La jaula

La jaula
por la emancipación de los pueblos

lundi 28 avril 2014

Memoria visual de un Indio Rebelde (fotos)

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 


 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Toulouse, Francia, 2013.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

samedi 26 avril 2014

¡Arrasad Gernika al bélico grito de España Imperial!

El día 25 de abril de 1937 el general golpista Franco se encontraba reunido con su Estado Mayor en el Cuartel General de Burgos cuando recibió la llamada del General Mola, jefe del Ejército del Norte, quien le transmitía las últimas novedades del frente. En Vizcaya las tropas nacionales avanzaban imparables y pronto Bilbao caería en sus manos, dijo. El general Mola ansioso por cubrirse de gloria le insistió al caudillo sobre la necesidad de asestarles un castigo ejemplar a los “rojos”.

Franco siempre había afirmado que la guerra se decidiría por la moral de los combatientes y para ello era necesario castigar al enemigo sin clemencia para rendirlos sin condiciones.

En el aeródromo de Vitoria el teniente coronel Von Richthofen, jefe del estado mayor de la Legión Cóndor recibió un mensaje en clave que significaba el visto bueno para dar comienzo a la operación Rugen. Inmediatamente puso en estado de alerta a la tripulación de las escuadrillas  que abordaron sus naves cargadas hasta los topes de bombas y municiones. En todo caso desde hacía semanas que la aviación fascista venían realizando diversos bombardeos en la provincia de Vizcaya con el fin de allanar el terreno a las tropas nacionales.  

El general Mola ya había advertido a sus enemigos mediante el lanzamiento de panfletos desde los aviones su inapelable sentencia: “He decidido terminar la guerra en el Norte de España. Quienes no sean autores de asesinatos y depongan las armas y se entreguen, serán respetados en su vida y haciendas. Si vuestra sumisión no es inmediata arrasaré Vizcaya. Tengo medios sobrados para ello”   Además los vuelos de reconocimiento fotográfico se hicieron cada vez  más frecuentes en la zona de la comarca del Urdaibai con el propósito de marcar con detalle en los planos cartográficos los objetivos a batir.

El 23 de Julio de 1936, unos días después del alzamiento nacional contra el gobierno legítimo de la República Española, emisarios de los militares golpistas, entre los que se encontraban el jefe del partido Nazi en Tetuán el comerciante alemán Bernhardt y el capitán Francisco Arranz, viajaron hasta Alemania para entrevistarse con el Fuhrer. Su misión no era otra que entregarle una carta personal de Franco en la que le pedía ayuda militar al Tercer Reich con el fin de llevar a feliz término “la gloriosa cruzada contra el enemigo Bolchevique”.

Uno de los problemas más acuciantes que se le presentaban al ejército nacional era el bloqueo marítimo de Ceuta y Melilla por parte de los navíos republicanos y que impedía a los rebeldes cruzar a la península.  

Los emisarios tras un accidentado viaje llegaron a Berlín el día 24 de julio y de inmediato los embarcaron en una avioneta que los llevaría hasta el pueblo de Bayreuth donde Hitler se encontraba asistiendo al famoso festival dedicado a Richard Wagner.  Al día siguiente el fuhrer, tras leer la carta, quedó muy entusiasmado con el mensaje del caudillo. Tras algunas consultas con Hermann Goering,  aprobó el envío de material bélico y logístico como aviones de trasporte,  cazas y bombarderos junto a sus respectivas tripulaciones.  La operación fue bautizada por él mismo con el nombre de “Fuego Mágico” en alusión  a la opera de las Valquirias que tanto le gustaba. Hitler tenía un especial interés en que Franco se hiciera con  el poder en España pues esto le permitiría dominar el Mediterráneo occidental y en especial el estrecho de Gibraltar.

Hermann Goering, que en un principio se mostró un poco reticente a esta “aventura”, pronto se dio cuenta que esa era una oportunidad de oro para poner a prueba la eficacia de la Luftwaffe. Y nada mejor que España, un país exótico habitado por “razas inferiores” (conejillos de Indias) -según los arios, un verdadero campo de tiro donde experimentar a gusto su maquinaria de guerra.  El cuerpo expedicionario se bautizó con el nombre de  Legión Cóndor y fue integrado por 100 aviones y 5.000 efectivos. Algunas de estas unidades se sumaron al puente aéreo entre Tetuán y Sevilla que transportaría a los legionarios y regulares para iniciar la campaña de Andalucía. Igualmente el Duce Benito Mussolini, gracias a los buenos oficios del general Mola, también se comprometió a ofrecerle a Franco su  incondicional apoyo por tierra, mar y aire a su “noble” causa.

A eso de las 16 horas del día 26 de abril  55  aviones de la Legión Cóndor alemana y la Aviazione Legionaria Italiana entre los que se contaban  Junker 52,  Heinkel 51, cazas Messerschmitt 109, Savoia SA-79, Heinkel He- 111, cazas Fiat CR-32 y S79 despegaron  desde la base aérea de la Rasa (Soria) Burgos y Vitoria en una misión conjunta  bajo la dirección del  comandante y jefe del estado mayor del general Sperre, el teniente coronel Von Richthofen y la supervisión del general Mola ( con la anuencia del generalísimo Franco, por supuesto) Una operación que tenía como  “objetivo legítimo”  arrasar la ciudad de  Gernika con el fin de enviar un mensaje contundente al bando republicano y al separatismo vasco para que de una vez por todas depusieran las armas. El general Mola arengó a sus valientes guerreros con un: “es preciso destruir la capital de un pueblo pervertido que osa oponerse a la causa irresistible de la idea nacional”

Gernika en ese entonces era un pueblo de campesinos y  de pastores situado en el valle del río Oria que se enorgullecía  de poseer un bello  paisaje montañoso mezcla entre bucólico y salvaje. Su población se estimaba en 5.000 habitantes, aunque había aumentado considerablemente con la llegada de los refugiados y el acantonamiento de los gudaris vascos del Frente Popular. La ciudad a pesar de contar con varios cuarteles carecía de defensa antiaérea y sólo se habían construido algunos refugios bajo tierra para salvaguardar a los vecinos en caso de emergencia.

La Legión Cóndor y La Aviazione Legionaria ya habían demostrado su gran eficacia en las distintas misiones desarrolladas a lo largo y ancho de la península. Sin lugar a dudas que la supremacía aérea del bando nacional  fue vital para ganar la guerra. Unas semanas antes, como prólogo al espantoso crimen que se iba a cometer en Gernika, la aviación fascista bombardeó Durango provocando más de 300 muertos y cuantiosos daños materiales.  

Los Nazis tenían gran interés  en probar sus arsenales de guerra y perfeccionar el poder destructivo de sus armas. Algo que más adelante aplicarían con toda su crudeza durante la Segunda Guerra Mundial en los bombardeos sobre Londres y el sur de Inglaterra. 

Von Richthofen no quería perderse el inolvidable espectáculo que el mismo había diseñado así que en compañía de sus guardaespaldas se dirigió rápidamente en un convoy desde el acuartelamiento de Vitoria hasta la cumbre del  monte Oiz de 1026 metros (el mirador de Vizcaya)   Haciendo gala de un demencial sadismo disfruto extasiado durante las tres horas y media que duró este  horroroso holocausto cuyo saldo trágico se cifró en más de 300 muertos, 200 heridos  y el 85% de las casas y edificios destruidos por el fuego y la metralla. 

Gernika, la ciudad sagrada de los vascos, la cuna de la patria vasca fue cobardemente  demolida con el lanzamiento de 500 bombas rompedoras de 250 kilos y 6.000 bombas incendiarias de fósforo blanco (bombas incendiarias tipo “termita” que desprende al estallar una energía calorífica que puede alcanzar los 2.400 grados centígrados y que llevaban grabadas la cabeza del águila imperial alemana)

En total 50.000 kilos de explosivos. Mientras la ciudad era consumida por el fuego los pilotos de los cazas sin compasión ametrallaban a los supervivientes que presas del pánico corrían despavoridos por las calles intentando escapar del infierno.  Las oleadas de aviones iban y venían desde al aeródromo de Vitoria repostando la gasolina y la munición necesaria para cumplir con su “heroica epopeya”.

Sólo a base del terror y la barbarie el fascismo podía doblegar el espíritu de resistencia del pueblo vasco.  

Un bombardeo tan devastador no tenía ningún precedente en la historia militar pues jamás se había atacado tan cobardemente a la población civil.  Con premeditación y alevosía eligieron Gernika para cometer este genocidio porque representaba  el solar de la identidad vasca, la cuna de uno de los pueblos más antiguos de Europa y la patria sagrada donde se encuentra el mítico árbol de roble que es el símbolo de las libertades.

El generalísimo Francisco Franco al conocer  las repercusiones  que había alcanzado en la prensa mundial el bombardeo de Gernika,  se negó a aceptar las evidencias. ¿Cómo podían acusar a los más apasionados defensores de la civilización cristiana de semejante crimen? “Sin duda alguna los separatistas vascos, que llevan en su sangre escrito el espíritu autodestructivo, prefirieron inmolarse”

77 años después en una soleada mañana de finales de invierno me encontré en la plaza del ayuntamiento de Gernika con  uno de los  supervivientes del bombardeo, el  señor Luis Iriondo.  Luis Iriondo de 91 años y  mejor conocido como el “chico de Gernika”, es uno de los pocos testigos de primera mano que todavía mantienen muy frescos esos trágicos recuerdos. http://youtu.be/dIeMSQcmTsk  

Él es una persona que ha sabido perdonar, es decir,  que  no guarda rencor a pesar que le destrozaron su vida; incendiaron su casa, lo humillaron tan sólo siendo un niño  y encima se vio obligado a escapar como un delincuente  en compañía de su familia rumbo a Bilbao, luego a Santander y de ahí, metido en la bodega de un barco inglés, salir rumbo al exilio en Francia. Luis Iriondo es capaz de narrarnos hasta los detalles más insignificantes de lo sucedido aquel trágico día en que perdió la inocencia y a sangre y fuego se hizo mayor prematuramente.  

Él no se cansa de pregonar un mensaje pacifista, un llamado de atención para que no haya más guerras y para que nadie en este mundo tenga que experimentar más ese dolor y el desarraigo que sufrió en carne propia cuando era un niño. Insiste en que este tipo de monstruosidades no pueden volver repetirse jamás. Pero todos sabemos que no son más que  vagas ilusiones pues el nazismo lejos de desaparecer se ha reactivado peligrosamente.  Por desgracia los conflictos bélicos  continúan causando millones de muertos a lo largo y ancho del planeta y no bastan las palabras poéticas  para detenerlos.

La victoria franquista en la guerra civil tuvo graves consecuencias en el País Vasco. A los gudaris por su indómita actitud había que escarmentarlos, ponerles un bozal, colocarles un  yugo. La primera medida que se tomó  fue  prohibirles hablar en su lengua madre, el euskera y a continuación someterlos  a un indignante sistema represivo que buscaba españolizarlos y borrarles su identidad.  El resultado no pudo ser más traumático. Esa feroz dictadura que les intentaba robar hasta el alma de alguna forma había que combatirla y un profundo sentimiento de odio y de venganza les emponzoñó el alma. Es ahí cuando entonces surge el germen de la organización Euskadi Ta Askatasuna.

Unos días después del bombardeo el ejército franquista hizo su entrada triunfal por las calles Gernika. Marchaban altivos los regulares norteafricanos del Tetuán número 1, los requetés carlistas del tercio de Begoña, los falangistas, los legionario todos cantando a coro el “Cara al Sol” y el “Novio de la Muerte”.  Las tropas se concentraron en La Casa de Juntas,  donde  se encuentra el Árbol de Gernika (que no sufrió ningún daño  pues los  aviadores tenían órdenes expresas de no tocarlo) y tras lanzar loas de salutación al caudillo, al  fuhrer y al duce izaron la bandera roja y gualda en un claro gesto de provocación hacia los vencidos.

Al  domingo siguiente  se celebró un Tedeum de acción de gracias en la iglesia de Santa María  como homenaje a los héroes y mártires de la gloriosa cruzada nacional. Los capellanes  implorando la misericordia de Dios rogaron por la conversión de los impíos, de esos sediciosos rojos, de los marxistas ateos, de los comunistas bolcheviques, de los vascos separatistas que habían blasfemado el venerable nombre de Jesucristo y su padre celestial.

Pero el pueblo vasco, a pesar de la derrota, se negó a claudicar y continúo su tenaz lucha de resistencia contra el ejército de ocupación.

¿Quién puede olvidar esos crímenes ejecutados por el fascismo?, olvidar a  esos seres asesinados a sangre fría, gentes quemadas vivas, sepultados vivos;  niños, mujeres, ancianos que importa si es en Gernika, en Durango, en Bilbao, en Madrid, en Barcelona, en Valencia o en Málaga, por no hablar de  aquellos que fueron ajusticiados en las cunetas, o los que padecieron la tortura franquista en las cárceles, los que fueron condenados a la pena capital en los  juicios sumarísimos, o las ejecuciones extrajudiciales, los desaparecidos, y los millones de exiliados. Una vil política de exterminio que no perdonaba la disidencia ni la más mínima actitud contestataria.

Aunque  quizás lo más aberrante -según nos comenta Iriondo- es que tan sólo el gobierno alemán se ha dignado  pedirles perdón por tan execrable genocidio.  En una carta remitida por su presidente el señor Román Herzog en 1997 reconocieron que  la Legión Cóndor había ejecutado el bombardeo y por lo tanto presentaban públicamente disculpas. Incluso entregaron al ayuntamiento un donativo en metálico para que se construyera un centro cultural o un polideportivo.

El gobierno español, por el contrario, aún no se ha pronunciado al respecto, cobardemente calla y no es capaz de asumir su responsabilidad en este bárbaro ataque. Ni  Felipe González, ni  Aznar, ni Zapatero, ni  Rajoy o el rey de España, que juró los principios fundamentales del movimiento, ni siquiera han enviado una tarjeta de condolencia. Menos el ejército español como brazo ejecutor del franquismo, ni mucho menos la propia iglesia católica que no se ha atrevido a condenarlo ni a rezar un responso en nombre de las víctimas. Así no es de extrañar que el tristemente célebre cardenal Gomá, arzobispo de Toledo y primado de las Españas, haya bendecido el bombardeo: “ lamento como el que más lo que ocurre en Vizcaya pero no había más remedio que limpiar la mala hierba de la  viña del señor”

Por último el ejército franquista obligó a los presos políticos y a los represaliados del bando republicano a realizar los trabajos de desescombró y reconstrucción de Gernika. Los pobladores tuvieron que enterrar a los muertos sin mayores ceremonias, tuvieron que callarse la verdad  de lo que acontecido  y para rematar  ¡Franco fue nombrado por el ayuntamiento hijo adoptivo de Gernika!  Esta es la gran paradoja: las víctimas a la picota y el verdugo honrado con las más altas condecoraciones.

Sin justicia y reparación es imposible que se cierren las heridas, es imposible abrir el camino a la reconciliación.

Por eso de nada vale cantar himnos de paz y fraternidad cuando la memoria histórica se pisotea impunemente y las víctimas y sus familiares sufren el más indignante desprecio y humillación.

Carlos de Urabá 2014

Amman-Jordania
 

jeudi 24 avril 2014

Portugal: 40 aniversario de la Revolución de los Claveles. Nostalgia y resignación.


A las O: 20 horas del día 25 de abril de 1974 en la programación de Radio Renascença inesperadamente se escuchó la canción Grándola, Vila Morena del autor José Afonso (una pieza clásica del folclor del Alentejo que hace referencia la fraternidad entre los campesinos) que estaba censurada por la dictadura por sus alegorías al comunismo- Está era  la señal esperada por los integrantes  del Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA) para iniciar el levantamiento en las diferentes cuarteles del país. Una facción de militares de mando medio cansados del terrible desgaste de las guerras coloniales de Mozambique, Guinea-Bissau y Angola y la ruina económica que esto generaba decidieron amotinarse contra la dictadura salazarista.

Entre los que luego serían conocidos como los “capitanes de abril”  se destacaban Otelo Saravia de Carvalho, Vasco Lourenço, Salgueiro Maia, Vasco Goncalves.  En tan sólo unas horas el Estado Novo (1926- 1974) la dictadura más antigua del continente se derrumba. Los insurrectos van sumando incondicionales y se dirigen a Lisboa a tomar los centros neurálgicos del poder.

Al amanecer los tanques de las unidades de caballería invaden la capital en una marcha triunfal sin precedentes. Las guarniciones de la infantería, la marina, la aviación se unen a los golpistas   y la población civil emocionada les depara una multitudinaria bienvenida. Los versos de la canción Grándola de José Afonso cobran inesperadamente su verdadero significado: “el pueblo es el que más ordena”.

En una de las plazoletas del centro de Lisboa una vendedora de flores emocionada le regala  un clavel rojo a un soldado en muestra de agradecimiento.   Ese gesto poético se transforma en el símbolo de la rebelión que a partir de entonces se conocerá como “la revolución de los claveles”. Una revolución pacífica que renuncia a la violencia pero que está decidida a enterrar al fascismo. El pueblo ansioso por saciar su sed de libertad eufórico se desborda cual río embravecido por las calles lisboetas.  Los manojos de claveles se agotan y por arte de magia  la primavera florece en el cañón de los fusiles.  

Los soldados del MFA rápidamente se hacen con el control de los enclaves estratégicos tales como la radio, la  televisión, los ministerios y el Cuartel do Carmo donde se refugiaba el premier Marcelo Caetano.  Tras tensas negociaciones el dictador se rinde y con todo su gabinete es conducido hasta al aeropuerto donde aborda un avión con destino a Brasil.

Mientras tanto la algarabía  arrecia en las calles celebrando el advenimiento de una nueva era. La revolución ha triunfado;  se liberan los presos políticos de las cárceles, se pone fin al estado represor y policial y se proclama el cese de la guerra colonial  en Angola, Mozambique y Guinea Bissau que abre el camino a los procesos de independencia. Los cabecillas de la asonada pretenden imponer el socialismo real donde todo el poder recaiga sobre  los trabajadores, los obreros y los campesinos. Un movimiento romántico y utópico que quizás no estaban preparado para fraguarse.

En España  la dictadura  franquista se muestra muy preocupada por los terribles acontecimientos que se desarrollan en el vecino país. Uno de sus aliados se desploma y la amenaza bolchevique que se creía neutralizada desde la derrota de la Unidad Popular en la guerra civil, se reactiva con gran virulencia. Hay que tomar medidas urgentes pues la conflagración puede extenderse a la España una, grande y libre, la reserva espiritual de occidente. De inmediato el caudillo ordena militarizar la frontera y  censurar toda  información que llegue a los medios sobre la crisis portuguesa. (Sólo a través de Radio Pirenaica o la BBC de Londres se podía obtener informaciones fidedignas)  Esas imágenes de un pueblo extasiado por el júbilo y felicidad que celebra su recién conquistada libertad era una provocación inadmisible. Y lo peor de todo es que los militares rebeldes simpatizaban con la Unión Soviética y pretendían instaurar una dictadura marxista. Hay que reconocer que Portugal tuvo el honroso mérito de derrocar a sus dictadores mientras que en España, por el contrario,  el generalísimo Franco fue ungido como héroe sacrosanto y enterrado con toda la pompa en el Valle de los Caídos.

No quedaba la menor duda que el  gobierno del “estado Novo” había sido víctima de una conspiración judeo-masónica auspiciada por agentes infiltrados al servicio de Moscú.  Inmediatamente se convocó un consejo extraordinario de ministros presidido por el Generalísimo Franco y el príncipe Juan Carlos  para analizar tan delicada situación. En una  sala del Palacio del Pardo  contemplaron horrorizados las imágenes grabadas por el corresponsal de TVE en Lisboa. Tales escenas donde el “populacho” celebraba la victoria presa de la histeria colectiva  les causó un profundo  sentimiento de asco y de repulsa. La España del imperio hacia Dios  tenía que hacer algo para salvar a Portugal de las garras del Marxismo.  ¿Quizás ir a su rescate al grito de ¡a mí la Legión!? Según documentos desclasificados de la CIA el presidente Gerald Ford y Henry Kissinger le rogaron a Franco que facilitara la entrada en Portugal de los marines para combatir a los comunistas. No olvidemos que Portugal había sido miembro cofundador de la OTAN y en esa época de la guerra fría no podían darse el lujo de perder a un incondicional aliado.

En todo caso poco a poco  la tormenta fue remitiendo y pronto la reacción se hizo con las riendas del poder desmovilizando el proceso revolucionario en ciernes. Al año siguiente Franco murió o, mejor dicho,  subió invicto a los cielos dejando como  heredero de su magnánima obra al rey don Juan Carlos I. Pero en todo caso ya las cosas no iba a ser las mismas, el mundo estaba cambiando a marchas forzadas y España no era una excepción.  Incluso en el seno del ejército surgió una tímida disidencia representada por la UMD (Unión Militar Democrática) de clara inspiración en la MPD de sus colegas  portugueses. Marruecos se aprovecha de esta turbulenta coyuntura e invade el Sahara español (al que Franco les había prometido su autodeterminación) También los grupos de resistencia antifascista (GRAPO, TERRA LLIURE, FRAP o ETA) no se quedan atrás y redoblan su campaña de atentados en un  intento por desestabilizar aún más al régimen. La sociedad española tras 40 años de dictadura, del mismo modo que en  Portugal tenía una insaciable sed de libertad. En las universidades estallan por doquier las manifestaciones de protesta estudiantil y las huelgas convocadas por los sindicatos se multiplicaban por todo el territorio nacional. Tales atentados contra la ley y el orden  fueron reprimidos salvajemente por la policía nacional y los cuerpos de seguridad del estado. El franquismo sabía que estaba en sus últimos estertores y necesitaba reconvertirse urgentemente en una monarquía parlamentaria.

Parece mentira pero los comunistas en Portugal estuvieron a punto de alcanzar el poder. Un hecho insólito que se frustró  por culpa de las divisiones internas de la izquierda y la falta de consenso.  En el año 1975 tras la convocatoria de elecciones constituyentes se dio paso a la socialdemocracia burguesa que persiguió a los militares revolucionarios criminalizándolos hasta las últimas consecuencias.

En España se aplicó con el  PCE la misma fórmula pues  no le quedó  más remedio que aceptar la restauración monárquica y la tutela del ejército franquista si quería integrarse de pleno derecho en el proceso de la mal llamada “transición constitucional”. La propuesta del PCE de organizar una Junta Democrática fracasó para dar paso a la Plataforma Democrática del PSOE completamente sumisa a los postulados de la  burguesía españolista.

Al cumplirse el 40 cumpleaños de la Revolución de los Claveles lamentablemente no hay nada que celebrar. Las perspectivas del país de cara al futuro no pueden ser más pesimistas. El gobierno de coalición conservador PSD- CDS ha destruido por completo el estado social, la constitución, el pluralismo sindical y la herencia ideológica que aún sobrevivía de los militares revolucionarios.

El rescate económico decretado por la troika (Unión Europea, el FMI y el BCE) en el 2011, ha sumido a Portugal en una profunda crisis pues las políticas de ajuste han traído como consecuencia un creciente desempleo, el aumento de los impuestos y el recorte de los programas de bienestar social. Video: http://youtu.be/abkwwH5CAPw  Portugal es un estado fallido, una víctima más del capitalismo depredador que va sembrando por el mundo el hambre y la miseria. Al parecer sólo les queda la resignación y la nostalgia. 

Carlos de Urabá 2014

Amman-Jordania
 
 

lundi 21 avril 2014

McCondo. ¡aprovechen! hoy está de oferta el realismo mágico.


La obra de García Márquez debe ser definida obligatoriamente como la de un escritor comprometido con su pueblo, la de un escritor  antifascista, antimperialista y anticlerical que rompió con todos los moldes establecidos de su época.  

Sus libros reivindican a esas masas condenadas a la exclusión y la ignorancia, denuncia  los abusos del poder representado por los políticos, militares, clérigos o gamonales pertenecientes a una sociedad feudal ultraconservadora y reaccionaría. El humanismo liberador en contraposición al egoísmo opresor.  
La prosa irreverente de García Márquez fue calificada en su momento por sus detractores de herética y blasfema,  “producto de un individuo degenerado que predica una ideología contraria  a los principios éticos y morales transmitidos por nuestros ancestros”.  Sobre todo, porque incita  al pecado y mancilla los fundamentos más sagrados de nuestra patria: la religión, el orden institucional y policíaco, la familia y las tradiciones más vernáculas.    
La aristocracia criolla, la oligarquía endogámica  se rasga las vestiduras. ¡A la hoguera! Gabo  es la cabeza pensante de una conspiración comunista -según los organismos de seguridad el F2 y el DAS- y para colmo amigo de Fidel Castro y admirador de la revolución cubana. “La lucha armada contra el poder establecido está más fuerte y extendida que nunca…” “¡A ese guerrillero hay que pararle las patas!”. Por eso no es de extrañar que durante el gobierno de Turbay Ayala -artífice del Estatuto de Seguridad- haya sido proscrito y perseguido. A tal punto que para salvaguardar su vida se vio obligado a exiliarse en México.

Ahora todos esos burgueses fariseos que en otros tiempos lo condenaban a la picota lanzan loas de admiración hacia su excelsa figura. Entre los  conversos de Macondo debemos resaltar al presidente Santos, Uribe, los Turbay, los López Michelsen, los Betancur, Gómez Hurtado, Samper...  Toda esa manada de hipócritas caraduras lloran desconsolados “la irreparable pérdida de un genio universal” “de este colombiano que engalanó los anales de las letras universales…” Hasta lo quieren santificar, elevarlo a los altares como el hijo más preclaro de la patria porque gracias a él los colombianos recobramos el orgullo perdido, porque gracias a él en el mundo se nos respeta y ya no somos reconocidos como traficantes de cocaína, sino como los hijos de Aureliano Buendía y la Mamá Grande. Si nos sirve de consuelo al menos aún nos quedan Shakira y Juanes para defender nuestra honra.
La burguesía colombiana es muy astuta y perversa pues hasta que la crítica internacional no encumbró a García Márquez y la Academia Sueca le otorgó en 1982  el premio Nobel literatura, no se dignaron a reconocer sus méritos.     

El gobierno colombiano de tendencia derechista y neoliberal no tiene ningún reparo en utilizar al “hereje” García Márquez como un reclamo publicitario más: “Venga a conocer Macondo, la tierra mítica de Cien Años de Soledad”. Hay que dejarse de prejuicios pues lo fundamental es promocionar la buena imagen del país y venderles a los turistas extranjeros el exotismo, la fantasía y la pasión de nuestro deslumbrante paraíso tropical. –En especial a los clientes de alto poder adquisitivo que son los que verdaderamente interesan -
La mítica Macondo hoy es McCondo, un reclamo publicitario, un artículo más de consumo, de consumo en serie igual que las hamburguesas o perritos calientes. Despojado de su carga subversiva se vende en los escaparates como un artículo de moda, un fetiche, un  souvenir que se compra en las librerías para colocarlo de adorno en la biblioteca o en la mesilla de noche.
García Márquez acabó siendo el gran empresario de una prestigiosa marca, de un producto de éxito, de un producto envidiado por todas las editoriales, el best seller del siglo con millones de libros vendidos y con millones de clientes potenciales a nivel planetario. Definitivamente la obra supera al autor.
La industria mediática explota con eficacia el luto y el duelo, su desaparición ha desatado la histeria colectiva en los titulares de la prensa, la radio, la TV, las revistas o en Internet. Por fin le ha llegado la hora de ascender al Olimpo y ocupar el trono junto a los grandes genios Shakespeare, Dante o Cervantes. García Márquez pasa a la inmortalidad y  es tal el impacto emocional  que de la noche a la mañana se han agotado todas las ediciones de sus libros. Una bonanza del carajo que va a multiplicar aún más su incalculable patrimonio.

Su muerte no ha sido nada épica, más bien vulgar. Él jamás hubiera escrito algo así como desenlace para una de sus novelas. Esa escena en la que un anciano aburguesado y decrépito aguarda en el lecho nupcial el último tranvía al más allá carece de embrujo y sólo inspira tristeza y desconsuelo.

Asistimos a la consagración del mito y los  sabios no se cansan en resaltar los parabienes de su magnánima obra. Endiosado por la crítica, seducido por las lisonjas y adulaciones del establishment (Reyes, príncipes, presidentes, ministros y embajadores lo adoptaron cual poeta palaciego) desarmado por completo de su discurso revolucionario que remueve las conciencias y estimula el pensamiento crítico. Nuestro último refugio es la nostalgia.

El sistema imperante devora su legado, lo frivoliza hasta convertirlo en un espectáculo folclórico, en un folletín, en un guion de telenovela o de una mediocre parodia cinematográfica. Esta es una estafa, es decir,  lo importante no es el fondo sino la forma, lo importante es que ese McCondo alucinado nos emborrache con su fuego fatuo a ritmo de boleros y vallenatos.

Carlos de Urabá 2014

Amman-Jordania.

samedi 12 avril 2014

Bastarda América

Hijos de la bastarda América, ¿por qué debemos seguir llevando ese nombre? ¿como homenaje al descubridor y el conquistador? No estoy de acuerdo.
Las mujeres indígenas, violadas y forzadas por ese conquistador. Un hijo no reconocido fruto de un acto vil y depravado.
¡Bastarda América!

vendredi 11 avril 2014

Héroes de la España anal.

Señoras y señores, ellos o, quizás mejor digamos, ellas son las nuevas heroínas del la España postmoderna. Fundadores del movimiento cultural más esplendoroso: "la España Anal".
Welcome y satisfaction.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

jeudi 10 avril 2014

¿Por qué debe quedar impune el genocidio de Sabra y Chatila?


Hojeando un libro de historia del arte descubrí por casualidad un cuadro del pintor flamenco del siglo XVI Pieter Brueghel el Viejo intitulado  “el triunfo de la muerte”.  Rabioso me pregunté: ¿Por qué dejar que la muerte triunfe? Esto no puede ser. Me opongo rotundamente a la resignación y el olvido.

El 6 junio de 1982 el ejército de Israel por orden del primer ministro Menahem Begin invadió el sur del Líbano en respuesta a los innumerables ataques llevados a cabo por la guerrilla palestina- disparo de morteros y de cohetes katiuska incluidos- que amenazaba con despoblar la frontera norte.  Esta operación bautizada “Paz para Galilea” tenía la finalidad de eliminar las bases de la OLP encabezadas por Yasser Arafat.

Otro de los detonantes de la invasión, según medios extraoficiales,  fue el atentado que sufrió el 3 de junio del 1982 Shlomo Argov embajador de Israel en Londres  y que lo dejó gravemente herido. Una acción perpetrada por un comando palestino afín a Abu Nidal que provocó la indignación del gobierno de Tel Aviv. En un principio Los chiítas libaneses se mostraron favorables a la intervención  pues para ellos los palestinos no eran más que unos “comunistas apóstatas” que ofendían el buen nombre de Allah y su profeta. Luego cuando se dieron cuenta que los judíos pretendían quedarse indefinidamente en su territorio fundaron el grupo de resistencia armada Hezbollah con el apoyo de Irán.

El Ejército del Sur del Líbano al mando del comandante Saad Haddad- aliado de Israel escoltó a las tropas del Tzahal camino de Beirut persiguiendo a los 16.000 fedayines, morabitun nasseristas y sirios que intentaban escapar a la campaña de exterminio. La “operación contraterrorista” -como la denominaban los judíos-  debía cumplir al ciento por ciento con los  objetivos propuestos.  Los bombardeos de la aviación, la artillería o carros de combate eran tan devastadores que al final de la contienda la cifra de víctimas entre la población civil y los combatientes superó los  18.000 muertos y 30.000 heridos.   

Dos meses después del inicio de la ofensiva  la OLP cede a las demandas de Israel y  firma un principio de acuerdo ante el enviado especial de Ronald Reagan, el diplomático Philip Habib. En este documento la OLP se comprometía a abandonar el Líbano si a cambio les dejaban embarcar con todo su armamento, pertrechos y sus efectivos con rumbo a algún país árabe amigo. Además, exigían que se garantizara la seguridad de la población civil palestina con el envío de una fuerza de interposición internacional. Los libaneses pensaban que con esta decisión se alcanzaría definitivamente la paz pero se equivocaban. También los refugiados de Sabra y Chatila respiraban aliviados y comenzaban a reconstruir sus casas destruidas por los violentos ataques del ejército de ocupación.  En Beirut no había agua, ni electricidad, las infraestructuras estaban colapsadas (puentes, oleoductos, aeropuertos, carreteras, hospitales, escuelas) y reinaba por doquier el caos y la miseria.

El 1 de septiembre de 1982 14.000 Soldados de la OLP y de Siria fueron evacuados desde el puerto de Beirut en barcos griegos con destino a Túnez. El 10 de septiembre la fuerza multinacional, integrada por norteamericanos, franceses, italianos y británicos, sorpresivamente abandona el Líbano. A partir de ese momento los refugiados palestinos quedaron indefensos y no tuvieron más remedio que confiar en la palabra empeñada por los garantes internacionales Reagan, Mitterrand y Pertini que les prometieron que sus vidas serían respetadas.

Pero en el  Líbano se libraba una sanguinaria guerra civil marcada por las rencillas y venganzas. Los paramilitares de la falange cristiano libanesa tenían fama de ser crueles  y sanguinarios. Su máximo líder Bashir Gemayel - principal aliado de Israel en el Líbano-  los sionistas le encargaron la misión  de hacer el “trabajo sucio” y resolver por las buenas o por las malas el llamado “problema palestino”. Bashir favorecido por la  situación política inestable, la crisis económica y el desgaste de la guerra civil es elegido por el congreso candidato único y nombrado el 23 de agosto de 1982 -bajo la recomendación de los judíos- presidente del Líbano.

El acuerdo que se firmó entre la OLP, Israel y el gobierno del Líbano, bajo la supervisión de EE.UU, especialmente subrayaba que los refugiados y los sunitas libaneses podían vivir tranquilos mientras no alteraran el orden establecido.   A principios del mes de septiembre del 1982  el Ministro de Defensa israelí  Ariel Sharon denunció que “los campos de refugiados se habían convertido en un nido de guerrilleros terroristas de la OLP” Encima un acontecimiento extraordinario iba a trastornar aún más el turbulento panorama:   el día 14 de septiembre de 1982 víctima de un violento atentado en la sede el Partido Falangista en el barrio de Achrafieh muere asesinado por una bomba el presidente electo Bashir Gemayel y 26 de sus correligionarios. De inmediato se culpó a los palestinos y sus aliados nasseristas del magnicidio.  Los miembros de la Falange presas de una ira incontenible se aprestaban a vengar a su amado líder.  

Ariel Sharon al enterarse del asesinato de su incondicional amigo envía una avanzada del ejército sionista a Beirut oriental, donde había acordado no intervenir. Los israelíes bloquean completamente los campos de refugiados pues la inteligencia judía afirmó que más de 2.000 guerrilleros de la OLP permanecían allí escondidos. El día 16 de septiembre Sharon pactó con Elie Hobeika, jefe de seguridad de Bashir, en el Cuartel General de la Falange que sus tropas serían enviadas a patrullar los campamentos de refugiados con el fin de limpiarlos de “terroristas palestinos”. En esos instantes el mando militar de ese sector de Beirut estaba a cargo de los israelíes y por lo tanto ellos eran los responsables de lo que le sucediera a la población civil.

De inmediato unos 150 milicianos de la Falange entrenados disciplinadamente por los israelíes, quienes les proveyeron de armamento y pertrechos, entran en Sabra y Chatila.  Los kataeb armados hasta los dientes con ametralladoras, hachas, cuchillos y machetes venían a saciar su sed de venganza.  Enloquecidos sacaban a las gentes de sus casas y sin compasión los fusilaban  contra las paredes. Otros se dedicaban torturar sádicamente a sus víctimas; sobre todo,  a violar a las mujeres o a las niñas para rematarlas degollándolas. Las bestias insaciables reían alborozadas contemplando el dolor ajeno sin importarles si se trataban de bebés, niños, mujeres o ancianos.  Muchos agonizaban entre escalofriantes estertores mutilados,  castrados o cosidos a puñaladas. En esta feria de los horrores a muchas mujeres les cortaban el pecho,  a las embarazadas les abrían el vientre para extraerles los fetos y aplastarlos contra el asfalto. La orgía de sangre se prolongó, según los testigos, por más de 36 horas. Estaban borrachos y poseídos por el demonio, los perros rabiosos querían arrasar con todo y al segundo día hicieron acto de presencia las excavadoras derribando las humildes casas donde entre alaridos los supervivientes suplicaban clemencia.  La sangre corría a borbotones, ríos de sangre que se desbordaban por las acequias de los campos de refugiados, a tal punto que más bien parecía la fiesta del aid al- Adha -que se celebra 70 días después de terminar el ramadán- cuando se sacrifican los corderos y se baña con su sangre la tierra para refrendar el pacto de sumisión a Allah. Al caer la noche el ejército israelí desde sus posiciones de vanguardia lanzaba bengalas para iluminar los campos y facilitar así la gloriosa operación de “limpieza antiterrorista”. Lo que no se sabe es qué pasó con las cientos de personas que sacaron en camiones de los campamentos.  Jamás se volvió a tener noticias de ellos pues desaparecieron sin dejar huella.  

Algunos oficiales israelíes escandalizados le informaron a Sharon sobre las macabras escenas que presenciaban. Pero el Ministro de Defensa hizo caso omiso a los requerimientos pues estaba muy ocupado en compañía del alto Estado Mayor y no tenía tiempo para nimiedades. Al fin y al cabo si unos árabes mataban a otros árabes ese no era su problema.

El genocidio de Sabra y Chatila sin duda alguna fue una retaliación, una brutal venganza de los cristianos falangistas  por el asesinato de Bashir Gemayel y las matanzas que se desarrollaron en poblados cristianos durante la guerra civil.  Una de éstas fue la Damour atribuida a los guerrilleros de la OLP, los soldados sirios y libaneses nasseritas o morabitunes, en la que Elie Hobeika  perdió a parte de su familia y a su novia con la que estaba a punto de contraer matrimonio. Desde ese entonces juró que bebería la sangre palestina en el cráneo de un fedayín.

Tras la masacre el ejército libanés se dedicó a ocultar las pruebas y con la ayuda de la Cruz Roja a enterrar en fosas comunes los cadáveres de las víctimas. En todo caso la presencia israelí se extendió durante más de tres años y los ataques contra los campamentos de refugiados palestinos no cesaron. La persecución no sólo de los judíos sino también por parte del ejército libanés, de los Kataeb, los milicianos de Amal,  el Ejército del Sur del Líbano, o  de Hezbollah ha sido inmisericorde. Basta con echar una ojeada a las operaciones de castigo que se llevaron a cabo en: Burj el Barajneh, Rashiddyeh, Sabra y Chatila (1985-1988), Nahr el Bared, Bourj ash-Shamali, Ain al Helue donde sembraron la muerte y la destrucción.

Hoy  Sabra y Chatila pertenecen al término municipal del Gobeiri (gran Beirut) En Sabra ya no hay refugiados palestinos y todos se han concentrado  en Chatila (bajo la administración de la UNRWA)  Su población se estima en unas 30.000 almas hacinadas en apenas 3 kilómetros cuadrados y que se reparten entre palestinos, musulmanes libaneses, chiítas libaneses e innumerables inmigrantes procedentes de India, Pakistán, Filipinas o Bangladesh. El paisaje de los campos está jalonado de  construcciones ruinosas y medio derruidas en las que todavía permanecen imborrables  las huellas de  los disparos y las bombas.

En una de esas casas perdida entre esas laberínticas callejuelas nos encontramos, -gracias a los buenos oficios del ingeniero Ali Jatib (graduado en Cuba)-con el señor Ahmed Ali Al Jatib quien fue testigo directo de la masacre de Sabra y Chatila. El señor Ahmed haciendo un gran esfuerzo para recordar esos hechos tan dantescos en los que perdió a su padre, madre, cuatro hermanos, tres hermanas y la abuela, en total a 10 miembros de su familia, nos concedió esta entrevista.  Vídeo: http://youtu.be/FXotGxFgens No es de extrañar que, como tantos otros refugiados palestinos de Chatila, el señor Ahmed se encuentre psicológicamente hundido. Nos dijo que no puede dormir, que sufre de insomnio crónico, que le asaltan las pesadillas y ni siquiera se atreve a salir de noche por esas estrechas callejuelas en las que se le aparecen los fantasmas de los muertos bañados en sangre. Con razón nos comentaron que la mayoría de los supervivientes prefieren callar pues temen que los falangistas puedan tomar represalias contra ellos o sus familiares.

En Sabra y Chatila continúa el duelo, un duelo perpetuo que hiela el alma.  

Y lo peor de todo es que nadie ha sido arrestado o juzgado todavía por este infame genocidio. Lo más aberrante es que muchos de  los responsables hoy son respetables hombres de negocios, políticos u  oficiales del ejército que disfrutan de una vida acomodada en  Beirut,  Tel-Aviv o en Jerusalén.
 Nadie quiere hacerse responsable de este espantoso crimen, todo el mundo niega  las evidencias y prefieren  echarle la culpa al otro; los judíos señalan a los  falangistas, los falangistas acusan a los judíos y entre los dos al ESL  En el año 2001 las familias afectadas por la masacre  interpusieron una querella criminal ante la justicia belga contra Ariel Sharon, pero ésta lamentablemente no prosperó pues los jueces aducen que no pueden procesarlo pues ninguno de los muertos era ciudadano belga.  Sharon murió sin rendir cuentas por sus crímenes como sin duda morirán sus cómplices.

Pero la lucha para que se haga justicia no puede detenerse, hay que seguir insistiendo ante los tribunales internacionales o la Corte de la Haya  porque los crímenes de lesa humanidad no prescriben.  Es imposible que pueda quedar impune tal monstruosidad, tantos miles de muertos y desaparecidos, torturados,  tantas familias rotas, tanto dolor y amargura. Es inconcebible.

Para los refugiados de Sabra y de Chatila, igual que las de los otros 12 campos existentes en el Líbano,  no existe el proceso de paz. La mayoría  no reconoce al gobierno de la ANP al que califican de  traidor por sentarse a negociar con el enemigo sionista.  Sólo queda resistir, resistir y resistir  hasta la completa liberación de Palestina con Jerusalén como capital.

Carlos de Urabá 2014

Amman-Jordania.