La jaula

La jaula
por la emancipación de los pueblos

dimanche 10 octobre 2021

Violencia sexual contra las mujeres indígenas en la conquista del Nuevo Mundo.

 


Este artículo lo quiero dedicar a las mujeres del pueblo Triqui de Oaxaca-México que después de 529 años siguen sufriendo tantos abusos e iniquidades.

Como es de suponer en este arriesgado viaje trasatlántico a las Indias  solo embarcaban hombres; eso si los hombres más rudos y aguerridos – en general delincuentes condenados a redimir sus penas allende los mares , también moriscos, judíos fugitivos, reos liberados, aventureros, veteranos de los Tercios de Flandes, es decir, machos de pelo en pecho dispuestos a arriesgar sus vidas en una travesía que muchas veces terminaba en tragedia.  Era preferible acometer los mil y un peligros de desafiar el mar de los Sargazos antes que seguir soportando el vil vasallaje que los condenaba a ser siervos o don nadies en la península. La España medieval de esa época ofrecía tres opciones “iglesia, mar o casa real” caminos mediante los cuales se podría ascender social y económicamente para aquellos que no podían comprar de manera honrosa  señoríos o altos cargos.

 La conquista y colonización de las Indias la hicieron hombres (con la excepción de un número reducido de mujeres) A estos hombres solitarios para calmar sus instintos básicos no les quedó más remedio que “relacionarse” o “unirse” con las nativas. No por devoción sino por obligación ¿Quizás las cortejaron con poesías? ¿las enamoraron regalándole flores? ¿acaso hablaban su misma  lengua?  ¿Las consideraron sus legítimas esposas o simplemente objetos del placer? Estamos ante unas relaciones completamente desiguales entre unos seres sobrenaturales ¿dioses? y unas indígenas que asustadas tuvieron que someterse a la fuerza. Y los muy perversos y degenerados llaman a esto “encuentro”. Sus mercedes se reservaban los mejores harenes de concubinas y barraganas para fornicar a su libre albedrío. La poligamia dominaba el medio ambiente de la sociedad colonial.  El imperio español exhibe el mito del mestizaje como la prueba más fecunda de que hace 529 años se produjo un “encuentro fraterno y amoroso” Pero lo cierto es que ese mestizaje fue fruto de la imposición de los vencedores sobre los vencidos.  

Entre los aventureros que se embarcaron con Colón se encontraba el genovés Miguel de Cuneo quien en una carta que le envío a su amigo Gerolamo Annari de Savona, le refiere lo que aconteció en una isla grande poblada de caníbales -probablemente Juana (Cuba) o Jamaica 

“Nos apoderamos de doce mujeres harto hermosas y harto de carnes entre edades de quince y diez y siete años…” Cuneo relata sin miramientos cómo violó a una de esas jóvenes que el Almirante Colón le había regalado:

“La cual, teniéndola yo en mi cámara, a bordo de la carabela, desnuda, según es costumbre de estas mujeres naturales, me vino el deseo de solazarme con ella, y deseando poner en ejecución mi deseo, y no admitiéndolo ella, me trató de tal manera con sus uñas, que más me conviniera  haber comenzado; visto lo cual, si he de deciros verdad, tomé una cuerda y la até fuertemente, de resultas de lo cual daba gritos increíbles. Por fin nos pusimos de acuerdo, de tal suerte, que puedo aseguraros de que en cuanto a los hechos, parecía amaestrada en una escuela de rameras” Este es el primer relato de una violación en el Nuevo Mundo y una prueba más de cómo se aprovecharon los europeos de su condición de “dioses” 

El primer prostíbulo del Nuevo Mundo se fundó en Santo Domingo en 1526 -con el beneplácito del rey Carlos I- para atender la “soledad” de aquellos navegantes y marineros  que solícitos demandaban la compañía de una moza que consolara sus cuitas de amor.  Tras sortear la larga travesía interoceánica era necesario recompensar a los intrépidos aventureros. “Se hartaban de licores y sin ningún pudor mancillaban doncellas y mozas a su libre albedrio” 

Ahora se intentan ocultar tan inmundos crímenes de abusos sexuales contra las mujeres, niñas, jóvenes, mujeres maduras y hasta ancianas.  ¿Que podían hacer las aborígenes intimidadas con alabardas, arcabuces, armas blancas y perros rabiosos? El cuerpo de las mujeres indígenas como botín de guerra. Nunca se hablará de violaciones sino de “uniones amorosas bendecidas por la santa madre iglesia” Porque hasta los mismos clérigos y misioneros se dejaron arrastrar por las tentaciones de la carne y olvidaron por completo los votos de castidad. El confesionario y la sacristía eran los sitios más peligrosos donde los lobos en celo emboscaban a las inocentes criaturas. Así se cumple al pie de la letra ese célebre refrán castellano que dice: “nunca digas de esta agua no beberé, ni este cura no es mi padre” Las monjas como no eran de piedra pues evidentemente se revolcaban en sus celdas con el fraile confesor o algún sacristán. Así lo demuestran los fetos y abortos que se encontraron emparedados en infinidad de iglesias y conventos de las órdenes religiosas a lo largo y ancho del Nuevo Mundo. Por ejemplo, en cuevas o túneles bajo en las iglesias de Mérida enterraban su “pecado” (con sacerdotes de la época) o en el convento de Santa Mónica en Puebla

Esos verracos fornicadores cristianos violaron y abusaron a nuestras madres, hijas y hermanas, estos estupradores y pedófilos cometieron abominables crímenes contra niños y jóvenes.  Algo que no nos debe de extrañar pues esto sigue aconteciendo hasta nuestros días en las órdenes religiosas, en las escuelas y hasta en el mismísimo Vaticano. Pero si no hay más que ver el criminal comportamiento del Superior General de la Legión de Cristo, Marcial Maciel, que bajo bendición papal consumo la violación y abusos sexuales de cientos de niños y jóvenes.

¿Alguna mujer indígena habría sido capaz de denunciar los abusos y violaciones? Imposible pues eran consideradas subnormales sin voz ni voto. ¿y además quién les iba a creer?  Sus alegatos, si se produjeran,  serían vistos como falsos testimonios levantados contra respetables militares, encomenderos, hidalgos o frailes doctrineros y por lo tanto podrían sufrir espantosas represalias. ¿Cuántas violaciones, cuantos abusos sexuales, cuantos feminicidios se cometieron ? Imposible de calcular pero a ciencia cierta se cuentan por millones. Bajo coacción ocultaban y callaban las infamias de las que fueron víctimas.  Tan solo podían consolarse encendiendo cirios en los altares y rezando el santo rosario para rogar al altísimo por la salvación de sus almas. “por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa...”  Confesándose ante los frailes y sacerdotes con la intención de desahogar su terrible amargura. -Acúseme, padre, me he quedado embarazada y no sé de quién. –“¡India descarriada! Ego te absolvo a peccatis tuis, in nomine Patris et Filli et Spiritus Sancti. Amén.”   Ahora al menos alcanzaría la gloria del paraíso en el cielo porque la tierra se había convertido en un infierno.  

Claro, las mujeres eran la encarnación del pecado tal y como está escrito en el Antiguo Testamento. Eva fue la directa culpable de la expulsión del paraíso terrenal pues engañada por la serpiente comió la manzana prohibida. “¡Hijos míos! la tentación de la carne. Ora pro nobis”  Se mezcló violentamente la sangre del bárbaro verdugo con la del siervo y el esclavo; la sangre de los vencedores y vencidos que dio fruto al mestizaje forzado (tara que permanece en el inconsciente colectivo). ¿Cómo se pueden justificar esos actos de violencia sexual de los conquistadores que sometían a unas indígenas que actuaban con inocencia e ingenuidad?  Sus cuerpos mancillados por esas bestias insaciables que las sometían a las más perversas prácticas sadomasoquistas. Definitivamente el sexo como instrumento de coerción y avasallamiento.  Así se gestó la dictadura misógina patriarcal que impera hasta el presente.

Si hoy los gobiernos democráticos persiguen policial y judicialmente los abusos sexuales, violaciones o feminicidios, pero en el virreinato era impensable que fueran a detener a capitanes, hidalgos o autoridades eclesiásticas pues gozaban de la más absoluta impunidad.

El sádico y pervertido de Hernán Cortés haciendo valer su de prevalencia y superioridad raptaba mujeres indígenas, niñas, adolescentes y hasta  madres embarazadas  a las que poseía o violaba en sus orgiásticas bacanales. Su harén de “rameras” siempre estaba bien abastecido. 

Uno de los pecados más aborrecible y que atentaba contra la ética y la moral cristiana eran los usos y costumbres  sexuales antinatura que practicaban algunos pueblos y tribus indígenas como, por ejemplo, la cultura Moche, los Chibchas, los Caribes, los Mayas o Aztecas que disfrutaban de una amplia libertad sexual. Así lo describen las innumerables representaciones eróticas materializadas en esculturas o en la alfarería donde sobraban símbolos fálicos o vaginales. Donde se exaltaban las relaciones sodomíticas, la homosexualidad o el lesbianismo. Y hasta existía un kamasutra Mochica en el Perú. Las fiestas orgiásticas y ceremoniales usaban alucinógenos o se emborrachaban con el pulque o la chicha. Tlazoltéotl era la diosa Azteca de la fertilidad, lujuria, carnalidad a la que se le ofrecían grandes presentes y regalos.   Moctezuma y Netzahualcóyotl tuvieron hasta dos mil concubinas a su servicio. A la vista de la moral cristiana  se les califico de fornicadores pervertidos,  viciosos, libertinos, lujuriosos más próximos a la animalidad,  inclinados por su raza a la poligamia, infidelidades o el adulterio. 

Pecados mortales que los inquisidores, como guardianes de la ortodoxia,  calificaron de aborrecibles y satánicos. Los culpables de tantas “atrocidades” fueron condenados a torturas, amputaciones, castraciones y finalmente ejecutados en el garrote vil o en las hogueras purificadoras.

Los españoles son considerados por sus enemigos (pueblos anglosajones)  como semitas moros y judíos conversos de impureza racial. Los despreciaban por haber mezclado su sangre con razas  y ensuciando el sustrato ario superior por antonomasia. El español pertenece a una raza que ha degenerado el pedigrí. Lutero odiaba de forma cruel a los españoles a los que definían como “marranos y mamelucos que han robado las riquezas de Alemania.  ¡malditos de Dios, simiente de judíos, moros y herejes y hez (escoria) del mundo! 

Aparentemente los castellanos tenían menos prejuicios raciales que otras naciones europeas más reticentes a mezclarse con las paganas “razas inferiores”. En 1503 la reina Isabel la Católica reclamó al gobernador de la Española Nicolás de Ovando, que fomentara los matrimonios mixtos “que son legítimos y recomendables porque los indios son vasallos libres de la Corona Española” Coaccionados, esos si,  para que mantuvieran relaciones sexuales (“violaciones consentidas”) y encima amancebarse con varias mujeres y apropiárselas por puro placer de fornicar (la poligamia es condenada por la iglesia católica) En 1514 una Real Cédula de Fernando el Católico legalizaba las uniones mixtas entre varones castellanos y mujeres indígenas como la mejor forma de conversión e hispanización. Algo que describen muy bien las pinturas de las castas de los artistas novohispanos Miguel Cabrera y José Joaquín Magón (siglo XVIII) que con lupa de entomólogos retratan a la perfección cual es el resultado los distintos  cruces raciales entre españoles, indios y negros y las notables mutaciones o híbridos donde la pureza del “blanco” o español (a quienes los arios europeos criticaban por ser “marranos” o una raza impura mezcla de sarracenos y judíos)  ocupaba y ocupa la cúspide de la pirámide social. En general son obras cargadas de racismo y consideraciones morales: el negro es “un vago, perezoso y ladrón”, el lobo “mala ralea”, o el tente en el aire “injerto malo”, los indígenas “ignorantes, sucios y mentirosos”, el cholo (fruto de la unión entre mestizos e indígenas) “perro bellaco”, el mulato que hace referencia a la mula, producto del cruce entre un caballo/yegua y un burro/a (el resultado de este mestizaje era mejor que ser un burro) los mulatos en su mayoría fueron producto de abusos sexuales donde los esclavizadores o capataces violaban a las mujeres negras.  Desde la época colonial se ha santificado el supremacismo blanco mientras se ha estigmatizado a las castas de mestizos, indígenas, negros, cimarrones, zambos, mulatos que  por su falta de rancio abolengo o pedigrí se les considera de baja ralea.

Por su extravertida sexualidad las mujeres indígenas, no poco ardientes en lujuria especialmente en la zona tropical,  fueron calificadas por los europeos como “libertinas y licenciosas”. Mujeres vírgenes a la que había que desflorar y violentar, pues tenia un fuerte atractivo sexual para aquellos aventureros expuestos a largas travesías marítimas y penosos intervalos de abstinencia.  Ávidos por desahogar sus instintos básicos con  indias de exótica belleza y cuerpos desnudos (algo nunca visto por los cristianos) Los perfumes de las fragantes flores, el sabor de las frutas que los trasladaban al paraíso hedónico pagano donde podían hacer realidad las más perversas fantasías.   Uno de los trofeos de guerra mas codiciados para la joven soldadesca que no solo ambicionaban oro, plata o esmeraldas sino también indias hermosas.  El Nuevo Mundo se representó en sentido femenino con el nombre de América. 

Las indígenas a parte de soportar tantos abusos sexuales y violaciones quedaron expuestas a las enfermedades venéreas como la sífilis o la gonorrea que les transmitieron los libidinosos conquistadores. Epidemias que desde el medioevo arrasaron Europa y que ahora diezmaban a las Indias.  Nunca antes en la historia de la humanidad se había visto una aniquilación tan masiva de un continente por causas de virus desconocidos. Lo que las armas de los conquistadores jamás hubieran podido lograr y que redujo en un 80% la población indígena de América.  La sífilis estaba presente en Europa antes de que Colón volviera de su primer viaje.  Como lo demuestran las excavaciones arqueológicas en el puerto de Kingston upon Hull donde se recogieron muestras de los esqueletos de varones allí inhumados entre 1300 y 1450 y que confirmaban que tenían signos evidentes de esa enfermedad de transmisión sexual. Un castigo divino que se curaba a base de oraciones, flagelaciones y la castidad. Las mortificaciones corporales atenuaban la libido. Algo que desgraciadamente pocos castellanos supieron cumplir disciplinadamente. 

Las mujeres hispanas (ejemplo de honra, honor y castidad) consideraban una aberración  acostarse voluntariamente con un nativo indígena o un negro o cualquier casta despreciable. Para una mujer “blanca”, católica, apostólica y romana (y su familia) era un pecado imperdonable tener relaciones sexuales con las “razas inferiores”. Y si por algún motivo hubiese sido forzada debería cargar de por vida con ese estigma de prostituta. El fruto de esa relación es un bastardo o hijo natural al que generalmente se dejaba en adopción en los conventos. Si  una mujer española  pretendía amancebarse con un gentil o converso indiano no le quedaba más remedio que auto desterrarse.   ¿Acaso alguna española se casó con un indígena o un negro?  No seamos ilusos, en esa época los prejuicios religiosos y raciales impedían cualquier unión antinatura que sería vista por la sociedad colonial y las autoridades eclesiásticas como una blasfemia inaceptable. Solo a escondidas o clandestinamente se dieron casos excepcionales que han sido novelados o pertenecen al ámbito de las leyendas.

Las élites españolas no se mezclaban con otras razas impuras pues tenían que mantener impoluto su rancio abolengo. Por lo tanto, predominaban los matrimonios consanguíneos para preservar su linaje de familias ilustres y honestas. Mestizos y mulatos libres se unían con los colonos españoles pobres para procurarse el ascenso social. Y en el afán de tener acceso a tierras indígenas, algunos españoles también realizaron estos matrimonios de conveniencia.   La sociedad colonial era supremamente endogámica y muy estratificada pues se le daba bastante importancia a la posición social.

En el periodo colonial se instituyo en los dominios de la corona  el Derecho de Pernada que otorgaba a los hacendados y terratenientes la potestad de violar a las siervas indígenas o campesinas como parte del derecho consuetudinario informal tolerado por las autoridades. Una ley no escrita que debían acatar los padres, esposos y la comunidad. 

Paradójicamente el violador,  estuprador y pederasta  Hernán Cortés es considerado el padre del mestizaje en México pues fruto de su amancebamiento con su esclava y  traductora  la Malinche, bautizada como doña Marina  (indígena Nahua regalada a Hernán Cortés por los maya-chontales después de su derrota en la batalla de Centla) concibió en turbulentas circunstancias un hijo de nombre Martín Cortés (“el bastardo mestizo”) Después indecibles avatares jurídicos en 1528 fue declarado su hijo legitimo por Bula Papal de Clemente VII. Muchos padres de mestizos pagaban a la administración para que sus hijos apareciesen en las actas de nacimiento como “españoles” también los funcionarios se podían comparar por una buena suma de maravedíes para que expidieran certificados falsos de pureza de sangre.  Pero a pesar de todo los criollos, hijos de españoles en Indias, les consideraba “gente vil”. Los llamados despectivamente como gachupines o chapetones discriminaban cruelmente a los mestizos y otras “castas degeneradas”. Estas son las bases del racismo estructural que forjó el apartheid criollo.

Los historiadores monárquicos españolistas pretenden hacernos creer que las uniones entre gentiles y alienígenas castellanos eran legales y que ambos contrayentes habían dado su consentimiento mutuo. Y hasta nos describen las bodas con toda la parafernalia del caso:  que si el obispo bendiciendo la unión, padrinos, madrinas, banquete, fiesta jolgorio,  orquestas y bailes. y hasta la luna de miel. Una imagen romántica que han tratado de imponer para lavar sus conciencias.   ¿En qué lengua se conocieron ambos contrayentes? Tendríamos que presuponer que los españoles eran políglotas que dominaban el quechua, el tzeltal, el chichimeca, el tolteca, el chibcha, el arahuaco o el guaraní. Por medio de la seducción un hombre puede obtener el amor de una mujer, pero si en vez de unas rosas o un piropo la posee sin su consentimiento y la obliga a hacer algo que no desea el violador solo siembra odio, rencor, repudio y resentimiento. La violación está penada no solo religiosamente sino por todas las leyes de la tierra. “El que violente  a una persona hombre o mujer, no sólo demuestra el salvajismo, sino también su estúpido instinto animal, machista e irracional”. 

Pero qué se puede esperar de esos bellacos, buscavidas y malandrines que venían a Indias con el único propósito de enriquecerse, subir en la escala social y adquirir  títulos nobiliarios. Esos vasallos y lacayos del emperador ambicionaban ser como sus amos y señores y cueste lo que cueste tenían que alcanzar la gloria.  Además, como los indígenas eran considerados herejes o salvajes sin alma pues sin ningún remordimiento las trataban peor de que a sus caballos y lebreles.  Ese mestizaje forzado (violaciones, estupro, pedofilia, etc…) generó un terrible complejo de inferioridad y baja autoestima. Un trauma que no se ha borrado del inconsciente colectivo y que se trasmite de generación en generación y está escrito con fierro candente en el ADN.

Como lo expuso en su momento el escritor Ramiro de Maeztu: “El hombre inferior admira y sigue al superior, para que lo dirija y proteja”.  En 1549 en la época del virreinato y por orden expresa de Carlos V -siguiendo la política de racismo biológico en nombre de la civilización y cristianización, discriminación y limpieza étnica- se decretó que “los mestizos no tenían derecho a ejercer cargos públicos o eclesiásticos, ni gozar de repartimiento. ni a heredar pues su sangre era impura”. La tendencia de ese fruto híbrido es identificarse con el dominador español o europeo despreciando por completo su “origen salvaje”. Por paradójico que parezca el racismo del mestizo hacia el indígena es mucho más feroz que el del blanco hacia el negro. 

Habría que analizar con detalle cuántas mujeres españolas viajaron solas a las Indias en el periodo de trescientos años de virreinato. En 1515 la corona española aconsejada por el estamento eclesiástico estimuló la emigración de mujeres peninsulares para evitar que los colonizadores se mezclaran con las nativas. Incluso obligaban a los altos cargos y funcionarios públicos a que viajaran con sus esposas. Era imprescindible preservar la pureza racial (eugenesia) y mantener impoluto el rancio abolengo de los nobles castellanos. Entre 1493 y 1518 tan solo pasaron 308 mujeres españolas a América, en 1600 se contabilizaron un total de 10.000. Es difícil dar una cifra fidedigna pero seguro que durante el virreinato no superaron las 30.000 mujeres.  La población española peninsular en el siglo XVI no alcanzaba los 6 millones de habitantes. 


Hay que tomar en cuenta que hasta bien entrada la década de los ochentas del pasado siglo XX, es decir, pocos años después de finalizar la dictadura franquista, las mujeres españolas aún estaban tuteladas por sus maridos o por sus padres. La emancipación llegaría en lo que se vino a llamar la “transición democrática” Así que ya nos podemos imaginar lo que sucedió en esos siglos XV o XVI. A las mujeres se les prohibía viajar solas pues necesitaban una carta de autorización del esposo o del padre reclamándolas o un tutor masculino que las acompañara. La mayoría de las que se embarcaban a Indias pertenecían a la nobleza, eran esposas de virreyes, de militares, oidores, altos funcionarios reales, también soldadas, adelantadas y gobernadoras, hijas de algo, y además otras que acompañaban a sus amos como doncellas, criadas, institutrices, esclavas negras o el ejército de María conformado por monjas adscritas a las órdenes religiosas dedicadas a tiempo completo a la vida espiritual o contemplativa.  Especializadas en el reclutamiento de indígenas para el servicio de Dios en los conventos. A todas se les debía  autorizar el pasaporte con cuño de la Casa de Contratación. No existían permisos para solteras o mujeres solas ya que podrían ser confundidas con prostitutas o vagabundas.

Pero los defensores de la hispanidad aducen que todas  “supuestas agresiones” se dieron en el marco del “relativismo histórico” y no puede ser juzgadas con una visión del siglo XXI. En todo caso no existe ninguna prueba de tales “dramas pasionales” tan comunes en las guerras de conquista. Tan solo se trata de una confabulación urdida por los promotores de la leyenda negra antiespañola. Así que lo mejor es pasar página para no generar más rencor y odio entre nuestros pueblos. Al contrario,  los pueblos indígenas tienen una deuda con ellos porque dieron más de lo que se llevaron.   ¿Se podrá sentar en el banquillo de los acusados al reino de España como responsable de la destrucción de las Indias? ¿o tan solo se quedará en una condena moral o simbólica?  Pero para los pueblos indígenas de América estos delitos no prescriben. ¿Cabe entonces la posibilidad de que el reino de España pida perdón por los crímenes cometidos en la conquista y colonización del continente americano? Evidentemente jamás reconocerá su culpa. La soberbia españolista es incapaz de reconocer el genocidio perpetrado por sus ancestros porque cobardemente solo asumen como suyos los triunfos y las hazañas.

 

Carlos de Urabá 2021

 

jeudi 1 juillet 2021

Primera Línea Anarquista vanguardia del Paro Nacional colombiano.

 

La pandemia del coronavirus y el riguroso confinamiento ha provocado en Colombia un estallido social sin precedentes. La quiebra económica y la recesión se ha ensañado con la población más vulnerable. No es necesario ser videntes para predecir al pie de la letra lo que iba a suceder en este mes de mayo del 2021. Como olvidar el asesinato de Dilan Cruz-transmitido en vivo y en directo-  por parte de la policía  en las protestas de Bogotá  en el 2019 y que marcó el inconsciente colectivo de la juventud.

Esta es una coyuntura de naturaleza social y económica que ha provocado una inusitada ola de  indignación tanto en el campo como en la ciudad. O sea, los  indígenas de la Minga,  del CRIC, de la ONIC, campesinos, obreros, afrocolombianos, y jóvenes de los sectores populares que después de décadas de exclusión y abandono reclaman ser escuchados y tenidos en cuenta.  Estamos ante una montonera, una guerra de castas, una guerra popular entre pobres y ricos. El alzamiento popular se ha acelerado vertiginosamente tras el intento del gobierno nacional de imponer una reforma tributaria (paquetazo neoliberal) y subirle los impuestos a un pueblo colombiano víctima de un modelo de desarrollo que lo asfixia. Para salir de pobres se necesitarían 12 generaciones.

Pero no es la primera vez que esto ocurre pues si nos remitimos a los datos históricos en el año 1781  los Comuneros del  Socorro (Santander) también se levantaron como respuesta a la Real Cédula expedida por Carlos III que cargó de impuestos a súbditos americanos y se reservó el monopolio en el cultivo del tabaco y el aguardiente. Al final los líderes fueron ejecutados tras ser traicionados por el arzobispo Caballero y Góngora que fungía de mediador. Todo se repite cíclicamente en estos últimos 500 años y tan solo cambian las fechas del calendario.

América Latina ha sido la región del mundo más impactada por la pandemia del coronavirus pues en un año se ha retrocedido casi una década  en los logros conseguidos  en el combate contra el hambre y la miseria. Si no se reactiva el sector productivo solo nos espera la ruina y la bancarrota.  

En Colombia existen  20.000.000 de personas ganando tan solo 3 dólares al día y otros tantos millones que solo hacen una comida diaria. La eterna agonía arrastra a los más vulnerables a la angustia y la desesperación,  acelera  las enfermedades psíquicas y mentales, el estrés, la depresión, la ansiedad y los intentos de suicidio.

Hacemos parte de un sistema medieval capitalista que clasifica al ser humano en  estratos sociales,  en castas de parias e intocables, de invisibles, lo más bajo y ruin, los impuros que deben “aceptar” el destino o karma de una raza nacida para sufrir y servir a los amos de los estratos superiores.  Los desheredados no tienen un proyecto de vida y solo les aguarda la desesperanza y el desasosiego. No hay trabajo, ni un subsidio de desempleo, ni jubilación ni ahorro ni vivienda ni patrimonio alguno que les asegure un futuro digno. Soñar con un mejor mañana no cuesta nada. Al fin y al cabo:  nacer pobres para morir pobres.  El ex alcalde de Cali Maurice Armitage  afirma que esto no lo va a solucionar el estado, sino la empresa privada que debe invertir en programas sociales a corto y largo plazo con el respaldo de fundaciones y la iglesia católica representada por monseñor Darío Monsalve. Se ha de fomentar un proceso de industrialización y la formación profesional de 30.000 jóvenes. Tristemente caerán bajo la tutela de curas, oenegés y demás benefactores.

En las barriadas populares de los extrarradios se concentran los emigrantes económicos y desplazados por la violencia de las áreas rurales. Una población de diversidad étnica impresionante (todas las sangres todas; afrocolombianos, indígenas, campesinos, mestizos, criollos) hacinadas y segregadas en guetos-ratoneras que carecen de los servicios básicos. Las nuevas generaciones antes que resignarse a su destino han decidido echarse a la calle, y a pecho descubierto luchar por sus derechos una y mil veces conculcados.  Las escuelas están cerradas y los niños y jóvenes  sin accesos a la educación virtual han desertado de las aulas. Hastiados de las cuarentenas tras 14 meses de confinamiento la tragedia humanitaria es inconmensurable.

El único destino de esos jóvenes de una generación perdida es engrosar las filas de las bandas delincuenciales o del narcotráfico. A los que llaman despectivamente escoria o lumpen víctimas de las adicciones ya le han colocado la soga al cuello y los conduce al patíbulo. ¿Cómo transformar una sociedad tan injusta y estructurada bajo unos principios clasicistas y racistas? 

Lo ideal para el sistema es que esos jóvenes y adolescentes de los estratos más bajos  se evadan de la cruel realidad a base de drogas y alcohol, la televisión,  redes sociales, pornografía, PlayStation o videojuegos. La sociedad de consumo capitalista produce un embrujador éxtasis opiáceo. Alienados y embrutecidos ya no representan una respuesta desestabilizadora. Ante la falta de oportunidades laborales la única alternativa que tienen  es emigrar al extranjero, preferiblemente a EE.UU, Canadá, Australia, Japón o Europa, o  unirse a los grupos delincuenciales o las redes de prostitución. Otros quizás como muchos perseguidos políticos se exilien o pidan asilo en algún país que les brinde protección.

Colombia -según un informe del Índice de Desarrollo Regional de América Latina (Idere-Latam) es uno de los países más desiguales de América Latina  especialmente a lo que se refiere al bienestar socioeconómico. Desigualdades que se originan desde su mismo nacimiento como nación. A partir del año 1886 los conservadores instituyeron una república centralista y abolieron los Estados Unidos de Colombia de corte liberal progresista. Entonces nace la República de Colombia donde el estado unitario con sede en Bogotá maneja los destinos del país. Este principio  de exclusión y desigualdad es el causante de los grandes problemas de autoritarismo del poder ejecutivo, condenando a las regiones a la dependencia administrativa, política y económica.

A raíz de la pandemia del coronavirus la pobreza crónica ha aumentado en un 7% con relación al 2019 y ya afecta a 23 millones de personas. En Cali, por ejemplo, están censados  600.000 jóvenes de los cuales un alto porcentaje pertenecen a las clases bajas y buena parte pertenecen a los 220.000 desplazados. La mayoría no cuentan con empleo ni ingresos económicos estables. (en Colombia el 60% se dedica al trabajo informal) De ahí que sea urgente implementar una renta básica que alivie tantas privaciones y carencias. Además, tenemos que sumar más un millón de refugiados venezolanos (80.000 en Cali) que hacen aún más dramático el panorama. En Cali las comunas populares están integradas por emigrantes del campo procedentes del sur del país (Cauca, Nariño, Chocó y toda la costa del Pacífico) Generaciones empobrecidas que han nacido y crecido en el seno de la violencia. (desplazados del conflicto armado  y la arremetida de los carteles del narcotráfico) Factores que agudizan el odio de clase y la venganza social. La dignidad humana pisoteada no puede generar más que rebeldía e insumisión.  

El gobierno de Duque debe asumir el craso error de intentar aprobar una Reforma Tributaria que pretendía financiar los proyectos sociales mediante el incremento de impuestos sobre la renta y productos básicos (aunque también se tenía prevista la reforma del sistema de salud, educación y laboral) Pero eso sí había que rescatar a los bancos para aliviarle las pérdidas de la pandemia o comprar 24 aviones de guerra F-16. Esta ha sido la tormenta perfecta que ha desatado la ira e indignación de las clases populares como jamás se había visto. Un motín de desheredados que pone en jaque al régimen narco paramilitar colombiano. El 28 de abril del 2021 nació el Movimiento Juvenil Popular y de Barriadas.


Algunos politólogos y analistas creen que la única esperanza real de cambiar el sistema son las próximas elecciones del 2022. Algo muy improbable pues históricamente jamás los poderes fácticos (organizados en partidos) renunciarán a sus privilegios. Los tres poderes del estado: el legislativo, el ejecutivo y el judicial no son independientes, sino que están controlados al completo por las castas de los partidos políticos tradicionales y se rige por unos códigos mafiosos donde prima el clientelismo, el nepotismo o el intercambio de favores institucionalizado.  

Desde el Palacio de Nariño el presidente Duque, como jefe supremo de las fuerzas armadas, ordena  a la policía, policía motorizada a los GOES, el ESMAD y al ejército disparar contra los manifestantes para desmovilizar las protestas. Promete aplastar la conjura castro-chavista- que está sembrando el caos y el terror entre la ciudadanía. El Ministro de Defensa responde: “el estado no se va a arrodillar ante unos pandilleros y terroristas inadaptados cuyos pliegos de peticiones son inaceptables”. Se ha elegido el genocidio juvenil como la mejor manera de pacificar el país. Lo más perverso es enfrentar a jóvenes policías y militares, hijos de obreros y campesinos cuyos superiores les ordenan disparar contra jóvenes de las comunas que perfectamente pueden ser sus propios hermanos de clase.  Se ha enquistado la semilla del mal y los militares gobiernan a sus anchas la supuesta “democracia”.

Fieles a los principios ideológicos de Seguridad Democrática sea como sea hay que desmovilizar  la asonada. No se puede consentir que estas marchas y bloqueos amenacen la “soberanía patria”. Según los manuales antiterroristas se debe capturar a los líderes, torturarlos, desaparecerlos y darlos de baja para que escarmienten sus “secuaces”.  En unas cuantas semanas las aguas volverán a su cauce y reinará nuevamente la paz y la tranquilidad en “la capital mundial de la salsa”. La táctica que ha elegido el gobierno es que el tiempo pase hasta que los “chusmeros” (como se les denominaron a los liberales que quemaron el centro de la capital tras el asesinato de Gaitán en el “Bogotazo” de 1948)  se cansen y se rindan ante el imperio de la ley. “Porque este es un macabro plan de la izquierda radical y el narcotráfico para desestabilizar la democracia” La fiscalía va a judicializar por “terrorismo y concierto para delinquir” a quienes permanezcan en los puntos de resistencia.  La estigmatización y persecución está promovida por los sectores acomodados temerosos de una invasión de los “vándalos” que pongan en peligro su patrimonio y la propiedad privada.

Así que no queda más remedio que atrincherarse en Primera línea, Segunda Línea o Tercera Línea, izar las banderas blancas en esas “repúblicas independientes” donde se realizan las asambleas populares o las ollas comunitarias. Los montoneros a pecho descubierto se baten en las barricadas  dispuestos a sacrificar sus vidas por la causa. Porque la fuerza pública aplica sin contemplaciones la pena de muerte -proscrita constitucionalmente desde 1910-  Se declaran espacios liberados Puerto Resistencia en Siloé, la Candelaria, la Loma de la Cruz, La Loma de la Dignidad, el puente de las mil luchas, el paso del comercio, Portada del Mar, Jamundí, Jumbo, Buga, Bogotá en el portal de las Américas o Portal Resistencia,  el monumento a los Héroes, Portal Suba, parque de la Resistencia en Medellín, etc., etc.

Hoy Cali es la capital de la resistencia y foco de la insurrección colombiana y latinoamericana. Un levantamiento que ha trascendido las fronteras y que ha colocado a Colombia en la primera plana de los medios de comunicación del mundo entero.

El  Congreso de la República se ha convertido en el nido de los mayores atracadores del país.  Los padres de la patria, la burguesía usurera, los terratenientes junto a  sus socios extranjeros se reparte equitativamente el robo de los recursos naturales y de las materias primas. Tan distinguidos doctores son los que se reparten a manos llenas la bonanza de dólares del narcotráfico.  La avaricia de esa mafia de 200 familias dueñas del 46% de las tierras, no tiene límites:  evasión de impuestos, delitos fiscales, testaferrato, lavado de activos, cuentas en paraísos fiscales, contratos ilegales o comisiones. Un expolio que asciende a 50 billones de pesos. Los casos de latrocinio más famosos son los de  Odebrecht, Reficar, Hidroituango, minería ilegal de Metales Hermanos SA y C&J Gutiérrez,  INVIMA, Navelena, Corficolombiana, etc…

En estos momentos las Fuerzas Armadas cierran filas entorno el presidente Duque se niega a dialogar con los “montoneros” o “guerrilleros del ELN o disidencias de las FARC” (presionado por el generalato encabezado por el sanguinario general Zapateiro,  el ministro de Defensa Molano y el ex presidente Uribe)  “El gobierno  no se va a sentar a negociar un pliego de peticiones con el hampa juvenil, con los vándalos  terroristas que siembran el caos”. Si la cosa se pone muy cruda no debe descartarse un autogolpe de estado al estilo Fujimori en el Perú en 1992 anulando las garantías constitucionales y decretando el estado de excepción. Por eso la frase del expresidente Laureano Gómez,  el “basilisco”,  pronunciada en 1951 cobra inusitada vigencia: “Hay que incendiar el país para mantener el poder” Este tribuno del pueblo  admirador del nazismo y el franquismo hacía gala de una ideología  racista, clasista y segregacionista. Laureano Gómez gobernó bajo el estado de sitio y restringió los derechos de los ciudadanos en la llamada “revolución del orden”

El resultado de esta infernal arremetida que dura más dos meses se calcula en  1.300 heridos, más de 90 muertos, 1.500 heridos, un número indeterminado de torturados, desaparecidos, presos políticos, abusos sexuales,  mujeres violadas, tuertos, ciegos, lisiados. 

¿Serán las instancias internacionales de derechos humanos las que puedan garantizar que sean judicializados los culpables de cometer crímenes de lesa humanidad? por lo general  estos casos se dilatan en el tiempo y tras un largo proceso, por falta de pruebas, se engavetan. Sentar en al banquillo de los acusados a los miembros de la Policía o el Ejército es algo poco probable como ha sucedido en otras ocasiones. A partir del 8 de junio  la CIDH de la OEA  verificará in situ las violaciones de derechos humanos. Al final quizás todas las muertes serán en vano  y como siempre los culpables gozarán de impunidad. Durante la dictadura del general Rojas Pinilla se llevó  a cabo el 8 y 9 de junio de 1954  la masacre de la Ciudad Universitaria en Bogotá, en el homenaje al estudiante Uriel Gutiérrez, que el régimen atribuyó a “los disparos por parte de agentes perturbadores desconocidos, enemigos comunistas que intentan sumir a Colombia en el caos y la anarquía”. La violenta intervención de la policía y los militares fue en defensa propia y no para asesinar a los estudiantes, pues fueron atacados con armas de fuego por los “agentes infiltrados”. Prometió el dictador una “investigación rigurosa” sobre estos hechos luctuosos, pero hasta el día de hoy, como suele suceder en estos casos, aún no se ha esclarecido nada.  


Como también en el caso de las ejecuciones extrajudiciales o falsos positivos que según la JEP (Jurisdicción Especial para la Paz) entre 2002 y 2008 las Fuerzas Armadas, para demostrar buenos resultados a sus superiores (presidente y ministro de Defensa) en el combate de la guerrilla y bandas criminales, abatieron al menos 6.402 civiles a los que presentaron como “bajas en combate”. Un fenómeno macrocriminal más propio del nazismo o del pinochetismo.

En la toma al Palacio de Justicia por el M19 en 1986 la cúpula del ejército obligó al presidente Betancur a autorizar el asalto al Palacio de Justicia masacrando a guerrilleros, magistrados, trabajadores o quien se atravesará en el camino. “Muerto el perro, muerta la rabia” son sus principios éticos y morales de las FFAA.

EE.UU entrega 150.000.000 de dólares de ayuda anual a la policía colombiana para el combate contra el narcotráfico. Los  equipos antimotines y armas usadas en la represión de las protestas son made in USA o importadas de Europa o Israel.

Colombia es una ficha clave del imperialismo norteamericano por eso se ha implementado el Plan Colombia y el Plan Patriota. (invirtiendo miles de millones de dólares para combatir a las guerrillas y los grupos de narcotraficantes) Para Washington la prioridad es garantizar  la seguridad y la estabilidad del hemisferio.  El gobierno Demócrata del presidente Biden certifica positivamente al gobierno de Duque en  el tema de derechos humanos. Mientras la alta Comisionada de la ONU, Human Rights Watch, Amnistía Internacional exigen al gobierno que  pare la violencia y la represión.  En la gran marcha del 9 de junio  “La toma de Bogotá” la principal demanda fue: renuncia del presidente y elecciones anticipadas. Porque “la soberanía en Colombia  reside exclusivamente en el pueblo del cual emana el poder público”

El partido de gobierno (CD)y sus aliados (Partido Conservador, de la U, Mira, Colombia Justa Libres, Cambio Radical)  aducen  que esta  insurrección no es espontánea sino planificada por agentes (guerrilleros) infiltrados desde Venezuela y Cuba con el apoyo de Rusia e incluso China.  Es un complot en toda regla y hay que actuar con contundencia contra el enemigo interno. Es necesario decretar la militarización del país y el estado de sitio.  El principal sospechoso de esta hecatombe  es el exguerrillero del M19 Petro, senador de la Republica por Colombia Humana y líder de la bancada opositora  Esta es parte de la propaganda gubernamental para intentar justificar la sangrienta represión. La contrainformación, la mentira como doctrina de estado es parte de la guerra sucia que criminaliza la protesta. La prensa oficialista oculta la realidad y prefiere dedicarse a las noticias más frívolas de la farándula o a transmitir partidos de fútbol o carreras de ciclismo. El presidente Duque para rebajar la tensión en las calles se muestra conciliador y promete una masiva vacunación anti Covid 19, además, de establecer una renta básica y la matricula 0 en las escuelas y universidades.

Uribe Vélez desde su cuenta de Twitter lanza su ciber artillería induciendo a la jauría fascista a armarse y salir a las calles a despejar los bloqueos a sangre y fuego. ¡la patria está en peligro! La solución es tipo plaza de Tiananmen, matanza de Tlatelolco en México, es decir, un golpe fulminante y contundente que aniquile a los “terroristas”. La violenta respuesta del estado es la de un régimen fascista y hay que extirparlo.

¿Cómo apaciguar la insurrección? Con “mano firme y corazón grande” esta es una tarea encomendada  a las autodefensas de las “camisas blancas”, los paramilitares, los escuadrones de la muerte, los carros fantasmas, los sicarios y francotiradores, policías infiltrados, o lo agentes del SIC o los servicios de inteligencia. Según los manuales antiterroristas hay que capturar a los líderes del paro, torturarlos, desaparecerlos para que sirva de escarmiento a sus secuaces. La opinión pública no se da cuenta y no dimensiona lo que está aconteciendo en Cali. Estamos ante  una incontestable protesta generacional que hace temblar los cimientos del estado colombiano. Este terremoto social es el resultado de una profunda crisis humanitaria.  

El régimen narco paramilitar colombiano ha decidido que solo sembrando el terror se podrá recobrar la paz y la tranquilidad. En las calles de Cali se libra una batalla revolucionaria donde una juventud  a punta de piedras y palos y con escudos de lata enfrentan a unas fuerzas del orden que cobardemente disparan fuego real, balines, pelotas de goma o bombas de gases lacrimógenos. Los paros y bloqueos son un auténtico teatro de guerra. Lo cierto es que no será con palomitas de la paz ni con palabras de amor y amistad que se derrote a esta demencial dictadura fascista. Como se demostró con el caso del cura guerrillero Camilo Torres a mediados de la década de los sesenta  que ante la intransigencia de la clase dirigente decidió que no había otra alternativa que empuñar las armas para derrocar a la oligarquía. “Como es imposible ganarles a los que controlan la maquinaria electoral y todos los factores de poder los grupos de oposición que llegan al parlamento no podrán nunca hacer transformaciones revolucionarias; por el contrario, su presencia en el congreso facilita que la oligarquía diga que en Colombia hay democracia porque hay oposición” Uno de los postulados más aleccionadores del cura guerrillero es “el que escruta elige” porque el voto es manipulable y en muchos casos es una mercancía que se compra o se impone a punta de las amenazas y coacciones.

El gobierno aconseja a los insurrectos que se acojan a la Constitución del 91 y creen su propio partido político y que participen en las elecciones. Que tomen el ejemplo de los “indignados españoles” que fundaron Podemos y obtuvieron un gran éxito electoral al conseguir  5 eurodiputados y entrar en el Congreso con 69 diputados.   La democracia colombiana es generosa y  que defiendan sus demandas en el Congreso de la República. Aunque para lograr un cambio real o ser alternativa de poder  se requiere una votación mayoritaria casi imposible de obtener sino se cuenta con una maquinaria burocrática y partidista muy poderosa. ¿Todo esto se puede cambiar en las urnas? Y encima los jóvenes no tienen la posibilidad de postularse al Congreso de la República porque para ser elegibles se requiere ser mayor de 30 años.  Pero al fin y al cabo es un verdadero suicidio entrar en el juego de una falsa democracia.

Si no hay apoyo social y una fundamentación política  este alzamiento -como ha sucedido históricamente en otras ocasiones- no va a fructificar.  Se necesita de la presión multitudinaria de la masa, de la unión entre obreros, proletarios, campesinos, sindicatos, estudiantes, es decir, no cientos sino  miles y miles de personas de todas las clases sociales para que se hagan respetar en una mesa de negociaciones. Desde el Palacio de Nariño han elegido ignorarlos, no determinarlos. No existen.

Lo paradójico del caso es que, si se realizaran elecciones en este momento, tal vez, ganarían las fuerzas de ultraderecha igual a lo que sucedió con el Plebiscito de Ratificación de los acuerdos de paz con las FARC del 2016. El 50,2% de los votantes optaron por el no.  

Geoestratégicamente Cali es un puerto interior del océano Pacifico muy disputado entre los carteles de la droga y la delincuencia organizada, Hoy la capital del Valle del Cauca  sufre una guerra de baja intensidad con sobrevuelo helicópteros, aviones, drones y la movilización de miles de policías y soldados curtidos en la guerra de guerrillas o en el combate al narcotráfico.

Los jóvenes de las localidades, los barrios y las comunas son un nuevo sujeto político y hay que darles voz y visibilidad en las mesas de negociación pues solamente ellos se pueden representar. Cualquier acuerdo con el gobierno que los ignore se considera nulo. Las asambleas populares reclaman educación, salud, vivienda, trabajo, sueldos dignos, renta básica o subsidios, reparación de las victimas  la reforma de la policía, el desmonte del ESMAD y la desmilitarización en todo el territorio colombiano. Pero de antemano se sabe que un corto periodo de tiempo no se va a  concretar ese nuevo Pacto Social  que exigen los manifestantes.

La sociedad colombiana está completamente polarizada entre los seguidores del uribista Centro Democrático y las fuerzas progresistas de izquierda pro “Pacto Histórico”. Esto es algo que viene sucediendo desde el siglo XIX y que ha sido el detonante de infinidad de guerras civiles entre liberales y conservadores.    

La ultraderecha contraataca y convocan las llamadas “marchas del silencio”, contramanifestaciones  en apoyo al gobierno de Duque y el “heroico” accionar de la fuerza pública. Miles de personas marchan bajo el lema  de   “los buenos somos más” “no están solos”  La campaña electoral ya ha comenzado.

Este estallido social se parece cada día más a las revoluciones árabes del 2011, también  al movimiento de los Indignados de España, la plaza del Tahrir en el Cairo hay que derrocar el dictador ¡Fuera Mubarak! ¡Que caiga Duque! Son los mismos encapuchados del movimiento zapatista o de las protestas populares de Chile cuando el presidente Piñera decide subir el precio del pasaje del metro de Santiago. Obligando a convocar una Asamblea Constituyente que redacte una nueva Constitución que entierre la pinochetista.

Las revueltas del siglo XXI en comparación con las del siglo XX  se articulan a base de las redes sociales y los avances de la tecnología digital, Es el resultado de la “modernidad liquida” en la que según los sociólogos “las realidades sólidas del pasado se han desvanecido”. El éxito de los insurrectos se debe a que se organizan a través de las redes sociales, ya sea vía Facebook, Instagram, Twitter, mientras la prensa alternativa transmite en directo las 24 horas las incidencias del paro nacional. Un celular es una invaluable arma de denuncia y de constatación de los crímenes de estado. Para impedir que se articulen los grupos de resistencia se censura y bloquea Internet y las redes sociales. El objetivo es  ponerles el bozal y acallar así las voces de protesta. Bakunin resucita en Colombia con su espíritu libertario y utópico con las asambleas populares, son los milicianos anarquistas de la Guerra Civil española ¡A las barricadas! ¡ni Dios, ni Patria ni Rey!  ¡No hay que reformar el sistema, hay derrocarlo! los amotinados no respetan jerarquías, son antisistema, feministas, anti patriarcales, anticapitalistas, antimilitaristas, grupos anarquistas de ACAB (todos los policías son bastardos) con un virulento rechazo a los políticos tradicionales y por lo general abstencionista en las elecciones. “No queremos asistencialismo ni renta básica ni que nos compren nuestras conciencias con limosnas”- contundente mensaje que los enaltece. “Resistencia” es la palabra que más se repite entre los alzados, resistir, resistir hasta morir. Se iza la bandera blanca en primera línea,  vanguardia de la movilización social donde los capuchos con sus escudos azules repelen el ataque de las hienas policiales. La persecución desatada por la policía, los paramilitares o agentes de inteligencia empujará a los líderes de la revuelta a pasar a la clandestinidad si quieren preservar sus vidas.

Ha llegado la hora de refundar Colombia cambiarle hasta el nombre al país que le hace un homenaje al negrero y pirata Cristóbal Colón, es la hora de tumbar todas las estatuas y monumentos que se han levantado los “padres de la patria” en honor a los falsos héroes de la conquista y de la colonia. Necesitamos exorcizar esos fantasmas maléficos y quitarnos de encima el estigma de fatalidad que nos persigue desde tiempos inmemoriales.

Esas plazas liberadas ahora son el ágora  de la cultura,  las artes, de la pintura, la música o la poesía, a ritmo de rap,  el Ska-p “la Revolución”,  la bella Ciao o ¿Quién los Mató?. El romanticismo  del Mayo del 68 todavía es el inspirador de una juventud contestataria que cree que “otro mundo es posible”. Lo más impactante es que en los murales, grafitis o pancartas no se exhiben como en otros tiempos los clásicos iconos del che Guevara, Fidel Castro o Chávez pues aparentemente han caducado. En esta comuna solidaria y utópica  se reúnen niños,  jóvenes, hombres, mujeres, ancianos de todas las clases sociales que arropan a sus “guerreros capuchos” y encienden velas en honor a los mártires caídos en desigual lucha contra las fuerzas del orden.

Algunos ingenuos imbuidos en el espíritu cristiano apuestan por abrir canales de diálogo con el gobierno que permita levantar el paro nacional. No se puede caer en el juego de las provocaciones, “el único que va a cambiar esta nación es Jesucristo nuestro señor” convocando tedeums solemnes y cadenas de oración  juntos como hermanos llegaremos a un entendimiento que salve nuestra patria. Como se hizo al final de la Guerra de los Mil Días entre liberales y conservadores consagrando al Sagrado Corazón de Jesús el templo del Voto Nacional en Bogotá. La iglesia católica y las sectas cristianas, el comité de paro se aprestan a hacerle el trabajo sucio al gobierno desmovilizando la protesta. Entonces comenzará una campaña de limpieza social y  la cacería de sospechosos de haber apoyado los bloqueos. Como en los peores años de la violencia ya comienzan a bajar cadáveres flotando por las aguas del río Cauca.

¿En dónde está el premio Nobel de la Paz el expresidente Santos que reside EEUU y que no se ha dignado a hacerse presente como mediador?

¿Cuál es el papel  de las FARC-EP y sus comandantes guerrilleros desmovilizados?   Ellos que en su día se proclamaron la vanguardia de los campesinos y los proletarios apenas intervienen en esta grave crisis social y con su partido los Comunes se mantienen al margen de los graves acontecimientos ocupando cómodamente una curul en el Congreso de la República. Dónde están aquellos que predicaban: ¡Solo con las armas en la mano se podrá doblegar al estado fascista colombiano! De que valieron 50 años de guerra civil que dejó más 200.000 muertos, miles de desaparecidos y millones de desplazados. Además del fracaso de unos tratados de paz firmados en Cuba que jamás cristalizaron. Como lo demuestra los 270 excombatientes y más de 1.184 de líderes sociales asesinados desde el 2016.

 

Carlos de Urabá 2021

mardi 8 juin 2021

El régimen paramilitar colombiano ordena el genocidio juvenil para desmovilizar el Paro Nacional.

 


La pandemia del coronavirus y el riguroso confinamiento ha provocado en Colombia un estallido social sin precedentes. La quiebra económica y la recesión se ha ensañado con la población más vulnerable. No es necesario ser videntes para predecir al pie de la letra lo que iba a suceder en este mes de mayo del 2021. Como olvidar el asesinato de Dilan Cruz-transmitido en vivo y en directo-  por parte de la policía  en las protestas de Bogotá  en el 2019 y que marcó el inconsciente colectivo de la juventud.

Esta es una coyuntura de naturaleza social y económica que ha provocado una inusitada ola de indignación tanto en el campo como en la ciudad. O sea, los  indígenas de la Minga,  del CRIC, de la ONIC, campesinos, obreros, afrocolombianos, y jóvenes de los sectores populares que después de décadas de exclusión y abandono reclaman ser escuchados y tenidos en cuenta.  Estamos ante una montonera, una guerra de castas, una guerra popular entre pobres y ricos. El alzamiento popular se ha acelerado vertiginosamente tras el intento del gobierno nacional de imponer una reforma tributaria (paquetazo neoliberal) y subirle los impuestos a un pueblo colombiano víctima de un modelo de desarrollo que lo asfixia. Para salir de pobres se necesitarían 12 generaciones.

Pero no es la primera vez que esto ocurre pues si nos remitimos a los datos históricos en el año 1781  los Comuneros del  Socorro (Santander) también se levantaron como respuesta a la Real Cédula expedida por Carlos III que cargó de impuestos a súbditos americanos y se reservó el monopolio en el cultivo del tabaco y el aguardiente. Todo se repite cíclicamente en estos últimos 500 años y tan solo cambian las fechas del calendario.

América Latina ha sido la región del mundo más impactada por la pandemia del coronavirus pues en un año se ha retrocedido casi una década  en los logros conseguidos  en el combate contra el hambre y la miseria. Si no se reactiva el sector productivo  solo nos espera la ruina y la bancarrota.  

En Colombia existen  20.000.000 de personas ganando tan solo 3 dólares al día y otros tantos millones que solo hacen una comida diaria. La angustia y la desesperación  acelera  las enfermedades psíquicas y mentales, el estrés, la depresión, la ansiedad y los intentos de suicidio.

Hacemos parte de un sistema medieval capitalista que clasifica al ser humano en  estratos sociales,  en castas de parias e intocables, de invisibles, lo más bajo y ruin, los impuros que deben “aceptar” el destino o carma de una raza nacida para sufrir y servir a los amos de los estratos superiores.  Los desheredados no tienen un proyecto de vida y solo les aguarda la desesperanza y el desasosiego. No hay trabajo, ni un subsidio de desempleo, ni jubilación ni ahorro ni vivienda ni patrimonio alguno que les asegure un futuro digno. Soñar con un mejor mañana no cuesta nada. Al fin y al cabo:  nacer pobres para morir pobres.  El ex alcalde de Cali Maurice Armitage  afirma que esto no lo va a solucionar el estado, sino la empresa privada que debe invertir en programas sociales a corto y largo plazo con el respaldo de fundaciones y la iglesia católica representada por monseñor Darío Monsalve. Se ha de fomentar un proceso de industrialización y la formación profesional de 30.000 jóvenes.

En las barriadas populares de los extrarradios se concentran los emigrantes y desplazados de las áreas rurales. Una población de diversidad étnica impresionante hacinadas en comunas-ratoneras que carecen de los servicios básicos. Las nuevas generaciones antes que resignarse a su destino han decidido echarse a la calle, y a pecho descubierto luchar por sus derechos una y mil veces conculcados.  Las escuelas están cerradas y los niños y jóvenes  sin accesos a la educación virtual han desertado de las aulas. Hastiados de las cuarentenas tras 14 meses de confinamiento la tragedia humanitaria es inconmensurable.

El único destino de esos jóvenes de una generación perdida es engrosar las filas de las bandas delincuenciales o del narcotráfico. A los que llaman despectivamente escoria o lumpen víctimas de las adicciones ya les han colocado la soga al cuello y los conduce al patíbulo. ¿Cómo transformar una sociedad tan injusta y estructurada bajo unos principios clasicistas y racistas? 

Lo ideal para el sistema es que esos jóvenes y adolescentes de los estratos más bajos  se evadan de la cruel realidad a base de drogas y alcohol, la televisión,  redes sociales, PlayStation o videojuegos. La sociedad de consumo capitalista produce un embrujador éxtasis opiáceo. Alienados y embrutecidos ya no representan una respuesta desestabilizadora.

Colombia -según un informe del Índice de Desarrollo Regional de América Latina (Idere-Latam) es uno de los países más desiguales de América Latina   especialmente a lo que se refiere al bienestar socioeconómico. Desigualdades que se originan desde su mismo nacimiento como nación.

A raíz de la pandemia del coronavirus la pobreza crónica ha aumentado en un 7% con relación al 2019 y ya afecta a 23 millones de personas . En Cali, por ejemplo, están censados  600.000 jóvenes de los cuales un alto porcentaje pertenecen a las clases bajas. La mayoría no cuentan con empleo ni ingresos económicos estables. (en Colombia el 60% se dedica al trabajo informal) De ahí que sea urgente implementar una renta básica que supla tantas privaciones y carencias. Además, tenemos que sumar  más un millón de refugiados venezolanos (80.000 en Cali) que hacen aún más dramático el panorama. En Cali las comunas populares están integradas por emigrantes del campo procedentes del sur del país (Cauca, Nariño y toda la costa del Pacífico) Generaciones que han nacido y crecido en el seno de la violencia. (desplazados del conflicto armado  y la arremetida de los carteles del narcotráfico) Factores que agudizan el odio de clase y la venganza social.

El gobierno de Duque debe asumir las dramáticas consecuencias de una reforma tributaria que pretendía financiar los proyectos sociales mediante el incremento de impuestos sobre la renta y productos básicos (aunque también se tenía prevista la reforma del sistema de salud, educación y laboral) Pero eso sí había que rescatar a los bancos para aliviarle las pérdidas de la pandemia o comprar 24 aviones de guerra F-16. Esta ha sido la tormenta perfecta que ha desatado la ira e indignación de las clases populares como jamás se había visto. Un motín de desheredados que pone en jaque al régimen narco paramilitar colombiano. El 28 de abril del 2021 nació el Movimiento Juvenil Popular y de Barriadas.

Algunos politólogos y analistas creen que la única esperanza real de cambiar el sistema son las próximas elecciones del 2022. Algo muy improbable pues históricamente jamás los poderes fácticos (organizados en partidos) renunciarán a sus privilegios.  

Desde el Palacio de Nariño el presidente Duque, como jefe supremo de las fuerzas armadas, ordena  a la policía, policía motorizada a los GEOS, el ESMAD y al ejército disparar contra los manifestantes para desmovilizar las protestas. Promete aplastar la conjura castro-chavista- que está sembrando el caos y el terror entre la ciudadanía. El Ministro de Defensa responde: “el estado no se va a arrodillar ante unos pandilleros inadaptados cuyos pliegos de peticiones son inaceptables”. Se ha elegido el genocidio juvenil como la mejor manera de pacificar el país. Lo más perverso es enfrentar a jóvenes policías y militares, hijos de obreros y campesinos cuyos superiores les ordenan disparar    contra jóvenes de las barriadas que perfectamente pueden ser sus propios hermanos de clase.  Se ha enquistado la semilla del mal y los militares gobiernan la democracia.

Fieles a los principios ideológicos de Seguridad Democrática sea como sea hay que desmovilizar  la asonada. No se puede consentir que estas marchas y bloqueos amenacen la soberanía patria. Según los manuales antiterroristas se debe capturar a los líderes, torturarlos, desaparecerlos y darlos de baja para que escarmienten sus secuaces.  En unas cuantas semanas las aguas volverán a su cauce y reinará nuevamente la paz y la tranquilidad en “la capital mundial de la salsa”. Solo hay que dejar que pase el tiempo hasta que los “chusmeros” se cansen y se rindan ante el imperio de la ley. “Porque este es un macabro plan de la izquierda radical y el narcotráfico para desestabilizar la democracia” La fiscalía va a judicializar por “terrorismo y concierto para delinquir” a quienes permanezcan en los puntos de resistencia.  La estigmatización y persecución promovida por los sectores acomodados temerosos de una invasión de los vándalos que pongan en peligro su patrimonio y la propiedad privada.

Así que no queda más remedio que atrincherarse en Primera línea, Segunda Línea o Tercera Línea, izar las banderas blancas en esos espacios liberados o republicas independientes donde se realizan las asambleas populares o las ollas comunitarias. Los montoneros a pecho descubierto se baten en las barricadas  dispuestos a sacrificar sus vidas por la causa. Porque la fuerza pública aplica sin contemplaciones la pena de muerte -proscrita constitucionalmente desde 1910-  Se declaran espacios liberados Puerto Resistencia, el Portal Resistencia, en Siloé, en Puerto Rellena, la Candelaria, la Loma de la Cruz, La Loma de la Dignidad, el puente de las mil luchas, el paso del comercio, Portada del Mar, Jamundí, Jumbo, Buga, Bogotá en el portal de las Américas, el monumento a los Héroes, la Plaza de Bolívar etc., etc. Hoy Cali es la capital de la resistencia y foco de la insurrección colombiana y latinoamericana. Un levantamiento que ha trascendido las fronteras y que ha colocado a Colombia en la primera plana de los medios de comunicación del mundo entero.

El  Congreso de la República se ha convertido en el nido de los mayores atracadores del país.  Los padres de la patria, la burguesía usurera, los terratenientes junto a  sus socios extranjeros se reparte a manos llenas el robo de los recursos naturales y de las materias primas. Recogen a manos llenas la bonanza de dólares del narcotráfico.  La avaricia de esa mafia de 200 familias dueñas del 46% de las tierras, no tiene límites:  evasión de impuestos, delitos fiscales, testaferrato, lavado de activos, cuentas en paraísos fiscales, contratos ilegales o comisiones. Un expolio que asciende a 50 billones de pesos.  

En estos momentos las fuerzas armadas cierran filas entorno el presidente Duque se niega a dialogar con los montoneros (presionado por el generalato encabezado por el sanguinario general Zapateiro,  el ministro de Defensa Molano y el ex presidente Uribe)  El gobierno  no se va a sentar a negociar un pliego de peticiones con el hampa juvenil, con los “vándalos  terroristas” que siembran el caos. Si la cosa se pone muy cruda no debe descartarse un autogolpe de estado al estilo Fujimori en el Perú en 1992 anulando las garantías constitucionales y decretando el estado de excepción. Por eso la frase del expresidente Laureano Gómez,  el “basilisco”,  pronunciada en 1951 cobra inusitada vigencia: “Hay que incendiar el país para mantener el poder” Este tribuno del pueblo  admirador del nazismo y el franquismo hacía gala de una ideología  racista, clasista y segregacionista. Laureano Gómez gobernó bajo el estado de sitio y restringió los derechos de los ciudadanos en la llamada “revolución del orden”

El resultado de esta infernal arremetida que dura casi 5 semanas se calcula en  1000 heridos, más de 80 muertos, 1400 heridos, un número indeterminado de torturados, desaparecidos,  presos políticos, abusos sexuales,  mujeres violadas, tuertos, ciegos, lisiados. 

¿Serán las instancias internacionales de derechos humanos las que puedan garantizar que sean judicializados los culpables de cometer crímenes de lesa humanidad? por lo general  estos casos se dilatan en el tiempo y tras un largo proceso, por falta de pruebas, se engavetan. Sentar en al banquillo de los acusados a los miembros de la Policía o el Ejército es algo poco probable como ha sucedido en otras ocasiones. A partir del 8 de junio  la CIDH de la OEA  verificará in situ las violaciones de derechos humanos. Al final quizás todas las muertes serán en vano  y como siempre los culpables gozarán de impunidad.

En la toma al Palacio de Justicia por el M19 en 1986 la cúpula del ejercito obligó al presidente Betancur a autorizar el asalto al Palacio de Justicia masacrando a guerrilleros, magistrados, trabajadores o quien se atravesará en el camino. “Muerto el perro, muerta la rabia” son sus principios éticos y morales de las FFAA.

EEUU entrega 150.000.000 de dólares de ayuda anual a la policía colombiana para el combate contra el narcotráfico. Los  equipos antimotines y armas usadas en la represión de las protestas son made in USA o importadas de Europa o Israel.

Colombia es una ficha clave del imperialismo norteamericano por eso se ha implementado el Plan Colombia y el Plan Patriota. (invirtiendo miles de millones de dólares para combatir a las guerrillas y los grupos de narcotraficantes) Para Washington la prioridad es garantizar  la seguridad y la estabilidad del hemisferio.  El gobierno Demócrata del presidente Biden certifica positivamente al gobierno de Duque en  el tema de derechos humanos. Mientras la alta Comisionada de la ONU, Human Rights Watch, Amnistía Internacional exigen al gobierno que  pare la violencia y la represión.  En la gran marcha de mañana 9 de junio  “La toma de Bogotá” la principal demanda será: renuncia del presidente y elecciones anticipadas. Porque “la soberanía en Colombia  reside exclusivamente en el pueblo del cual emana el poder público”

El partido de gobierno y sus aliados (Partido Conservador, de la U, Mira, Colombia Justa Libres, Cambio Radical)  aducen  que esta  insurrección no es espontánea sino planificada por agentes infiltrados desde Venezuela y Cuba con el apoyo de Rusia.  Es un complot en toda regla y hay que actuar con contundencia contra el enemigo interno. Es necesario decretar la militarización del país.  El principal sospechoso de esta hecatombe  es el exguerrillero del M19 Petro, senador de la Republica por Colombia Humana y líder de la bancada opositora  Esta es parte de la propaganda gubernamental para intentar justificar la sangrienta represión. La contrainformación es parte de la guerra sucia que criminaliza la protesta. El presidente Duque para rebajar la tensión en las calles se muestra conciliador y promete una masiva vacunación anti Covid 19, además de establecer una renta básica y la matricula 0.

Uribe Vélez desde su cuenta de Twitter lanza su ciber artillería induciendo a la jauría fascista a armarse y salir a las calles a despejar los bloqueos a sangre y fuego. ¡la patria está en peligro! La solución es tipo plaza de Tiananmen, es decir, un golpe fulminante y contundente que aniquile a los “terroristas”. La violenta respuesta del estado es la de un régimen fascista y hay que extirparlo.

¿Cómo apaciguar la insurrección? Con “mano firme y corazón grande” esta es una tarea encomendada  a las autodefensas de las camisas blancas, los paramilitares, los escuadrones de la muerte, los carros fantasmas, los sicarios y francotiradores, policías infiltrados, o lo agentes del SIC o los servicios de inteligencia. La opinión pública no se da cuenta y no dimensionan lo que está aconteciendo en Cali. Estamos ante  una incontestable protesta generacional que hace temblar los cimientos del estado colombiano. La ebullición social es el resultado de una profunda crisis humanitaria  

El régimen narco paramilitar colombiano ha decidido que solo sembrando el terror se podrá recobrar la paz y la tranquilidad. Según los manuales antiterroristas hay que capturar a los líderes del paro, torturarlos, desaparecerlos para que sirva de escarmiento a sus secuaces. En las calles de Cali se libra una batalla revolucionaria donde una juventud  a punta de piedras y palos y con escudos de lata enfrentan a unas fuerzas del orden que cobardemente disparan fuego real, balines, pelotas de goma o bombas de gases lacrimógenos. Los paros y bloqueos son un auténtico teatro de guerra. Lo cierto es que no será con palomitas de la paz ni con palabras de amor y amistad que se derrote a esta demencial dictadura fascista. Como se demostró con el caso del cura guerrillero Camilo Torres a mediados de la década de los sesenta  que ante la intransigencia de la clase dirigente decidió que no había otra alternativa que empuñar las armas para derrocar a la oligarquía.

El gobierno aconseja a los insurrectos que se acojan a la Constitución del 91 y creen su propio partido político y que participen en las elecciones. Que tomen el ejemplo de los “indignados españoles” que fundaron Podemos y obtuvieron un gran éxito electoral al conseguir  5 eurodiputados y entrar en el Congreso con 69 diputados.   La democracia colombiana es generosa y   que defiendan sus demandas en el Congreso de la República. Aunque para lograr un cambio real se requiere una votación mayoritaria casi imposible de . Lo paradójico es que si se realizaran elecciones en este momento tal vez ganarían las fuerzas de ultraderecha  igual a lo que sucedió con el referéndum revocatorio de los acuerdos de paz con las FARC.   

Geoestratégicamente Cali es un puerto interior del océano Pacifico muy disputado entre los carteles de la droga y la delincuencia organizada, Hoy la capital del Valle del Cauca  sufre una guerra de baja intensidad con sobrevuelo helicópteros, aviones, drones y la movilización de miles de policías y soldados curtidos en la guerra de guerrillas o en el combate al narcotráfico.

Los jóvenes de las localidades, los barrios y las comunas. son un nuevo sujeto político y hay que darles voz y visibilidad en las mesas de negociación pues solamente ellos se pueden representar. Cualquier acuerdo con el gobierno que los ignore se considera nulo. Las asambleas populares reclaman educación, salud, vivienda, trabajo, sueldos dignos, renta básica o subsidios, reparación de las victimas  la reforma de la policía, el desmonte del ESMAD y la desmilitarización en todo el territorio colombiano. Pero de antemano se sabe que un corto periodo de tiempo no se va a  concretar ese nuevo pacto social  que exigen los manifestantes.

La sociedad colombiana está completamente polarizada entre los seguidores del uribista Centro Democrático y las fuerzas progresistas de izquierda. Esto es algo que viene sucediendo desde el siglo XIX y que ha sido el detonante de infinidad de guerras civiles entre liberales y conservadores.    

La ultraderecha contraataca y convocan las llamadas “marchas del silencio”, contramanifestaciones  en apoyo al gobierno de Duque y el “heroico” accionar de la fuerza pública. Miles de personas marchan bajo el lema  de   “los buenos somos más” “no están solos”  La campaña electoral ya ha comenzado.

Este estallido social se parece cada día más a las revoluciones árabes del 2011, también  al movimiento de los Indignados de España, la plaza del Tahrir en el Cairo hay que derrocar el dictador ¡Fuera Mubarak! ¡Que caiga Duque! Son los mismos encapuchados del movimiento zapatista o de las protestas populares de Chile cuando el presidente Piñera decide subir el precio del pasaje del metro de Santiago.  Aprobando una nueva Constitución y la convocatoria de una Asamblea Constituyente.

Las revueltas del siglo XXI en comparación con las del siglo XX  se articulan a base de las redes sociales y los avances de la tecnología digital, Es el resultado de la “modernidad liquida” en la que según los sociólogos “las realidades sólidas del pasado se han desvanecido”. El éxito de los insurrectos se debe a que se organizan a través de las redes sociales, ya sea vía Facebook, Instagram, Twitter, mientras la prensa alternativa transmite en directo las 24 horas las incidencias del paro nacional. Un celular es una invaluable arma de denuncia y de constatación de los crímenes de estado. Para impedir que se articulen los grupos de resistencia se censura y bloquea Internet y las redes sociales. El objetivo es  ponerles el bozal y acallar así las voces de protesta. Bakunin resucita en Colombia, con las asambleas populares, son los milicianos anarquistas de la Guerra Civil española ¡ni Dios, ni Patria ni Rey!  ¡No hay que reformar el sistema, hay derrocarlo! los amotinados no respetan jerarquías, son antisistema, feministas, anti patriarcales, anticapitalistas, antimilitaristas, grupos anarquistas de ACAB (todos los policías son bastardos) con un virulento rechazo a los políticos tradicionales y por lo general abstencionista en las elecciones. “No queremos asistencialismo ni renta básica ni que nos compren nuestras conciencias con limosnas”- contundente mensaje que los enaltece. Se iza la bandera blanca en primera línea  vanguardia de la movilización social donde los capuchos con sus escudos azules repelen el ataque de las hienas policiales.

Esas plazas liberadas ahora son el ágora  de la cultura,  las artes, de la pintura, la música o la poesía, a ritmo de rap,  el Ska-p “la Revolución”,  la bella Ciao o ¿Quién los Mató?. El romanticismo  del Mayo del 68 es el inspirador de una juventud contestataria que cree que “otro mundo es posible” . En esta comuna solidaria y utópica  se reúnen niños,  jóvenes, hombres, mujeres, ancianos de todas las clases sociales que arropan a sus “guerreros capuchos” y encienden velas en honor a los mártires caídos en desigual lucha contra las fuerzas del orden.

Algunos ingenuos imbuidos en el espíritu cristiano apuestan por abrir canales de diálogo con el gobierno que permita levantar el paro nacional. No se puede caer en el juego de las provocaciones, “el único que va a cambiar esta nación es Jesucristo nuestro señor” convocando tedeums solemnes y cadenas de oración  juntos como hermanos llegaremos a un entendimiento que salve nuestra patria. Como se hizo al final de la Guerra de los Mil Días entre liberales y conservadores consagrando al Sagrado Corazón de Jesús el templo del Voto Nacional en Bogotá. La iglesia católica y las sectas cristianas, el comité de paro se aprestan a hacerle el trabajo sucio al gobierno desmovilizando la protesta. La táctica que ha elegido el gobierno es que pase el tiempo para que los insurrectos se agoten y remita el terremoto social. Entonces comenzará una campaña de limpieza social y  la cacería de sospechosos de haber apoyado los bloqueos. Como en los peores años de la violencia ya comienzan a bajar cadáveres flotando por las aguas del río Cauca.

¿En dónde está el premio Nobel de la Paz el expresidente Santos que reside EEUU y que no se ha dignado a hacerse presente como mediador?

¿Cuál es el papel  de las FARC-EP y sus comandantes guerrilleros desmovilizados?   Ellos que en su día se proclamaron la vanguardia de los campesinos y los proletarios apenas intervienen en esta grave crisis social y con su partido los Comunes se mantienen al margen de los graves acontecimientos ocupando cómodamente una curul en el Congreso de la República. Dónde están aquellos que predicaban: ¡Solo con las armas en la mano se podrá doblegar al estado fascista colombiano! De que valieron 50 años de guerra civil que dejó más 200.000 muertos, miles de desaparecidos y millones de desplazados. Además del fracaso de unos tratados de paz firmados en Cuba que jamás cristalizaron. Como lo demuestra los 270 excombatientes y más de 1.184 de líderes sociales asesinados desde el 2016.

 

Carlos de Urabá 2021