La jaula

La jaula
por la emancipación de los pueblos

dimanche 20 juillet 2014

La bestia de Sion devora Gaza.

 
El ejército Israelí con su inmenso poder armamentístico se ensaña una vez más con la población palestina de la franja de Gaza.  Se ha iniciado la invasión terrestre y las milicias de Hamas y la Yihad islámica no tienen más remedio que resistir el embate y demostrar una vez más su capacidad de aguante. La población civil palestina, como suele suceder en estos casos, es la que va a pagar el más alto precio en esta campaña “antiterrorista” o , mejor dicho, de venganza (como la califican los altos mandos de la FDI y el propio Netanyahu) Hasta el momento se contabilizan 350 muertos y unos 2.500 heridos que es el cruel tributo que deben pagar los palestinos en su lucha por su soberanía y  dignidad. Cobardemente la bestia de Sion sedienta de sangre devora a los más débiles e inocentes, ya sean bebés,  niños, jóvenes, mujeres o ancianos.

La comunidad internacional ni siquiera se conmueve con las escenas que trasmiten la televisión y la prensa mundial. Es algo que ya no les sorprende pues los sionistas han utilizado los mismos métodos durante décadas.  El presidente de los EE.UU Obama ha declarado que Israel no hace más que  “ejercer su legítimo derecho a la defensa” Los países occidentales, siempre tan preocupados por la violación de los derechos humanos, al parecer poco les importa lo que suceda con esos “islamistas radicales que amenazan la paz mundial”.  Ya ni siquiera envían los sufragios de condolencia y se limitan a confiar en que “las partes en litigio más temprano que tarde alcancen un acuerdo que ponga fin a este inútil conflicto”.

De este modo se demuestra que el proceso de paz no es nada más que una quimera pues el gobierno israelí sigue con sus planes de colonización de Cisjordania y renueva periódicamente sus arsenales estratégicos  (uno de los más letales del mundo) Todos son falsedades y mentiras pues su finalidad es ganar tiempo hasta  lograr la completa judaización de los territorios ocupados. Lamentablemente vamos a tener que acostumbrarnos a una guerra perpetua de incalculables consecuencias.

Por tierra, mar y aire los militares sionistas acorralan a los 1.8 millones de habitantes palestinos que sobreviven a duras penas enjaulados en la Franja de Gaza. En este mes de Ramadán de nada valen las oraciones ni las imprecaciones a Allah pues la población civil no tiene a donde escapar. La frontera con Egipto, la única salida de emergencia, permanece cerrada a cal y canto por orden del dictador Al Sisi.

Tras el ultimátum lanzado por Netanyahu 100.000 palestinos del norte de Gaza, en especial del barrio Shujaiya,  están condenados a abandonar sus hogares o de lo contrario corren el riesgo de sufrir lo que los sionistas definen como “daños colaterales”. La operación terrestre que se inició el jueves 17 de julio pretende neutralizar a los grupos de resistencia islámica y destruir las lanzaderas de cohetes, (que se han perfeccionado gracias a la ayuda iraní y siria transferida a través de los túneles que comunican con el Sinaí)   los depósitos de armas, los bunkers los túneles secretos que se internan en territorio “israelí” y capturar o eliminar a los líderes de Hamas o la Yihad Islámica.  Lo prioritario es brindar la máxima seguridad a los invasores judíos residentes en el Negev occidental.

Pero Hamas y la Yihad Islámica, ejerciendo igualmente su legítimo derecho a la defensa, han prometido enfrentarlos y, aprovechando la oportunidad, capturar algunos soldados israelíes para forzar una negociación o intercambio de prisioneros.- como ha sucedido en otras ocasiones- El apoyo de la Liga Árabe  a la causa de Hamas es casi nulo, el Consejo de Seguridad de la ONU guarda un silencio cómplice, Abu Mazen y Al Fatah se desentiende por completo  y, encima,   la presión internacional contra Israel es ínfima pues empieza la temporada de verano y la mayoría de los líderes políticos disfrutan de sus “merecidas vacaciones”. En todo caso en el momento menos pensado mandarán las migajas de la “ayuda humanitaria” para aliviar el dolor de los damnificados.

Esta operación de castigo y exterminio denominada “Margen Protector” (que es la continuación de  “Plomo Fundido” (2009) y “Columna de Nube” (2012) está justificada-según sus inductores- por el secuestro y asesinato de tres jóvenes judíos en las cercanías de Hebrón a finales del pasado  mes de junio. Un argumento perfecto que les da carta blanca para desahogar su odio y sembrar la destrucción y la muerte. Los objetivos a batir van desde las infraestructuras públicas, hospitales, mezquitas, colegios, universidades, terrenos de cultivo, acueductos, hasta el Arca de Gaza, el proyecto de cooperación con diferentes ONGs que se proponía romper el bloqueo marítimo impuesto por Israel y que  ha quedado completamente reducido a las cenizas.

Desde la distancia impotentes no podemos más que enviarles nuestro apoyo moral que realmente poco puede hacer contra esa lluvia de bombas y misiles. No están solos pues detrás de ustedes existen miles, millones de personas que se solidarizan con su causa. La situación no puede ser más crítica pues falta el agua potable, la electricidad, los alimentos básicos, las medicinas, en fin, una emergencia humanitaria que se agrava aún más con el drama de miles de refugiados causado por la agresión genocida.

No queda otra opción que resistir y resistir y enfrentar cara a cara a la bestia de Sion aunque sea a punta de palos, piedras, cócteles molotov o cohetes artesanales con el único consuelo de ofrendar sus vidas en honor a la madre tierra palestina.

Carlos de Urabá 2014

samedi 19 juillet 2014

Josep Almudéver-Brigadista: “Franco me fusiló el día 18 de enero de 1938”


Josep Almudéver (Marsella 1919) a estas alturas de su existencia no ha perdido ni un ápice el espíritu combativo de los brigadistas internacionales. Este es un caso excepcional pues a pesar de su avanzada edad continúa firme y en guardia  sin que sus convicciones se hayan alterado en lo más mínimo. Los testimonios de la Guerra Civil española permanecen muy frescos en su mente y es capaz de recordar hasta los más nimios detalles de los sucesos históricos que se desarrollaron hace más de 75 años. Una lucidez tan prodigiosa es muy difícil de encontrar puesto que la mayoría de los protagonistas de esos acontecimientos ya han fallecido.

Josep Almudever desde muy temprana edad empezó a manifestar un espíritu rebelde que contradecía las normas de la sociedad conservadora de la época.  A los 5 años demostrando un alto grado de irreverencia negaba ya la existencia de Dios y se oponía a las injusticias que condenaban al pueblo a la miseria.  En esa España de principios del siglo XX en la que reinaba la ignorancia y la sumisión al orden establecido él se dedicó a la tarea de instruirse hasta alcanzar un nivel de educación privilegiado. Tan alto nivel cultural le permitió convertirse en un precoz maestro que impartía clases a los analfabetos del pueblo natal de sus padres,  Alcásser (Valencia).

En la actualidad y, aunque el inexorable paso del tiempo le ha mermado sus facultades,  mantiene un estado físico envidiable.  Sobre todo, sus  ideas permanecen inalterables, claras y contundentes.  Y es que estamos hablando de un hombre casi centenario que se niega a renunciar a su alma adolescente que le permite vivir optimista e  ilusionado. Incluso llega hasta el punto de predecir los sucesos del futuro que por fuerza tienen que conducirnos a un destino libertario.

Haciendo honor a su apodo de “petit”, en 1936, siendo un menor de edad, se alistó voluntariamente en la columna “Pablo Iglesias” del Partido Socialista de Valencia. Se lo jugó todo en defensa de los principios humanistas de su amada República amenazados por el golpe de estado dirigido por el traidor general Francisco Franco. Dos años después ingresó en la 129 brigada Batería Italiana Carlos Roselli de las Brigadas Internacionales.  Allí estuvo combatiendo hasta que el Comité de no Intervención los desmovilizó y tuvieron que abandonar el territorio español rumbo a Francia.

Es entonces cuando el régimen franquista para sembrar la zozobra y el terror le envía una carta a su familia anunciándole que: “Josep Almudéver ha sido fusilado en Castellón a las 5 de la mañana del día 18 de enero de 1938 por el atroz delito de traición a la patria”  El día que por sorpresa regresó a Alcásser los vecinos y familiares cayeron presa de un ataque de pánico  pues creyeron que se trataba de un ánima en pena.

En Marsella, obsesionado con las penalidades que afligían al pueblo español, y ya licenciado de las Brigadas Internacionales- a sabiendas de que la guerra estaba prácticamente perdida- se puso en contacto con el consulado español exigiendo que se le enviara nuevamente al frente para sumarse a la resistencia. Contra todo pronóstico volvió en un barco inglés que logró romper el bloqueo impuesto al puerto de Valencia por las tropas franquistas y sus aliados las potencias del eje.

Josep Almudéver justo un día antes de la caída de Valencia en manos del ejército fascista se alistó en el arma de aviación. Pero al comprobar que era imposible revertir la derrota  tuvo que huir de Alcásser en compañía de su padre al puerto de Alicante -al ser declarado éste zona internacional-. Esperaron un buque que nunca llegó y por desgracia el 1 abril de 1939 fue detenido y confinado en el tristemente célebre campo de concentración de Albatera (él es el último superviviente) donde compartió torturas, hambre y grandes penalidades junto a los otros 17.000 presos republicanos. Todavía hoy le persiguen las pesadillas causadas por el trauma que le supuso –obligado por los carceleros falangistas-el contemplar los fusilamientos de sus compañeros que agonizantes lanzaban espantosos alaridos. Y quizás lo más cruel es que él no sabía si al día siguiente sería el próximo en pasar al paredón.

El día 26 de octubre de 1939 se desmantela el campo de Albatera y es transferido a  Portacelli; luego a la Cárcel Modelo hasta agosto de 1942. Por subvertir el orden y trasgredir los artículos  238 y  242  se le condena a muerte. Sentencia que posteriormente es conmutada por la de 30 años y más adelante se le rebaja a 12 años y un día hasta que sale en libertad condicional de la  prisión provisional de Aranjuez el 19 noviembre de 1942.  

Para completar su hazaña no da su brazo a torcer y en el año 1943 se enrola en las filas de la Agrupación Guerrillera de Levante donde dirigió el Comité  Comarcal de Catarroja hasta el año 1947. En el combate contra la dictadura franquista sus dos compañeros de Silla, que cumplían funciones de inteligencia, fueron descubiertos y fusilados. Almudéver logra escapar por los pelos del cadalso y se ve obligado a partir a Barcelona donde le prestan la ayuda necesaria para clandestinamente cruzar los Pirineos y exiliarse en Francia.

Para Almudéver los sacrificios padecidos en su lucha guerrillera hacen parte de los gajes del oficio; para él son galones que luce orgulloso en su conciencia pues con toda las fuerzas de su alma tan sólo pretendía entregar su vida en honor a su amada República. Él pertenece a la estirpe de aquellos personajes que les mueven los ideales utópicos o el romanticismo revolucionario. Es decir, gentes que son capaces de despreciar su propia vida por la justicia y la libertad de su pueblo. Porque el bien común está por encima de los intereses individuales. Y este es el caso de los miles de brigadistas abandonaron sus países de origen  y solidariamente renunciaron a sus trabajos, a sus familias, novias o esposas e hijos y se marcharon a rescatar a España de las garras del fascismo.

Almudéver aunque parezca mentira insiste en que su misión todavía no ha terminado porque España se encuentra sometida a las veleidades de un gobierno ilegítimo representado por la Monarquía Borbónica.  Y él, tal y como lo hiciera en su juventud, está listo a engrosar las filas de la insurrección con tal de ayudar a instaurar la III República. Fiel a los  versos del poeta peruano Cesar Vallejo que escribió en su obra “España aparta de mí este cáliz”: “Niños del mundo si cae España, si la madre España cae-digo es un decir- ¡salid, niños del mundo; id a buscarla!

Este brigadista impenitente nos deja perplejos: con 95 años todavía sigue realizando sus ejercicios físicos en una bicicleta estática, con sus  95 años cultiva en su huerto tomates, lechugas y cebollas,  con sus 95 años a cuestas se pasea alegremente por los campos del  Ariege, una región del sur de Francia situada al pie de las montañas pirenaicas. Su mirada se pierde en el horizonte tal vez soñando con revivir las antiguas epopeyas con sus camaradas de armas.

Este albañil de profesión e intelectual ilustrado, no hace más que leer y releer libros.  Estudioso de la historia de la España  y  de la realidad política actual lanza un furibundo alegato contra el sistema monárquico heredero del dictador Franco. Almudéver sigue activo, no tiene un minuto de descanso y ahora se dedica a impartir conferencias a donde le llamen dispuesto a refrescar la memoria de los estudiantes en los institutos y universidades. Su rutina se resume al continuo aprendizaje y,  en especial este año  2014,  en dar los últimos toques de sus memorias que pronto serán publicadas en España.   

Realmente estamos ante un verdadero fenómeno, una  figura integra que merece todo nuestro respeto.  Su valentía y dignidad lo honran.

Este extraordinario caso  nos debe hacer reflexionar aún  más hoy cuando  la crisis económica e  institucional corroe España. Y es que  desde la Casa Real hasta la casta política monárquica se dedican por entero a la corrupción y el desfalco. Sin ningún escrúpulo los servidores públicos pisotean los principios éticos y morales aprovechándose de la inmunidad que les otorga el voto ciudadano, que no es más que una patente de corso para robar a manos llenas las arcas del estado.  

De ahí que el ejemplo del Brigadista Almudéver nos devuelva la confianza en el ser humano que sin contemplaciones se entrega al compromiso revolucionario. Josep cual poeta enamorado abre un libro de Miguel Hernández y recita altivo uno de sus versos:   “Cantando espero a la muerte/ que hay ruiseñores que cantan/ encima de los fusiles/ y en medio de las batallas”

Almudéver asevera que no se rinde, que todavía le quedan alientos, si es necesario, para cruzar los Pirineos a pie y unirse a la resistencia contra ese sistema feudal  monárquico que vampiriza a sus “súbditos” Es increíble que las élites franquistas, la aristocracia, los militares y clérigos  aún permanezcan en el poder y, lo peor de todo,  avalados por los partidos de izquierda que traicionaron los principios de la clase obrera y el proletariado.   Su corazón late más fuerte que nunca cuando levanta el puño en alto y pronuncia el clásico lema brigadista “¡Por vuestra libertad y por la nuestra!”  Tanta vitalidad nos deja anonadados más aún cuando las nuevas generaciones criadas bajo este sistema capitalista burgués lo único que buscan es el goce y el placer.  

Aconsejo a los lectores observar con toda la atención este documental  que rodamos  en su casa de la Tour-du-Crieu en el Ariege (Francia) donde se refleja con toda la magnitud su irreverente personalidad. Dejando a un lado las descripciones retóricas o las lisonjas fugaces las imágenes valen más que mil palabras. Este es nuestro humilde homenaje al glorioso brigadista y guerrillero Josep Almudéver cuyo recuerdo permanecerá eternamente en nuestros corazones.


Carlos de Urabá 2014

vendredi 4 juillet 2014

El pueblo español víctima de un bastardo vasallaje.


Uno de los últimos brigadistas internacionales de la guerra civil, Josep Almudéver de  95 años, historiador empírico y combatiente del fascismo en primera línea de fuego,  hace una crítica implacable de la entronización del nuevo soberano Felipe VI. Fiel hasta la muerte al espíritu republicano ve incomprensible la sumisión del pueblo español a las veleidades de una monarquía anacrónica y feudal.

Una de las razones fundamentales de la abdicación del rey don Juan Carlos el pasado día 17 de junio ha sido  la pérdida de credibilidad de la institución monárquica por culpa de los múltiples escándalos de corrupción y abuso de poder. Aparte de la lamentable imagen que produce el contemplar un rey enfermizo y achacoso.  Urgentemente la Casa Real ha decidido entronizar a su augusto hijo el príncipe Felipe en un desesperado intento por salvaguardar el legado de la dinastía borbónica. Según los analistas, don Juan Carlos I con este gesto magnánimo, cargado de coraje y valentía, demostraba una vez más su inmensa generosidad.

Estos acontecimientos nos han desvelado un hecho desgarrador y es que el pueblo español ¡¡¡no existe!!!  ¡¡¡No existe!!!  porque el único protagonista de la historia es el rey, el sol que alumbra es el rey.  Un ser  engendrado, no creado, de la misma naturaleza del padre que encarna a Osiris, Amón Ra, Júpiter o Zeus. 

El dictador Franco desde un principio había manifestado sus preferencias por restaurar la monarquía  y por tal motivo  adoptó a Juan Carlos de Borbón. En su regazo lo fue modelando a su imagen y semejanza instruyéndolo disciplinadamente en los Principios Fundamentales del Movimiento Nacional. El generalísimo lo designó heredero del mentado “Imperio hacia Dios” y tras su muerte el príncipe fue proclamado el soberano de los españoles. Así consta en la Constitución redactada por los “padres de la patria” -y luego aprobada -por mayoría absoluta (87,78%)- en referéndum el día 6 de diciembre de 1978.

El rey es el mejor embajador de España pues ha sabido vender una marca de éxito a nivel mundial.  Sin él España no sería más que una pobre y triste república bananera. Hoy, por el contrario,  hacemos parte  los países más poderosos de la tierra.  La transformación que ha sufrido el reino en estas últimas décadas ha sido espectacular. Una obra que se debe en gran medida  al empeño de la Casa Real por sacarnos del retraso atávico y conducirnos por el camino del desarrollo, la modernidad y  la democracia.

El rey don Juan Carlos I ha sacrificado su vida por España, ha sido el mejor rey de toda la historia de España, 39 años de servicio incondicional a España lo hace merecedor a los más altos elogios.

El monarca es una garantía para la paz y la unidad de España ¿acaso  entre los animales de la jungla no hay un rey?   Son leyes naturales imposibles de contradecir. Los vasallos incapaces de asumir su propio destino necesitan un ser omnipotente y omnipresente que les brinde confianza y seguridad. Sin el protagonismo del rey, sin su mano bienhechora los españoles estarían sumidos en la barbarie y el caos.

Debemos estar eternamente agradecidos con el rey pues en los momentos más aciagos de la transición ha demostrado su infinito amor a España.  Quien no recuerda ese infausto día 23 de febrero de 1981 cuando con ardor guerrero supo conjurar el golpe de estado cometido por una banda de traidores que intentaron destruir el orden constitucional.  Desde entonces se le considera el paladín de la paz y la libertad.

Aparentemente los 45 millones de españoles no cuentan, son incapaces de decidir por sí mismos pues aún no se han emancipado. Los anales de la historia oficial ignoran por completo la lucha del pueblo español contra la dictadura franquista: la resistencia clandestina, los maquis,  las huelgas  sindicales o  las manifestaciones estudiantiles. 40 años de brutal represión policial y militar, 40 años de terror y persecución contra aquellos “enemigos” que pretendían destruir a la España Una, Grande y Libre. Esos “forajidos apátridas”, “rojos” y “ateos” merecían la cárcel, la tortura, el pelotón de fusilamiento o al garrote vil. Crímenes atroces que contaron con el beneplácito de su majestad don Juan Carlos I que en ese entonces ostentaba el título de príncipe heredero.

Felipe VI fue elegido por abrumadora mayoría en unas increíbles elecciones sexuales que se disputaron en la suite nupcial del Palacio Real de Atenas  hace ya más de 46 años.  Gracias a la suprema calidad de  los espermatozoides del rey Juan Carlos I, que fecundaron el santo óvulo de la reina doña Sofía, se obtuvo una pura sangre de características mitológicas insuperables.

¡Aleluya! Bienaventurada sea la reina madre que trajo al mundo un brioso ejemplar de casta y trapío: 1.97 metros de altura, porte atlético, dotado de una inteligencia superior y heredero de unos valores morales y religiosos solo comparables a los del Sumo Pontífice.

Esta magistral función del teatro del absurdo hubiera sido imposible concebirla sin el concurso de la armada real mediática.( con un continuo bombardeo a través de los canales de la radio, la prensa, la industria editorial, la TV o el Internet) Expertos en manipular a las masas con los métodos más perversos de lavado cerebral han conseguido endiosar a sus altezas reales, elevarlos a los altares y  convertirlos en el producto estrella de la sociedad de consumo.   

Los  súbditos agitan los pañuelos, lanzan vivas,  se inclinan, hacen venias; majestad, a la orden de vuecencia; besan sus manos, besan sus pies arrastrados se revuelcan en una humillante actitud de demencial servilismo. La Casa Real emocionada premia a los  más leales  otorgándoles títulos nobiliarios y prebendas para saciar sus delirios de grandeza.

En este cuento de hadas no pueden faltar los poetas palaciegos que le dedican loas y versos floridos al nuevo rey Felipe VI. Un soberano pluscuamperfecto, inteligente, amable, serio y responsable. Un deportista de élite abanderado de España en los juegos olímpicos de Barcelona 92, el mejor estudiante, el primer puesto en los  colegios, academias, universidades más prestigiosas, un sabio poliglota de indiscutible pedigree y exquisito refinamiento.

Pero quizás la principal protagonista de toda esta mascarada sea la reina doña Letizia, la plebeya que logró conquistar el corazón del príncipe Felipe gracias a su glamour y deslumbrante belleza. En esta pasarela de vanidades, del narcisismo más delirante su serenísima majestad sabe imponer un estilo muy peculiar de musa inspiradora.

Que apuesto está el rey enfundado en el uniforme de Capitán General de los ejércitos imperiales; soberbio saca pecho enseñando la ristra de condecoraciones ganadas en unas épicas batallas que solo existen en su imaginación. Sus Altezas Reales son el tesoro más valioso de la patria, un patrimonio de la humanidad que debe ser protegido con celo por las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado pues si les sucediera algo a estos seres celestiales los españoles quedarían condenados a la más absoluta orfandad.

Según dicta la constitución en todos los ayuntamientos, comunidades, ministerios, cuarteles, embajadas, universidades, colegios, organismos públicos deben estar presididos por la foto del rey. Un culto a la personalidad que igualmente se refleja en los sellos, los timbres, las monedas, los billetes, o en todos los documentos oficiales. Los mejores artistas de la corte; los pintores, los escultores, diseñadores se desvelan por sublimar aún más la nobleza de la Familia Real y recordarle así a los súbditos ante quien deben inclinar la cabeza y rendirle pleitesía.

La memoria de Felipe VI y de la reina doña Leticia, debe perdurar eternamente en nuestros corazones, en su nombre se bautizarán aeropuertos, museos, institutos, universidades, hospitales o estadios para que las futuras generaciones aprendan quienes fueron los impulsores de uno de los periodos más prósperos de la historia de España.

No obstante este cuento de hadas esconde una gran podredumbre. Desde hace décadas los escándalos de corrupción de la dinastía borbónica son más que notorios -a pesar de los denodados esfuerzos de la justicia por ocultarlos -Se calcula que las ganancias obtenidas por el rey  con sus sucios negocios pueden alcanzar los cientos de millones de euros. Así lo corroboran las cuentas secretas que manejaban sus testaferros Mario Conde,  de la Rosa, o  Colón de Carvajal, intermediarios ante el grupo kuwaití KIO  y  la monarquía  saudita. De ahí que no nos sorprendan para nada las travesuras financieras de su yerno Iñaki Urdangarín y la infanta Cristina en el caso Nóos (una fundación sin ánimo de lucro que se enriqueció fraudulentamente con el trato a su favor por parte de los políticos la derecha españolista)

La Casa Real niega cualquier implicación en estos “maléficos montajes en contra de la institución más querida de los españoles” y  confían en que pronto se aclare este “turbio asunto y la justicia restablezca los principios de ejemplaridad y rectitud de los acusados”.  Intentan capear el temporal a la espera de que los súbditos, con el paso del tiempo, olviden estos “pequeños deslices financieros”.  Atentar contra la persona de los reyes es un sacrilegio, poner en duda su palabra y honorabilidad, un pecado mortal castigado con penas de cárcel. Tal y como está reflejado en la constitución: la figura del rey es inviolable pues pertenece más al orden divino que al humano.

Sería imposible que ocurrieran todas estas arbitrariedades sin la complicidad de una sociedad española permisiva y tolerante. A los súbditos poco les importa el derroche y la haraganería de la que hacen gala sus majestades: sus viajes a paraísos perdidos, las estaciones de esquí,  las cacerías de elefantes, de osos, las corridas de toros, los banquetes en los mejores restaurantes, las concubinas secretas, y todo tipo de fechorías que se financian con los impuestos de los contribuyentes. Esto es algo inaudito que se produzca con total impunidad mientras padecemos una masacrante crisis económica.   

Se da la paradoja que en Latinoamérica - en las antiguas colonias de ese imperio donde jamás se ocultaba el sol- los borbones  gozan de una alta popularidad; son amados y queridos hasta el punto que muchas repúblicas estarían encantadas de retornar bajo su tutela.  Ni siquiera los presidentes o jefes de estado más progresistas como  Raúl Castro, Cristina Fernández, Maduro,  Evo Morales, Ortega o Correa se atreven a levantar la voz, ni insinuar la más leve crítica contra sus majestades.  Todos brindan con la copa en alto y le desean larga vida al nuevo rey Felipe VI.

En todo caso, aprovechando esta coyuntura histórica, el espíritu republicano de insumisión y rebeldía se ha revitalizado.  Aunque aún no exista una fuerza política mayoritaria va tomando fuerza y se consolida una firme aspiración de recuperar su soberanía popular. Las multitudinarias manifestaciones prorepublicanas que se celebraron en las grandes capitales españolas, nos devuelven la esperanza. A pesar de que el  derecho a decidir no esté admitido constitucionalmente debemos insistir en nuestras justas reivindicaciones. La pregunta es clara y contundente: ¿queremos una monarquía o una república?, o, mejor dicho, ¿monarquía o democracia? ¿Qué nos impide decidir sobre nuestro futuro?  Sería necesaria una reforma constitucional pero en la actualidad en las  Cortes Generales domina la voluntad de los partidos monárquicos PP y PSOE y por lo tanto dichas aspiraciones son imposibles de alcanzar. Según las encuestas, y en el hipotético caso que se llegará a realizar dicho referéndum, solo en Cataluña o el País Vasco se obtendría una votación favorable. 

Felipe VI no es más que un rey capitalista, un soberano al servicio de la OTAN, el imperialismo norteamericano y la Unión Europea, un rey abanderado del nacionalismo español,  Capitán General de los ejércitos al que no le temblará la mano a la hora de ordenar reprimir cualquier maniobra separatista que ponga en peligro la unidad de España.

A lo largo de la historia la humanidad ha evolucionado en pos de los valores de justicia y  libertad. Desde la Revolución Francesa hasta la Revolución de Octubre en Rusia el combate ha sido constante contra el poder opresor de la clase dominante. Pero en España las ruedas de la historia se hunden en el fango, no avanzan, sino que dan marcha atrás.  Parece mentira que nosotros todavía estemos luchando por emanciparnos de ese yugo  feudal,  anacrónico y  decadente.

Carlos de Urabá 2014.