La jaula

La jaula
por la emancipación de los pueblos

vendredi 27 septembre 2013

Vargas Llosa llama a la guerra santa contra el independentismo catalán.

El peruanito Vargas Llosa se haconvertido por la gracia de Dios en el máximo defensor del nacionalismo español.
El amante cornudo de la tía julia le hierve la sangre de viejo hidalgo y al grito de ¡Santiago y cierra España! condena desde su tribuna en el diario el País  las justas aspiraciones del pueblo catalán a decidir libremente su futuro.  Es increíble la arrogancia de este pituco peruano que incluso ha superado con creces el ardor guerrero del dictador Primo de Rivera, de José Antonio y al caudillo Francisco Franco   

“España es indivisible ¡Arriba España!  ¡España una! ¡España una! ¡Muera el estatuto catalán!”

Vargas Llosa tiene una deuda que saldar con sus amos, reyes y príncipes  que le han otorgado mil y un privilegios.   Este  mestizo converso, el bufón de la corte borbónica debe demostrar que es el  más fanático de los inquisidores.    

Que se puede esperar de este traidor que afirma: “La conquista de América  (el genocidio de millones de indígenas  el expolio y la esclavitud)  fue un parto muy doloroso pero necesario ya que a cambio recibimos el incalculable legado de la lengua, la religión, la cultura. La extraordinaria  misión civilizadora de España no tiene parangón en la historia de la humanidad”  

“Las  pretensiones  de  esos aldeanos  de separarse de España  y proclamar la independencia  es una provocación intolerable.  El destino de ese nacionalismo folclórico  no es otro  que  los anticuarios o los museos.   Vivimos en un mundo globalizado donde las tribus  o pueblos arcaicos, según las leyes darwinianas, van camino de extinguirse”

El escritor más laureado, todo un premio Nobel, El novelista de éxito, el señor marqués del señorío de Vargas Llosa -título nobiliario otorgado por su majestad el rey para premiar sus múltiples servicios prestados a la corona- afirma que el  modelo occidental es la única garantía  de preservar el progreso, la modernidad y la democracia.

“El hecho diferencial hay que eliminarlo de raíz, es un producto de la histeria colectiva y del exacerbado romanticismo”   Aquel que defienda su tierra, el hogar de sus ancestros, quien manifieste su  amor por  su lengua, por su cultura será  inmediatamente  criminalizado.

La palabra del premio Nobel,  del escritor más laureado, el portador de la verdad suprema es infalible: “La ley prohíbe el derecho a decidir”.” No se puede  ir en contra de  la constitución aprobada por la mayoría de los españoles, incluidos los catalanes...”

“El nacionalismo está reñido con la libertad del individuo”-¿acaso el nacionalismo español es sinónimo de libertad? ¿Una ideología emparentada con el nazismo causante de los más atroces  asesinatos, torturas, fosas comunes, represión y  exilio?

“El nacionalismo es reduccionista pues creen que es un privilegio pertenecer a una nación lo que genera  el racismo y la xenofobia”

Si hacemos un repaso histórico el españolismo es quien realmente  ha restringido las libertades,  los derechos civiles y ha fomentado la intolerancia y el racismo.  

“¡Hoy España es un país libre!”- afirma sin vacilar  el premio Nobel de literatura.  ¿Libertad para quién? ¿Para las multinacionales y los empresarios? ¿Libertad para los banqueros y políticos corruptos que esquilman las arcas del estado, libertad para el monarca aficionado a cazar elefantes a Botswana, libertad parta su yerno Urdangarín y la infanta Cristina para robar a manos llenas sin contemplaciones?

La unidad de la patria como pregonan todos los grandes generalotes, los magistrados del poder judicial, los políticos del PP o el PSOE, la iglesia ultraconservadora es una falacia.  El reino español no es ni sombra de lo que fue pues  ha  feriado  su  soberanía a Berlín y Bruselas, el reino español debe acatar las órdenes del  FMI  y el Banco Central Europeo, el reino español no es más que una prostituta de la  OTAN y el Pentágono, el reino español naufraga consumido por  la crisis social y económica, el paro, las hipotecas, la recesión, el latrocinio y la mentira. El culto a la personalidad del rey, a la cadera del rey, a la tibia y el peroné son argumentos de sobra para separarse de tanto cretinismo y estupidez.

Vargas Llosa acusa a los partidos nacionales,  sean de izquierdas o de derechas, de haber mantenido ante los nacionalismos un extraño complejo de inferioridad y no cortarles las alas a tiempo. El cree que han sido condescendientes  y no han sabido imponer su autoridad -como si lo hizo en su momento “el glorioso caudillo Francisco Franco”.

“El nacionalismo no es una doctrina política sino un acto de fe” ni más ni menos esta es una de las mejores definiciones del nacionalcatolicismo y sus delirios de grandeza: el imperio hacia Dios y ¡viva Cristo Rey!  

“El nacionalismo es algo artificial producto de la de demagogos fanáticos” más fanáticos y fundamentalistas que los cabecillas del movimiento nacional Queipo del Llano, Millan Astray, Mola, Sanjurjo o el caudillo Francisco Franco.

“Los nacionalismos destruirán el porvenir de España para llevarla al subdesarrollo y al oscurantismo. Por eso, hay que combatirlos sin complejos en nombre de la libertad” estos últimos párrafos de la encíclica son una auténtica declaración de guerra, ¿el alzamiento?, una clara incitación a la Cruzada Nacional  contra los independentistas catalanes, enemigos de España.  Porque Cataluña le pertenece a todos los españoles y los españoles en su inmensa mayoría jamás permitirán que se segreguen  de la madre patria.

¿Qué método aplicaría el premio Nobel de literatura con ínfulas de generalote pinochetista para domar a los indios rebeldes de la reserva borbónica? ¿sacar el ejército a la calle?, ¿los tanques y aviones? El pueblo catalán se ha manifestado pacífica y mayoritariamente a favor de la independencia y ya es hora de demostrar en las urnas que el pueblo es soberano. ¿Este es un delito contra el estado de derecho? ¿a lo mejor habrá que reprimirlos, castigarlos con la cárcel y la tortura? ¿Palos y porras? ¿Gases lacrimógenos y balas de goma?- tal y como aconteciera en la dictadura franquista- a ver si recobran la cordura y acatan los principios fundamentales del movimiento nacional.

Carlos de Urabá 2013


dimanche 22 septembre 2013

¿Pueden ser los pobres ecologistas?

El capitalismo ha convertido a los pobres en los más peligrosos depredadores. Por física supervivencia explotan la naturaleza para gloria y grandeza del primer mundo. Esta es una pregunta primordial para entender muchos de los estragos cometidos en el medio ambiente de los países del "tercer mundo". Hablando de Latinoamérica, y por razones obvias, los recursos naturales representan para millones de personas un factor económico de primer orden pues de allí obtienen su sustento diario. Para colmo la situación social es tan calamitosa que entre las prioridades de los más desfavorecidos no se encuentra precisamente el cuidado de la tierra. En tiempos de crisis no valen argumentos filosóficos ni sentimentales y el pragmatismo se impone. De otro lado los estudiantes, profesores, intelectuales, las ongs y demás organismos conservacionistas no se cansan de denunciar la brutal destrucción de la selva, la contaminación de los mares y los ríos, la tala indiscriminada de los bosques o la extinción de las especies. Es muy claro que ellos pertenecen a un mundo en el que tienen todas las necesidades resueltas y disfrutan de un inmejorable nivel de vida. Cómodamente sentados en sus apartamentos, oficinas o universidades redactan manifiestos, libros y tesis doctorales donde se autoproclaman los redentores de la humanidad. El mejor ejemplo es el del político norteamericano, premio Nóbel de la paz y profeta del cambio climático Al Gore, quien reside en una mansión de 20 alcobas y ocho baños en el exclusivo barrio Belle Meade de Nashville. Como si fuera poco su gasto anual en gas y electricidad se eleva a la cifra de 30.000 dólares. Sin contar con las dos limusinas, tres carros deportivos y un jet privado que dispone para su heroica lucha contra “el calentamiento global”.

Tanto cinismo deja en evidencia “una verdad incomoda” ¿O sea que estos burguesitos son los que van a salvar el planeta? ¡qué estupidez! Definitivamente han perdido el norte y ni se imaginan cuales son las condiciones económicas imperantes en esas latitudes que lleva a millones de parias a convertirse en los más peligrosos depredadores. Hoy en día casi todos los partidos políticos incluyen en sus programas la defensa del medio ambiente. Tan inusitado amor por la naturaleza no es más que una estrategia para atraer a los votantes más críticos en el tema. Es curioso que esta preocupación surja cuando tras siglos de explotación indiscriminada ya sea demasiado tarde para rectificar el camino. Las cifras no mienten y las consecuencias son estremecedoras pues más del 60% de los bosques tropicales han desaparecido por completo. Aquel trópico exuberante que describieran los cronistas en un pasado no muy remoto, hoy no es más que una quimera. En conclusión: la ecología es cosa de privilegiados y su doctrina sólo sirve para justificar los millonarios presupuestos de la Fao, la Onu, la WWF, Green Peace, ongs y demás organismos internacionales donde un cartel de funcionarios y burócratas se lucran a costa de los abusos cometidos a la madre tierra.

El ecologismo se ha puesto de moda y ocupa la primera plana de los periódicos e informativos de la radio y la televisión, es un asunto trascendental que mantiene en vilo a la opinión pública. Los noticieros no cesan de trasmitir mensajes alarmantes: que si el calentamiento global, el efecto invernadero, el deshielo de los casquetes polares, la perdida de los arrecifes de coral en los océanos o la polución atmosférica. Es tal el fervor que hasta las grandes multinacionales han lanzado al mercado una nueva gama de productos bio, productos sanos y no contaminantes que por sus características generan un valor añadido. La denominación “verde”, multiplica las ventas y el éxito está asegurado porque a los ciudadanos no les importa pagar el doble con tal de lavar sus conciencias. Es imposible que una humanidad empobrecida, esclava del hambre, el analfabetismo, las enfermedades, sin trabajo y protección social reaccione. ¿A esos millones de seres que apenas ganan dos o tres dólares al día quién les puede exigir que protejan la tierra? Los proletarios, los obreros, los campesinos veinticuatro horas frente al televisor lo único que les interesa es embucharse de alcohol y bailar al son que toca el amo. El vínculo ancestral que los ligaba a la naturaleza ha desaparecido. Porque lo más práctico es abrir la ventana y arrojar la basura a la calle. Su nueva identidad es el consumo y aunque vivan en el campo su mente está urbanizada.

Durante el siglo XX la diversidad humana se ha reducido a la mínima expresión y tan sólo resta un 5% de los pueblos originarios. Algo parecido sucede con la biodiversidad ya que el colapso de los ecosistemas es irreversible. Ese maravilloso planeta azul, el único lugar que a ciencia cierta alberga vida en el universo, se ha transformado en un muladar invadido por millones y millones de toneladas de plástico, papel, chatarra, residuos tóxicos y nucleares, en fin, un hediondo basural que intentan esconder debajo de la alfombra. En unos siglos quien contemple la tierra desde el espacio se dará cuenta que no es más que un “inodoro cósmico”. La civilización del plástico ha triunfado, la cultura artesanal ha sido aniquilada por completo, la industria produce millones de objetos en serie a un ritmo enloquecedor; artículos desechables que tardan siglos en degradarse en el ambiente. En los países más ricos el despilfarro y la opulencia es la norma pues el ritmo de vida así lo exige. Ante la pregunta planteada de si los pobres pueden ser ecologistas, la respuesta es que de cierto modo sí los son pero no por devoción sino por obligación, ya que su poder adquisitivo no les permite un consumo desaforado. En el supuesto que esa gran humanidad excluida del banquete quisiera alcanzar el estatus de un ciudadano de la clase media norteamericana, el mundo se iría a pique. En los países desarrollados se consumen las ¾ partes de los combustibles fósiles y el gasto de energía es inconmensurable. Los índices de crecimiento se mantienen a base de expoliar las riquezas del tercer mundo. Porque sin esas reservas de materias primas la civilización occidental sería inviable. Cómo puede predicar el respeto a la naturaleza una sociedad que ha convertido los ríos, los lagos, los mares en letrinas, una sociedad donde millones de automóviles arrojan a la atmósfera el maldito Co2 que nos asfixia, una sociedad individualista y egoísta que le importa un pito el futuro de las generaciones venideras.

Es indiscutible que el sistema capitalista con su política demencial y suicida es el directo responsable de la crisis medioambiental. A pesar que la legislación de los estados modernos es muy celosa en cuanto a la protección de la naturaleza, el cumplimiento de esas leyes está sujeto a oscuros intereses económicos e inmobiliarios. Donde ayer había un precioso bosque hoy se construye un condominio de lujo o un gran complejo hotelero. En el lugar más perdido del Amazonas, por ejemplo, es muy fácil captar vía satélite cualquier canal de la TV mundial. Los medios de comunicación son la vanguardia del magno proyecto que la economía neoliberal denomina “globalización” y para ellos no hay fronteras, ni moral, ni ética posible. Su ideal supremo es colonizar mentes, controlar la masa, crearle falsas ilusiones y una vez sometida a sus caprichos, integrarla al sistema. En los últimos 50 años millones de campesinos e indígenas han emigrado a la ciudad redentora. Esto significa que el 65% de la población mundial reside en las grandes urbes. El mundo rural tras décadas de abandono y de despojo, agoniza. El nuevo “superhombre” es el homo sapiens urbano, un engendro que niega su animalidad, preso en una burbuja artificial desconoce por completo los ciclos naturales, no sabe sembrar ni cosechar y sus raíces se encuentran en el cemento y el asfalto. El paradigma de la democracia burguesa es la defensa de la propiedad privada. El capitalismo es un proxeneta que prostituye la tierra, la especula y la subasta. Sus leyes son tan perversas que el derecho individual prima sobre el colectivo.

Es aberrante pero ha legalizado que una sola persona pueda ser propietaria de una hacienda más grande que Suiza mientras millones de harapientos viven hacinados en favelas. En este juego de la oferta y la demanda a la tierra hay que sacarle el jugo. Todo tiene un precio, un árbol tiene un precio, un pájaro tiene un precio, una serpiente tiene un precio, una flor, un pez y hasta un indio disecado tiene su precio. Además, pertenecemos a una cultura Judeo-cristiana en la que el hombre fue nombrado por Dios el rey de la creación y su misión es someterla. Es increíble pero en este último siglo entre los colonos y la industria maderera han acabado con más de la mitad de los bosques andinos. También la ganadería extensiva ha deforestado los valles y las selvas para satisfacer el voraz apetito de una sociedad carnívora. El ganado es el rey de los latifundios y el gamonal lo cuida mejor que a su propio hijo. Parece mentira pero las bestias gozan de una calidad de vida superior a la de los seres humanos.

Colombia es un país amenazado por la erosión y en el invierno las catástrofes se desatan; las montañas literalmente se desmoronan y los ríos se desbordan anegando miles de hectáreas de terreno. Estos desastres dejan cientos de muertos y miles de damnificados. Un estudio de la Universidad Nacional de Colombia predice que con el tiempo los ríos Magdalena y Cauca se van a transformar en lagos pues el sedimento que arrastran lentamente los van a ir represando. Ante tal panorama sería necesario reforestar con 80.000.000 millones de árboles ambas cuencas hidrográficas para revertir ese proceso.

Como si fuera poco los científicos aseguran que para el año 2100 en algunas regiones del país habrá problemas de abastecimiento hídrico. (Colombia es uno de los países con mayores reservas de agua del mundo) Pero en nuestro continente la situación más dramática es la de Haití donde los suelos han quedado estériles a consecuencia de los incendios y la tala intensiva de los bosques. La agricultura está en ruina, no hay agua potable y la hambruna se recrudece. A los haitianos les llegó por anticipado el juicio final y su supervivencia depende por completo de la ayuda humanitaria.

Actualmente en los países subdesarrollados el gran boom son los biocombustibles. Es tal la fiebre que los terratenientes y multinacionales bajo el patrocinio del gobierno siembran miles y millones de hectáreas de palma africana, caña de azúcar, maíz o remolacha. Pese al déficit alimentario los gobiernos han apostado por el etanol pues en los mercados internacionales su precio se cotiza alza. Pero está demostrado que el gasto de energía necesario para fabricar etanol es prácticamente es el mismo que el extraer y refinar petróleo. Quieren sacrificar la alimentación de los habitantes de los países pobres para alimentar automóviles en los países ricos. Los ecologistas o ambientalistas luchan por conservar los restos del ecocidio. Resignados se conforman con crear "zoológicos" o parques nacionales en un intento por salvarlos del aniquilamiento. En Colombia esas áreas protegidas sólo ocupan el 5% del territorio y muchas son el campo de batalla donde se enfrentan los carteles de la droga, las guerrillas y el ejército. Esos santuarios de una fauna y flora endémica excepcional se bombardean y fumigan para imponer la paz y erradicar los cultivos ilícitos. Para colmo el gobierno ha entregado en concesión los parques nacionales a las agencias de turismo.
 

Entonces, ¿Quiénes disfrutan del exotismo y la virginidad de la naturaleza? Indudablemente que solo la élite puede costearse unas vacaciones de ensueño en estos paraísos perdidos. El negocio de los tour operadores es redondo pues los nativos, por un sueldo de miseria, laboran de meseros, camareros, cocineros o mucamas en los hoteles, lodge y resorts. La naturaleza no es la única que está en peligro de extinción, pues la especie humana también se encuentra amenazada. El cambio climático, la desertización, la hambruna y las enfermedades no perdonan. Según la teoría de la evolución de las especies de Darwin, el más fuerte se impone sobre el más débil. Argumento que justifica la lucha de clases pues los más pobres de la tierra mueren como moscas ante la mirada indiferente de los poderosos.

¿Alguna vez la organización ecologista Green Peace va a protestar por los cientos de inmigrantes que mueren ahogados en el estrecho de Gibraltar? Seguro que están más preocupados en salvar las ballenas o delfines que les da más publicidad En los foros, las cumbres y congresos los dirigentes, los políticos, los gurús ponen el grito en el cielo y una y otra vez repiten las mismas palabras: que si el desarrollo sustentable, las energías alternativas, el protocolo de Kyoto, la cumbre de la tierra, infinidad de cónclaves donde se emiten proféticas resoluciones, se firman tratados, se exponen estudios a corto, mediano y a largo plazo; más presupuestos, más intermediarios y comisiones. Nadie se aprieta el cinturón, nadie quiere renunciar a sus privilegios. Lo principal es que los índices de la bolsa de valores se mantengan al alza. Los políticos temerosos no se atreven a tomar decisiones impopulares y como lo hiciera Nerón prefieren tocar la lira contemplando el incendio universal. Se culpa al el ser humano de la destrucción de la tierra. Pero, ¿qué clase de ser humano es ese? Se echa en el mismo saco a dominadores y explotados. Sin embargo los indígenas tras miles de años de vida sobre el planeta la han conservado prácticamente indemne. Lo cierto es que el colonialismo y el imperialismo han provocado el apocalipsis. ¿Es que acaso un campesino de Etiopia o un pastor de llamas del altiplano se pueden comparar con los verdugos?

El desarrollo tecnológico de la civilización occidental no tiene parangón y su poder lo imponen con las armas, armas capaces de borrar toda huella de vida sobre la faz de la tierra. Cuando estuve en Paraguay visité en el norte del país el territorio de los indios Chamacocos. Su vida la dedican a cazar taninos para venderlos a una fábrica de pieles en Bahía Negra. Su decadencia es espantosa: alcoholizados unos, prostituidos otros, cantando alabanzas en las iglesias los más se abandonan a su triste destino. Aquellos que se resistan a los designios divinos, serán castigados por antisociales. El gran jefe Calonga, del alto Paraguay, me hablaba de su comunidad: "No se cansan, parece que no se conforman con lo que nos han hecho. Nos quieren convertir en paraguayos, que nos pongamos firmes frente a la bandera o que besemos la cruz; nos visten con sus trajes, nos obligan a cumplir el servicio militar y nos colocan de nombre un número. Para consolarnos nos regalan latas, galletas y medicinas como quien le echa a las fieras un pedazo de carroña. Somos parte del negocio y con nosotros justifican sus presupuestos. Por favor, déjenos ser pobres, eso es lo que hemos elegido; déjenos con la poca tierra que nos queda, con nuestros ríos, con nuestra selva. Queremos ser salvajes. Déjenos en paz"

Carlos de Urabá 2009
Investigador de Colombia.

jeudi 19 septembre 2013

¡Salvemos a Sabra y Chatila!


Lanzamos un llamado de emergencia para prevenir una tragedia que podría producirse en cualquier momento en los campos de refugiados de Sabra y Chatila. Estuve allí de visita hace apenas una semana guiado amablemente por el ingeniero Ali Jatib  que labora en las oficinas de la UNRWA.   Aquel campo de tiendas de campaña construido en 1950 para albergar a los miles de refugiados palestinos de la guerra del 48 hoy se ha transformado en una favela  de cochambrosos edificios de ladrillos y cemento que alcanzan ya los siete u ocho pisos de altura. No hay otra alternativa para dar cobijo en este espacio tan reducido (3 kilómetros cuadrados) a sus 30.000 habitantes que se hacinan en las más deplorables condiciones - la ley libanesa es muy estricta y no permite  obras de ampliación más allá de los límites establecidos. En Sabra y Chatila los servicios públicos como  el agua potable o la electricidad son deficitarios hasta tal punto que infinidad particulares se dedican al negocio de reparto de agua  en camiones cisterna o a la venta de energía mediante generadores de diésel. Es increíble  observar las  telarañas de cables  que cuelgan de las fachadas y los postes de alumbrado que exageran aún más el caos reinante. Como es de suponer muchísimas personas mueren electrocutadas ante la falta de las más mínimas medidas de seguridad.

Sabra hoy en día no es un campo de refugiados sino un barrio de la municipalidad de  Ghobeiry.  La mayor parte de la población está conformada por: sunitas libaneses pobres, inmigrantes de Bangladesh, la India, Sri Lanka, Filipinas, Sudán, Somalia, y últimamente los desplazados sirios.   Es decir, los estratos más bajos de la sociedad; trabajadores y obreros que en vista de los altos precios de los arriendos se han visto obligados a vivir en las zonas marginales de Beirut.

Ambos campamentos son de libre acceso pues  no existe ningún control del ejército libanés. Por lo tanto cada grupo que reside en el mismo se encarga de la seguridad  y el respeto de las fronteras internas.  En las fachadas de las casas y los edificios todavía se pueden observar las huellas de los bombardeos de la aviación israelí o los estragos causados durante el desarrollo de la guerra del Líbano (1975 y 1990). Según el gobierno libanés los palestinos (calificados de terroristas)  son los directos culpables de la ruina y  destrucción de la “Suiza de Oriente Medio”  Para los cristianos maronitas la única solución es  exterminar a sangre y fuego  a esa  “plaga de alimañas”.

La entrada el campo de refugiados de Chatila está presidida por la foto de Yasser Arafat adornada con un ramillete de banderas palestinas.  El ingeniero Ali Jatib nos va a presentando amablemente a sus amigos y familiares que me brindan una cariñosa bienvenida. Es curioso pero aunque casi todos hayan nacido aquí  en el Líbano  todavía  albergan la esperanza de regresar a los brazos de la madre tierra  Palestina.  En voz alta nos van confesando de donde son originarios: unos proceden de Haifa, otros de  Quesarya,  Akka, Nazaret, el lago Tiberiades, las aldeas del monte Carmelo, Majd el Kurum, al-Kabri, al-Najr, Um al-Faray, Al Zib,  Al-Basa, Safad, Chaab…    La gente que nos franquea el paso  nos saluda con una sonrisa al tiempo que  con sus manos hacen la V de la victoria. Las paredes de este un gueto ratonera están completamente cubiertas de murales alegóricos a la lucha armada cuyos protagonistas son los heroicos fedayines que  enfrentaron  al invasor sionista. Caminamos entre  túneles y pasadizos que me provocan una intensa  sensación de claustrofobia;  por esos estrechos laberintos los niños bulliciosos juegan a la guerra con sus pistolas de plástico mientras los ancianos sentados en el portal de sus casas esperan que al menos Allah se compadezca de sus almas. Sólo la justicia divina podrá reivindicarlos. En un muro marcado por los balazos y la metralla  algunos jóvenes  escriben con un spray frases revolucionarias: “resistencia hasta la victoria” “con nuestra sangre liberaremos a Palestina”. Los vecinos  transitan casi a ciegas pues saben de memoria el rumbo que deben seguir hacia sus guaridas o madrigueras. En la plaza de la mezquita nos topamos con una grandiosa pintura  de Arafat tocado con la típica  kufiya y el domo de la roca de Jerusalén al fondo.  Al menos los artistas le ponen algo de alegría y color a este entorno tan opresivo. Tampoco faltan las fotos de los mártires  que ofrendaron sus vidas  en las distintas batallas ya sea contra el ejército libanés, las milicias cristianas, las tropas israelíes o los milicianos chiitas de AMAL.  La suciedad y los desperdicios adornan este tétrico paisaje más propio de un estercolero.  El olor fétido de una alcantarilla atascada me produce náuseas  y de inmediato me tapo con mi mano la nariz para no trasbocar.  Un hito importante es que  la municipalidad del distrito de  Ghobeiry, presionada por las ONGs  ha construido en un terreno baldío,  que hasta hace unos años no era más que un inmundo muladar, un monumento funerario  como  homenaje  a los cientos de asesinados, torturados, y desparecidos de la famosa masacre de Sabra y Chatila cometida en 1982  por las milicias cristiana libanesas “kataeb”, bajo la protección del ejército israelí.

En Chatila conviven palestinos de distintas facciones;  unos pertenecen a la OLP-  los otros al FPLP, Fatha Al Islam, otros de Hamas o la Yihad Islámica. Todos están de acuerdo en que la guerra contra el invasor sionista debe continuar hasta las últimas consecuencias. Es decir, la  aniquilación total del estado de Israel.   De nada valen  las conversaciones de paz con el enemigo  pues la única vía posible para liberar a Palestina  se circunscribe a la yihad o  la lucha armada.

Para quien visita por primera vez Sabra y Chatila lo más aconsejable es hacerlo acompañado por un guía pues cualquier despiste podría meterlo en serios problemas   Recordemos que el Líbano  es una sociedad dividida por etnias y confesiones y  hay ciertas líneas rojas que no se puede traspasar. Y peor ahora  cuando el conflicto bélico en Siria se ha extiende peligrosamente al Líbano.  Antes de dar un paso en falso  lo mejor es analizar  con detenimiento  las banderas y fotografías colocadas en las paredes o en los postes que nos indican en que zona de influencia estamos: si es la  Nasrala de Hezbola, del Imam Mussa Sadr o Nabih Berri del movimiento Amal, de Rafik Hariri de los sunitas libaneses, de los palestinos de la OLP de Arafat, Falta Al Intifada, del FPLP de George Habash, o Shaker al Abssi de Fatha Al Islam  o Ahmed Yassin de Hamas.

Esa noche fui invitado a cenar en la casa de Ibrahim, un refugiado palestino exiliado  en Inglaterra que se encuentra  de vacaciones. Nuestro anfitrión colocó la mesa del comedor en la azotea pues  el calor que hace en el interior de las viviendas en esta época del año es insoportable.  Desde allí teníamos una excepcional vista de la avenida principal del zoco de Chatila dominado por el  trafico incesante de vehículos, las carretilla de los vendedores ambulantes  y el gentío que colmaba los comercios, el mercado  de frutas, panaderías, carnicerías, tiendas de ropa, de calzado y el rastro de segunda mano.  Al caer la noche se encendieron las lucecitas de esos pisos  medio chuecos que parecían más bien casitas de juguete.   Al señor Ibrahim le habían cortado la electricidad así que prendió varias veladoras y las puso encima de la mesa. En esos instantes no sé por qué  me asaltó un nefasto presentimiento: Sabrá y Chatila es como una caja de fósforos y sólo hace  falta una chispa (un cortocircuito,  una colilla  o la mano  criminal) para que desate un voraz incendio.  Aquí hay material de sobra: papel, cartón, madera, plástico, aglomerado, tela, poliéster, basura, gasolina o bombonas de gas para alimentar las llamas del infierno.
No podía quitarme de la cabeza  las imágenes del incendio de la fábrica de textiles en Dacca (Bangladesh) que unas semanas atrás dejó el trágico saldo de 900 trabajadores muertos. De inmediato  le comenté al ingeniero  Ali Jatib mis sombríos augurios a lo que él me respondió con un gesto de indiferencia  Según me comentó nadie ha tomado cartas en el asunto; ni las autoridades libanesas, ni la municipalidad,  ni los responsables de los distintos grupos políticos. Tampoco existe  un plan de emergencia o evacuación de la zona en el caso de presentarse una catástrofe de estas características.  Al preguntarle si tenían  extinguidores se llevó las manos en la cabeza dándome a entender con este gesto que carecían por completo de los mismos. La estación de bomberos más cercana se encuentra a cinco kilómetros de distancia en el aeropuerto internacional Rafik Hariri y aunque las unidades de rescate llegaran lo más rápido posible  la estrechez de las calles  y las telarañas de cables eléctricos les impedirían entrar en la zona.

Me aterroricé de sólo imaginar las escenas de pánico: la gente corriendo desesperada  intentando escapar de esa trampa mortal,  las clásicas  avalanchas,  aunque lo más letal sería el humo generado por la quema de materiales tóxicos que en pocos minutos causaría la muerte por asfixia a cientos de personas o quizás a miles.  La UNRWA, la Media Luna Roja y los organismos de ayuda humanitaria saben que en cualquier momento  pude producirse una tragedia de estas dimensiones. Desgraciadamente se muestran incapaces de actuar pues la única solución para garantizar la supervivencia de los habitantes sería evacuarlos a otra zona de la capital. Esta es una decisión política que atañe al gobierno libanés más preocupado en  la reconstrucción del centro histórico de Beirut y en reactivar el turismo. 

Los propios habitantes de Sabra o los refugiados de Chatila  tienen otras prioridades más importantes que resolver como es  la falta de trabajo, la alimentación, los servicios médicos,  o las pésimas condiciones de salubridad. Bueno,  al fin y al cabo, ya han sobrevivido durante 65 años a destierros, invasiones, bombardeos o matanzas indiscriminadas. Lo más indignante es que el gobierno libanés  les ha negado sus derechos civiles, políticos o laborales. Así que no les queda más que asumir con resignación  su  triste destino: ser escombros humanos, carne de cañón  y   moneda de cambio de las ONGS,  la UNRWA o la Media Luna Roja. 

Muchos en el fondo piensan que esto no tiene sentido; 65 años abandonados a su suerte por la comunidad internacional y sus propios hermanos árabes, psicológicamente derrotados, hundidos en la depresión y la angustia; huérfanos, desheredados y apátridas.  Ya no hay futuro que valga pues su único premio ha sido la miseria y el despojo. Entonces para qué preocuparse por un incendio,  un diluvio o el juicio final  si más que un castigo es una bendición que terminaría de una vez por todas con esta lenta agonía.

Carlos de Urabá 2013
Amman-Jordania

 


 

















vendredi 6 septembre 2013

¿Quién devora el corazón de Siria?



 
 Desde hace dos años y medio que prevalece en Siria el caos, el dolor y la angustia. El país se hunde la ruina económica y social: escasean los alimentos de primera necesidad, en muchas regiones se pasa física hambre, faltan las medicinas, el agua, la electricidad o la gasolina. Además hay que sumarle a todo esto 100.000 muertos, otros tantos miles de heridos, torturados, encarcelados, desaparecidos. En fin, como si fuera poco gran cantidad de ciudades y pueblos han sido literalmente demolidos, las infraestructuras colapsadas, cuatro millones de desplazados internos y otros dos millones que han buscado refugio en los países vecinos donde sobreviven gracias a la ayuda humanitaria prestada por la ONU, la Cruz Roja y las organizaciones no gubernamentales. ¿Es posible encontrar una solución política a esta guerra infame? Los intentos de diálogo propiciados por los mediadores internacionales llámense la ONU, la liga Árabe o la Unión Europea, han sido infructuosos pues ambos bandos, la Coalición Nacional Siria y el gobierno baazista, no dan su brazo a torcer. Las balas priman sobre las palabras. Lo único cierto es que cuando se terminen las hostilidades la reconstrucción del país será una descomunal tarea que necesitará de una multimillonaria inversión por parte de las potencias occidentales.
 
Indudablemente los verdaderos perdedores de esta guerra son los niños. Según las estadísticas de la ONU y la UNICEF ya se contabilizan más de 8.000 niños muertos; millones de niños dignificados, muchos de ellos heridos, mutilados o huérfanos. Y lo más cruel serán los traumas psicológicos que tendrán que arrastrar el resto de su existencia. Este crimen imperdonable pesará sobre la conciencia de quienes lo han consentido y amparado, en especial la indiferencia de la ONU, la Liga Árabe y el veto de Rusia, China e Irán a cualquier resolución que ponga fin al derramamiento de sangre.

Siria no puede seguir acaparando las páginas necrológicas de los periódicos o los noticieros de televisión donde el rictus mortis de las víctimas es el reclamo preferido para elevar los índices de audiencia. Demasiado sadismo, demasiada crueldad. ¿Por qué devoran su corazón aun palpitante a dentelladas?

En el futuro habrá que buscar alternativas para que las comunidades alauitas, sunitas, kurdos, drusos, armenios o cristianos convivan en “relativa tranquilidad”. Es utópico creer que a corto plazo se vaya a borrar de la memoria el recuerdo de tan brutal holocausto. Lo más seguro es que la división sectaria o étnica se radicalicé y atrincherados en sus guetos o zonas autónomas los respectivos grupos paramilitares impongan la ley y el orden. El método más indicado sería levantar muros de separación (al estilo a los construidos por Israel en Cisjordania), alambradas, garitas y chekpoints. Sólo con esas barreras físicas se podría garantizar la paz y la seguridad. O sea, instaurando una política del apartheid y segregación como la que se aplica en la actualidad en Palestina, Líbano o Irak. Las armas prevalecerán en la toma de decisiones y serán el mejor argumento para disuadir cualquier tipo de desavenencias.
El nuevo mapa sirio, si acabaran en este momento las hostilidades, sería el siguiente: al ESL le pertenece las zonas liberadas el norte del país y la mitad de la ciudad de Alepo; al noreste los Kurdos se hacen fuertes en su territorio y seguramente exigirán una amplia autonomía o la independencia; hacia la frontera con Irak los rebeldes sunitas y los grupos yihadistas imponen su autoridad, en el centro el dominio de las ciudades de Homs y Hama se lo disputan ambos bandos sin que todavía se decida su suerte, en el sur la región de Deraa y los altos del Golán el ESL y el frente Al Nusra consolidan sus posiciones, Damasco (menos los extrarradios) permanece en poder de Bachar el Assad y sus aliados cristianos, ismaelitas, armenios y drusos; en la frontera con el Líbano, con la recuperación de al Qusayr, el ejército sirio controla el pasillo estratégico con el valle de la Bekaa por donde reciben el apoyo de la milicia de Hezbolá, en la costa del Mediterráneo los puertos de Latakia, Tartus y Banyas son el feudo histórico de la comunidad Alauita.

Este panorama nos recuerda un poco a lo sucedido con la desintegración de Yugoeslavia en la década de los años noventa del pasado siglo XX.

Para comprender mejor los orígenes del conflicto sirio tenemos que remontarnos al año 1916 cuando, una vez derrotado el imperio Otomano, Gran Bretaña y Francia firmaron el acuerdo secreto Sykes-Picot mediante el cual se repartieron Oriente Medio. Las potencias coloniales, más interesadas en proteger sus intereses económicos y geoestratégicos, trazaron unas fronteras artificiales sin respetar los rasgos étnico-culturales de los pueblos autóctonos.

Estuve recorriendo la carretera que va de Amman hasta el puesto aduanero de al Karama en la frontera con Irak. Esta es una vía muy importante (en la guerra del golfo la utilizó Sadam Hussein para romper el bloqueo impuesto por EEUU y sus aliados en el Golfo Pérsico) pues por aquí transitan los camiones cisterna que abastecen con el petróleo iraquí la refinería de Zarqa en Jordania. El paisaje en su totalidad es árido y pedregoso de origen volcánico prácticamente deshabitado, con excepción de algún pueblo o aldeas beduinas. Al otro lado de la linde se halla la ciudad Siria de At Tanf perteneciente a la provincia de Muhafazat Hims (hace algunos años allí existía un campo de refugiados palestinos expulsados de Irak tras la caída del régimen de Sadam Hussein) La línea fronteriza entre Siria y Jordania es bastante permeable y en las horas de la noche comienza el trasiego de refugiados y de los contrabandistas de armas que actúan en complicidad con el gobierno jordano. Mientras que del lado iraquí el foco del mercado negro gravita en torno a la ciudad de Mosul. La única vía abierta entre Damasco y Bagdad (los otros puestos han sido bloqueados por los rebeldes) discurre por Ar Rutbah provincia de Al Anbar (mayoritariamente sunita y con presencia de grupos yihadistas vinculados al Qaeda) que es por donde el régimen de Bachar al Assad recibe los envíos de armas procedentes de Irán con el visto bueno del gobierno chiita iraquí.

La rivalidad entre las facciones chiitas y sunitas comenzó cuando el ejército Omeya al mando de Yazid, partidario del primer califa del islam Abu Bakr (defensores del califato dinástico) y los seguidores Husayn ibn Ali, nieto de Mohamed (su padre Ali tuvo varias esposas siendo la más querida Fátima, la hija del profeta. De ahí viene la denominación de shiat Ali o partidarios de Ali) se enfrentaron en la batalla de Kerbala el día de la ashura del año 680. El ejército sunita resultó vencedor y Husayn ibn Ali pagó con su martirio el tributo más glorioso. Desde ese instante se selló el cisma entre chiitas y sunitas que ha derivado a través de los siglos en cruentas guerras de exterminio.

En el poblado de Ar Rawayshid (Jordania) situado a unos 40 kilómetros de la frontera Siria, asistimos al funeral de un guerrillero caído en la yihad. El imam de la mezquita después de lavar el cuerpo y someterlo a las abluciones rituales lo amortajó con esmero colocándolo en una camilla. Luego fue transportado en andas por sus familiares hasta el “umbral del paraíso”, una fosa abierta en un cochambroso cementerio donde revolotean los cuervos. Allí colocaron el cuerpo inerte del muyahidín con la cabeza inclinada hacia la derecha en dirección a la Meca mientras con el Corán en la mano el imam rezaba la oración fúnebre fard kifaia.

En países como Irán, Afganistán o en grupos como Hezbolá, la Yamah Islamya, Hamas o los yihadistas existen escuelas de mártires donde los muftíes e imanes preparan a los futuros guerreros que se sumarán al ejército invencible del profeta Mohamed. La muerte es la victoria como lo confirma el Corán: “no digáis que los que han caído en la senda de Allah están muertos: están vivos”
Esto no es abstracción o un mito, es una verdad dogmática que no admite discusiones “El ángel Jibril tocará la trompeta un día no muy lejano anunciando el juicio final” Entonces, como cita el Corán: “de la tierra os creamos a la tierra retornaremos y de ella os haremos surgir otra vez” Existen varias categorías de muertos entre los que sobresalen aquellos héroes que se inmolan en el campo de batalla. Como premio a su valentía se les reserva un sitio privilegiado en el séptimo cielo o firdaws (la mansión de Allah, los profetas y ángeles). En ese oasis bendito de montañas de almizcle donde los ríos de leche y miel fluyen por valles de diamantes y rubíes. Hospedados en palacios de oro, plata y perlas serán atendidos por 86.000 sirvientes prestos a satisfacer todos sus deseos. Se hartarán de deleitar los mejores manjares o el vino más exquisito y, como si fuera poco, gozarán hasta la extenuación del amor carnal de las huríes.
La población civil Siria, no importa al bando al que pertenezca ni el grupo étnico o confesional, experimenta en carne propia una de las mayores tragedias jamás conocidas en Oriente Medio. La rutina diaria está marcada por el traquetear de las ametralladoras, los bombardeos de la aviación, el fuego graneado de morteros o el lanzamiento de los misiles Escud o Grad, quién sabe si cargados con gas mostaza o sarín; bombas de fósforo o de napalm. ¡Qué más da!, todo es válido con tal de neutralizar a “los peligrosos terroristas que intentan destruir a Siria”, según palabras del rais Bachar al Assad.

Siria se ha convertido en el centro global del yihadismo y donde miles de voluntarios islamistas procedentes de los países de la Umma o del mundo entero llegan a combatir a los “impíos y apostatas” alauitas. Pero tampoco los chiitas se quedan atrás y acuden presurosos a solidarizarse con sus hermanos de sangre. Entre los distintos actores protagonistas del conflicto bélico cabe destacar: el frente al Nusra, leales a Ayman Zawahiri, líder de al Qaeda (brigada Tawhid al Asheh, Al Sahaba, Fursan al Sunnah) los guerrilleros del Ahrar ash- Sham (Frente Islámico Sirio) también de los de Hezbolá (brigada Nasr), AMAL, o los guardianes de la revolución iraníes Pasdarán que llevan colgado en el pecho el retrato del imam Jomeini, ESL (Geish al Jor- Ejército Sirio Libre) el Hamas palestino, las Brigadas de Unificación de los Muyahidines (chiitas iraquíes), los filipinos de Abu Sayyaf, los chechenos del Imarat Kavkaz, los yihadistas barbudos de trajes yemenitas , cuchillos curvos y kalashnikov en ristre reclutados por Qatar, el wahabismo saudita más radical que patrocina varios batallones de mártires entre los que no faltan musulmanes españoles, franceses, holandeses, británicos o americanos, el Movimiento Muyahidín de Marruecos, los matones de la Shabiha de Bachar al Assad, el Frente de Liberación Popular de Turquía al mando del “carnicero de Baniyas” Mihrac Ural pro alauita, los yihadistas del Estado Islámico de Irak y Levante, simpatizantes de Al Qaeda, yihadistas egipcios de los Hermanos Musulmanes, los islamistas de Ansar al- Islam, el Ansar al Sharia tunecino, los kurdos del (PYD) Partido Democrático del Kurdistán, afiliado al PKK, los paramilitares Cristianos Sirios aliados de Bachar al Assad, el Movimiento Salafista Yihadista Jordano, el Lashkar e Talibán de Pakistán, los Hermanos Musulmanes sirios, los libios del CNT , los palestinos del FPLP aliados de Bachar, los cristianos maronitas libaneses pro sirios , los Drusos de las montañas de Sweida y los altos del Golán, Armenios, Asirios y Arameos, minorías fieles a Bachar al Assad. También hay que mencionar los asesores rusos, de Corea del Norte y China, o los mercenarios y espías de todas las nacionalidades captados por la CIA, La OTAN, Rusia, Irán, Qatar, Emiratos Árabes o Arabia Saudita.

Desde hace meses se venía denunciando el uso de armas químicas por parte del ejército sirio lanzadas desde aviones de combate o con misiles Grad contra los rebeldes y la población civil. Aunque los voceros gubernamentales traten de culpar de dichos atentados a los “grupos terroristas extranjeros” las pruebas incriminatorias recogidas por ONGs, la MSF o la Cruz Roja son contundentes y demuestran la práctica sistemática del terrorismo de estado. El ejército sirio posee uno de los arsenales de armas químicas más grande del mundo, cuyo programa lo ha desarrollado desde los años 70 con el asesoramiento de Egipto y la Unión Soviética. (En la actualidad Rusia e Irán) En julio de 2012 Bachar Al Assad amenazó con utilizar con el gas sarín, mostaza o el VX en el caso de una intervención militar occidental.

El último ataque con armas químicas realizado el 21 de agosto del presente año por la 155 brigada de la cuarta división al mando de Maher Al Assad, hermano menor del rais, contra el suburbio de Ghuta en Damasco dejó la escalofriante cifra de más de 1400 muertos (400 de ellos niños) Se especula que tras el atentado con explosivos (operación Volcán de Damasco) cometido por una comando del ELS en el edificio de la Seguridad Nacional el 19-07-2012 y que le costó la vida a varios miembros de la cúpula militar, Maher Al Assad sufrió la mutilación de una pierna y un brazo. Es por este motivo que la fiera herida tiene que saciar su sed de venganza a como dé lugar. Definitivamente Maher es quien ordena y toma las decisiones siguiendo la línea dura trazada por Hezbolá e Irán bajo el paraguas protector de Rusia y China.

La agencia de noticias siria SANA afirma que “los misiles cargados con sustancias neurotóxicas fueron disparados por los mismos terroristas con el objetivo de ensuciar el buen nombre del glorioso ejército sirio”. Los agentes de la seguridad del estado o- muhabarat- son especialistas en propagar mentiras o fabricar falsas pruebas. En todo caso los responsables de tan alevoso crimen tendrán que comparecer tarde o temprano (si es que sobreviven) ante la Corte Internacional de Justicia de la misma forma que lo hiciera en su día Milosevic, Radovan Karadzic o Ratko Mladic responsables de múltiples violaciones de los derechos humanos en la guerra de los Balcanes.

Organismos de reconocido prestigio como la Cruz Roja o MSF corroboran lo contrario. Es decir, que fue el ejército gubernamental quien deliberadamente cometió el ataque. Por si fuera poco las declaraciones del coronel sirio Hasan Muri Hamada piloto de un Mig 21, al que Jordania concedió asilo político, clarifican cualquier duda al respecto. El coronel Muri Hamada confesó a los funcionarios del Ministerio del Interior que él personalmente recibió órdenes del alto estado mayor de bombardear las zonas rebeldes con napalm. Moralmente estaba incapacitado para obedecer a sus superiores así que decidió desertar en cuanto puso a su familia a salvo.

Bachar Al Assad representa la cara amable del régimen, un respetable oftalmólogo graduado en Londres, el “padre de la patria” incapaz de hacer daño a una criatura inocente. Su discurso se repite una y otra vez con los mismos argumentos: “Siria es víctima de un complot promovido por el sionismo, la CIA, la OTAN, los jeques árabes y al Qaeda”

Está en juego la supervivencia de La dinastía Assad, un clan familiar compuesto por una larga lista de hermanos, primos, tíos, cuñados, nueras o yernos que acaparan, no sólo el poder político del Partido Baath árabe-socialista, sino también los más importantes cargos en el ámbito económico y militar del país. Quizás el clan Assad ya esté preparando una retirada estratégica hacia la zona del Mediterráneo donde la población Alauita es mayoritaria. Por lo menos a través de la base rusa de Tartus podrían seguir recibiendo armas y pertrechos esperanzados en hacerse fuertes con la intención de resucitar la antigua república de Latakia.

El uso de armas químicas demuestra la actitud desesperada del régimen sirio ante el avance de los rebeldes en la periferia de Damasco. Seguramente han entrado en acción las fuerzas especiales del ESL (compuestas por desertores del ejército sirio) equipadas con un sofisticado armamento y entrenadas por la CIA en una base secreta situada cerca de Al Thughra, Jordania.

Se prevé que en las próximas semanas Estados unidos junto a Francia, si así lo deciden sus respectivos gobiernos, inicien una intervención armada, sin el aval del Consejo de Seguridad de la ONU. Su propósito es escarmentar al régimen de Bachar al Assad por el lanzamiento de misiles Grad cargados con gas sarín contra el suburbio de Ghuta (Damasco) que ocasionó tan espantosa masacre.

Según el gobierno estadounidense se trata de una misión aeronaval que busca debilitar la capacidad ofensiva del ejército sirio. Si se llegará a producir el ataque Bachar Al Assad ha advertido que “un voraz incendio consumirá por completo Oriente Medio” Todavía está por ver si pasa de las palabras a los hechos o se trata de mero arrebato pasional. La milicia chiita de Hezbolá tiene 3000 cohetes Fajar-1 y Khaibar-1 listos para disparar sobre el norte de Israel. El ejército sirio dispararía sus misiles contras los altos del Golán y las bases militares jordanas situadas muy cerca de la frontera común. (porque Jordania es la retaguardia de la insurgencia) Aunque no hay que descartar el inicio de una campaña terrorista contra intereses hebreos y occidentales en la que participaría los servicios secretos iraníes. Esto no son más que hipótesis, todos los frentes están abiertos aunque lo más probable es que Bachar Al Assad y sus aliados chiitas actúen con contención y se mantengan a la defensiva a la espera de dar un golpe de mano en el momento menos pensado.

Un ataque de este tipo sin una invasión terrestre difícilmente podrá derrocar a Bachar Al Assad. Muy por el contario lo más seguro es que se intensifique el conflicto provocando un mayor número víctimas y de refugiados. La población civil, ya de por si sumida en una catástrofe humanitaria de dimensiones apocalípticas, exige al menos morir dignamente. Lo más seguro es que, del mismo modo que sucedió en la guerra de los Balcanes, los cascos azules de la de la ONU o de la Liga Árabe tendrán que hacer acto de presencia a supervisar lo que queda debajo de los escombros.

La caída de Bachar sería un terrible golpe para Hezbolá e Irán pues perderían un aliado irremplazable. Israel paradójicamente también saldría perjudicado pues el ejército sirio desde la guerra e los Seis Días en 1967 no ha hecho nada por recuperar los Altos del Golán. El sionismo saben de antemano que tras las intifadas árabes del 2011 el nuevo orden que comienza a estructurase en la región no les favorece. Ellos prefieren a un dictador manso y pasivo que al islamismo radical cuyo objetivo supremo es “extirpar un cáncer llamado Israel”. De ahí que desde hace semanas hayan movilizado a sus reservistas y el Tzahal se encuentre en estado de alerta máxima. Incluso se han agotado las máscaras antigás pues la población teme que si se produce intervención americana Bachar al Assad o Hezbolá desaten una lluvia infernal de cohetes cargados con gas sarín o gas mostaza. Una escalada bélica en Oriente Medio tendría unos efectos desastrosos para la economía mundial que desesperadamente trata de salir de la crisis: subirían los precios del petróleo, caerían las bolsas, habría una mayor recesión y encima las de por si tensas relaciones entre occidente y los países islámicos sufrirían un grave deterioro.

Carlos de Urabá 2013
Amman-Jordania