La jaula

La jaula
por la emancipación de los pueblos

lundi 27 octobre 2014

Clamor mundial por la liberación de George Abdallah.



El revolucionario libanés de la resistencia palestina cumple 30 años encarcelado en Francia.

Si un día Émile Zola escribiera el famoso J’Accuse, un alegato en defensa del capitán Dreyfus condenado injustamente a cadena perpetua en la Isla del Diablo en Guyana,  hoy no nos queda más remedio que repetir sus palabras y acusar al estado francés de secuestrar a George Abdallah, uno de los presos políticos más antiguos de Europa.

George Abdallah nacido en Koubeyat en el norte del Líbano en el seno de una familia cristiana maronita desde su adolescencia comenzó a militar en el PCL (Partido Comunista Libanes) y el Partido Nacionalista Sirio. Estudio magisterio en Beirut y ejerció  la enseñanza en una escuela del valle de la Bekaa.  Hasta que un trágico acontecimiento cambiaría radicalmente su vida: en 1970 el ejército jordano masacra  a miles de combatientes palestinos de la OLP y Al Fatha en el conocido como el Septiembre Negro. Los fedayines se ven obligados a buscar refugio en el Líbano donde instalan sus bases de resistencia. Es entonces cuando en el año 1971 Abdallah se adhiere al FPLP (Frente Popular de Liberación de Palestina) de corte marxista, secular y panarabista liderado por el cristiano ortodoxo palestino George Habash.  El FPLP contaba con el apoyo financiero y logístico  del presidente sirio Hafez al Assad y en su ideario se resume en la frase: “la única forma de vencer a Israel será aplicando las teorías marxistas-leninistas” Opuestos por completo al fundamentalismo islámico y favorables  a la instauración de un estado palestino no confesional.

En 1978 la firma de los acuerdos de Camp David entre Anwar el Saddat y Begin constituye un golpe muy fuerte en la lucha anti-sionista pues rompe la unidad del panarabismo. Pero en todo caso en 1974 ya habían comenzado las disensiones cuando Arafat pronunció ese discurso en la ONU en el que expuso su “programa de diez puntos” donde llegó a insinuar que estaría dispuesto a sentarse a negociar con Israel el futuro de palestina. Por su postura conciliadora George Habash lo acusa de traidor.

En 1978  ante los violentos ataques llevados a cabo por los fedayines contra los asentamientos en Galilea el ejército de Israel invade el sur del Líbano en la Operación Litani.  Abdallah se integra en los comandos del FPLP y organiza las FARL  (Fracción Armada Revolucionarias Libanesa) con el objetivo de “golpear al enemigo en cualquier lugar donde se encuentre”. Posteriormente viaja  a Argelia donde recibe entrenamiento militar en los campamentos guerrilleros instalados en ese país.  A partir de la invasión israelí al Líbano en 1982 (operación Paz para Galilea) -que desata la espantosa masacre de Sabra y Chatila- el FARL deciden castigar a los países imperialistas cómplices del sionismo.  En alianza con grupos como las Brigadas Rojas italianas, la Fracción del Ejército Rojo alemán o el grupo extremista francés Acción Directa lanzan una campaña de atentados en Europa.
En el año 1982 el FARL comete el asesinato del coronel Charles Ray, agregado militar en la embajada de EE.UU en París y el de Yakov Barsimantov agente del Mossad y segundo secretario de la embajada de Israel en París.

También son los responsables en el año 1984 del tiroteo contra el cónsul general de USA en Stransbourg el señor Robert Homme y el asesinato en Roma de Leamon Hunt quien fuera comandante de la Fuerza Multinacional en el Sinaí.

Los servicios secretos franceses le seguían la pista a Abdallah tras el arresto de algunos miembros de la organización y es detenido por la policía el 24 de octubre de 1984 en Lyon. Se le encarcela bajo el cargo de portar documentación falsa.  Un pasaporte argelino expedido a nombre de Abdelkader Saadi -

En 1985 sus camaradas del FARL secuestran al Consejero Cultural de Francia en Trípoli  (Líbano) Gilles Peyrolles con la intención de intercambiarlo por George Abdallah. En las negociaciones interviene el servicio secreto argelino que consigue la liberación de Peyrolles  y la promesa del gobierno francés de excarcelar a Abdallah.  Pero  incumplen su palabra y lo mantienen detenido.
La DST (Dirección para la Vigilancia del Territorio) descubre un estudio alquilado supuestamente a nombre George Abdallah en la rue Lacroix de París. En éste se encuentran dos pistolas ametralladoras que, según los peritos,  han sido usadas en el asesinato de Charles Ray y de Yakov Barsimantov, además de 25 kilos de explosivo y cuantiosa documentación con anotaciones caligráficas de Abdallah.

En 1986 se le condena a cuatro años de cárcel por posesión de armas y explosivos y uso de documentación falsa.

Mientras tanto entre 1985-1986 tienen lugar en Paris una serie de atentados terroristas-que dejan un trágico balance de 13 muertos y unos 300 heridos- reivindicados por el Comité de Presos Políticos Árabes que reclaman la liberación de Anis Naccachee, Varoujan Garbidjian y George Abdallah.
Estos ataques al parecer fueron planificados por el servicio secreto iraní como represalia al apoyo francés a Sadam Hussein durante la guerra de Irán e Irak. 

Los Estados Unidos- bajo la administración Reagan- se constituye en la acusación particular y junto al gobierno israelí ejercen presiones diplomáticas  sobre Mitterrand para que siente a George Abdallah ante un tribunal antiterrorista. En marzo del  el año 1987 se celebra un nuevo juicio y a pesar de que el fiscal había pedido para él una pena de 10 años, es encontrado culpable de complicidad en los dos asesinatos y condenado a cadena perpetua. George Abdallah se negó a reconocer la autoridad del tribunal y se rehusó contestar a los jueces al considerarlos “ilegítimos representantes de un estado criminal como es Francia” “soy un combatiente árabe de la guerra de liberación” “lucho para detener la agresión imperialista de los criminales yankees”  “ustedes son cómplices de aquellos que han invadido mi país y responsables también de la destrucción y muerte del pueblo palestino”. Fueron sus diatribas expresadas a modo de defensa.

Desde entonces permanece recluido en las cárceles francesas en régimen de aislamiento y máxima seguridad.

A pesar que sus abogados han interpuesto recursos para su puesta en libertad en más de ocho ocasiones el ministerio de Justicia, a través del Tribunal de Aplicación de Penas, las ha rechazado todas bajo el pretexto que “Abdallah todavía representa una seria  amenaza para la seguridad del país”. En 2003 un tribunal de Pau acordó su libertad condicional pero la presión del gobierno de los EE.UU ha sido determinante para anularla.

Abdallah jamás va a renunciar a sus ideales - que para él son sagrados- y sigue comprometido en la lucha revolucionaria contra el imperialismo.  Él sostiene que tomó las armas porque su país fue invadido por los sionistas, pero hoy todo ha cambiado y prefiere dedicarse a la lucha política. Aunque no puede asegurar que no volverá a empuñar un fusil si Israel invade nuevamente el Líbano.

El sistema carcelario francés pretende destruirlo física y psicológicamente; despolitizarlo y criminalizar la lucha de resistencia del pueblo palestino. Al fin y al cabo su rehabilitación ha sido un fracaso pues el reo se mantiene firme y consecuente con sus principios antimperialistas, anticapitalistas y antifascistas. Asume con valentía la responsabilidad de sus actos sin ningún cargo de conciencia.

Ellos quieren que acepte que estaba equivocado, que reniegue de sus principios y reconozca que su lucha ha sido inútil. Debe manifestar públicamente su arrepentimiento y hacer una condena explícita del terrorismo. Someterse al estado de derecho y admitir su error.  Ya ha pasado 30 años en la cárcel y es hora de que asuma su derrota.

George Abdallah no se rinde, no va a rogar clemencia pues su espíritu revolucionario no le permite pisotear su dignidad. Él  no está solo porque hay cientos de asociaciones o colectivos de derechos humanos en Europa, Medio Oriente y en el mundo solidarios con su causa y que reclaman desde hace años ante las autoridades francesas su inmediata  liberación.

En el 2012 se hizo una nueva demanda de libertad condicional avalada por psicólogos y especialistas que le han calificado de un recluso modelo, estudiosos y disciplinado. Aunque su actitud no es políticamente correcta pues utiliza un lenguaje rebelde y agresivo incompatible con la gravedad de sus antecedentes penales.   De ahí las autoridades de francesas, sumisas a los dictados de Israel y EEUU, hayan emitido una sentencia desfavorable.

La actual situación política mundial juega en su contra pues el terrorismo islámico le ha declarado la guerra a occidente.  Liberar a Abdallah en estos momentos sería un escándalo mediático mayúsculo. La opinión pública se encuentra muy sensibilizada con la amenaza de los grupos yihadistas y el sangriento conflicto que se desarrolla en Irak y Siria. Por tal motivo  el presidente Hollande y su primer ministro Manuel Valls se niegan en rotundo a ponerlo en libertad y enviarlo de regreso a su patria.

Hoy en día Abdallah permanece recluido en la Maison Centrale de Haute Sécurité de Lannemezan, Midi Pyrénées. Este sábado 25 de octubre de 2014 se llevarán a cabo varias marchas de solidaridad exigiendo su liberación al cumplirse sus treinta años de encarcelamiento. Según el derecho francés debería estar libre desde 1999 pero una venganza de estado, propiciada por los Estados Unidos e Israel, lo condenan a la muerte en vida. 

Carlos de Urabá 2014.

lundi 13 octobre 2014

La otra guerra de Palestina: la lucha por la soberanía alimentaria.





Acaba de terminar la fiesta del cordero o el Eid el Adha y la pregunta que nos planteamos es ¿en Palestina dónde se crían los corderos?, ¿dónde están los pastores? Y la respuesta es que por culpa de la ocupación sionista ya no hay campos para darle de comer al ganado y el oficio de pastor ha desaparecido casi que por completo. Basta con echar un vistazo al entorno natural para comprobar el amargo panorama: cercas, vallas electrificadas, muros, controles militares, campos minados, es decir, barreras infranqueables que afectan no sólo al ser humano sino también al medio ambiente.

En Palestina el mundo rural y la cultura popular agonizan.  El invasor israelí los ha despojado de las mejores tierras, de sus pueblos, de sus recursos naturales y hasta de sus almas. En Cisjordania desde el año 1967 los colonos judíos han construido más de 50 asentamientos en una clara violación de las resoluciones emitidas por la Asamblea General de la ONU. Este proceso va a ser muy difícil revertirlo porque ellos “sólo cumplen órdenes de Yahvé y jamás podrán desalojarlos de sus hogares”. La presión demográfica es insoportable y falta espacio para acoger a los futuros inquilinos.

El censo poblacional de las ciudades de Cisjordania o Gaza nos revela el catastrófico abandono del medio rural. El campo es un escenario hostil plagado de peligros pues los judíos no han renunciado a sus intenciones de anexionarse por completo lo que queda de Palestina.  Como lo demuestra el caso del pastor Salman y su familia- protagonista de este documental http://youtu.be/PlXpLHcmkh0 al que el gobierno israelí ha confiscado sus propiedades en Hebrón. -Los colonos ultra ortodoxos van ampliando su radio de acción y no toleran intrusos. Ahora deben iniciar una nueva vida y adaptarse a un entorno artificial donde el campo ha sido urbanizado.  


Los grandes empresarios  judíos son los que realmente dominan el sector agrícola y ganadero. Esta es una actividad muy lucrativa gracias a la explotación de mano de obra extranjera-entre los que están incluidos los palestinos- El arduo trabajo de los jornaleros y peones les permite obtener extraordinarias plusvalías y multiplicar sus beneficios. Israel posee una industria agroalimentaria muy bien desarrollada capaz de competir con cualquier país  del primer mundo.  

La FAO recalca que la soberanía alimentaria es un derecho fundamental de los pueblos y sin ésta difícilmente podrán asegurar su libertad e independencia. Y este es el caso de Palestina que, a pesar de gozar de una cierta autonomía política tras la firma de los acuerdos de Oslo, su estatus no es otro que el de una colonia israelí. La potencia ocupante controla la tierra, el agua, las semillas, los recursos genéticos, y la biodiversidad. La economía palestina es meramente subsidiaria y no tienen la capacidad para autoabastecerse.  Además su dieta tradicional va siendo reemplazada por la alimentación industrial que imponen las grandes cadenas de supermercados o las multinacionales.

Los cultivos ecológicos, el pastoreo o la cabaña avícola y ganadera dirigido por los productores locales no alcanzan para satisfacer la demanda. Y lo más crítico quizás sea la dependencia extrema de miles y miles de refugiados que necesitan para sobrevivir de los alimentos de primera necesidad que les aportan los organismos de ayuda humanitaria como ONU, la Media Roja  o las ONGs.

El boicot internacional a los productos israelíes es una de las fórmulas más eficaces para socavar  su economía y castigar su vil actitud genocida.

Carlos de Urabá 2014