La jaula

La jaula
por la emancipación de los pueblos

lundi 25 juillet 2016

Ali David, el joven asesino iraní que se creía ario.


Ali David gritó rabioso ¡Yo soy alemán! ¡Extranjeros de mierda! ¡Jodidos turcos! mientras que con su pistola disparaba a diestra y siniestra dispuesto a aniquilar a todas las “razas inferiores”.

Lo que faltaba y esto ya es el colmo.  Desde tiempo atrás veníamos observado con preocupante incredulidad el comportamiento de esos hijos de los inmigrantes, las nuevas generaciones nacidas y educadas en muchos países de Europa o de EE.UU que se han convertido en los más fanáticos defensores del occidente civilizado.  Y eso a pesar de las  claras diferencias étnicas que saltan a la vista  y que les llevan a sufrir muchas ocasiones la xenofobia y el racismo. Este es un fenómeno muy similar al síndrome que describe Frantz Fanón en su libro “Piel Negra Máscara Blanca” digno de estudiarse a fondo por psicólogos y siquiatras.

Pero también existe el caso contrario: los inmigrantes nacidos en Europa y EE.UU, totalmente desadaptados que llevan impregnado en sus genes el virus del odio. La historia del colonialismo, la esclavitud y el despojo es imposible esconderla o ignorarla. Por lo tanto en el momento que toman conciencia pueden fácilmente radicalizarse. Que es lo que ha sucedido  con los miles de voluntarios que se han marchado a combatir en Siria e Irak en las filas de Al Qaeda o el EI. Mientras que en Europa y EE.UU proliferan las células durmientes o “lobos solitarios” decididos a cometer atentados en el momento menos pensado.  Esos son los más predecibles, los más sospechosos y proclives a sufrir  la persecución policial.

Esa dicotomía amor-odio se traducen en grandes contradicciones.  Porque también existen aquellos hijos de inmigrantes o, incluso, inmigrantes recién llegados que se sienten europeos o americanos y se asimilan perfectamente en las sociedades de adopción y asumen como propias la lengua, la cultura, las tradiciones y costumbres. Aparte que los países de acogida o asilo ofrecen incontables ayudas sociales para que se integren como ciudadanos de pleno derecho.

Hasta tal punto que muchos de ellos eligen enrolarse en el ejército tanto de EE.UU o de los países del a Unión Europea como una salida que les garantice un futuro económico. Son millones de conversos dispuestos a entregar su vida por las grandes potencias occidentales. Se les podría calificar de mercenarios o cipayos (soldados indígenas encuadrados en el ejército británico) pero el hecho es que han  nacido franceses, alemanes, ingleses, españoles o  americanos y cuentan con un pasaporte o documentos de identidad.  Muchos son hijos de las antiguas colonias y la ley les otorga los mismos derechos que los nacionales. De ahí que estén dispuestos a combatir a sus propios hermanos (a los que califican de “terroristas”) en las guerras que se desarrollan en el Oriente Medio, África o en cualquier lugar del planeta.

Las agencias de inteligencia occidentales están ávidas por captar a aquellos individuos (inmigrantes o hijos de inmigrantes) que dominan idiomas tales como el árabe, el persa, el urdu, el hindú o cualquiera de sus derivaciones o dialectos. Este es un asunto clave  para actuar con mayor eficacia en la lucha antiterrorista mundial y para llevar a cabo con éxito los planes de expansión imperialista. Pues nadie mejor para enfrentarse al enemigo que un cipayo o un mercenario. Es decir, “no hay cuña que más apriete que la del propio palo” Y los que cumplan con efectividad las misiones encomendadas recibirán premios y condecoraciones, ascensos y gratificaciones económicas

Han sido criados bajo la tutela de unas sociedades democráticas que pregonan la defensa de los derechos humanos y los principios de libertad, igualdad y de solidaridad.  A pesar de su apariencia racial (indígena, africana,  árabe o asiática)  sienten la bandera y el himno nacional como propios. Son hijos de la inmigración con apellidos árabes, turcos, persas, paquistaníes, hindúes, afganos, jordanos, sirios, libaneses, suramericanos, magrebíes, africanos, asiáticos, etc. Apellidos que muchas veces cambian para negar su procedencia  y pasar desapercibidos. Es tal la obsesión por desprenderse de ese maldito estigma (de inmigrantes o extranjeros) que llegan hasta realizarse operaciones de cirugía estética para exorcizar ese complejo de inferioridad.

Como es el caso del francotirador de Munich un muchacho de apenas 18 años de origen iraní -pero nacido en Alemania. Al final se convirtió en un xenófobo racista, quizás en un  nazi pues se creía un alemán puro ¿ario? Profería insultos contra los turcos y los árabes. A pesar de ser étnicamente un persa -muy parecido a muchas de las víctimas que asesinó- sentía odio hacia las “razas inferiores” (como las cataloga el nazismo)  Pero en su locura asumió el papel de ario, una raza superior llamada a dominar el mundo según Adolf  Hitler.

Ali David fue  rechazado en algún momento de su vida en el colegio o en su barrio, quizás lo discriminaron  por sus características físicas, no daban la talla de pureza racial y eso provocó una reacción de rencor infinito hacia sí mismo y aquellos que lo humillaron. Un trauma muy tenaz y desgarrador.  Su identidad había sido puesta en duda algo que lo llevó a cometer la masacre en el centro comercial Olympia para luego a suicidarse.

Y lo peor de todo es que esto no sólo sucede en Europa o en EE.UU sino que también en Latino América como en Perú, Ecuador, Colombia, en México donde existen ¡indígenas! nazis, ¡mulatos! nazis y hasta ¡negros! nazis que asumen los postulados del Fuhrer. Por increíble que parezca se dan estos monstruosos y delirantes casos. Son  mentes lobotizadas por la alienación televisiva o cibernética, por la ignorancia y la brutalidad. De ahí Ali David hijo de una familia iraní, nacido en Alemania, con papeles alemanes, hablando alemán y educado en la cultura alemana se creyera un alemán más.  Un muchacho que perfectamente podría ser captado por grupos de ultraderecha o participar en el movimiento Pegida. Su metamorfosis lo llevó a transformarse en un asesino en serie como los protagonistas de las películas o los videojuegos que a él tanto le gustaban.  Su alter ego era nada más ni nada menos que el ultraderechista noruego Anders Breivik autor de la matanza de la isla de Utoya.
El hecho racial no significa más que apariencias y las apariencias engañan. Pues en Ecuador he conocido indígenas nazis de las Juventudes Hitlerianas  adoradores del Tercer Reich y dedicados a la limpieza social. Esta esquizofrenia, la psicosis la paranoia es algo insólito y difícil de entender. Al fin y al cabo la mente humana es muy compleja y en cualquier momento afloran los fantasmas y los demonios.

La enajenación mental es tan voraz que lleva a los mismísimos  negros a creerse blancos y a proferir insultos racistas contra sus propios hermanos porque son pobres, excluidos, refugiados o clandestinos. Simplemente porque ellos ya están instalados en el seno de la sociedad capitalista, tienen una posición social, prestigio, dinero y pertenecen al equipo ganador. Algo que en Suramérica conocemos muy bien con el racismo que ejerce el mestizo sobre el indígena

Esta es una de las paradojas más desquiciantes de la condición humana: el que ayer fue esclavo ahora quiere ser el amo. Recordemos que el joven terrorista argelino Mohamed Merah que cometió el atentado de Toulouse en el 2012 no sólo mató judíos en una madrasa sino que también liquidó  “conversos” o “cipayos” alistados en el ejército francés. A estos últimos  les tenía más odio que a los propios sionistas.

Ali David cumplió su palabra y llevó a cabo la gran venganza contra esas razas inferiores  (turcos o árabes) que un día lo humillaron, contra aquellos que lo insultaban o le recordaban que él no era más que un vulgar inmigrante, un hijo de iraníes y no un ario puro, rubio y de ojos azules.

Carlos de Urabá 2016

lundi 18 juillet 2016

Pacto de sangre Pamplona- Kerbala -San Fermín-la Ashura


Quizás es difícil hacer un paralelismo entre los Sanfermines y la Ashura aunque de cierto modo existe una unión muy especial porque ambas son fiestas de exaltación religiosa; la una cristiana y otra es la otra chiita. Según la época del año millones de devotos o fieles se reúnen para homenajear a los mártires Fermín y Husayn ibn Ali aprovechando las efemérides de su muerte. La Ashura es una manifestación puramente sacra en la que prima el  luto, la penitencia, el ayuno, la castidad y la oración perpetua; en la otra reina la lujuria, la algarabía, la bacanal y la locura colectiva.

Kerbala y Pamplona a pesar de encontrarse a miles de kilómetros de distancia están hermanadas por un pacto de sangre: el martirio de Husayn Ibn Ali y del San Fermín.

Los cronistas afirman que San Fermín fue torturado, degollado y decapitado en Amiens-Samarobriva (Francia) en el 303 por orden del prefecto romano que le acusó de blasfemo por predicar los evangelios cristianos.
Husayn Ibn Ali ofrendó su vida en nombre del señor del universo el 10 de octubre del 680 cuando en franca lid enfrentó al ejército omeya del Yazid.  Cuentan los hadices que Husayn se negó a jurar fidelidad al califa puesto que él detentaba el título de imam o líder espiritual. Declaró que prefería una muerte con dignidad que una vida de humillación. Este es el  “arbaín” o la victoria de sangre sobre la espada del opresor.  Sus enemigos le golpearon la frente con una piedra y una flecha atravesó su corazón. A pesar de todo bañado en sangre siguió combatiendo como el más fiero de los guerreros. La sangre inundaba la tierra, la sangre teñía de rojo las aguas del Éufrates -Al Furat. Husayn   agonizaba sobre la arena del desierto y los traidores para rematarlo le clavaron una espada en la cabeza. Él milagrosamente resistió y quiso montar a la grupa de su caballo presto a escapar pero lo detuvieron y fue decapitado. Como escarmiento clavaron en una pica su cabeza para que la contemplara toda su estirpe. Con lanzas, espadas y cuchillos y  flechas ejecutaron  al glorioso Imam. Los cielos lloraron sangre y la luz del sol se ensombreció por su heroico sacrificio. 
El ejército califal de Damasco pretendía aniquilar a los descendientes de Mohamed pues no dejó escrito en ningún testamento quién iba a sucederlo. Aunque la versión chiíta asegura que el profeta nombró heredero -por el mandato de Allah- a Husayn ibn Ali (su nieto). Fue por eso que en Kerbala se enfrentó valientemente a los que querían usurpar su dignidad.  A partir de entonces se produce el cisma entre los chiítas y los sunitas. 
En el siglo II  los predicadores cristianos se lanzaron a extirpar  el paganismo a lo largo y ancho del Imperio Romano. Su propósito no era otro que imponer el culto a un solo Dios verdadero cuyo hijo Jesucristo redimió en la cruz los pecados de la humanidad.

San Fermín era hijo de un patricio romano convertido al cristianismo por Saturnino (santo mártir) en la ciudad de Pompaelo (Pamplona) Según las antiguas leyendas desde muy joven decidió dedicarse de cuerpo y alma a evangelizar a los gentiles. Entregado por completo al Dios del amor y de la compasión, al Dios de los pobres que desafiaba al poder establecido.

A raíz de la persecución de los cristianos decretada por el emperador Diocleciano se produjo la cacería de todos aquellos misioneros que ponían en tela de juicio la legitimidad de los dioses paganos -únicas deidades oficiales en el Imperio-
Fermín, que ya había alcanzado el título de obispo, fue apresado en Amiens bajo la acusación de convertir en masa a la población indígena de las Galias.  Era intolerable que se dedicara a bautizar a gentiles y prometerles la vida eterna en el paraíso celestial. Por este delito el procurador romano lo sentenció a muerte. Para amedrentar a sus discípulos y seguidores fue salvajemente torturado, degollado y finalmente decapitado en plena plaza pública. Un brutal martirio que el cristianismo sublima como un ejemplo de beatitud y santidad.  -El pañuelo rojo que llevan anudado al cuello los corredores en los encierros de Pamplona es un homenaje en su memoria- Es la sangre que brotaba del cuello cercenado de 

San Fermín, esa sangre derramada hace parte de la santa alianza entre lo divino y lo humano.

Las autoridades romanas ordenaron descuartizar el cuerpo del mártir Fermín y esparcir sus restos  por los campos para que los animales salvajes lo devoraran. Había que borrar su recuerdo de la faz de la tierra ya que su tumba podría convertirse en un centro de peregrinación.  Pero sus fieles raptaron el cadáver y lo enterraron en un lugar secreto.  Con el paso del tiempo se descubrió su tumba y se extrajeron varias partes de su cuerpo incorrupto que se llevaron a Amiens, Toulouse y Pamplona.  Estas prácticas son una prueba más del desaforado culto a la santa muerte del que hace gala el cristianismo. El vino es la sangre de Cristo y el pan cuerpo de Cristo en una alegoría que tiene mucho que ver con el canibalismo.

A partir de entonces se comenzaron venerar sus reliquias y surge el mito de San Fermín que gloriosamente alcanzó la palma del martirio en las Galias. 

Los profetas en las sagradas escrituras anunciaron que Yahvé iba a enviar a su hijo para redimir los pecados del mundo. Cristo estaba predestinado a sufrir el más espantoso de los castigos. Y así se cumplieron las profecías cuando fue condenado por Poncio Pilatos al cadalso. Camino del Gólgota fue torturado por los verdugos que  lo golpearon, lo fustigaron para finalmente crucificarlo en un macabro y sangriento ritual que nos recuerda al de Husayn Ibn Ali. Mientras agonizaba pronuncia sus últimas palabras: ¿padre, por qué me has abandonado? No hay respuesta pues tenía que resignarse a la voluntad del Todopoderoso. La pasión y muerte es la propia esencia del cristianismo.
La idea del martirio en el cristianismo tiene la misma atracción que en el islam. Es una gran virtud imitar a Jesús de Nazaret, el mártir más famoso que ha dado la humanidad

San Fermín también derramó su sangre para el perdón de nuestros pecados; su sangre se convierte ahora en  vino, su dolor en alegría, su tortura en lujuria y desenfreno porque los sanfermines son una fiesta dionisíaca donde el máximo protagonista es Baco.  Una fiesta en honor a Venus afrodita, diosa  del amor y la belleza. La esplendorosa adolescencia  que vence a la vejez y la decrepitud. Es la hora de trasmutar la tragedia en gozo pagano y rebelarse contra los diez mandamientos de la ley de Dios.

El día 6 de julio -la víspera de San Fermín- miles de los devotos peregrinan desde los cuatro puntos cardinales del orbe hasta Pamplona para asistir al comienzo de la fiesta grande. Vestidos de blanco impoluto con faja y pañuelo rojo anudado al cuello  en honor al mártir Fermín, presas de la lujuria verterán en el brindis al santo miles y miles de litros de vino,  kalimotxo, champagne, ron, vodka o cerveza inundando las calles con un diluvio etílico de proporciones bíblicas.

La plaza del ayuntamiento por unas horas se convertirá en el templo sagrado que acoge la ceremonia del chupinazo. Y justo a las doce en punto se lanza el cohete que señala el comienzo de la gran bacanal. La muchedumbre grita excitada ¡Gora San Fermín! ansiosa por recibir sus parabienes.  Mientras en la ciudad santa de Kerbala  el 10 de octubre millones de fieles chiítas desfilan por las calles entonando cánticos y oraciones en honor al mártir Huseyni ibn Ali, el bienaventurado señor de los mártires.

Las fiestas de San Fermín revelan el sincretismo de las tradiciones  paganas y cristianas.  Una liturgia oficiada por las mismísimas autoridades civiles, militares y religiosas que encabezan la procesión del santo al que sacan en andas para que bendiga la orgiástica verbena.

De noche es cuando resucita Sodoma y Gomorra y se liberan los instintos básicos que desatan las tentaciones de la carne o los amores furtivos o adúlteros.  Resucita las perversiones más salvajes y el morbo de la fornicación o la concupiscencia. En este aquelarre las pócimas afrodisíacas hacen su efecto y liberan el ama del yugo de la razón.

En Kerbala mientras tanto el día de la Ashura o el ashara el décimo día del Muharram, las multitudes marchan cantando himnos sacrosantos en memoria del imam Husayn,  el señor de los mártires.  El llanto no cesa ni un instante, la angustias y el dolor marcan los rostros demacrados de los fieles que presas del delirio místico desfilan compungidos;   son  miles y miles de hombres - las mujeres están excluidas y deben dedicarse a la oración en el lugar reservado para ellas en la mezquita- El género masculino preside la ceremonia fúnebre. Allah es padre, Dios es padre. El matriarcado ha sido vencido.

Kerbala es la ciudad elegida por Allah como morada eterna del Imam Husayn ¡jala Husayn, jala Husayn! Y los penitentes portan antorchas iluminando el camino con el fuego purificador de Zaratrustra. Una cabalgata de jinetes rememora los trágicos acontecimientos de la luna nueva del  Muharram, el primer mes del calendario musulmán, cuando  cayó  asesinado el gran mártir Husayn. Un acto de fe jamás visto, una insuperable manifestación de luto y de pésame que desgarra el alma. Por toda la ciudad retumba el griterío ensordecedor y los alaridos de espanto. Los ríos humanos se desbordan rumbo al santuario donde se encuentra el gigantesco mausoleo del amado Imam. Vienen a llorar desconsolados y  arrodillarse ante su tumba para recibir su baraka.  En las calles no cabe un alma, todos los fieles corren y corren alucinados; levantan los brazos al cielo y se golpean una y otra vez acompasadamente el pecho, la cabeza o la frente con los palma de la mano cerrada o abierta; los más fanáticos se desnudan de cintura para arriba y gimen de pena, lloran sangre y empuñan espadas, cuchillos, puñales e instrumentos de sacrificio con los que se abren espantosas heridas en honor al mártir y rememorar así el sufrimiento padecido en la batalla de Kerbala. Al ritmo de las suras coránicas recitadas por los mullahs bárbaramente se castigan en un increíble acto de masoquismo místico que les produce un infinito placer. ¡Oh, Husayn ibn Ali, Oh,  jasibi el señor de los jóvenes del paraíso! Sus cuerpos ensangrentados son la mayor prueba de beatitud.

Saben que por estas acciones  serán premiados por Allah cuando se abran  las puertas  del paraíso el día del juicio final. Sólo entonces  podrán  disfrutar de los placeres prohibidos: escanciar el vino, danzar con las mujeres más sensuales, fornicar  o hartarse con los más exquisitos manjares.

En  la península ibérica al toro desde tiempos inmemoriales se le ha reservado un lugar preponderante en el panteón de divinidades. El toro es el animal mitológico por antonomasia y por esto ha sido elegido para batirse a duelo con el macho alfa, que no es otro que el matador o el torero. En el ruedo sufrirá un castigo inmisericorde; le clavarán banderillas, lanzas, espadas y puñales para finalmente morir desangrado en su  propia cruz igual que Jesucristo. Su sangre bañará el albero y el pueblo aplaudirá extasiado al matador que ha conseguido imponerse sobre la bestia salvaje. El escalofriante holocausto del cordero de Dios que quita los pecados del mundo.

En Pamplona los corredores desde muy temprano se hacen presentes en la puerta de salida de los corrales. Ataviados con sus trajes blancos, pañoleta y faja roja se aprestan  a correr el encierro que dará cumplidamente inicio a las 8 en punto. Primero deben velar armas frente a la imagen  del santo patrón pidiendo su protección ¡San Fermín akbar, los que venimos a morir te saludan! ¡Danos la victoria! Porque en este tenso y terrorífico ritual se apuesta la vida al todo o nada. Inconscientemente también es un honor inmolarse y caer como mártires. Es el tributo de sangre que hay que pagar  para saciar la sed de las divinidades. Sin sangre no hay fiesta; sin sangre no hay sanfermines, sin sangre no hay Ashura.

Solo los más valientes son capaces de desafiar a los astados en este sinigual duelo.  Bulle la adrenalina, y late el corazón  a mil revoluciones por minuto cuando explota el cohete en el cielo señalando el comienzo del  apocalipsis.

Las bestias dotadas de una fuerza descomunal arrasan lo que se atraviesa a su paso;  embalan y  persiguen a los cabestros, avanzan incontenibles por esas estrechas callejuelas donde cientos de corredores luchan por esquivar a los astados. Y la marabunta se echa a correr despavorida; se atropella desesperada por escapar de la jauría; algunos caen y son pisoteados, otros se golpean contra las paredes o las barreras.

De repente un vigoroso toro negro embiste brutalmente a un corredor que se retuerce por el suelo hecho una piltrafa  La bestia vuelve sobre sus pasos y se ensaña con él clavándole los cuernos una y otra vez. Entonces, empieza a brotar sangre de su vientre, la sangre mana a borbotones, la sangre mancha el empedrado de un rojo reluciente que encandila. El toro levantaba al mozo como si se tratara de un monigote, ese monstruo de 600 kilos sabe que es la única oportunidad que tiene de vengarse de aquellos que lo conducen hacia el altar de los sacrificios. El olor a sangre es difícil de describir y de olvidar porque penetra hasta lo más profundo de nuestras entrañas. Se escenifica una tragedia de inaudita violencia y agresividad, que no es otro que el drama de la vida y de la muerte. El Eros y el Tánatos. ¡Gora San Fermín! gritan los espectadores mientras el mártir se revuelca en el suelo intentando escapar del suplicio. Los mártires vivos serán igualmente coronados.
En este aquelarre no hay nada prohibido, todo es válido.  Explotan las tentaciones de la carne; esos cuerpos ardientes bañados en alcohol desatan la morbosa palpitación sexual, se transparentan los senos y el pubis lubrico. Los amantes se abrazan y se besan  en una  irreverente actitud donde impera el hedonismo que sublima aún más el clímax erótico. No queda más remedio que beber para aplacar el incendio y sofocar las altas temperaturas veraniegas. Es muy fácil perder la inocencia en este paraíso perdido. Desde las fuentes los ángeles malditos se lanzan suicidas para demostrar a los incrédulos que pueden subir hasta los cielos y luego caer entre los brazos de sus salvadores. El bullicio es estremecedor, nadie duerme, nadie se atreve a perderse un minuto de placer en estas justas erótico-festivas.   A todo volumen se anuncia más vicio,  más  locura; acérquense a comulgar, devoren, beban, fumen  las  yerbas alucinógenas, prueben las drogas duras o las blandas en nombre del amado mártir San Fermín.

Al santo hay que homenajearlo como se merece. Siguiendo las tradiciones de la pasión barroca cristiana donde sobran las coronas de espinas, las  flagelaciones, los rostros de vírgenes dolorosas, de cristos agonizantes o de borrachos que se desmayan sobre los adoquines en una extraña exaltación mágico-religiosa.

Y en Kerbala se le rinde tributo a Husayn Ibn Ali ¡jala,  jala, Husayn,  jala,  jala Husayn! miles, millones de peregrinos lloran  entristecidos por la muerte del señor de los mártires. La multitud corre despavorida  por sus calles presas de un ataque de histeria colectiva van portando banderas verdes, rojas y negras que llevan grabados los versos coránicos o hadices alusivos a la vida y obra del mártir bendito.

La luna nueva o hilal marca el tiempo en que debe reinar la paz y la fraternidad.  En este mes sagrado se conmemora el día en que Allah creó el cielo, las estrellas, en que Allah creó al ángel Gabriel y  Adán y cayó la primera lluvia sobre la tierra.  
Kerbala y Pamplona aunque se hallan en las antípodas están hermanadas gracias a ese pacto de sangre. Porque sin sangre no hay pasión, porque sin sangre no hay fiesta. Sin sangre no hay Ashura, sin sangre no hay sanfermines. 

Carlos de Urabá 2016



jeudi 14 juillet 2016

Hotel la Perla (Pamplona) 19 de julio de 1936. ¡Por Dios y por España, adelante!

Al terminar las fiestas de los  sanfermines  que convocaban a buena parte de la oficialidad y los mandos militares de la ciudad se dio luz verde a una de las más grandes tragedias jamás conocidas: el golpe de estado contra el legítimo gobierno de la república española.
El alzamiento, la cruzada o la sublevación tuvo un especial protagonismo en Navarra. Y esto sucedió porque el gobierno de la república nombró al General Mola como gobernador militar de Pamplona -supuestamente para alejarlo del cuartel general de Madrid donde se le identificó como un potencial conspirador.
Este personaje nacido en Placetas (Cuba) e hijo de un capitán de la Guardia Civil era realmente el cerebro y planificador de la asonada. El golpe se había preparado con meses de antelación pues la derecha hablaba sin tapujos de tomar medidas contundentes para “salvar a España de la debacle”. Los militares  pro monárquicos, los falangistas o los militantes de la CEDA, los católicos tradicionalistas, los carlistas solían reunirse a conspirar en clubes, los casinos, los cafés y los hoteles. En cualquier ciudad o pueblo de España se repetía el mismo escenario donde los burgueses, aristócratas, curas  y militares de alta graduación estaban decididos a tumbar al gobierno del Frente Popular recién salido de las urnas.  La república encarnaba las fuerzas del mal, el mismísimo demonio, los herejes de la anti España que atentaban contra sus símbolos más sagrados, los comunistas ateos, los anarquistas que quemaban iglesias o fusilaban curas y monjas. Acusaban a los republicanos de promover la revolución bolchevique, poner en marcha la dictadura del proletariado,  la reforma agraria, la colectivización, abolir la propiedad privada y decretar la laicidad. España estaba en peligro y había que salvarla del naufragio. Se necesitaba  un redentor que recuperara el espíritu  de ese  glorioso pasado imperial que un día dio luz al mundo con el descubrimiento de América y las gestas de los conquistadores.

El Hotel la Perla, el Café Iruña y el Nuevo Casino ubicados en la plaza del Castillo de Pamplona eran los lugares donde se reunían los conspiradores. En los salones del Hotel la Perla despachaba el general Emilio Mola que había trabado amistad con los falangistas, carlistas, requetés, y monárquicos. José Moreno su propietario estaba afiliado a la Falange Española y era el jefe territorial de la misma.

Mola se confesaba un partidario dictadura militar bajo la tricolor republicana.  Los Carlistas, por el contrario, exigían para sumarse al levantamiento la  disolución de los partidos políticos, la defensa del catolicismo (humillado y herido) y el nombramiento de Sanjurjo como presidente. Las negociaciones eran muy tensas y en muchas ocasiones irreconciliables pero con el asesinato de Calvo Sotelo se llega a un acuerdo temporal con la promesa de resolver los puntos más álgidos una vez acabada la contienda.  

Los seguidores del Frente Popular igualmente se daban cita en el hotel al Perla pues muchos solían allí alojarse o pasar largas horas de tertulia en el restaurante o en el cercano café Iruña.  Ellos también se aprestaban a intervenir para contrarrestar las maquiavélicas intenciones de los golpistas. Este hotel era muy frecuentado por las fuerzas vivas de la ciudad de Pamplona ya sean de la derecha o de la izquierda. Recordemos que en el hotel la Perla se realizó el acto de fundacional de la Falange Española con la presencia de José Antonio Primo de Rivera y en otras ocasiones se alquilaban sus salones al PNV para celebrar  el Aberri Eguna.  

Ante el clima de crispación e incertidumbre el gobierno de la República envió al general Batet para intentar calmar los ánimos exaltados de los militares navarros.  En el monasterio de Irache se reúne con Mola y  mantienen un agrio encuentro en el que incluso llegaron a las manos puesto que su superior le exigía fidelidad a la república “yo lo que le aseguro es que no me lanzó a ninguna aventura”- le contesto Mola haciendo gala de su carácter cínico y perverso. El monasterio fue cercado por orden del alcalde nacionalista de Estella el señor Fortunato Aguirre que mandó guardias de asalto parta detener al conspirador. Pero el gobernador Civil lo desautorizó tras consultar con el presidente  de gobierno Casares Quiroga.

El 19 de julio bien temprano llegan autobuses y camiones cargados con requetés  procedentes de todos los rincones de Navarra. Son miles de jóvenes tocados con boinas rojas que forman disciplinados en la plaza del Castillo. El carlista Ignacio Baleztena ya tenía listos los fusiles polacos adquiridos de contrabando para repartirlos entre los alzados.También se hacen presentes los falangistas aunque en menor proporción. Los miles de voluntarios estaban dispuestos a marchar al frente de batalla y entregar su vida por Dios y por España y por el rey.  De inmediato se desplegaron en la plaza del Castillo las enseñas rojigualdas, así como las banderas falangistas y carlistas. Tampoco faltaban las cruces y los emblemas de Cristo Rey o las alusiones a San Fermín. Un grupo de “Margaritas” (colectivo femenino carlista) salieron en procesión junto a la turba emocionada gritando vivas a España presas de amor patrio. La casa de los Baleztena (situada también en la plaza del Castillo) se había convertido en providencial refugio para todos aquellos que deseaban unirse a la insurrección e igualmente en sala de prensa donde se entregaban los comunicados oficiales.

Aunque la asonada militar ya había comenzado el 18 de julio en Ceuta y Melilla el general Mola -Auténtico cerebro del golpe de Estado- esperó hasta la madrugada del 19 de julio para dar la orden de ataque a las huestes fascistas.

En la mañana del 19 de julio Franco impaciente llama por teléfono a Pamplona con la intención de hablar con el general Mola (el director) para informarle que por ahora solo se habían sublevado Melilla y Pamplona. Pero Mola no atendió la llamada pues estaba en la plaza del Castillo pasando revista a las tropas. Por fin cuando fue localizado tomó el teléfono en el vestíbulo del hotel la Perla y atónito escuchó a Franco decir que el golpe había fracasado recomendándole abortarlo pues el gobierno de la republica había resistido el envite.  Ante la actitud tan pesimista este le respondió: “Francisco, tu haz lo que quieras, pero en la plaza del Castillo hay miles de hombres listos para luchar y me están diciendo que por Dios y por España ¡adelante! Así que yo con ellos estoy, y esto ya es imparable” Ante una respuesta tan contundente el joven general Franco no tuvo más remedio que contestarle: “pues si tú estás dispuesto a seguir yo no voy a ser menos”
La táctica del general Mola no contemplaba ni una pizca de misericordia: “es necesario utilizar el terror eliminando sin escrúpulos y sin vacilación a los enemigos. Todo aquel que no piense como nosotros es un sospechoso de ser simpatizante de la República o de apoyar el FP y por lo tanto debe ser fusilado”. “La represión ha de ser en extremo violenta para desmovilizar el enemigo que es fuerte y está bien organizado” “serán encarcelados todos los líderes de los partidos políticos, sociedades o sindicatos no afectos con el alzamiento”  “Se aplicarán castigos ejemplares para prevenir los actos de rebeldía o las huelgas”

Los republicanos intentan reaccionar pero no lo consiguieron pues habían perdido la iniciativa desbordados por unas fuerzas muy superiores.  El PNV contaba con muchos adeptos en Navarra pero ante la vertiginosa ascensión de los traidores argumentaron que su ideología católica y fiel a los fueros les obligaba a mantenerse neutrales. Más adelante muchos de sus afiliados se unirían a los requetés y al franquismo

En Navarra la sanguinaria maquinaria de guerra se puso en marcha y no se hicieron esperar las detenciones, juicios sumarísimos, fusilamientos, las torturas, los tiros en la nuca y desapariciones forzadas.

En un gran mapa de España colocado en el vestíbulo del Hotel la Perla el general Mola comenzó a colocar las banderas triunfantes: una en Pamplona y otra en Melilla. Lo demás estaba bajo el dominio de la república. Pero él sabía que poco a poco irían cayendo las distintas guarniciones militares pues contaba con el apoyo de oficiales de alto rango que le habían jurado fidelidad.

Los Carlistas ya habían pagado a un piloto para que transportara al general Sanjurjo -originario de Pamplona- (el León del Rif) exiliado en Estoril. Él tenía según lo acordado que asumir el puesto de comandante del “movimiento nacional” por ser el general de más prestigio.  Pero el día 20 de julio el avión que lo iba a conducir de Estoril hasta Burgos sufre un accidente y muere carbonizado. Ahora Mola y Franco se disputarían el liderato.

Los golpistas estaban confiados en que la república caería en un par de semanas pues creyeron que el pueblo no iba prestar resistencia pues carecían de armas y experiencia militar para afrontar tamaño desafío. Pero se equivocaron pues en defensa de la república se alistaron miles de milicianos y combatientes dispuestos a plantarle cara al fascismo.

Comenzó entonces una penosa guerra que se prolongaría durante tres años sembrando la muerte y destrucción  por toda la geografía española en uno de los episodios más trágicos de la historia contemporánea.  

Carlos de Urabá 2016

Pamplona.

lundi 11 juillet 2016

Homenaje a los presos republicanos fugados del fuerte de San Cristóbal (Pamplona-Navarra)


El fuerte de San Cristóbal (Alfonso XII) se construyó en lo alto del monte Ezkaba (al norte de Pamplona) a finales del siglo XIX y a principios del XX (en la época de las guerras carlistas) para que sirviera de polvorín y baluarte militar. Pero con el auge de la aviación se quedó obsoleto y por tal motivo lo reconvirtieron en presidio (1934-1945).  

Su fama se debe principalmente a la fuga masiva  (se le considera una de la más memorables evasiones de toda la historia) que protagonizaron los presos republicanos confinados por el nazi-franquismo en la época de la guerra civil española.

De Pamplona eran oriundos varios militares de más alta graduación como Mola (el director) y Sanjurjo, (ambos compinchados con Manuel Goded, Queipo del Llano, Yagüe y Franco) planificadores y ejecutores del golpe del 18 de julio de 1936. Los conspiradores aprovechando las fiestas de sanfermines se reunieron en los clubes sociales de la ciudad para ultimar los detalles del “levantamiento”.

Reinaba una época de gran tribulación social y política y por lo tanto ya se presentía el estallido de una asonada. Así se lo comunicó el mismísimo general Franco al gobierno de la república -dirigido por Casares Quiroga-  en una misiva enviada el 23 de junio del 1936. En ésta le advertía el descontento de los mandos y oficiales por las divisiones y la ingobernabilidad surgida tras el triunfo del Frente Popular. El secuestro y posterior asesinato de Calvo Sotelo el 13 de julio actuó como espoleta del golpe de estado. España necesitaba un salvador que la sacara a flote.-repetían una y otra vez los partidarios de la derecha-

En Navarra el ejército, la Guardia Civil y los paramilitares requetés carlistas neutralizaron rápidamente la incipiente resistencia republicana haciéndose con el control de toda la provincia. Los fusilamientos, torturas, desapariciones, encarcelamientos se encargaron de multiplicar el terror. Poco pudo hacer la clase obrera y campesina para enfrentar una fuerza tan descomunal.

El fuerte de San Cristóbal, entonces, es utilizado para encarcelar a los republicanos acusados de alta traición a la patria y rebeldía (procedentes de toda España) La cruzada contra los rojos se puso en marcha dejando un espantoso rastro de muerte y destrucción.

A muchos de los detenidos se les aplicaron la “ley de fugas”. Es decir, se les anunciaba que quedaban libres y cuando salían de la cárcel a los pocos metros se les daba el alto y los asesinaban.  

El 21 de mayo de 1938 el ejercito republicano contraataca en Teruel y  los presos del fuerte de San Cristóbal al conocer la noticia estaban confiados de que si las tropas atravesaban el Ebro podrían llegar hasta Pamplona. De ahí que varios reclusos utilizando la lengua del esperanto (para despistar a los guardianes) urdieron un plan de escape.  El domingo 22 de mayo de 1938  aprovechando que el personal militar se encontraba en día de asueto y que había poca vigilancia los presos tomaron posiciones dentro del penal matando a un guardia y reduciendo al resto.  Disfrazándose con sus uniformes consiguieron llegar hasta el cuerpo de guardia y hacerse con las llaves de las celdas y de la puerta principal. 

La mayoría de los presos no sabía nada de la fuga así que creyeron que se trataba de una trampa. Ellos pensaban que cuando estuvieran en el exterior se le aplicaría la ley de fugas y los asesinarían a mansalva.  En todo caso 795 se arriesgaron corriendo a esconderse entre el monte en busca de la libertad -aunque sin el calzado, ni el equipo suficiente para resistir todo su esfuerzo iba a ser infructuoso-. No sabían ni orientarse y muy pronto la mayoría fueron capturados por los fascistas que poco tardaron en salir a perseguirlos. Los vecinos de los pueblos cercanos ya estaban advertidos y tenían que por fuerza denunciarlos.

Esta fuga se produjo a causa de la desesperación ya que era imposible seguir soportando los malos tratos, insultos, golpizas, torturas,  hambre, enfermedades o las plagas de piojos.  Además sin sanitarios, ni agua, durmiendo en el suelo húmedo y frío sin mantas y apiñados para darse calor. Aparte de ser obligados a entonar cánticos fascistas y asistir a las ejecuciones sumarísimas. El fuerte de San Cristóbal se le consideraba la prisión más tenebrosa de toda España. Y encima se le añadió el título de Hospital penitenciario por el alto número de tuberculosos.  

Enterrados en vida en esas mazmorras inquisitoriales del nazi-franquismo no había otra posibilidad de supervivencia que buscar la escapatoria.  De los 795 evadidos la mayoría fueron recapturados y 207 fueron cazados a balazos por los montes, bosques o pueblos aledaños. A muchos se les hizo cavar su propia tumba y sin el menor escrúpulo masacrados. Solo tres consiguieron llegar hasta Francia. A los cabecillas o autores intelectuales sufrieron horrendas torturas y posteriormente los pasaron por las armas.

A partir de la promulgación de la ley de Memoria Histórica se inició la búsqueda de los cuerpos de los desaparecidos con el afán de entregárselos a sus familiares  y rendirles un justo homenaje.

Como dijimos antes la fuga de los presos republicanos del fuerte de San Cristóbal ha sido una de las más grandes de la historia. Y lo más triste del caso es que durante los 40 años de dictadura se prohibió totalmente hablar de este terrible suceso. En los primeros años de democracia también sucedió algo parecido con la aprobación por parte de las Cortes de la Ley de Amnistía de 1977 (pactada por todos los partidos políticos) que contribuyó a la amnesia colectiva. Con el pretexto la reconciliación nacional y la consolidación del nuevo régimen un tupido velo siguió cubriendo este episodio.   

Sólo hasta la aprobación en el parlamento de  Ley de la Memoria Histórica en el 2006 (en reconocimiento de todas las víctimas de la guerra civil) es que se le ha dado un mayor impulso a las reivindicaciones de justicia y reparación con las víctimas del bando republicano.  De este modo desde hace 28 años el día  22 de mayo se reúnen los familiares de los presos del monte Ezkaba -gracias al apoyo de la asociación Txinparta de Antsoain-  para recordar esta intrépida hazaña.
Se levantó un monolito de homenaje a los presos (7.000 en total llegados de toda la geografía española) - una y mil veces destruido por los fascistas- que reza: “Por la libertad de la república dieron la vida. Muero sin dolor ya que doy mi vida por la libertad”

Agradecemos inmensamente la colaboración en este documental de los integrantes de IU de Berriozar-Pamplona. https://youtu.be/KsGmp6LCVIA


Carlos de Urabá 2016


vendredi 8 juillet 2016

Muere en Francia Virgilio Peña, el miliciano que jamás quiso abandonar la primera línea de fuego.

Héroe republicano y el superviviente más viejo del campo de Buchenwald.


El pasado miércoles 6 de julio ha fallecido en la localidad de Pau-Francia el miliciano Virgilio Peña -quien hace tan sólo hace unos días fuera condecorado con la Legión de Honor por parte del Gobierno francés-

Nacido en Espejo el 1 de enero de 1914 este hijo de campesinos y jornaleros de la campiña cordobesa desde la más temprana edad se propuso romper las cadenas de la opresión y la ignorancia a la que habían sido condenados los de su estirpe. Ese espíritu rebelde y combativo lo acompañó hasta el final de sus días. Con sus 102 años de edad ha sido un testigo privilegiado de los hechos históricos más trascendentales de la España contemporánea.

Con arrojo y valentía se enroló voluntariamente en las milicias populares en defensa  del legítimo gobierno de la república víctima del golpe de estado perpetrado por una camarilla de militares traidores el 18 de julio de 1936.

Hizo parte del Batallón Garcet que intervino en la campaña de la sierra de Córdoba y el sur de Extremadura. Posteriormente dicho batallón fue movilizado a Talavera de la Reina y al frente de Teruel para cubrir la retirada del ejército republicano. También cumplió un destacado papel en la batalla del Ebro integrando la 226 brigada mixta de la 42 división del XV cuerpo del ejército al mando del Teniente Coronel Tagueña. En el frente de Gandesa cayó herido y por lo tanto tuvo que pasar a la retaguardia.  Tras la derrota del ejército republicano se vio obligado junto con su batallón a exiliarse en Francia donde fueron recluidos en el campo de internamiento de Argeles Sur la Mer. Allí debe engrosar obligatoriamente las compañías de Trabajo instituidas por el gobierno francés para aprovechar la mano de obra de los españoles derrotados.

A raíz de la invasión hitleriana de Francia deserta de las compañías de trabajo y se dirige  a la región de Burdeos (Gironde-Libourne) o Francia Libre donde se dedica a la viticultura. Pero como buen revolucionario se niega a resignarse a su suerte uniéndose  a la resistencia antinazi. Es delatado y detenido por la policía de Petain que lo entrega a la Getaspo alemana. En castigo por sus actividades “terroristas”  es deportado al campo de exterminio de Buchenwald donde permanece 6 meses cautivo hasta el día su liberación el 11 de abril de 1945. Entonces tras haber sobrevivido de milagro a las duras condiciones de tortura y esclavitud regresa al sur de Francia a recuperarse en un hospital pues su estado de salud es deplorable (apenas pesa 40 kilos).

Siempre quiso regresar a España, y, sobre todo, a  Espejo.  Ese no sólo era su propósito sino el de tantos otros  republicanos en el exilio que pretendían liberar a España del yugo nazi-franquista. Aunque a partir de la fracasada operación del valle de Arán y el reconocimiento por parte de las potencias del gobierno ilegítimo de Franco perdieron toda esperanza y tuvieron que aceptar  su condición de exiliados.

Es entonces que aprende el oficio de carpintero y fija su residencia en Billère- Pau donde se casa y funda una extensa familia.

Ante la completa indiferencia del gobierno español-que le considera todavía un forajido- al menos se ha visto recompensado todo su sacrificio y entrega por parte de la  república francesa que le ha rendido múltiples homenajes (Como el de la Legión de Honor) Hasta el final de sus días declaró un jornalero, un obrero del campo que es su verdadera identidad. Su inmenso amor por su pueblo Espejo lo ennoblece y demuestra así su veneración por la tierra madre a la que llegó a ofrendar su vida por protegerla.

Virgilio es un gran ejemplo para muchos republicanos españoles en Francia y también en España por ser una de las figuras más queridas de la memoria histórica. Jamás se amedrentó y supo llamar las cosas por su nombre al recordarles a los españoles lo que significó el nazi-franquismo y su nefasta herencia personificada en la abyecta monarquía borbónica.

Ha muerto un comunista de la vieja guardia, un hombre comprometido con la causa del pueblo y de los trabajadores. Y lo más importante: un hombre fiel que jamás renunció a sus ideales. Un republicano de pura cepa que siempre soñó con una España de los pueblos democrática y libre y soberana, una España obrera y campesina sin la tutela de reyes ni de los herederos franquismo.

Antes de las pasadas elecciones del 26 de junio lanzó también sus arengas a las fuerzas de izquierda ¡a ver si os espabiláis! Porque es necesario aunar esfuerzos para enfrentar a la derecha corrupta y déspota. Él estaba al tanto de los acontecimientos políticos que se desarrollaban en España puesto que no había perdido un ápice de su nivel de conciencia y razonamiento intelectual.

Ahora nosotros debemos ocupar su lugar en primera línea de fuego. Nuestra misión es  mantener viva su memoria y luchar por hacer realidad esa III república que él tanto añoraba.  

Transmitimos a sus familiares y amigos nuestras más sinceras condolencias y nos hacemos participes de su profunda conmoción y dolor.

¡Hasta la victoria siempre, Virgilio Peña!

Carlos de Urabá 2016