate para convertirte en una hermosa momia .Por fin serás adorado por las generaciones venideras que te dejarán valiosas ofrendas en tu memoria.

Carlos de Urabá

Isla del Sol-Bolivia 2002
 
 

Desgarrador testimonio de palestino hundido en la miseria y el abandono.


samedi 15 février 2014

El Apartheid criollo (América Latina). De Nelson Mandela a Evo Morales.

En este artículo hago un paralelismo sobre el apartheid Sudafricano y el apartheid criollo en Latinoamérica. El uno basado en leyes constitucionales, y el otro legislado por la hipocresía. Últimamente en Bolivia han surgido movimientos independentistas en las provincias supuestamente más “puras” y desarrolladas en contra de la otra Bolivia indígena y serrana. ¿Cómo ellos se van a juntar con esa chusma que democráticamente los ha vencido? No es más que un mito que desean imponer los mestizos o aquellos blanquiñosos que pretenden separarse de los “macacos” o la “indiada”. La lucha de clases también es una lucha de razas.
 
Para nadie es un secreto ni nos debe sorprender el que exista solapadamente un sentimiento racista en nuestra sociedad latinoamericana. Si hacemos un análisis histórico esta afirmación se puede demostrar, aunque muchos la nieguen aduciendo que en la constitución está escrito que todos somos iguales sin importar el color de la piel, la raza, credo o religión. Mírese desde donde se mire el racismo es algo injustificable pero ¿cuál es el origen de este sistema de discriminación racial?
 
Con la conquista y colonización de América la corona española se encargó de organizar la nueva sociedad creando instituciones especializadas en la explotación de las riquezas como la encomienda, la mita o el resguardo. Las leyes de Indias expedidas por la monarquía eran muy estrictas con el origen racial de sus funcionarios que debían demostrar que no estaban manchados con sangre mora, judía, indígena o negra. Y si así eran tratados los funcionarios reales ya podemos imaginar lo que pasaba con los sometidos. Con respecto a los vasallos estos debían jurar fidelidad a su majestad el rey de España como representante en la tierra del todopoderoso Dios blanco.
 
En el continente se implantó un sistema de apartheid llamado la encomienda. La encomienda era una institución fundada por los españoles en América y Filipinas, directamente otorgado por el monarca a favor de un súbdito español (encomendero) con el objeto de que éste percibiera los tributos o los trabajos que los indígenas debían pagar a la monarquía. A cambio el encomendero cuidaría del "bienestar" tanto en lo espiritual como en lo terrenal de los indígenas asegurando su mantenimiento y protección, así como su adoctrinamiento cristiano, católico y apostólico.
 
La Encomienda se convirtió en una especie de "batustán"(reservas de mano de obra negra al servicio del estado racista sudafricano) que agrupaba a los indígenas que al ser considerados menores de edad, necesitaban de la tutela del encomendero. En el siglo XVII cuando se hizo evidente la catástrofe demográfica como consecuencia del genocidio de los naturales se ordenó crear el resguardo para protegerlos y salvarlos de su virtual desaparición. En esa “reserva india” se le otorgó una cierta autonomía para que desarrollaran sus labores y rindieran el tributo a la corona. Igual cometido cumplió la mita donde el indígena y el negro fueron explotados en las minas. Algo que coincide con el métodos del apartheid sudafricano pues la minería representa su principal rubro económico.
 
Más tarde con la independencia de la América hispana este sistema esclavista no desapareció, sino muy por el contrario los criollos libertadores asumieron el papel de encomenderos. El indígena y el negro  siguieron sometidos al nuevo orden institucional. Aunque las constituciones de las nuevas repúblicas inspiradas en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre rezaban lo contrario prometiendo libertad, igualdad y fraternidad.
 
Las nuevas repúblicas fomentaron la inmigración extranjera ofreciendo dinero y tierras a los colonos que estuvieran interesados en establecerse en las regiones más despobladas y agrestes. De este modo empezaron a llegar a fines del siglo XIX y a principios del XX una gran oleada de inmigrantes europeos para iniciar la segunda conquista de América. Con estos planes se pretendía una especie de limpieza étnica en la que la población indígena fuera lentamente exterminada, pues eran un obstáculo para el progreso del país. Se tenía que forjar una nueva y raza de pioneros que cimentara el desarrollo capitalista a imitación de las potencias mundiales. Algo que se demostró en las campañas militares de la Patagonia argentina y el sur de Chile donde prácticamente eliminaron a casi todos los nativos.
 
No hay duda que existe un paralelismo entre la historia del apartheid Sudafricano y la segregación racial que sufren nuestros pueblos porque prevalecen los mismos principios que aplica cualquier imperio colonial. El apartheid es una doctrina oficial diseñada por la minoría blanca por mantenerse en el poder. En el año de 1948, el Partido Nacional tras su victoria electoral introdujo como programa gubernamental de la República Sudafricana el apartheid basado en la segregación racial legitimando la supremacía blanca. La piedra angular del apartheid es el sistema de clasificación de razas introducido por ley en 1950 sobre registro de la población, que divide a sus habitantes en categorías raciales rígidas. Los derechos que corresponden a cada individuo se determinan no por sus méritos y calificaciones personales, sino por su clasificación racial.
 
En el imperio español la sociedad se configuró en un estricto sistema de clases sociales, un sistema racista que por ley estaba instituido. No sólo había diferencias de tipo económico, sino también de una profunda discriminación practicada por los blancos de origen español en contra de indígenas y negros y mestizos. La clasificación de los estratos sociales o castas la efectuaron los jesuitas quienes describieron con lujo de detalles los distintos cruces surgidos y las características del individuo resultante (como si se tratara de un análisis de un entomólogo) El abolengo o el pedigrí la determinaba la hidalguía (hijos de algo) y la blancura de la piel. Como lo demostraron más tarde las leyes de la evolución darwiniana, el más fuerte se impone sobre el más débil.
 
De todos es conocido el odio racial hacia el indio o el negro pues representan las clases más rastreras de la sociedad y que están condenadas a ocupar los trabajos más pesados y menos remunerados de la misma. Su destino era el obraje, la encomienda, la mita, el resguardo, si hablamos de la colonia, y tras la independencia, la hacienda, el huasipungo o la reserva india. La perversión de los negreros llegó hasta el punto de crear prejuicios y enemistades entre las razas oprimidas para dividirlas y enfrentarlas. Con esta táctica se compraban los traidores a su pueblo o “cipayos” a los que se les premiaba nombrándolos capataces o mayorales. De esta manera se hizo realidad el dicho que dice " que no hay cuña que más apriete que la del mismo palo".
 
La conquista de la América hispana la hicieron los hombres, que más por necesidad fisiológica que por amor, se unieron a las aborígenes y más tarde a las negras. El mestizaje se da mayoritariamente por línea paterna. Esta relación muchas veces fue fruto de la violación o de la coacción amparándose en su autoridad como conquistadores. El resultado de esta unión es el llamado mestizo o "bastardo". Este jamás fue reconocido pues su concepción se hizo bajo efectos del pecado mortal. Un mestizaje tan traumático deja graves consecuencias en el inconsciente colectivo de los colonizados. Son hijos carentes del afecto del padre y sin ningún derecho de herencia y patrimonio.
 
El complejo de superioridad hispano es un mito. La raza española como tal es también el resultado de un mestizaje con los distintos pueblos que se asentaron en la península ibérica. No podemos pasar por alto que Los Reyes Católicos en el siglo XVI llevaron a cabo una persecución contra a los judíos, árabes y gitanos por sus diferencias raciales y religiosas.Historia que se repetirá en el siglo XX con el nazismo. El castellano vencedor proclama la superioridad racial como la proclamaron los nazis con la raza aria Se decretó la expulsión de esos pueblos malditos declarándoles la guerra y obligándolos a renegar de sus creencias y abrazar la nueva fe o de lo contrario la Inquisición o Ku Klux Klan empleando las artes del terror y tortura se encargaría de ajusticiarlos. Proceso que continuaría luego en América.
 
La riqueza que dejó el mestizaje en nuestros pueblos es algo que se proclama a los cuatro vientos. De este modo el presidente argentino Yrigoyen, fiel representante del poder criollo, instituyó el día de la raza en el año 1917 para enaltecer el legado de los descubridores y conquistadores porque nos “entregaron amorosamente su nobleza civilizadora” Pertenecemos a una mezcla que desgraciadamente nadie reconoce con orgullo si se habla del indio o del negro. Casi todo el mundo lleva un apellido español o europeo que le donaron sus padrinos de bautismo para matricularlos en el cristianismo. Lo que más nos llena de satisfacción es sabernos descendientes de los vencedores pues es humillante aceptar que por nuestras venas corre sangre de esclavos o de salvajes. La verdad es que la herencia indígena es mayoritaria en la genética de nuestros pueblos aunque se les llamen erróneamente "mestizos", que no es más que una táctica artera para que olvidemos nuestro verdadero origen. Lo más cómodo es sentirse parte de la de esos estados ficticios que fundaron los padres de la patria y diluidos entre la masa anónima nos integremos en la sociedad occidental. Que es lo que acontece en países donde los indígenas son mayoritarios como es el caso de Perú, Bolivia, Guatemala, México o Ecuador
 
Lo que debería ser una mezcla que nos enalteciera se convierte en una carga, en un sino trágico pues nadie está a gusto con su origen. La autoestima queda por los suelos ya que muchos sueñan con ser gringos rubios de ojos azules. De ahí que haya surgido esa proliferación de nombres como John, Julie, Samantha o Jefferson para afirmarse en positivo. Ese complejo de inferioridad nos va a llenar de angustias y contradicciones. El conflicto de nuestra sociedad es un conflicto racial, de identidad y de odio a si mismos. El patrón civilizador lo impone el criollo con su forma de ser, el lenguaje, el vestido, la comida o el lenguaje.
 
Un hecho importante es la formación de las nacionalidades: hay que convencer al pueblo a las buenas o a las malas que tiene que asumir su condición de colombianos, peruanos, bolivianos o mexicanos y olvidar sus raíces ancestrales. Esta es una invención artificial que exalta el fervor nacionalista con base a himnos nacionales, banderas, desfiles militares, partidos de fútbol o guerras fratricidas. Ahora ya no somos ni blancos ni negros ni indios ni mestizos. Anulada la diversidad Gracias a Dios pertenecemos a una patria donde todos cabemos y reina la igualdad (eso dicen las constituciones) Es prioritario que la educación vaya forjando la identidad con una lengua (español –inglés) y con una historia común (cristiana-occidental) A esto contribuye con eficacia la tecnología y la dictadura de la globalización económica.
 
Este gran drama de sentirse preso en el cuerpo de un indio o negro y tener que actuar como un criollo o blanco lleva al campesino abandonar la vida rural y emigrar a las ciudades. No queda otra que imitar al amo y tal vez algún día ser como él. Pero con el paso del tiempo toma conciencia de lo que verdaderamente es: nada más que un extranjero en su propia tierra.
 
El surgimiento del apartheid en Sudáfrica debe entenderse como un mecanismo de política de estado para dar respuesta a los problemas de falta de fuerza de trabajo negra, que ponía en riesgo la tasa de ganancias capitalista. El elemento central del apartheid es el desarrollo separado entre blancos y negros. Ello se plasma en el ámbito geográfico en la separación del estado blanco y varios territorios ocupados por la población nativa denominados "batustanes". Lo más notable de esta división es la desigual distribución, ya que los blancos se han apropiado de los territorios con recursos naturales más ricos, mientras a la población negra les fue otorgada las áreas más pobres y menos desarrolladas.
Los serranos invaden Lima, los indios se toman Quito, los collas del altiplano emigran a la Paz. Nos invaden los indios de mierda, los "longos", los "cholos" mal olientes, es el comentario de un criollo y hasta de los mismos mestizos ante la creciente migración del campo a la ciudad que se da en los últimos cuarenta años. Los invasores se han establecidos en "pueblos jóvenes", "villas miserias", "tugurios" o en "favelas" excluidos del resto de la población, aislados por muros y vallas, controlados por la fuerza pública. La pobreza debe esconderse aunque eso sí hay que aprovechar la mano de obra. Esos parias representan la fuerza de trabajo que por bajos salarios surten las industrias, la construcción, el ejército o el servicio doméstico. Y además generan una plusvalía que es la fuente de riqueza del capitalismo moderno. En estos primeros años del siglo XXI se está consolidando otra fase pues los emigrantes ya instalados en el gueto de las grandes urbes, fortalecen aún más el dominio de la sociedad de consumo.
 
En el año de 1912 se funda el Congreso Nacional Africano con líderes como Oliver Tambo, Nelson Mandela y las iglesias sudafricanas a la cabeza de Desmond Tutú con el objetivo de cambiar el rumbo de la historia. Pero la represión no se hizo esperar. En el año de 1960, en Shapeville, al suroeste de Johannesburgo, la policía abrió fuego contra una manifestación que protestaba por la ley de pases a la zona blanca. Fue una de las peores matanzas de civiles perpetradas en el país. Hubo 69 muertos y casi 400 heridos. La manifestación formaba parte de una campaña de desobediencia civil que pretendía obligar al gobierno a cambiar las leyes racistas. Se declaró el estado de emergencia en toda Sudáfrica y el gobierno ilegalizó a las organizaciones políticas negras. Nelson Mandela es encarcelado y condenado a perpetuidad por acciones "terroristas".
 
En América Latina desde tiempos inmemoriales la resistencia indígena negra y popular ha demostrado su rebeldía pasiva o activa con el propósito de emanciparse, con el propósito que sean respetados los derechos de las grandes mayorías socavadas por la minoría blanca o criolla. En los últimos decenios asistimos a un renacer de la luchas populares en el continente como se destaca en la insurrección de Chiapas, en México, las tomas de tierra de los indígenas colombianos, el levantamiento de los indígenas ecuatorianos o el bloqueo de las carreteras en Bolivia que provocó la caída de sus respectivos gobiernos. Todo esto desemboca en la elección por primera vez en la historia del continente americano, como sucedió con Nelson Mandela después de ser liberado tras los acuerdos del 13 de noviembre de 1993, de "una persona, un voto", del indígena Evo Morales como presidente de Bolivia después de 514 años de Apartheid y segregación racial.
 
Carlos de Urabá
Investigador de Colombia.2008
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