La jaula

La jaula
por la emancipación de los pueblos

jeudi 16 février 2012

¡Brindo por chiminiguagua!

Me entran ganas de berrear,
berrear sobre estas calles empedradas
donde pasearon altaneros un día mis antepasados.
Ellos eran campesinos de ruana y rebozo
con olor a establo
y por no ser menos se disfrazaron de caballeros,
todos unos grandes caballeros bogotanos.
El cachaco de traje de paño camina elegante y pretencioso.
estira el pescuezo y te observa como si fueras una cucaracha.
El monsieur levanta la copa de champagne,
El señorito brinda con el mejor vino español
el ejecutivo destapa una cerveza alemana
y exclama “prost”

Los hidalgos criollos exquisitos y vanidosos
se proclaman más divinos que humanos.

Si doctor, si mi doctorcito o doctorcita.
A sus órdenes ¿qué le provoca?

Los  plebeyos
vestidos de ruana y alpargatas 
beben chicha fermentada a escupitajos
y levantan al cielo la totuma
brindando por el dios Chiminiguagua.
´
Cachacos mojigatos que arrastran las erres
y se persignan espantados.  
¡Ala! mi rey que vaina con estos guaches
que ensucian el noble abolengo de la capital.
Borrachos malparidos,
marchantas y gamines de la más baja ralea,
escoria pagana que ofende el buen nombre
nuestro señor Jesucristo.  

Si su merced, si su mercesita
a sus órdenes mi doctor ¿qué le provoca?.


Carlos de Urabá

mardi 14 février 2012

¡Toubab! la maldición del dios blanco



Gracias a mi inmejorable curriculum académico me gané una beca para estudiar biología en la universidad de Mirail en Toulouse. Por fin mi sueño dorado se cumplía Francia, el país de la libertad, la igualdad y la fraternidad ¡increíble!

Pero poco duró mi euforia porque tras mis primeras semanas de residencia bien pronto me di cuenta que no todo lo que brilla es oro. Tenía que apretarme el cinturón y ahorrar dinero pues las circunstancias así lo exigían. No me quedó otra alternativa que irme a vivir al barrio de Bagatelle, un gueto de inmigrantes procedentes de Marruecos, Argelia y el centro de África, es decir, de las antiguas colonias. Como colombiano de estrato humilde me pareció hasta divertido. Yo carecía de prejuicios sociales y en el fondo deseaba codearme con el proletariado.
La vida estudiantil lejos de ser relajada era bastante rigurosa. Encima no dominaba bien el francés y debía tomar cursos extras que no me dejaban un minuto de tiempo libre. Apenas los fines de semana aprovechaba la ocasión para dedicarme a la farra y la bohemia. De alguna manera tenía que desahogarme y mitigar un poco la nostalgía.

En el vecindario el bullicio jamás se detenía, a cualquier hora las tiendas y los almacenes se encontraban abiertos mientras una multitud de de gentes de todas las lenguas y colores hacian de la calle su propia casa. El barrio de Bagatelle no podía compararse con ningún otro de la ciudad de Toulouse donde por lo general reinaba el tedio y el aburrimiento.

Frente al piso que alquilaba junto a varios argelinos existía un negocio donde la gente iba y venía en un continuo trajinar me llenó de intriga. Hasta que una tarde muerto de la curiosidad miré a través de los cristales del local tratando de descifrar el enigma. Dentro, un enjambre de mujeres se apretujaban en una pequeña sala; unas miraban la televisión, otras leían revistas de moda, otras nerviosas se mordían las uñas o jugaban con sus teléfonos móviles. Pero ¡qué casualidad! Todas eran de raza negra. Al fondo en un letrero de neón colgado en la pared se leía: Salón de beauté Aphrodite.

Los peluqueros del Salón Aphrodite se desvivían por complacer a la clientela, con gestos amanerados les prometían a sus pacientes un cambio revolucionario en sus vidas.

- Con el "Beauté Éternelle" tu novio o amante ya no volverá a acariciar ese pelo de estropajo, ¿comprendes?- y las negras ilusionadas asentían con la cabeza, desde luego estaban decididas a transfigurarse e imitar a esos ídolos negros que acaparan los titulares de la prensa y la televisión ¿cómo adquirir la figura de Whitney Houston? ¿ cuál es el secreto de Beyonce? ¿y la revolución estética de Michel Jackson ? ¿es posible alcanzar la altura de Condolezza Rice? o ¿la exhuberante belleza de Naomi Campbell?

Pero no sólo el pelo es su único complejo pues la paranoia les lleva a blanquearse la piel con cremas milagrosas o someterse a costosas operaciones de cirugía estética desesperadas por alcanzar la perfección de la raza aria.

La intervención milagrosa comenzaba untando el pelo con la crema desrizadora para luego cepillarlo y pasarle de inmediato la plancha alisadora de cerámica. Después de estirar la briosa cabellera con firmeza se deja reposar unos minutos para más tarde aplicarle un shampoo vitaminado y neutralizarla con el anti frizz. Tras una última remojada la obra maestra queda lista para deleitar los espectadores. Cueste lo que cueste la doma capilar no tiene precio pues renacer de las cenizas vale más que todo el oro del mundo.

Por su forma de ser alegre y descomplicada yo me sentía más próximo a los africanos que a los propios franceses. Por eso nunca faltaba a las reuniones organizadas por la comunidad negra de Toulouse. En una de tantas fiestas fue donde conocí a Sabrina, una bella negra de Burkina Faso, que para no desentonar con la moda imperante lucía una peluca de color rubio platino. Nos pusimos a conversar sobre temas intrascendentes pero después de un rato entramos en confianza. Hablamos sobre nuestras familias y le pregunté muchas cosas sobre su país y el por qué había decidido venirse a Francia. Ella me dijo que sus padres, que al parecer tenían bastante billete, la enviaron a estudiar comercio internacional, aunque la verdad ellos lo que pretendían es que su hija se hechara un novio blanco. Porque desde luego la raza había que mejorarla o dignificarla, ¿no?. Le lancé una mirada acusadora criticando su insolencia pero ella apenas si se dio por aludida. Luego le pregunté si su pelo lo llevaba así por moda o por pura rebeldía. Sabrina me confesó que para la inmensa mayoría de las africanas alisar el pelo hacía parte de un ritual iniciático.

Las niñas negras hasta cierta edad usamos trencitas y nos hacemos preciosos adornos con el cabello, pero al entrar en la pubertad todo cambia. Es el momento de alisarse el pelo y la madre, la abuela o las hermanas mayores se encargan de oficiar la ceremonia: la novicia mete su cabeza en un balde para recibir el la crema milagrosa Matrix o, si son muy pobres, les echan una mezcla de plátano machacado con formol. Tras horas de duro bregar el resultado salta a la vista. La niña ya puede salir a la calle para que el mundo entero admire su extraordinaria metamorfosis.

Con el correr del tiempo el salón Aphrodite se volvió el más famoso pues allí aplicaban el mejor “tratamiento de choque” de toda la ciudad. Las negras y mulatas, o mejor dicho, las "black", -como las llaman por “respeto” los franceses-salían más que satisfechas al deshacerse de ese maldito estigma.

Me di cuenta que las negras afrancesadas eran bien vanidosas; que si los tintes, las mechas falsas, las extensiones, el pedicure o el manicure, las lentillas de color verde y azul. Y cuando alguien les preguntaba -¿qué te has hecho? ¡te ves divina!- enseguida se les sube el ego por las nubes y sacan pecho pronunciando: espejito mágico, espejito de oro ¿quién es la más linda? dímelo tesoro. Infructuosamente intentaban borrar ese pasado de esclavos, borrar la marca de hierro candente, borrar hasta el olor, el color, el sabor. Adquirir una nueva identidad, un balsamo que les devuelva a autoestima y neutralice el complejo de inferioridad que las atenaza. El despreciarse a si mismas es una actitud autodestructiva que no se puede explicar. Y todo por imitar al amo blanco, adorar al dios blanco que representaba la pureza y, claro, ellas se creían sucias e indignas. No podían disimular la envidia que les entraba al contemplar a las chicas francesas con ese pelo liso ondeando al viento cual bandera de libertad.


Aunque mi piel no fuera negra mi corazón latía al ritmo africano. El fuego trópical me conducía a mi amado país y en esos momentos tan sentidos se me venían las lágrimas. La fiesta tomó un cariz apoteósico gracías al consumo desmesurado de hachís y alcohol. Poco a poco a Sabrina se le soltó la lengua desahogando todas sus frustraciones y complejos.

-Esto es una humillación, los machos negros no hacen más que  buscar a las mujeres blancas. Ellos lo que desean acariciar una cabellera sedosa mientras hacen el amor y no un estropajo pegado con engrudo.-Odio a mis padres y detesto mi nariz ñata de chimpancé.

La pobre había perdido los papeles y yo no sabía que decirle. Me quedé mudo y de un sorbo me bebí el vaso de vino que tenía entre mis manos.

Los efluvios etílicos y alucinogénos surtieron el efecto deseado y al filo de la madrugada la fiesta se trasformó en un fantástico vudú. Sabrina danzaba siguiendo el ritmo frénetico que marcaban los tambores interpretados por una comparsa de rastafaris. De improviso, ella cerró los ojos y se echó a llorar, lloraba rabiosa a tal punto que sus lágrimas bañaron su rostro estropeando el estrafalario maquillaje Christian Dior que reemplazaba sus pinturas tribales. La temperatura inesperadamente subió y un sudor selvático la empapó por completo. Jadeante se despojó de sus joyas, del reloj Cartier y del costoso traje de seda rojo que lucía. En el instante que  recuperó su primitiva desnudez comenzó a danzar con mayor ímpetu; danzaba completamente deshinibida dando vueltas sobre si misma hasta que extasiada se arrodilló levantando sus brazos al cielo.

Presa de una fuerza extraña se levantó y de un manotazo se arrancó la peluca que como una cometa de oro cayó a sus pies. Histérica la pisoteo una y mil veces maldiciendo su cruel destino. En su cabeza calva apenas se distinguían algunos marchitos cabellos. ¡qué horror! Su corazón palpitaba aún más fuerte que los tambores y sus venas se marcaban en la piel cual ríos incontenibles a punto de desbordarse. Parecía una fiera en celo que corría detrás de su presa. De repente se echó a reír a carcajadas enseñando sus fauces donde unos dientes blanquisismos casi iluminaban la estancia. Cuando alcanzó el clímax pronunció unas palabras incomprensibles, palabras que repetía enloquecida hasta la extenuación:¡ toubab, toubab, toubab! Cuando los primeros rayos de sol acariciaron su piel de ébano el fuego purificador consumió el espíritu maligno que la poseía.

Carlos de Urabá
Mar Muerto


Naufragio en Kuna Yala


Panamá se ha convertido en un destino turístico y comercial de primer orden, sus hoteles de lujo, sus playas paradisíacas, sus centros comerciales y la zona del canal atrae a millones de visitantes del mundo entero que sueñan con pasar unas vacaciones inolvidables. El turista moderno es muy exigente y le gusta gozar de las máximas comodidades como: aire acondicionado, jacuzzi, televisión por cable, computadores, Internet de alta resolución, etc, o de lo contrario se sentirían vacíos y aburridos. Por eso me decía mi mismo mientras veía la gente enloquecida jugando en los casinos o bebiendo whisky en los bares ¿qué se me había perdido a mí en esta ciudad donde el consumo es la única razón de la existencia?

Para colmo el paisaje de la capital se ve invadido de vallas publicitarias que intentan embrujarnos con sus lucecitas de colores. Hasta los personajes más ilustres como el presidente Martín Torrijos hacen parte del negocio. Retratado en un cartel levanta una copa de champagne y aprovechando que es navidad, nos desea ¡Happy christmas! También el artista salsero, Rubén Blades, flamante Ministro de Turismo, vestido de predicador, sonríe y nos da la bienvenida con un “Welcome to Panamá”. Rubén en su época gloriosa defendió la causa de los más pobres y así lo atestiguan las letras de sus composiciones. Pero la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida -como dice la letra de “Pedro Navaja” - Hoy nuestro ídolo ha cambiado radicalmente y se comporta como un “chico plástico” y su mayor preocupación es inaugurar campos de golf en honor a los ejecutivos más adinerados.

A mí siempre me han atraído los sitios de difícil acceso donde los accidentes geográficos detengan la llegada masiva de los turistas. Que por cierto son el mayor peligro para la ecología del planeta. Pero yo nunca imaginé que en este país existieran regiones habitadas por indígenas que aún se mantienen en un estado primitivo y gozan de una relativa autonomía, como es el caso de los Kunas, el país de los Tules.

Así que sin perder tiempo me dirigí a la Terminal de autobuses y abordé un bus con destino al Darién. Tras una hora y media de recorrido llegamos al cruce de la carretera el Llano-Cartí donde comienza el camino hacía Kuna Yala, única ruta terrestre conocida para ingresar al archipiélago de San Blas. Con mi mochila al hombro, bien pertrechado de agua y comida y bajo un calor extenuante, emprendí la caminata. En un principio el paisaje se ve marcado por la tala indiscriminada de árboles que ha provocado los siglos de colonización. Pero cuando tras unos veinte kilómetros se ingresa a la comarca de Kuna Yala, todo cambia. Protegido por las montañas el bosque húmedo tropical aún conserva el esplendor de una manigua impenetrable con sus grandes ceibas, helechos, palmeras, orquídeas o heliconias. Un ecosistema refugio del jaguar, el águila arpía, el tapir, los monos aulladores, tucanes y perezosos. No podemos olvidar que en esta región se encuentra la mayor diversidad de fauna y flora del mundo, además de ser el puente biológico entre norte y Suramérica.

La visión desde el mirador del cerro Cartí es extraordinaria: de un lado se observa el océano Pacífico y del otro el mar Caribe donde se distinguen con claridad las incontables islas del archipiélago de San Blas. Después de sortear el alto la ruta se vuelve agreste y cortada por profundos precipicios. De vez en cuando pasan por allí algunos jeeps 4x4 que se atreven a desafiar el mal estado de la carretera que en invierno se transforma en un barrizal de arenas movedizas. Después de pasar la noche en mi tienda de campaña al día siguiente y tras 45 kilómetros de dura caminata llegué en horas de la tarde hasta un improvisado embarcadero a orillas del río Nusagandí. Desde este sitio parten las canoas de motor fuera de borda con dirección a las distintas islas del archipiélago. Abandonamos la tierra firme y luego de una media hora de navegación atracamos en la isla de Cartí Jantupu. Sin duda alguna es un privilegio el encontrarse en esta isla de unos 300 metros cuadrados donde viven unas veinticinco familias Kunas en sus chozas de bambú y techos de palma. No hay luz eléctrica, ni aire acondicionado, no hay televisión ni computadoras ni supermercados.

La vida diaria de los Kunas es muy sencilla pues su rutina desde hace miles de años es siempre la misma: navegan en sus canoas, vienen y van de las islas al continente en procura de leña, frutas o comida, y otras veces cazan o pescan según sus necesidades. Pero las verdaderas protagonistas de esta historia son las mujeres que vestidas a la antigua usanza con trajes de vistosos colores adornados con las típicas molas y tocadas con un pañuelo rojo en la cabeza se muestran altivas y orgullosas. Tienen la piel bronceada y en sus extrañas facciones se destacan los ojos rasgados que revelan su procedencia asiática. Todavía conservan la costumbre de tatuarse con jagua una línea desde la frente hasta la punta de la nariz, aunque en el pasado lo hacían en todo el cuerpo. También les encanta lucir orejeras, pectorales, narigueras, anillos y pendientes de oro y enrollar sus muñecas y los tobillos con pulseras y tobilleras de chaquira de diseños geométricos. Por el contrario los hombres visten a la manera occidental disfrazados con vulgares bermudas, camisetas y gorritas de chicos del Bronx.

La filosofía Kuna se basa en tres pilares : la canoa, la hamaca y la chicha. La canoa es el símbolo de su existencia, el navegar los hace libres y en ella se transportan por las islas o se acercan a tierra firme a sembrar sus cultivos o hacer sus intercambios comerciales. La hamaca representa el regazo de la madre y su constante vaivén es como un péndulo que marca el paso del tiempo. En la hamaca se vive, se descansa, se pare, se hace el amor y se muere. Incluso después de muertos serán enterrados en la hamaca para que sigan acunados en el sueño eterno. La chicha es la savia de la vida y de la fiesta, es el brebaje predilecto para comulgar en comunidad. Antiguamente el maíz era mascado por las abuelas y escupido en unas grandes ollas de barro donde se fermentaba. Pero ahora se utiliza más la caña o el licor importado en las celebraciones donde las borracheras son memorables.

El tiempo pasa sin angustia, nadie corre ni se apresura a cumplir las órdenes de algún jefe o patrón. Sin mayores pretensiones los Kunas siguen en sus canoas remando, las mujeres tejiendo o bordando sus hermosas molas. A ellos les importa un bledo que mañana se acabe el mundo porque no tienen ni idea de lo que pasa más allá del umbral de su choza. Esta actitud desata la envidia de los civilizados que no soportan ese estado de anarquía; no están sujetos a las leyes ni a ningún orden, adoran ídolos paganos y eso no se puede tolerar. Envidiosos de su libertad los manipulan con falsas promesas de redención. Por este motivo muchos Kunas han emigrado a la ciudad de Panamá donde son explotados en los trabajos más despreciables.


La historia nos relata que tras la conquista española los Kunas se aliaron con los piratas ingleses, franceses y holandeses para hacerle frente a su enemigo común. Amenaza a la que la corona española respondió ordenando por una cédula real la completa aniquilación de esta etnia indígena. Al huir de la persecución genocida se desplazaron hacia las márgenes de río Tuira y Atrato hasta alcanzar las islas de San Blas. Pero las agresiones jamás cesaron y a mediados del siglo XIX el gobierno de la Gran Colombia organizó una expedición de militares y misioneros cristianos con el objetivo de civilizarlos. Como opusieron una tenaz resistencia los enfrentamientos dejaron cientos de indígenas muertos y su territorio ocupado por los nuevos invasores. La paz apenas se firmó en el siglo pasado cuando Nele Kantule, su máximo héroe, negoció con el gobierno panameño la independencia de la comarca y el respeto a sus costumbres y tradiciones. Convirtiéndose así los Kunas en el primer pueblo de América indígena en obtener una autonomía política sobre su territorio.

El archipiélago de San Blas está conformado por unas 390 islas en las que muchas están deshabitadas. Sus tibias aguas tropicales son las favoritas de los tiburones y langostas, como también son las favoritas de los cruceros de placer que quieren experimentar una exótica aventura. Visitar sus hermosísimas islas es algo que nos marcará para el resto de nuestra vida. Muchos han buscado el edén y han recorrido medio mundo en pos de ese espejismo. Y nosotros con tan sólo navegar unos cuantos minutos lo encontramos en la primera isla deshabitada. De inmediato nos convertimos en Adán o Eva pues ciertamente aquí la naturaleza no es terrenal sino divina. El mar Caribe es muy complaciente y alivia nuestra esquizofrenia. Entonces ya podemos respirar profundo alejados de la dictadura tecnológica. Tendidos sobre la arena de la playa lentamente recuperamos nuestros instintos más salvajes. Nadar y bucear en sus cristalinas aguas azul turquesa nos devuelve al seno materno. Entre los arrecifes de coral los bancos de peces de colores intentan besarnos al confundirnos con un ídolo marino.

Las islas más atractivas son Pelicano, Anzuelo, los cayos Holandeses, la isla del Diablo o el Perro. En éstas no hay nada aparte de playa, brisa, mar, cocoteros y gaviotas. Eso es lo más emocionante: dependemos de nosotros mismos para sobrevivir. Lo único que tenemos que hacer es encender el fuego, pescar y beber el agua de los cocos. Muchos ciudadanos no aguantan ni cinco minutos en esta isla de 400 metros cuadrados, es el peor castigo que pueden padecer y ansiosos comienzan a dar vueltas y vueltas en busca de un supermercado o un café internet.

Los Kunas son muy dados a las supersticiones y fetiches, viven más en el en el mundo de los espíritus que en el real. Por todas partes, en la selva, en el mar o en el cielo nos rodean espíritus; unos buenos y otros malos. Espíritus de culebras, cocodrilos, jaguares, tiburones o pelícanos que se mezclan con el de los mortales en un panteón incomprensible. Por eso es importante complacerlos a todos para mantener la armonía y el equilibrio cósmico. Los Kunas gozan de un autogobierno refrendado en la constitución panameña y se rigen por un sistema de cacicazgos o sailas. En cada isla hay una gran maloca donde los sailas o ancianos venerables legislan para su pueblo. Sólo los más sabios tienen el derecho a usar las hamacas sagradas donde se entrevistan con los antepasados y emiten los veredictos que se convertirán en leyes. En las noches parece que uno resucitara pues una gran sensación de paz y tranquilidad envuelve el ambiente. Mirando el cielo se diría que es la primera vez que observamos tantas estrellas y constelaciones. En ese gran océano del universo me siento como un náufrago perdido en medio de tamaña inmensidad. Pero lo que más choca es el silencio, un silencio que contrasta con la agitación y el barullo que agobia a nuestra sociedad. Nos despojamos de los temores pues no necesitamos ni puertas ni cerraduras que defiendan nuestra intimidad porque ya hacemos parte de una gran tribu. ¡Al diablo el individualismo que nos vuelve avaros y desconfiados! Echado sobre mí hamaca vuelvo a ser un niño cuando el rezo de un chamán repite un mantra rítmico que arrulla mis dulces sueños.

Pero no todo es oro lo que reluce. Desgraciadamente la identidad Kuna, como suele ocurrir con las cosas más bonitas, se esfuma. Las nuevas generaciones se han entregado sin apenas prestar resistencia. Gracias a los paneles solares instalados hace algunos años, la televisión, esa “cloaca virtual”, ha inundado la isla. Cierta noche fui testigo de su poder: en una choza se habían congregado la mitad de los pobladores para asistir al programa de más audiencia de la televisión panameña. Curioso entré allí y ví a una multitud arrodillada frente a ese ídolo maléfico. Más que una choza parecía un templo sagrado donde se llevaba a cabo un verdadero exorcismo. Los fieles poseídos y con la mirada fija en la pantalla se hallaban paralizados contemplando la telenovela de moda.

A nadie debe sorprender que la juventud reniegue de su cultura pues la civilización los ha humillado hasta el punto de odiar todo lo que represente su pasado primitivo. Eligieron imitar al gran hermano blanco y disfrazarse con sus ropas antes que defender su propia identidad. Para colmo encontré algunas muchachas con lentillas azules en los ojos, el pelo pintado de rubio y maquilladas como meretrices que acariciaban sus teléfonos celulares ilusionadas con escuchar el llamado de los nuevos dioses.

A las islas como es de suponer se comercia con toda clase de productos que los mercaderes distribuyen a través del puerto de Colón o desde Colombia. La dieta ha cambiado y ahora sólo consumen latas o alimentos procesados industrialmente. Y lo peor es que nadie sabe que hacer con tanta basura y la única solución es tirarla al mar que se va sembrando de latas, plástico y chatarra.

Bueno, es la hora de partir, me siento un pecador que ha probado la manzana prohibida y Dios ha expulsado del paraíso. Ojalá el gran Dios Ibeorgun ilumine a los Kunas en esta encrucijada. Pero esto no es más que un pensamiento romántico porque los piratas más poderosos del mundo izan sus banderas de muerte y se aprestan al abordaje. Tal vez cuando regresemos en algunos años encontraremos en las islas letreros como propiedad privada, perros bravos y se levanten murallas protegiendo los dominios del lodge, el resort o los hoteles de lujo. Seguramente veremos a las mujeres Kunas vestidas de mucamas sirviendo el desayuno a los turistas o limpiando las letrinas mientras los hombres uniformados de botones cargarán las maletas de los turistas saludándolos con un: Have a good day, mister! Los más importantes consorcios hoteleros y tour operadores del mundo están deseosos en meter sus sucias manos en la comarca y a nadie le debe sorprender que en un futuro cambien las leyes y los nativos tentados por los millones de dólares que se ofrecen vendan sus tierras a los extranjeros. De peores cosas hemos sido testigos pues la historia no miente y cientos de pueblos indígenas han sido devorados sin compasión por la ferocidad del capitalismo.

Sería muy triste que los Kunas sean engatusados por estos cantos de sirena pues desaparecería otro paraje virgen del planeta dejando a la humanidad todavía más huérfana y desconsolada.

Carlos de Urabá

dimanche 12 février 2012

El Dios de la esquizofrenia

¿Templos o manicomios? ¿Bancos o catedrales? ¿iglesias o prostíbulos? no sabemos bien como definirlos porque han doblegado nuestra capacidad de asombro.

En Europa capea a sus anchas el materialismo y hace tiempo que fue proclamada la muerte de Dios por los filósofos más connotados. Pero en Latinoamérica la cosa es de otro color pues la fe ciega en el padre creador y su hijo Jesucristo es el pan nuestro de cada día. Aunque la religión Católica, tradicionalmente mayoritaria, ve amenazada su hegemonía por las sectas cristianas. En países como Guatemala o el Salvador, ya los han desbancado; y en otros como Colombia, el Perú, Ecuador, México o Brasil su crecimiento es imparable y no tardarán mucho tiempo en superarlos.

La religiosidad es uno de los cimientos más importantes del ser humano y como tal un filón explotado a destajo por las religiones. En nombre de Cristo y la salvación de las almas se obtienen inmejorables réditos económicos. La industria de la fe se ha convertido en un artículo más de consumo, el negocio más lucrativo, pero también el más peligroso para la salud mental de los creyentes.

Por supuesto, que el Dios de los cristianos no existió en nuestro continente sino hasta la llegada de los conquistadores españoles. Sin embargo el Libro del Mormón escrito por José Smith, gracias al intersección del ángel Moroni, afirma que cuando Jesucristo resucitó se fue a Norteamérica a predicar entre los indígenas las enseñanzas de su padre. Según nuestra historia patria los « bondadosos » misioneros de la espada y la cruz libraron a los gentiles de las llamas del infierno. Los salvajes a la fuerza tenían que aceptar los nuevos ídolos como aquel viejo barbado de piel blanca omnipotente y omnipresente llamado Dios; su hijo Jesús, rubio de ojos azules y su madre María, una mujer virgen que engendró a Jesús sin contacto carnal. -otro enigma inexplicable- María es el símbolo de la madre abnegada y digna a imitar. Sobre todo en las virtudes de obediencia y de pureza. Su protagonismo es esencial pues la maternidad es muy venerada entre las culturas indígenas. Parece increíble pero en la actualidad las mujeres son las más firmes defensoras del cristianismo aunque, igualmente, son las más discriminadas y oprimidas por éste.


La imposición del catolicismo provoca un trauma espantoso entre los nativos pues tienen que renunciar a su ser; a sus nombres y apellidos, a sus dioses, a su lengua y hasta su piel. Lo primero: arrepentirse del pecado original porque son culpables y deben ser purificados con las aguas del bautismo. Los misioneros creían que estaban poseídos por el demonio y no había otra opción que exorcizarlos. Aplicaron el ingenioso método de sembrar el terror para que los condenados confesaran sus pecados. Tamaña empresa contó con la inestimable ayuda de la inquisición que perfeccionó las artes de la tortura facilitando tan nobles propósitos.

Muchos indígenas se negaron a reconocer a los nuevos dioses y por su actitud beligerante fueron sentenciados al patíbulo. Colgados, quemados vivos o ajusticiados con el garrote vil pagaron con creces su irreverencia. Aunque parezca mentira los descendientes de las víctimas del holocausto hoy les rinde pleitesía a los verdugos que ejecutaron a sus ancestros. Un caso de masoquismo que la psiquiatría debería estudiar con detenimiento. Los aborígenes tuvieron que aceptar la nueva fe por física supervivencia, se les amenazó con el fin del mundo, estaban con ellos o contra ellos; tenían que elegir entre el bien o el mal, la vida o la muerte. La gran paradoja es que en la actualidad los conversos son los más fanáticos defensores de la ortodoxia catolicista.

El cristianismo es una doctrina que reniega de los instintos -especialmente el sexual- al dividir al ser humano en cuerpo y alma. Esa dualidad fatídica tan estudiada por los psicólogos sólo nos conduce a la esquizofrenia. La figura del Dios padre todopoderoso se asoció a la imagen del progenitor o patriarca machista y autoritario. Dios es el tutor, el rey, el presidente, el obispo, el amo o el general. Y así aprendieron a respetar la jerarquía y a saber quiénes son los elegidos por el creador para reinar sobre la faz de la tierra. Tarea realizada a sangre y fuego por los curas doctrineros que así demostraron su infinito « amor al prójimo ». Desde luego que hay amores que matan.


En las colonias se construyeron infinidad de iglesias y catedrales -a veces sobre los mismos adoratorios indígenas- que reflejan la megalomanía de los jerarcas y sus ansias de poder. Pero, ¿quiénes fueron los que trabajaron en su construcción? Esta muy claro que los siervos tuvieron que demostrar su fidelidad al Dios blanco picando piedra en las canteras y acarreándolas como mulas para edificar el palacio del rey de reyes. Cada piedra colocada en los muros es una ofrenda de sudor y sangre de los esclavos.

En el siglo XX la iglesia católica romana por culpa de su cerrazón y avaricia comienza su ineluctable declinar. La dictadura vaticana se reserva el derecho de admisión en los asuntos divinos. Los sacerdotes como únicos intermediarios ante el supremo hacedor no permite intromisiones que contradigan su voluntad. La iglesia no es más que un establo donde el manso rebaño se da golpes en el pecho y repite mecánicamente padrenuestros y avemarías. Aferrados al más rancio conservadurismo creyeron que los fieles seguirían inclinando sumisos la cerviz y persignándose aterrorizados. El Todopoderoso imponía un respeto sobrenatural aunque lentamente la ciencia destruyó sus mitos echando por tierra los dogmas de fe. Las vocaciones se hundieron, la juventud se volvió contestataria y el mundo entró en una era de materialismo sin precedentes donde la religiosidad quedó relegada a los museos.

En Latinoamérica el pueblo es muy proclive a la dependencia espiritual y afectiva. Necesitamos imperiosamente alguien que nos guie en este "valle de lágrimas", un caudillo que nos devuelva la esperanza, un redentor que nos colme de bendiciones. De ahí que las sectas hayan triunfado al cederle el protagonismo a los devotos. La eucaristía es una verdadera fiesta amenizada por grupos musicales donde éstos se sienten parte de una gran familia que los respalda y protege. Prometiendo el oro y el moro proliferan las iglesias Adventistas, Bautistas, Evangélicas, Mormones, Testigos de Jehová, Niños de Dios, Pentecostales, Cuadrangulares y una interminable lista imposible de reseñar en esta crónica.

¿Cómo es eso que sólo algunos elegidos pueden comunicarse con Dios? ¿Acaso Dios no está en todas partes y cada persona puede hablar con él cuando le plazca? Se acabó la exclusividad. Cristo es un producto más del libre comercio, una empresa que cotiza en bolsa y factura multimillonarios beneficios económicos.

En los años sesentas una corriente renovadora hizo su aparición en el cristianismo, se le denominó: “Teología de la Liberación”. La Teología de la Liberación justificó el alzamiento popular argumentando que Jesucristo también es un profeta de los derechos humanos. « Un Dios misericordioso no puede cerrar los ojos ante el sufrimiento de sus hijos desvalidos » El cristianismo revolucionario justifica la lucha armada como una respuesta ante los atropellos del sistema opresor. Hay que pelear por un paraíso en la tierra y no en el cielo. La palabra de Dios se politiza. Inmediatamente el Vaticano condena esta herejía pues atenta con las alianzas que mantiene con el poder establecido.

Ante tamaña amenaza la CIA y el departamento de Estado de los EE.UU lanzaron una contraofensiva sin precedentes en América Latina. Su estrategia consistió en infiltrar las sectas evangélicas con el fin de detener la insurrección. El principal objetivo: dividir las comunidades y anular el mensaje subversivo. De este modo invirtieron millones de dólares en patrocinar las « nuevas iglesias » para desmovilizar con himnos, letanías y regalitos el « peligro comunista ». Con el paso del tiempo el satánico vudú surtió el efecto deseado deteniendo el avance guerrillero que ponía en jaque la estabilidad de la zona. Algo que se puede corroborar en el caso de Guatemala, el Salvador y Nicaragua.


Nadie va a discutir que la religión ha sido la principal inspiradora del fascismo. Uno de sus más ilustres simpatizantes fue el papa de Roma Pio XII, al que se le conoce también con el apodo de «el Papa de Hitler » pues se mostró comprensivo y tolerante con la política genocida del Fuhrer. En América Latina el Vaticano bendijo las dictaduras militares de Argentina, Chile, Paraguay, Uruguay, Brasil responsables de miles de muertos, torturados, desparecidos en la década de los años sesentas, setentas y ochentas del siglo pasado.

Algunos estudios sociológicos aseguran que la Biblia es el libro más leído en el continente americano. Aunque sus enseñanzas son completamente ajenas a nuestra realidad estas convierten en las reglas éticas y morales de obligatorio cumplimiento. Nuestra educación y valores se inspiran en el fundamentalismo cristiano cómplice de los mayores crímenes contra la humanidad

En el la Iglesia Universal del Reino de Dios el redil levanta los brazos lanzando loas al altísimo y repite una y otra vez ¡aleluya! ¡aleluya! ¡Gloria a Dios! El diezmo, hermanos, el diezmo. hay que sembrar para recoger, -advierte en tono imperativo desde el estrado el obispo Edir Macedo leyendo versículos del nuevo testamento: « La parábola del sembrador nos enseña, hermanos, que cuando la semilla cayó en buena tierra y dio fruto, una parte el ciento, otra el sesenta y otra el treinta. El que tenga oídos para oír, que oiga” « Entre más alta sea la suma, más efectivos serán los favores del todopoderoso » Además, los pecados se perdonan por una cómoda cuota inicial que será bien recompensada en el paraíso. Prometen la salvación de las almas, puestos de trabajo, dinero fácil, casas, neveras, lavadoras, autos, viajes, en fin, salud, dinero y amor. -Padre Santo líbranos del mal. ¡Aparta Satanás, aparta! -retumba por los altavoces- ¡Arrepiéntete! ¡fuera demonio, fuera!-La multitud cae de rodillas y se retuerce enloquecida gritando ¡Aleluya, aleluya!

Las sectas se han trasformado en entidades financieras que dan crédito a mejor interés que los bancos y encima no pagan impuestos. La usura es la norma para financiar sus empresas ya que manejan un presupuesto que envidiarían las multinacionales más prestigiosas del planeta. Sus tesoros superan con creces a los del mismísimo rey Salomón; millones de dólares producto de la verborrea mística que a través de los testaferros invierten en negocios tales como el tráfico de armas, las drogas o la trata de blancas. Sin contar con el dominio que ejercen sobre los medios de comunicación, los colegios, las universidades, la banca, los partidos políticos, el comercio. Es decir, como Dios, están en todas partes


Es tal la cantidad de adeptos que los más grandes estadios se quedan pequeños. El avivamiento del sábado es un espectáculo maravilloso de luz y sonido donde el pastor Eduardo Cañas de la comunidad Cristiana « Manantial de Vida Eterna », Bogotá, Colombia, impone las manos a los enfermos, invoca a Dios y ¡milagro! los paralíticos caminan, los ciegos ven, los mudos hablan. los incondicionales presas de la histeria colectiva levantan los brazos al cielo vociferando loas al altísimo ¡venga a nosotros tu reino! La pantomima teatral es tan exitosa que las dádivas llenan a reventar las arcas de la misión. Lo cierto es que para los pobres es más barato asistir a estos exorcismos que pagar un seguro médico privado o hacer interminables colas en los hospitales públicos que no son más que el umbral del cementerio.

El cristianismo se nutre del dolor y la ignorancia, es una doctrina perversa que precisa de más pobres, más afligidos, más hambrientos, más enfermos, más desgraciados, más pordioseros y huérfanos. Es preciso despertar el sentimiento de compasión para que los "apóstoles del lumpen" se sientan realizados. –Como afirmaba la madre Teresa de Calcuta- « El sufrimiento es bueno a los ojos de Dios » pero es aún más bueno cuando se usa como moneda de cambio.

La psiquiatría moderna nos da luces sobre las alteraciones del comportamiento humano y así hemos comprendido las claves del origen de la esquizofrenia. Los jerarcas del catolicismo y de todas esas sectas sufren dos cuadros característicos que son: el trastorno delirante paranoide, en el que no se distingue entre realidad y fantasía; y el narcisismo maligno psicótico donde la persona se cree elegida para una misión universal, además de afirmar que tienen poderes sobrenaturales otorgados por la divinidad. La mentira patológica de forma consciente y deliberada se utiliza para conseguir los objetivos preconcebidos. Como lo demuestran los hechos, el éxito está asegurado.

Estuve en una manifestación de apoyo al actual gobierno convocada por la Misión Carismática de Colombia. Por las calles de Bogotá salieron miles de mansas ovejas a desfilar -casi todos pertenecientes a los estratos más bajos de la sociedad- los adeptos seguían como perritos falderos a la señora doctora Claudia Rodríguez de Castellanos, quien afirma que el expresidente Uribe desciende directamente de Jesucristo. Esta es la típica mujer de la burguesía bogotana, de piel blanca, pelo teñido de rubio y gafas Versace que se hace llamar "líder espiritual". La multitud marchaba repitiendo las consignas dictadas por los pastores: ¡nuestro Dios, saldrá como gigante como gigante pelearán contra nuestros enemigos! ¡Santos, amigo, Dios está contigo!

Es imprescindible una buena organización financiera y empresarial que administre la adoración del "becerro de oro". Un Dios privatizado al que sólo tienen acceso los socios del club, un Dios que sea la mejor inversión de cara al futuro. Los pastores de la Iglesia Adventista del Séptimo Día (templo « Redención » Bogotá) impecablemente vestidos de paño inglés y con sus crucifijos de oro colgados al pecho se dirigen a la fanaticada: ¡Dios mío, atiende nuestras súplicas! ¡El Avivamiento, el avivamiento que se aparten las tinieblas! Ponen cara de palo, es difícil disimular tanto cinismo, con voz seria e impostada y gestos estudiados una y mil veces hipnotizan a sus incondicionales. De repente se desata la histeria colectiva y todo el mundo brama poseídos por el espíritu santo. El pastor vocifera alabanzas y advierte que está cerca el fin del mundo. Entonces, ¿para qué acumular riquezas? ¿no sería mejor trasferirlas a la cuenta corriente de la misión para que las ponga a buen recaudo?


Pero quizas el más grande y poderoso de los estafadores sea el pastor guatemalteco « Cash » Luna fundador de la « Casa de Dios » Este fantoche a demostrado ser el mejor vendedor de paraísos eternos y milagros a la carta. El pastor « cash » o « cash money » es un embaucador de primera categoría que sabe muy bien manipular los deseos y miedos que agobian sus devotos o « esclavos » Este profeta de diseño vestido a lo Giorgio Armani que exhibe descaradamente anillos de oro, relojes Cartier y Rolex reclama a sus incondicionales que no sean egoistas y se desprendan de las cosas materiales. «  El diezmo, hermanos, el diezmo las joyas, los anillos, las alahas de oro, nadita de pacotilla pues el Rey del Universo se merece lo más fino y costoso » el rebaño entre alaridos de éxtasis besan los pies de su amado gurú cumpliendo todos sus deseos. Cualquier sacrificio es poco con tal de conseguir un pasaje en primera clase rumbo a la eternidad.

La farsa continúa y todo indica que el fenómeno de las sectas e iglesias cristianas seguirá creciendo paralelo a la eterna crisis que afecta nuestra sociedad. El desempleo, la falta de recursos, la miseria o el analfabetismo son argumentos suficientes para que el pueblo exija su sobresobredosis diaria de opio y cicuta. Para millones de almas la vida no es más que un eterno víacrucis, han perdido la confianza y acreditan más en la justicia divina que en la humana. Se ha agotado la paciencia y claman al cielo por el pronto regreso de nuestro señor Jesucristo y la instauración de su reino.

Carlos de Urabá-2012
Investigador de Colombia.

jeudi 2 février 2012

Vencer y morir en el Tahrir


En Egipto sólo el dolor y la muerte han logrado estremecer las estructuras de un sistema criminal y explotador que vilmente buscaba perpetuarse en el poder.

Nada más salir del aeropuerto del Cairo pregunté por el autobús con dirección a la plaza del Tahrir. Un señor amablemente me respondió: ¿cuál: el lento o el rápido? -El más rápido, por favor - entonces tome el 356, el « Tahrir express » La verdad que de express tan sólo tenía el nombre pues se demoró una eternidad en llegar al centro de la ciudad. Desde ese instante comprendí que la revolución egipcia va a tener que recorrer un largo, un larguísimo camino.

Cuando llegué a la plaza del Tahrir me encontré un panorama desolador: apenas permanecían en guardia un puñado de incondicionales dedicados a pintar pancartas y levantar tiendas de campaña.¿qué habrá sido de esas masas enfervorizadas que gritaban hasta la extenuación: ¡Mubarak vete ya ! ¡Libertad, libertad!?

El caso es que el pasado 17 de diciembre los manifestantes que ocupaban la plaza exigiendo la renuncia de la Junta Militar fueron desalojados brutalmente por la policía. Tan demencial acción dejó 13 muertos, cientos de heridos y un número indeterminado de detenidos. El general Abdel Moneim Kato, declaró: « esos vagabundos deberían ser quemados en las incineradoras de Hitler. Esta no es la juventud pura y respetable que todos deseamos »

La Junta Militar acusó a los manifestantes de « contrarevolucionarios » « los soldados han tenido que responder con firmeza ante la barbarie terrorista »

Ahora resulta que los cómplices del dictador Mubarak y directos culpables de las masacres contra la población civil se han convertido por arte de magia en los « adalides de la democracia »

La plaza del Tahrir no es muy bonita que digamos. Para ser sinceros es un verdadero adefecio. Los edificios que la rodean son construcciones decrépitas de sucias fachadas. Encima el tráfico enloquecedor la hace aún más inhabitable. En el círculo central, donde debería haber un jardín florido o quizás algún monumento alegórico a los mártires del « 25 de Enero » no hay más que un lodazal plagado de basura. Este es el último bastión revolucionario, un verdadero oasis donde vienen a calmar la sed de justicia los oprimidos y marginados. Únicamente las fotos desteñidas de los mártires colgadas en los postes de la luz nos revelan que allí resisten los últimos mohicanos, o « vagabundos » -como no dudó en calificarlos el General Kato-

La « hogra » o el desprecio a los más humildes es uno de los rasgos característicos de una sociedad marcada por las castas y los privilegios de clase.

Definitivamente en las calles y en las plazas es donde se libra la batalla decisiva para construir un nuevo Egipto. Sólo con el puño en alto, dando la cara y poniendo el pecho serán escuchadas sus demandas.

La Junta Militar ante las crecientes protestas se vio obligada a convocar elecciones parlamentarias y adelantar el transpasó del poder a los civiles para el próximo verano. Los egipcios incrédulos por naturaleza exclaman ¡inchallah! El mariscal Tantaui, « rais » de facto, advirtió al pueblo que: «sólo en las urnas pueden decidir pacíficamente su futuro» -Un futuro tutelado por los militares donde la manipulación y la mentira seguirán campando a sus anchas.

Los ciudadanos de esta urbe de 22 millones de habitantes se han acostumbrado a soportar los embotellamientos de tráfico y la contaminación ambiental. A la gran mayoría no les queda más remedio que armarse de valor y continuar la rutina diaria en pos de un insignificante salario que les asegure la supervivencia.


La imágen romántica que teníamos de la Plaza de la Liberación con sus palomitas revoloteando por el cielo se hace añicos. Y lo más duro quizás sea el comprobar el ignominioso castigo que han recibido los manifestantes. Sin consideración alguna los ha tratado peor que fieras salvajes. Por ahí deambulan silenciosos, con la cabeza vendada, los ojos reventados por las pelotas de goma que disparan los antidisturbios de la policía; las piernas y los brazos rotos en la refriega. Los más graves, trastabillean apoyándose en muletas e intentan aguantar el tipo sacando fuerzas de flaqueza. No sé, esto parece más una procesión de espectros salidos del mundo de ultratumba, ánimas en pena que porfiadas se niegan a partir al más allá.

En nuestro recuerdo permanece imborrable aquel 11 de febrero del 2011 cuando un millón de personas se reunieron en el Tahrir a exigir la renuncia del dictador. Ante tamaño desafío Mubarak ordenó sacar los aviones de combate, los tanques y los soldados. Los « forajidos »  habían violado la Ley de Emergencia -vigente desde hace 30 años- poniendo en peligro el « orden establecido y el estado de derecho » Pero el pueblo perdió la mansedumbre y el miedo atávico enfrentando con arrojo la brutal represión desatada por las fuerzas de seguridad. Un combate desigual que dejó el trágico saldo de 900 muertos, 3.000 heridos y 5.000 personas detenidas.

Tan luctuosos sucesos fueron trasmitidos en vivo y en directo por las cadenas de televisión de medio mundo. Gracias a estas imágenes la opinión pública y los líderes políticos occidentales obligaron a Mubarak a frenar la maquinaria de muerte. O de los contrario tengan la completa seguridad que no le hubiera temblado la mano en aplastar la rebelión a sangre y fuego.

Por vez primera los musulmanes y cristianos, las clases bajas, las clases medias, la burguesía marchaban codo a codo por las calles y avenidas con un mismo objetivo: derrocar al tirano. Los manifestantes empecinados en cambiar el rumbo de la historia mantuvieron un pulso durante semanas. Hasta que el 11 de febrero del 2011 a las 20:30 horas el vicepresidente Omar Suleimán caricontecido anunció la renuncia de Mubarak. Entonces, se desató el más delirante y apoteósico carnaval. Aunque, tras las orgíasticas celebraciones, pronto se dieron cuenta que los habían estafado, que todo se trataba de una ilusión pasajera. La Junta Militar, liderada por el mariscal de campo Tantaui, asumió las riendas del poder proclamándose el « salvador de la patria »

Esta hazaña es todavía más meritoria si se tiene en cuenta que Mubarak contaba con el apoyo incondicional de EEUU y la Unión Europea. El tirano defendía fielmente los intereses económicos y geoestratégicos de sus socios. Además de erigirse en el verdugo del fundamentalismo islámico. Por tan inestimables servicios era recompensado con miles de millones de dólares en « donaciones » Incluso Washington ya habían dado el visto bueno a la entronización de su bienamado hijo Gamal. Una sucesión dinástica que prometía revivir el glorioso imperio faraónico.

Indudablemente el triunfo de la revolución tunecina fue indispensable para que el pueblo egipcio recobrara la conciencia. -el 47% de la población la constituyen jóvenes menores de 21 años completamente excluídos y marginados – la condiciones estaban dadas de antemano y sólo faltaba encender la mecha y provocar el estallido revolucionario. Quienes activaron la bomba fueron los internautas y cibierblogueros, estudiantes, intelectuales, una minoría de privilegiados, que utilizando el internet, los teléfonos móviles, los mensajes SMS o el Twitter organizaron una de las protestas políticas más sorprendentes de la historia contemporánea.

Observemos que de los 90 millones de habitantes que tiene Egipto el 55% pertenecen al mundo rural. Es decir, que la mayoría son campesinos enquistados en un estadio primitivo donde la miseria y el analfabetismo es la constante. La revolución egipcia, por lo tanto, se circunscribe al medio urbano donde gracias a los adelantos tecnológicos se ha desarrollado el pensamiento crítico y una actitud más contestataria.

Un año después de iniciada la revuelta la plaza del Tahrir se ha convertido en un zoco.- Bueno, el Cairo de por si es ya un gran mercado al aire libre- donde pululan los vendedores ambulantes; unos comercian con los recuerdos de la « zaura » o intifada: banderas, pines, camisetas; otros arrastran sus carretillas donde preparan los más variados platillos: batata asada, koshari, sajdab, ful o habas. Entre tanto los manifestantes reunidos en corrillos comentan los titulares de la prensa matutina. Lo que más les impacta es una foto en la que se ve a Mubarak echado en un camilla a las puertas del tribunal que lo está juzgado por crímenes de lesa humanidad. Según dicen si se demuestra su culpabilidad puede ser condenado a la horca. Al menos esta noticia les levanta la moral y arranca unas sonrisas de satisfacción entre los presentes. Con mi cámara de fotos me dedico a plasmar instantáneas para ilustrar este reportaje. Aunque tengo que desistir de mi accionar la gente desconfiada me recrimina. Y no es para menos pues los « baltaguia » o matones de la disuelta seguridad del estado, siguen actuando impunemente.

Es asombroso como estos « chebab » o jóvenes procedentes de los barrios más paupérrimos del Cairo se niegan a dar su brazo a torcer. Desde luego que merecen toda nuestra admiración y respeto. Aunque quizás su sacrificio sea inútil tan valerosa actitud los ennoblece. Lo cierto es que no tienen nada que perder; sin empleo, sin estudios, sin posibiliades de formar un hogar, avocados a un futuro de servidumbre y explotación prefieren vender cara la piel antes que pudrirse de asco. Al menos como mártires alcanzarán en el yenna o el cielo la más preciada de las recompensas.

El día 18 de diciembre del 2011, tras los infructuosos llamados de la sociedad civil para que los militares entreguen el poder, se recrudecieron los enfrentamientos. En medio del fragor de la batalla campal la biblioteca de Napoleón, que contenía libros y documentos valiosisimos, fue consumida totalmente por las llamas. « ¡No queremos papeles, queremos pan! » -vociferaba el populacho. Acto seguido el mariscal Tantaui ordenó construir un muro con bloques de hormigón reforzado con alambre de púas.- Se nota que se han inspirado en el método utilizado por los sionistas en la Palestina ocupada- En un mensaje urgente transmitido por la televisión nacional el mariscal de campo, -antiguo ministro de defensa con Mubarak- en tono autoritario espetó: « regresen a sus casas, vuelvan al trabajo. La revolución ha terminado. Es la hora de la democracia »

¿Si el gobierno egipcio ha firmado un tratado de paz con Israel, por qué no puede firmarlo también con su propio pueblo?

Los resultados de las elecciones parlamentarias llevadas a cabo entre el mes de diciembre del 2011 y enero, del 2012 no admite discusiones: los Hermanos Musulmanes y los Salafistas han obtenido el 65% de los votos. Los dos partidos serán los protagonistas de la « transición democrática » aunque tendrán que pactar con los militares, sus más acérrimos enemigos, el reparto de las cuotas de poder. Por otra parte, los Estados Unidos y la Unión Europea, se encargarán de tutelar el proceso impidiendo cualquier intento desestabilizador que ponga en peligro la seguridad de Israel y la vigencia de los tratados de paz firmados en 1979 entre Anwar el Sadat y Begin en Camp David.

Los Hermanos Musulmanes desarrollan desde hace tiempo una importante labor de ayuda humanitaria en pro de las clases menos favorecidas. Esta « cofradía » suple el vacío que dejan los organismos estatales en temás tan sensibles como: salud, alimentación, cultura, recreación y deporte. Los Salafistas, patrocinados por Arabia Saudita, están decididos a ejercer el papel de guardianes de la ética y la moral más ortodoxa. No obstante, ellos advierten que su prioridad es promover un  islam « abierto y moderno »  Ambos movimientos, proscritos y perseguidos durante el gobierno de Mubarak, recibieron el espaldarazo de millones de votantes desencantados con los políticos tradicionales sinónimo de latrocinio y la corrupción. El proyecto de un Egipto secular y laico promovido por algunos intelectuales progresistas ha fracasado por completo. La mujer, por el momento, tendrá que resignarse a seguir bajo la tutela de las autoridades religiosas y el estado patriarcal. El veredicto de las urnas es inapelable: se ha refrendado la teocracia y las leyes coránicas vertebrarán la nueva constitución del país.

Cae la tarde en el Tahrir y los amotinados comienza a encender hogueras para ahuyentar el frío invernal. Mientras los heridos envueltos en mantas se echan a dormir en las tiendas de campaña alguíen recita suras del Corán imprimiendo un toque místico en el ambiente. Parece mentira pero la insolidaridad y la indiferencia duelen más que los palos y las balas. Normal, ninguno de ellos posee un BlackBerry, ni computadores de última generacion Appel, ni saben inglés y ni mucho menos tiene una cuenta Twitter. Sus únicas armas son palos, piedras y el grito ¡Allah akbar! Seguro que en esos instantes los ciberactivistas, los blogueros, estarán reunidos en los cafés o bares de moda tomándose un té o fumando arguilas al lado de sus chicas -ninguna de ellas lleva nikab, por supuesto- desmovilizados por el espejismo de la democracia se dedican a chatear o actualizar sus perfiles de Facebook.

El proceso revolucionario egipcio tendrá que superar grandes escollos para que empiece a dar sus primeros frutos. En principio las estructuras del poder dictatorial siguen intactas -en este momento en manos del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas –atajar la corrupción y el expolio del patrimonio estatal. -Talvez más que un imposible- Pero quizás el reto más colosal sea redimir a los millones de desposeídos que apenas subsisten con un euro diario. Aunque no sólo hay que mejorar el plano material, sino también el espíritual: como, por ejemplo, elevar su autoestima y devolverles la dignidad humana mil veces pisoteada. Egipto, que en la antiguedad era el granero de Roma, hoy es el primer importador de trigo del mundo. Si llegará a faltar el pan se desataría una hambruna de proporciones apocalípticas. Por si fuera poco el 45% de la población es analfabeta,- en las mujeres se eleva hasta un 70%- carecen de infraestructuras básicas como acueducto o alcantarillado, escuelas y hospitales públicos. El enfermo sin un seguro médico privado no le queda otra que rezar a la espera de un milagro.

En Egipto el modelo colonial todavía subsiste, los ciudadanos son tratados como siervos o bestias de carga.Mejor dicho, una mercancia que se vende al mejor postor. El capitalismo moderno no ha hecho más que acentuar las desigualdades y elevar los privilegios de la élite dominante. Las grandes ganancias que genera la explotación de los recursos naturales, la industria, el comercio o el turismo la usufructan las multinacionales y los funcionarios del gobierno.

Los jóvenes egipcios (el 58% de la población) deben asumir el ingrato destino de convertirse en un producto más de exportación. Condenados a emigrar al Golfo Pérsico, Arabia Saudita o Jordania donde serán explotados impunemente sin que se les conceda los más mínimos derechos de sindicación o seguridad social. A pesar de todo, tamaño sacrificio les compensa pues el salario que devengan es cuatro veces superior al que cobrarían en Egipto. Millones de familias dependen de las remesas de los inmigrantes sin las cuales estarían avocadas a la mendicidad.
Vencer y morir en el Tahrir. Para muchos es un honor entregar la vida por una causa justa, luchar no por la salvación individual, sino colectiva. Detrás de ti está todo un pueblo; tu familia, tus amigos, tus padres, hermanos o hijos que se merecen un futuro mejor, una existencia más digna y humana. No importa la muerte porque, según el Corán, los mártires resucitarán en el cielo y serán colmados de bendiciones. Esa es la mayor victoria a la que se puede aspirar. « Nuestra sangre derramada fertilizará la tierra estéril » Estas masas que permanecian en el limbo del olvido han lanzado un grito telúrico y ahora la historia tendrá que contar con ellas pues no en vano pagaron un alto tributo por hacer realidad el sueño libertario.

Carlos de Urabá 2012
Mar Muerto