La jaula

La jaula
por la emancipación de los pueblos

mardi 23 septembre 2014

Tour revolucionario por el campo de refugiados palestinos de Chatila. (Documental)




Semana de homenaje a las víctimas del genocidio de Sabra y Chatila en Beirut (Líbano)

Estuvimos grabando un documental en el campo de refugiados palestinos de Chalita junto al ingeniero Ali jatib. El ingeniero Ali Jatib, cuya familia es originaria de Halsa, Palestina ocupada, es un refugiado que cursó sus estudios en Cuba y es un estudioso de la historia revolucionaria latinoamericana. Como la mayoría de los palestinos siente una gran admiración por personajes que se han destacado en su lucha anticolonialista e antimperialista tales como Bolívar, el Che Guevara, Fidel Castro o Hugo Chávez.

No hay la menor duda que la historia de Palestina marcada por la ocupación y el despojo es muy similar a la nuestra. Es por eso que los refugiados palestinos profesan un gran cariño a Latinoamérica y nos consideran sus hermanos; sobre todo,  gracias al apoyo solidario que siempre hemos manifestado a favor de su lucha contra el invasor sionista.

Esta semana se reúnen en Chatila cientos de activistas llegados desde los lugares más alejados del planeta que vienen a expresar su solidaridad con la causa del pueblo palestino. El internacionalismo es un factor clave en este proceso emancipador y liberador.

Este documental titulado: “Tour revolucionario por el campo de refugiados palestinos de Chatila”  es una visita al corazón de ese gueto marginal donde se han visto obligados a buscar asilo tras ser expulsados de sus tierras en la Nakba. Guiados por el Ing. Ali Jatib podremos observar la cruel realidad en la que se desenvuelve su vida diaria y las carencias de todo tipo que tienen que sufrir. Aunque la situación es crítica y de permanente emergencia, no han perdido la esperanza y la fe en el pronto retorno a su patria.


En el Líbano los refugiados palestinos se sienten amenazados, la persecución no cesa y más ahora con el convulsionado ambiente que reina a raíz de la guerra civil que se desarrolla en Siria. Miles de refugiados palestinos que residían allí han tenido que huir al Líbano para salvaguardar sus vidas desatando las protestas del gobierno libanés. Las autoridades se niegan a acogerlos pues los considera intrusos que ponen en peligro el delicado equilibrio confesional y sectario.

Carlos de Urabá 2014.





lundi 15 septembre 2014

“La única forma de regresar a Palestina será con un fusil en la mano”


En el Líbano existen aproximadamente 450.000 Refugiados palestinos pertenecientes la mayoría al exilio originado por el  desastre de la Nakba en 1948. Desastre que contó con la complicidad de la ONU después de que se aprobara su plan de partición.

Durante el desarrollo de la guerra árabe-israelí de 1948 miles y miles de pobladores palestinos tuvieron que escapar de sus hogares ante el avance del ejército de ocupación sionista. Las propias naciones árabes implicadas en el conflicto bélico, los abandonaron. La única salida fue   buscar asilo en los países limítrofes o de lo contrario hubieran perecido víctimas de la barbarie y limpieza étnica. Los habitantes del norte de Palestina originarios de Akka, Haifa, Tiberíades, Nazareth, Sheikh Danun, Al Ghabissiye, Dir Alqasi, Ikrit, Biram, Shaab, Naharia, Deir Al Asad, Biina, Safed,  principalmente campesinos, labradores, obreros, pescadores, artesanos se vieron obligados a refugiarse en el Líbano.

La ONU, con el visto bueno del gobierno libanés, se hizo cargo de la emergencia humanitaria  improvisando unos  campamentos con tiendas y barracones para brindarles asilo providencial  a la espera de encontrar una pronta solución política que hiciera viable su retorno-.  Pero el asunto  se fue alargando en el tiempo; caían las hojas del calendario,  pasaban los años y la desesperanza se fue apoderando de sus espíritus. Entonces, no tuvieron más remedio que echar raíces en una tierra inhóspita, rehacer sus vidas en un país hostil que los consideraba y considera poco menos que apestados. Y ahí en esos terrenos baldíos construyeron sus infames madrigueras; sin espacio vital, hacinados, carente de servicios públicos y a expensas de la caridad de los organismos de ayuda humanitaria.  El gobierno libanés los calificó de “intrusos indeseables” que con su presencia desestabilizaban el país. –Más adelante los acusó de “terroristas”-Los propios cristianos o chiítas y hasta sus hermanos sunitas los miraban con recelo. (Amal apoyado por Siria, el Hadad, el Kataeb) La paradoja es que se convirtieron en sus más enconados enemigos, quizás peores que los propios sionistas.

Estuvimos visitado los  campos de refugiados de Sabra y Chatila, Nahr al Bared,  Badawi, Ein al Hilwe, o Gouraud en el Líbano y, aunque ya han pasado 66 años de exilio, pocas cosas han cambiado.  En esos malditos guetos el 65% de la población se encuentra  en una  situación de extrema pobreza y carecen de los más elementales derechos sociales y civiles.

Ellos son conscientes que es casi imposible que puedan regresar a su tierra pues Israel se ha fundado sobre las ruinas de sus pueblos y ciudades. No existe negociación posible mientras no se respete el derecho al retorno de los refugiados. De nada valen los diálogos, las cumbres y toda esa inútil demagogia. Sólo con el poder de las armas podrán reconquistar su patria.

Es una injusticia que a estas alturas del siglo XXI todavía estemos hablando de este drama. Y encima, por culpa de la guerra civil que asola Siria, a los refugiados palestinos en ese país (se contabilizan 600.000 mil) les ha tocado padecer una segunda Nakba pues para poner a salvo sus vidas no les ha quedado otra alternativa que huir al Líbano.

Durante estos terribles años de exilio han soportado demasiadas humillaciones, demasiado dolor y sufrimiento. Han padecido lo indecible; mil y una agresiones, ensañamiento  hasta casi  el exterminio.  Han perdido familiares, seres queridos, amigos,  han sido asesinados, martirizados, violados, torturados en las incontables batallas contra judíos, falangistas cristianos o chiítas. Condenados a la más despiadada persecución el único consuelo que les queda es empuñar un fusil kaláshnikov y vender caro su pellejo. Como desahuciados  su principal objetivo es  que Israel no descanse en paz. Porque la economía israelí no está en capacidad de soportar el estado de guerra permanente y tal desgaste hará que irremediablemente colapse.

Los refugiados palestinos con templanza han sabido resistir y mantenerse firmes. Su filosofía es muy clara: si alguien muere nacerán diez o veinte  para reemplazarlo.  Los más viejos saben que les va a llegar pronto la hora y  morirán en el exilio.  Sus hijos deben cumplir la sagrada promesa de regresar a su patria.  Así hayan sido borrados del mapa sus ciudades y pueblos, los reconstruirán,  aunque el sionismo  les hayan cambiado los nombres, los refundarán, aunque sus campos hayan sido arrasados volverán a reverdecer los olivos y a echar sus flores los almendros. El amor por la madre patria palestina es algo que se transmite genéticamente de padres a hijos. Los refugiados no admiten chantajes ni recompensas monetarias o indemnizaciones. No importa, si no es hoy será mañana, los nietos, los biznieto, los tataranietos harán realidad este sueño así pasen 100 años, 200 años o 300 años. Aunque sea convertidos en esqueletos, regresarán. 

En las casas de los refugiados cuelgan en las paredes las fotos de sus familiares, de sus hijos, de sus hermanos, de sus abuelos -muchos de ellos martirizados en esta desigual lucha contra un enemigo implacable. No hay llanto porque se han vertido ya todas las lágrimas, no hay palabras porque se acabaron las quejas y los reproches.

En el Líbano la situación es muy crítica pues la guerra civil Siria ha provocado tal avalancha de refugiados (ya superan la cifra de 600.000) que el gobierno libanés intenta frenarlos a  base de leyes xenófobas y restrictivas.

Los enfrentamientos entre chiítas y sunitas  se han recrudecido implicado también a los palestinos, pues por ser sunníes el precepto religioso les obliga a enfrentarse a los chiíes y el ejército libanés. Ante una situación tan grave  el presidente de la ANP Abu Mazen y Meshal, líder de Hamas han declarado que ellos se mantienen neutrales en este conflicto.

En todo caso el frente de guerra en la frontera con Israel sigue abierto. Las milicias de  Hezbollah,  como también los grupos palestinos del FPLP, de Al Fatah Abu Ammar, la OLP, Hamas, o la Yihad Islámica continúan en guardia. El alto el fuego supervisado por las fuerzas de interposición de la ONU puede romperse en cualquier momento. Últimamente y, a raíz del genocidio en Gaza, Hamas ha pedido a Hezbollah solidaridad para su causa. El gran muftí del Líbano Mohamed Rashid Qabbani (el 29-07-2014) ha lanzado un llamamiento a la yihad para liberar a la tierra sagrada Palestina de las garras del sionismo.

No existe ninguna posibilidad de paz ni de reconciliación pues los recuerdos de tantas matanzas y masacres los han envenenado de odio y de venganza. En difícil olvidar a  Nabatieh,   Tel Zaatar o Sabra y Chatila. http://youtu.be/0LKaNpm06EI Además esta historia aún no ha terminado y quién sabe cuál será el próximo capítulo sangriento. Los niños quieren emular a los valientes guerrilleros o fedayines a los que la opinión pública mundial llama  “terroristas”  y que ellos consideran héroes que defienden su identidad, sus raíces, su religión, su tierra madre.  El ejemplo de los mártires los llena de orgullo y por todas partes se le rinde tributo a su memoria.

 “mi tierra perdida, la tierra de mis ancestros. Con determinación lucharé por ella. Palestina es mi patria, ¡fedayín, fedayín! 

Los refugiados no desean inspirar sentimientos de pesar o de compasión, ni mucho menos explotar el victimismo. Uno de los hechos más humillantes es la dependencia de los organismos de ayuda humanitaria de la ONU, UNRWA,  Cruz Roja o Media Luna Roja. Ya no aguantan más arbitrariedades e imposiciones.  La impunidad y el confinamiento hacen que pierdan la confianza en el futuro. Psicológicamente están al límite y en la desesperación muchos prefieren el martirio o el suicidio antes que seguir soportando esta lenta agonía. Incluso el yihadismo gana adeptos pues sus dirigentes aburguesados se dedican al desfalco y las corruptelas.

Se sienten extranjeros, desarraigados,  perseguidos y hasta malditos. Podríamos decir que su historia se parece a la de otros pueblos del mundo víctimas del genocidio como los indígenas americanos, las tribus  africanas, y tantas otras  etnias extintas de las que no nos  quedan más que unos vagos recuerdos en los libros, los tratados, o los museos. Israel espera que pase lo mismo con los palestinos, es decir,  convertirlos en objetos folclóricos, materia de estudio o inspiración para los investigadores,  antropólogos y escritores. Como bien los expresaran reiteradamente los líderes sionistas con la conocida sentencia de: “los viejos morirán y los jóvenes olvidarán”
Carlos de Urabá 2014

Túnez.
 
 
 
 

mercredi 10 septembre 2014

La yihad españolista afila la espada para descabezar al independentismo catalán.


El proceso soberanista catalán entra en una fase crítica y crucial. Sus promotores han anunciado la intención de seguir adelante hasta las últimas consecuencias aunque el Tribunal Supremo los condene por herejes y el presidente Rajoy los amenace con tomar medidas excepcionales si no se arrepienten de sus pecados. Desde luego que  el españolismo no va a quedarse cruzado de brazos y a buen seguro que utilizará todas las armas, legales e ilegales a su alcance, para boicotear o sabotear el referéndum. ¿Una Cataluña libre? Ni hablar. El reino español cuenta con argumentos poderosos para disuadir a los rebeldes y no precisamente a base de razonamientos verbales o decretos, sino sacando a relucir la afilada espada del Cid Campeador. Porque el gobierno central ha perdido la paciencia y no hay otra alternativa que meterlos en cintura pues “con la unidad de España no se juega”    Así que de nada valen tanto pataleo del derecho a decidir o la libertad de expresión refrendada en multitudinarias manifestaciones.  Los catalanes son súbditos del rey de España y como tal deberán acatar el ordenamiento constitucional.”

Una señal inquietante ha sido el atentado cometido el pasado 5 de agosto contra el monumento al presidente Lluís Companys en Tornabous (Tarròs), Lleida  cuya autoría se le atribuye a un comando fascista. La estatua en memoria de Lluís Companys fue decapitada y una placa conmemorativa destrozada por completo.  Además, la bandera catalana fue vilmente ultrajada.  Igual sucedió con el “pi de las tres Branques” (símbolo de la libertad de los Països Catalans)  en Castellar del Riu, que apareció  mutilado con una motosierra.

Estos hechos no pueden pasar desapercibidos pues el nacionalismo español ultra ortodoxo es capaz de cometer los peores crímenes. Para el yihadismo españolista es un sagrado deber  defender los más altos ideales del generalísimo Franco que un día proclamara la “gloriosa Cruzada Nacional” para salvar a España del ateísmo y el separatismo.

No queremos ser alarmistas pero la naturaleza del españolismo es muy siniestra y perversa. No hacemos más que  remitirnos a los antecedentes históricos que nos revelan su cínico proceder.  Felipe VI y su brazo derecho Rajoy  cuenta con todos los medios a su alcance para materializar sus malévolas intenciones.  En la primera línea de fuego han colocado a la “División Azul mediática”  que manipulando la opinión pública ha creado un ambiente enrarecido a favor de sus intereses. Al españolismo le sobran ideólogos,  intelectuales, periodistas a su servicio  empezando por el premio Nobel de literatura el mercenario peruano Vargas Llosa. A estos “heroicos patriotas” hay que sumarles los líderes de los partidos políticos españolistas, lo más reaccionario de la ultraderecha catalana: Casal Tramuntana, Sociedad Civil Catalana, Vox Cataluña, PP, PSC, Ciutadans, UPyD  los banqueros, los clérigos fundamentalistas, las fuerzas armadas, la Policía, la Guardia Civil o el CNI (servicios secretos) todos unidos con el objetivo de salvar España de la rebelión catalanista.  

Acordémonos lo que le pasó a Antonio Cubillo, el independentista canario que sufrió un atentado en Argel cometido por los servicios secretos españoles o la famosa organización terrorista GAL dirigida desde la cúpula  gobierno de Felipe González para luchar contra el separatismo vasco de ETA.

La unidad de España es sagrada “¡Dios, la Patria y el Rey!” es la consigna que todavía se repite con ardor guerrero en los cuarteles.  Los nostálgicos de ese imperio español decadente, que ni siquiera  aceptan la pérdida de Gibraltar en mano de los ingleses,  la secesión de Cataluña sería como clavarles una puñalada en el corazón.

El españolismo tiene entre sus filas a clérigos fundamentalista como Rouco Varela o Ricardo Blázquez  que desde el púlpito aleccionan a sus huestes a sumarse a la guerra santa, a la yihad españolista contra el separatismo.

El ejército español está obligado a cumplir el artículo 8.1 de la Constitución que reza: “las fuerzas armadas tienen como misión garantizar la soberanía e independencia del reino de España, defender la unidad territorial y el ordenamiento constitucional” No olvidemos que existen múltiples ejemplos de cómo en distintas coyunturas históricas los militares se ha levantado contra la población civil.

Lo cierto es que desde altas instancias los mandos militares ultranacionalistas, herederos del franquismo más recalcitrante,  han diseñado un el plan secreto -  de sobra conocido por el presidente del gobierno Rajoy y el jefe de estado el Rey Felipe VI- cuya finalidad es neutralizar la amenaza independentista. ¡Atención! Las tres armas del ejército español  se encuentran en alerta máxima. Si en la víspera ese “funesto” día 9 de noviembre el gobierno catalán da luz verde al “referéndum ilegal”, “los novios de la muerte” actuarán con contundencia. Y para que la operación X (todavía no sabemos con qué nombre la bautizarán)  esté dentro de la legalidad  la Audiencia Nacional  emitirá los autos de detención correspondientes en contra de los principales cabecillas -es decir,  la plana mayor del independentismo catalán y sus cómplices-  acusándolos del delito de desacato y sedición.

La operación comenzaría con apagón electromagnético en Barcelona y en las capitales de provincia; para luego iniciar el despliegue de las fuerzas de la yihad españolista: los comandos especiales de paracaidistas y la Legión que ocuparían los principales centros de poder político, y se harían con el control de enclaves estratégicos como  la TV, la radio o la prensa.

La estelada será arriada de los edificios públicos y en su reemplazo se izará la bandera roja y gualda borbónica anunciando “el restablecimiento de la orden constitucional”. ¡Viva España!

Igual a lo que sucedió en la postguerra alemana, lo más seguro es que se instaure un sutil proceso de “descatalanización”.

Ante el reto separatista, ante tan vil provocación,  el reino español no puede dar una imagen de debilidad pues tiene que mostrarse contundente e imponer su autoritarismo. Mano dura o de  lo contario una actitud tolerante sólo serviría para echar más leña al fuego y extender su ejemplo por el País Vasco o Galicia.

El emanciparse del reino español y luchar por la libertad, el derecho a decidir, el derecho de autodeterminación de los pueblos,-que son los principios básicos de la democracia- se ha criminalizado. El nacionalismo español es quien impone las reglas de juego, el nacionalismo español es el poseedor de la razón suprema, el nacionalismo español decide, como un dios omnipotente, lo que es bueno o lo que es malo.

Carlos de Urabá 2014