La jaula

La jaula
por la emancipación de los pueblos

mercredi 19 octobre 2016

El “Naranjero” alma del poder popular y corazón de la resistencia antifascista.

Juan Pérez Laguna originario de Arjona en Jaén –mejor conocido como “el Naranjero”- ha sido uno de los personajes más renombrados en Andalucía en los años veinte y treinta del siglo pasado. Hoy como tantos otros luchadores permanece enterrado en la fosa común del olvido. Él pertenecía a una saga familiar irrepetible que el fascismo pretendió aniquilar de la faz de la tierra.  Su fama se debe a que valientemente encabezó las luchas de la clase obrera y campesina en esa época tan intrigante y convulsa. Miembro destacado del  antiguo Partido Socialista Obrero Español desde muy joven se convirtió en uno de los más enconados enemigos de la oligarquía y los señoritos. De profesión criador de cerdos y carnicero a base de esfuerzo y dedicación logró superar la  lacra atávica del analfabetismo. Un verdadero autodidacta que alcanzó un alto grado de conocimiento para ponerlo al servicio de su pueblo.

En la época en que estuvo realizando el servicio militar en Gerona (1924) se dio cuenta que a los trabajadores del campo les pagaban 8 pesetas diarias mientras que en Andalucía les daban tan sólo 5 pesetas. Este agravio comparativo lo indignó tanto que cuando regresó a su tierra comenzó una campaña con el sindicato de UGT para reclamar una subida de salarios. Por tan procaz actitud se ganó la animadversión de los señoritos y terratenientes.

El “Naranjero” fue miembro destacado de la Sociedad Obrera Socialista “Círculo Socialista” de la UGT de Arjona (desde su fundación en 1918). Además de impulsor en los años veinte de la cooperativa Agrícola de Producción y Consumo. “Pablo Iglesias”. En las elecciones municipales del 1931 es elegido concejal y poco después asume el cargo de Alcalde por decisión del grupo municipal socialista. También en esa época es nombrado vocal del Comité Ejecutivo de la Federación Provincial de los Trabajadores de la Tierra de UGT. Por su extrema beligerancia en los asuntos sociales y sindicales fue cesado como primer edil por el Gobernador Civil de Jaén. Tal medida recibió una amplia contestación popular en Arjona y la comarca. Las protestas dieron paso a una huelga que se alargó por semanas como medida de presión para que fuera repuesto en su cargo.

La huelga de Arjona en la que participaron campesinos, obreros del campo, jornaleros adquirió un inesperado carácter revolucionario. Los alzados exigían jornales dignos en los campos de aceituna (que es la principal riqueza de la región) y el dignificar la servidumbre doméstica (esclava). Las mujeres, las esposas, las hijas o hermanas  se organizaron en comités de autodefensa entregadas por completo a la causa. Ante la paralización de las actividades en el agro los señoritos y los patrones reclamaron protección al Gobernador Civil en un intento por desmovilizar el alzamiento popular. Estaban en juego su honor y sus privilegios de clase y, especialmente, el respeto a la jerarquía. Las masas obreras tomaron el pueblo cortado el agua,  la luz, el teléfono y las conexiones telegráficas. Los huelguistas colocaron barricadas en las carreteras, apedrean  los automóviles y lanzan tachuelas para pinchar las llantas. Se producen refriegas y tiroteos causando la muerte un guarda rural y heridas a su compañero. La Guardia Civil se hace presente en Arjona para pacificar el pueblo y salvaguardar la integridad y las propiedades de los señores feudales. Pero son agredidos por los manifestantes y tienen que replegarse a los pueblos colindantes. La prensa local y nacional señala al “Naranjero” como el directo instigador de la “asonada bolchevique”

Por su valerosa actitud al servicio de la clase obrera y campesina el “Naranjero” gozaba de gran fama y prestigio –hasta hoy en día se le recuerda hasta el punto que una calle de su pueblo lleva su nombre como eterno homenaje a su memoria- Desde luego que miles de incondicionales lo apoyaban hasta las últimas consecuencias. Tras el triunfo del Frente Popular en las elecciones de 1936 fue repuesto en el cargo de Alcalde de Arjona.  El 18 de julio cuando los militares fascistas dieron el golpe de estado inmediatamente se incorporó junto a todos sus hermanos en las milicias populares republicanas. Por su arrojo y espíritu temerario se distinguió en la defensa de la legalidad democrática a la cabeza del FP (Frente Popular) de Arjona donde alcanzó el grado de capitán.

La primera medida que tomó el FP fue encarcelar a los  simpatizantes de la derecha y los terratenientes que habían apoyado la conspiración fascista. Aunque la mayor parte ya había huido en las primeras escaramuzas con dirección a la provincia de Córdoba. El Naranjero sin amedrentarse se batió con sus compañeros en primera línea de fuego en el momento en que Arjona empezó a sufrir intensos bombardeos por parte de la aviación franquista.

Los milicianos al contemplar la destrucción y las victimas que provocaban entre la población civil enloquecieron de rabia. En respuesta violaron la cripta del Barón de Velasco despedazando la momia de la señora madre de Fernando Ruano Prieto Barón de Velasco. -Más adelante cuando los franquistas  tomaron el pueblo sería nombrado juez militar de la zona en el que se distinguió por su extrema crueldad- como símbolo de la caída de la aristocracia y la oligarquía. Igual pasó con el panteón de don Bartolomé Lápiz en la iglesia de Santa María pues su momia fue despedazada en la plaza mayor. La turba indignada profanó las iglesias fusilando a los santos, vírgenes y cristos. Algunas reliquias antiquísimas corrieron la misma suerte y otras se salvaron gracias a la intervención de los más beatos que las pusieron a buen recaudo. La iglesia como aliado natural de la oligarquía fue blanco de la ira popular.  Arjona –como el resto de Andalucía-es un pueblo muy devoto y en el que existen innumerables leyendas sobre apariciones marianas. Una alienación milenaria plagada de supersticiones y supercherías.

Las tropas de Queipo del Llano -compuestas por falangistas, monárquicos tradicionalistas requetés, guardias civiles y regulares africanos- avanzaban imparables con la intención  de someter  a sangre y fuego la provincia de Jaén. Era de vital importancia capturarla  pues se aproximaba la cosecha de aceituna que ese año prometía ser muy abundante. Los golpistas necesitaban esos recursos para financiar la campaña militar. En la navidad de 1936 llegan a la región los refuerzos de las Brigadas Internacionales (la Marsellesa) comandada por el general Walter.  El Naranjero por su buen conocimiento del terreno comanda uno de los batallones en los que se encontraban los poetas ingleses Fox y Cornford (ambos caídos en la batalla de Lopera).  Los requetés de la columna del capitán Redondo mantienen la posición de Lopera y el grueso de la tropa republicana debe retirarse a Arjona. Están en inferioridad de condiciones pues carecen de la artillería y los golpean inmisericordemente los ataques aéreos fascistas procedentes de Córdoba. Tras la cruenta batalla de Lopera el frente se estancó y ambos bandos fijaron las posiciones hasta casi el final de la guerra. El general Franco ante el fracasado plan de Mola para someter a Andalucía Oriental pronuncia la célebre frase “Jaén me quita el sueño”

El Naranjero como alcalde de Arjona es el responsable de organizar a los socialistas, los comunistas, anarquistas CNT, PCE, JSU, milicias populares armadas, sindicatos de trabajadores y partidos obreros para afrontar con éxito la defensa de la república. A pesar de sus contradicciones y recelos se debe apostar por la unidad. Empezando por la construcción de bunkers y trincheras con el fin de contener la ofensiva de los sublevados fascistas. “Sin resistencia no hay victoria” es el lema. En el pueblo se instituyó una especie de “dictadura del proletariado” empezando por la socialización de los medios de producción para trasformar las viejas estructuras socio-económicas. Especialmente en las cooperativas olivareras expropiadas a los terratenientes y señoritos que pasaron a manos de los jornaleros y campesinos. La producción colectivizada para el bien común y no para engordar el patrimonio individual de las familias de la burguesía y la aristocracia.  Se establecieron comunas socialistas promovidas por FTT-UGT con la incorporación por primera vez de las mujeres en la vida política y sindical. Y lo principal continuar con la campaña de alfabetización popular con el fin de erradicar esta lacra atávica. Este es un caso excepcional pues se tomaron medidas más propias de la anarco-sindicalismo que del socialismo. Los campesinos, los jornaleros, los peones y gañanes, los obreros, los jóvenes, viejos, mujeres y hasta los niños  empuñaron las armas decididos a enfrentar a muerte al nazi-franquismo. El poeta Miguel Hernández inspirado en tan heroica resistencia campesina compuso su archiconocido “Andaluces de Jaén”: “Jaén levántate brava, sobre tus piedras lunares, no vayas a ser esclava con todos tus olivares” (publicado en el libro “Viento del Pueblo” en 1937) El insigne poeta estuvo enrolado en el “Altavoz del Frente” una unidad propagandística que incluso se acercó hasta el frente de Lopera para arengar a los combatientes. (Allí es donde conoce al Naranjero y le dedica ese: “Nunca nacerá un hombre tan digno como tú)

Durante los tres años que duró la guerra el ejército republicano tuvo que improvisarse sobre la marcha para enfrentar el criminal accionar de los golpistas y sus aliados (nazis alemanes, fascistas italianos y salazaristas portugueses). Desgraciadamente ante la falta de material bélico moderno y de unidades de relevo se vieron obligados a mantener  una posición más defensiva que ofensiva. En los distintos frentes el FP retrocedía cediendo terreno ante el empuje enemigo lo que hacía presagiar un trágico final. En todo caso la orden era resistir, resistir hasta la muerte. ¡No pasarán! Pero la derrota en la batalla del Ebro y el golpe del traidor coronel Casado en Madrid (que quiso negociar la rendición con Franco) prácticamente firmó su certificado de defunción.

El 29 de marzo de 1939 el Cuerpo del Ejército de Córdoba al mando del General Borbón invade la totalidad de la provincia de Jaén. Arjona es uno de los últimos bastiones en claudicar. El Naranjero con su hermano Enrique a lomos de una yegua logran escapar antes de que los franquistas los detengan. Pero varios de sus hermanos caen en sus garras: Manuel Pérez Laguna fusilado en 1940 en el cementerio de Arjona;  Tomas (detenido en Alicante e internado en el campo de concentración de Albatera) José y Fernando condenados a treinta años de reclusión por auxilio a la rebelión; Enrique y Juan condenados a muerte en ausencia) por un tribunal militar (huyen a Francia). Es la hora de la venganza y los nacionales comienzan  una persecución implacable. Hay que exterminar la “mala yerba” de los “antiespañoles”. Son de todo conocidas las ejecuciones sumarísimas en la provincia donde se baraja la cifra de 15.000 muertos entre los años 1939 y 1945-(sin sumar represaliados, encarcelados y proscritos)

El Naranjero junto a su hermano Enrique huyen con dirección a Cataluña en un intento por llegar hasta la frontera francesa. Sorteando multitud de peligros viajan de noche y duermen de día y burlar así a las patrullas de la Guardia Civil. Tal vez pensaron en algún momento dirigirse a Alicante pero tuvieron una corazonada que les salvó la vida. En Alicante son miles de republicanos que se encuentran bloqueados en el puerto a la espera de un barco que los traslade a Francia o al norte de África.  Pero desgraciadamente su espera se hizo infructuosa y caen en manos de las tropas fascistas italianas al mando del general Gambara. La mayoría son enviados al campo de concentración de Albatera donde les aguarda el hambre, las enfermedades, la tortura y la muerte. 

El primero de abril de 1939 la Radio Nacional de España emite el último parte de guerra dando así por concluida la contienda. Los fascistas proclaman solemnemente la victoria con el conocido “cautivo y desarmado el Ejército Rojo, han alcanzado las tropas nacionales los últimos objetivos militares. La guerra ha terminado”

Tras varios días de marcha El Naranjero y su hermano logran llegar hasta la Junquera en (Cataluña)  Allí se entregan a los guardias  franceses del puesto de Perthus  quienes los interrogan y remiten al campo de concentración de al Argelès-sur-Mer en el que se encuentran retenidos miles de republicanos derrotados. Allí van a tener que afrontar el peor de los castigos y la más escalofriante humillación: el hambre, las enfermedades, el frío, la lluvia, son tratados como bestias pues no son más que unos “sucios estalinistas” -según las autoridades francesas. Pasan las semanas y poco a poco van siendo devorados vivos por los chinches y los piojos, otros por la sarna o reventados de estreñimiento. Es tal la desesperación que muchos ruegan a los guardas volver a España donde saben que les espera la pena capital o largas condenas de cárcel.
El Naranjero y su hermano son trasferidos al campo de Barcarès donde son obligados a engrosar las filas de las compañías de trabajo. Siguiendo órdenes del Ministerio de la Guerra los envían a la región de las Ardenas a construir trincheras en la línea Maginot.

Al estallar la Segunda Guerra mundial los españoles regresan al departamento de la Haute Garonne al dividirse en dos Francia (la libre y la ocupada). Los socialistas asumen una actitud pasiva de no intervención, es decir, no toman las armas sino que se limitan a cooperar con los grupos de resistencia realizando funciones de enlaces o correos o proveyendo ayuda logística – la mayoría de los españoles que se unieron a la resistencia eran Comunistas que vinieron a conformar las Brigadas de Guerrilleros Españoles. Su actividad se inicia tras la ruptura del pacto de no agresión germano-soviético de 1941. Se esconden en las montañas más inaccesibles y siempre están cambiando de sitio ante el temor de ser descubiertos. El objetivo era impedir mediante sabotajes y atentados la libre circulación de los nazis y colaboracionistas por los caminos y vías férreas.

El triunfo de los aliados en la Segunda guerra mundial y la firma de la rendición alemana  es un motivo de esperanza para los miles de republicanos españoles que piensan que el próximo en caer será el dictador Franco.

El Naranjero a pesar de fijar su residencia en Toulouse sigue obsesionado con la idea de volver a su pueblo Arjona donde le esperan su esposa y sus hijos. Ellos están en una situación límite pues el régimen los ha represaliado y sobreviven en la más absoluta indigencia. (Es tal la inquina que su hijo Juan muere de hambre) El propósito de los fascistas  no es otro que extinguirlos por inanición. Un crimen que narra en primera persona su hijo Manuel Pérez García en este documental: https://youtu.be/dS6k3TaE9JE  Él cree como tantos otros republicanos españoles que por su contribución a la caída del nazismo los aliados se pondrán de su parte. Pero muy por el contrario se mostraron complacientes con Franco e incluso lo reconocieron diplomáticamente.  La invasión de España por el Valle de Arán (Pirineos catalanes)  o reconquista organizada por el Partido Comunista fracasa y su máximo comandante Cristino García es detenido por la Guardia Civil  y posteriormente fusilado en Madrid.

Los exiliados republicanos definitivamente tienen que resignarse a asumir su triste destino. En la comuna de Toulouse se contabilizan cerca de 30.000 españoles. A partir de finales de los años cuarenta se comienzan a organizar los partidos políticos, sindicatos, asociaciones y clubes. Especialmente la UGT y el PSOE cuentan con gran cantidad de afiliados y el ayuntamiento de Toulouse les brinda una sede social para que desarrollen sus actividades.  El secretariado lo componen miembros históricos como Rodolfo Llopis,  Azpiazu, Trigo Mairal, Barreiro o Tomás. Todos se proponen –siguiendo las directrices del  presidente de la república en el exilio José Giral- iniciar una campaña de boicot contra la dictadura franquista ante los organismos internacionales. La premisa es que si se quiere reconquistar España la lucha debe llevarse a cabo tanto en el interior como en el exterior.  Oponiéndose por completo a una vía alternativa de la restauración monárquica. (Aunque en secreto se llevan a cabo contactos con don Juan, el heredero de la corona) Los socialistas rechazan cualquier alianza con comunistas y sus afines y prefieren entenderse con republicanos y anarquistas. En el congreso del PSOE de 1946 Indalecio Prieto condena a Negrín, y lanza un ferviente alegato anticomunista propugnado la colaboración con los monárquicos para reinstaurar la democracia en España.

A principio de los años cincuenta en Toulouse llegaron a estar censados casi 19.000 españoles. Había asociaciones, partidos políticos, peñas, restaurantes, bares, tiendas, teatros, cines, ateneos.  Por Toulouse pasaron personajes pertenecientes a las más diversas tendencias políticas como Largo Caballero, Indalecio Prieto, Negrín, La Pasionaria, Santiago Carrillo, Llopis, Federica Montseny o Ricardo Sanz.

En el sur de Francia existían 220 agrupaciones y 8.000 militantes censados. Aunque donde verdaderamente se tomaban las decisiones era en Paris como centro del poder político a nivel internacional. A Toulouse se le conocía por ese entonces como la “capital del exilio español” o “la capital de la república española”.  Los socialistas solían reunirse en el cine Espoir donde se convocaban actos políticos y culturales. Allí se instalaron también las Juventudes Socialistas y se editó durante varios años el diario “el Socialista”. En la Casa del Pueblo se llevaban a cabo apasionados debates políticos que intentaban aplacar las ansias de justicia y de libertad.

En Toulouse se establecieron las sedes de distintos partidos políticos o agrupaciones como: la Esquerra Republicana, los de Terra Lliure, el Casal Catalán, en la 4 rue de Belfort se instaló el eje del exilio libertario anarquista de la CNT y el Ateneo Español Anarquista y MLE (movimiento Libertario Español)  Allí tenía su despacho la primera mujer que logró ocupar el puesto de ministra en España la catalana Federica Montseny y su amiga María Mateo Bruna, reconocida anarco-sindicalista. Además el PCE (PSUC) también contaba con una sede, la oficina de la Agrupación de Guerrilleros Españoles, la UNE que se unieron a la resistencia francesa. El PCE instaló una emisora de radio REI (radio España Independiente, llamada más tarde Pirenaica) los camaradas editan Mundo Obrero (con una tirada de 10.000 ejemplares), al igual que Reconquista de España y Trevall. En 1946 Dolores Ibárruri se instala en Toulouse por un corto periodo de tiempo junto a Santiago Carrillo empeñados en planificar una táctica de conspiración antifascista. Las crónicas de la apoca relatan que se celebró una gran fiesta con motivo de su 50 cumpleaños a la que asistió Pablo Picasso. Lo cierto es que los principales líderes comunistas prefirieron exiliarse como es lógico en el Este europeo,  la Unión Soviética o Latinoamérica. A partir de 1950 el PCE es ilegalizado por resolución extraordinaria del Ministerio del Interior francés. Deben pasar a la clandestinidad pues comienza una implacable persecución contra los comunistas (la Guerra Fría). Tanto es así que muchos de sus militantes son detenidos y deportados a la URSS y Argelia. Falta contabilizar en la lista los de Izquierda Republicana, Acción Republicana, JEL (Junta Española de Liberación) La principal función de estas organizaciones era apoyar logística y económicamente al maquis antifranquista en España, y como no a las cedulas clandestinas, los represaliados, los camaradas presos por delitos políticos o por organizar huelgas. Había que sostener la lucha antifranquista a base de la generosa solidaridad.  Toulouse sirvió como refugio a muchos de esos guerrilleros huidos o heridos que venían a recuperarse en los hospitales y casas de reposo administrados por los exiliados españoles.

Era necesario que la ONU condene con firmeza el carácter dictatorial del régimen genocida y las relaciones que tuvo con el nazismo. Pero el tiempo pasa implacable y a pesar del aislamiento Franco sobrevive. El estallido de la guerra fría entre EE.UU y la Unión Soviética es un hecho que favorece a Franco que es un reconocido anticomunista. El generalísimo  se convierte en una ficha clave para las potencias occidentales. Para intentar legitimarse en el poder celebra en 1947 un referéndum en el que  “democráticamente” el pueblo español tenía que elegir la sucesión o la forma de gobierno. El resultado por arrolladora mayoría es la proclamación del reino de España con un soberano sin corona en la figura del Caudillo. En 1953 se firman los pactos de Madrid mediante los cuales se da luz verde a la instalación de cuatro bases americanas en territorio español a cambio de ayuda económica y militar. La Santa Sede igualmente bendice al régimen con la firma del Concordato. En 1955 España ingresa en la ONU gracias a los votos de respaldo del Consejo de Seguridad. En 1959 el presidente Eisenhower visita España y con el abrazo al dictador Franco le da la bienvenida al seno de los países occidentales (anticomunistas)

El céntrico barrio Arnaud Bernard de Toulouse se trasforma en un gueto en el que se asilan la mayoría de los refugiados españoles. Es allí donde el Naranjero fija su residencia y trabaja en la recogida de basuras con el ayuntamiento de Toulouse. Poco a poco su familia se va reagrupando ya que su mujer y sus hijos tras 12 años de separación consiguen un salvoconducto para entrar en Francia.  Escapan de las penurias a que se ven sometidos en Arjona y renacen a una nueva vida. Pero siempre estará presente el recuerdo de Andalucía, de sus raíces y su identidad. En Toulouse todos de lleno se involucran en las actividades que desarrolla el PSOE para que no decaiga un ápice el espíritu de lucha antifranquista. El Naranjero es nombrado tesorero de la agrupación socialista de Toulouse en el que sobresale por su enjundia y capacidad organizativa.  El líder del PSOE en ese entonces era el reconocido profesor de origen valenciano,  director general de primera enseñanza durante la república y uno de los fundadores de la Internacional Socialista Rodolfo Llopis. (Que será elegido igualmente presidente del gobierno de la República Española en el exilio).

Desde 1944 hasta 1970 se vienen desarrollando regularmente en Toulouse los congresos del PSOE en el exilio. En todos ellos se va elegir por aclamación a Rodolfo Llopis Secretario General hasta que en 1972 -en el llamado “congreso de la renovación”- se destituye fulminantemente a la vieja guardia. Acto seguido los jóvenes militantes del interior toman el control del partido.  Rodolfo Llopis no acepta dicha decisión y esto provoca una ruptura en el partido y en la UGT. Así se consuma la traición del nuevo PSOE a Rodolfo Llopis y a la república.   Cisma que vendría a ratificarse en el congreso de Suresnes en 1974  donde la facción socialista del interior  encabezada por Felipe González y Alfonso Guerra, Castellanos, Múgica, Redondo, Rubiales asume el mando del partido. El PSOE se escinde entre el histórico y el renovado.  La  Internacional Socialista del  alemán Willy Brandt, Helmut Schmidt (SPD) y Olof Palme en Suecia o Mitterrand y con el respaldo de EE.UU se decanta por apoyar a los renovadores. Felipe González, mejor conocido por los servicios secretos españoles con el alias de “Isidoro” (el caudillo al parecer le tenía en estima) será el que protagonice la mal llamada “transición democrática” o restauración borbónica.

El PSOE se convierte en un partido social-demócrata  (en confrontación con el comunismo soviético)  de corte europeísta y atlantista en connivencia con el capitalismo. Además, reconoce la monarquía, acepta la bandera rojigualda y, por último, reniega del marxismo. En definitiva traiciona todos los ideales republicanos y fundacionales de Pablo Iglesias.

El Naranjero fue un  testigo directo de la metamorfosis que conduciría a su amado partido a una indignante y vergonzosa capitulación. La desesperanza y el pesimismo es lo  que  predomina entre los más veteranos exiliados que contemplan resignados la agonía de los ideales revolucionarios por los cuales lucharon. Al final el Naranjero  no pudo ver cumplido su sueño  de presenciar la muerte del Franco puesto que falleció en el año 1970. Él les había repetido una y otra vez a sus familiares y amigos  que si se moría antes que el dictador su tumba ardería en metralla.

La proclamación de la democracia monárquica pone fin a la aspiración de todos aquellos que soñaban con el advenimiento de la III República. En la actualidad nadie se acuerda (con excepción de los profesores e intelectuales) de este periodo tan importante en la historia del exilio español. No quedan más que unas cuantas fotos amarillentas y los libros y archivos que engrosan las estanterías de bibliotecas y museos. Hoy apenas sobreviven unos cuantos viejos que a duras penas se sostienen en pie. Por ley de vida han perdido el vigor y la firmeza y para mayor drama no existe el relevo generacional.  Por las calles de Toulouse ya no se ve ninguna bandera republicana ni carteles convocando a actos de solidaridad con esa España oprimida y avasallada.  Para colmo los hijos de aquellos exiliados ya son franceses y muchos votan a la derecha del FN o la UMP. Es triste reconocerlo pero más triste es escribirlo y que se sepa públicamente. Poco importa la extinta República y solo la reivindica de vez en cuando un puñado de nostálgicos y románticos que se niegan a claudicar. Tal estado de decadencia ha llegado a su punto álgido. La ciudad de Toulouse está gobernada por un alcalde de derechas -que es la ideología predominante en la república francesa y en España la monarquía garantiza el buen funcionamiento institucional y democrático. ¿Para qué protestar entonces? No hay nada de qué preocuparse pues estamos en la Europa de los “derechos humanos y las libertades”.

Un día por pura casualidad encontré en ese barrio de Arnaud Bernard (el antiguo gueto republicano español -hoy magrebí) al señor Manuel Pérez. Don Manuel que habla con un nítido acento andaluz-  llevaba un ramo de flores entre sus manos con la intención –según él- de regalárselo a una novia secreta. Este venerable anciano de casi 90 años se me presentó orgulloso como el hijo del “Naranjero de Arjona”. Yo desconocía por completo de quien se trataba  hasta que él de viva voz me contó la historia de su padre don Juan Pérez García.

Don Manuel Pérez es uno de esos últimos republicanos supervivientes junto a Conchita Ramos, heroica mujer  que se incorporó a la resistencia contra los nazis en los maquis y que fue detenida por la Gestapo.  Deportada en el tristemente famoso “tren fantasma” que la condujo -junto a otros cientos de deportados- al campo de concentración de Ravensbruck. Por suerte logró sobrevivir a las  duras condiciones de cautiverio (trabajo esclavo en las fábricas de armamento) además del hambre, las enfermedades, las torturas o los experimentos médicos.

La leyenda del Naranjero aquel “forajido” que luchaba por los derechos de los obreros, los campesinos y jornaleros recobra vida  por boca de su hijo Manuel Pérez.  A él se le marca una sonrisa en sus labios mientras narra sus venturas y desventuras. Cierra los ojos y apasionado enaltece la figura de su progenitor: “El Naranjero fue el más grande de los socialistas, un auténtico revolucionario que se entregó de cuerpo y alma a la causa de su pueblo”. Desde luego que si porque no solo arriesgó su vida sino también la de su familia, y encima perdieron todos sus bienes y patrimonio.  Su único premio fue la ruina, el destierro y una condena a muerte que aún sigue vigente en los juzgados por rebelión y traición a la patria. 

En este 80 aniversario del criminal golpe estado infringido por los militares sediciosos a las instituciones democráticas de la República es imprescindible reivindicar su memoria de sindicalista, miliciano y político de primera línea. Un gran militar y estratega que con pocos hombres y con armas obsoletas se atrevió a resistir el envite del nazi-franquismo.  

En el cementerio de Terre Cabade o de Salonique de Toulouse reposan los restos de muchos de esos republicanos españoles (incluido el del Naranjero) que siempre soñaron con retornar a su patria liberada y reconstruir su amada República. Ante tan lapidaria realidad  no nos queda más remedio que evocar uno de los versos que escribió Pablo Neruda: “yo vengo a hablar por vuestra boca muerta”

Carlos de Urabá 2016

lundi 10 octobre 2016

12 de octubre: la fiesta nacional del genocidio universal

Preside la ceremonia (fúnebre) su majestad el rey Felipe VI

El tirano Francisco Franco había instituido el 18 de julio -el día en que se inició el “glorioso alzamiento”- como la fiesta nacional. En esa fecha se realizaba el magnánimo “desfile de la victoria” donde las tropas nazi-franquistas desfilaban altivas en honor al “generalísimo de los ejércitos”.
Tras la muerte del dictador el rey de España Juan Carlos I el 13 de mayo de 1977 dispuso  que el 12 de octubre o el día de la Hispanidad fuera considerado como la fiesta mayor del reino -suprimiendo el 18 de julio- a pesar de la presión de sus consejeros franquistas.
En 1981 todos los partidos políticos refrendan el 12 de octubre como la fiesta nacional.  Y Juan Carlos I firma dicho decreto ley para que se comunique y se cumpla. El descubrimiento de América ha sido máxima hazaña del imperio español y debe ser enaltecida eternamente en la memoria de las futuras generaciones.

Dios ha elegido a España en esta gloriosa misión civilizadora. “Debo cumplir con mi misión histórica y la cumpliré porque la divina providencia me ha elegido para ello” -Adolf Hitler.

La madre patria celebra  la gesta victoriosa del descubrimiento, conquista y colonización de un Nuevo Mundo. Una epopeya inolvidable que es parte indispensable de su idiosincrasia  y folclore. 

Entre los sin iguales personajes del genocidio universal hay que necesariamente nombrar  al rey Felipe II. Este soberano avaricioso y megalómano  -como fiel heredero de su estirpe- se propuso hasta conquistar la China. El explotar sus riquezas  y  evangelizar a los gentiles era su principal obsesión. Los dominios de ese imperio donde jamás se ocultaba el sol tenían que extenderse hasta el infinito.   Pero la derrota de la Armada Invencible frustró sus maquiavélicos planes.  El imperio español -en el intento fallido de invadir Inglaterra- perdió 20.000 hombres, 100 navíos y 40.000.000 ducados.  Felipe II deseaba poseer los más inmensos tesoros; el oro, la plata, las piedras preciosas, marfil, diamantes, perlas, sedas o esclavos y esos territorios ignotos misteriosos y exóticos (Algo que sirvió de inspiración siglos más tarde al Führer Hitler)

A principios del siglo XIX el imperio napoleónico invade la península ibérica y captura al rey de Fernando VII. Al monarca lo envían al exilio a Bayona donde permanece prisionero en el castillo de Valençay. El rey Felón abdica a favor de Napoleón Bonaparte y ordena a sus súbditos que se sometan a su voluntad. A pesar de que había condenado a la plebe a la ignorancia, la esclavitud y la miseria esta lo adoraban hasta tal punto que una vez regresó a España lo recibieron con el célebre grito de ¡Vivan las caenas!

La “heroica” guerra de Independencia es uno de los hechos históricos que más enorgullece el españolismo. Aunque hay algunos detalles insólitos que no encajan. Paradójicamente los franceses traían las ideas de la ilustración y los principios revolucionarios de la libertad, igualdad y fraternidad. La victoria sobre Napoleón  debería ser considerada la fiesta nacional pero tal vez  por vergüenza se ha desechado. Y es que cuando el rey Fernando VII  regresa triunfante a España –al retirarse las tropas napoleónicas- lo primero que hace al llegar a su palacio en Madrid es derogar la Constitución de Cádiz (de ideología liberal) reinstaurando el absolutismo.  Fue algo escandaloso pues en las universidades se prohibió estudiar ciencias privilegiando la cátedra de tauromaquia.

España necesita fabricar héroes y mártires, manipular la historia y levantar ídolos que enaltezcan su glorioso pasado. Que otra cosa se espera que haga un imperio abatido y humillado por las continuas derrotas: la pérdida de Gibraltar, la independencia de las colonias americanas, después el desastre de Cuba, Puerto Rico y Filipinas en la guerra de 1898 contra EE.UU. Ni siquiera el apóstol Santiago empuñando la espada de plata a la grupa de su caballo blanco o el brazo incorruptible de Santa Teresa pudieron salvar a España de la debacle. Esa España que se creía protegida por Dios al construir  los mayores templos y catedrales, esa España de la oración y el recogimiento espiritual ahora se veía  abandonada y en la ruina.

Todo este proceso de construcción imperial ha sido algo premeditado y sin escrúpulos. El reino de España también participó en el reparto de África -ese “lobby colonial” del que hacían parte las potencias europeas que se reunieron en la conferencia de Berlín (1884-1885) con el fin de finiquitar el expolio de ese inmenso continente-. Se firmaron las nuevas capitulaciones Santa Fe (Colón-Reyes Católicos) mediante la cual se abría la veda para explotar sus recursos naturales y raciales (esclavitud) A cada potencia le correspondía una parte equitativa del gran botín.  Aunque siempre existieron grandes desavenencias que más tarde desencadenaron la Primera Guerra Mundial

Una de las derrotas más grandes jamás conocida del ejército español se produjo en la Batalla de Annual en el Rif. Duelo que se saldó con más de 8.000 soldados españoles muertos y otros tantos miles de heridos. Luego vengarían la derrota el general Sanjurjo y el comandante Franco en una criminal ofensiva en la que utilizaron gas mostaza y armas químicas como fosgeno, difosgeno, cloropicrina. Su intención no era otra que exterminar a los rebeldes indígenas y cabileños y anular cualquier resistencia que pusiera en peligro la soberanía española.  Un demencial genocidio que nos recuerda a los cometidos en  América por Pizarro, Cortés, Jiménez de Quesada, Orellana, Lope de Aguirre, Nuño de Guzmán, Pedro de Alvarado, Diego de Almagro, Pedro de Valdivia…

De esta forma tan clara y categórica se demuestra como ya sean indígenas americanos o negros ecuatoguineanos (Bantú y Fang), Saharauis, Cabileños, rifeños, Guanches de Canarias o tribus de las Filipinas como los Bontoc, Ibaloi, Ifugao, Isneg, Kalinga, Kankanaey, Tinguian, Palawanes, indígenas de Guam, las Marianas o las Carolinas todos han sufrido las consecuencias de ese “genocidio universal” del imperio español. Los castellanos se acostumbraron de vivir del botín, de robar a otros pueblos y amasar fortuna patrocinando la  corrupción y el pillaje.

Tras la victoria en la guerra civil el caudillo Francisco Franco tenía planeado reconstruir el imperio español en el norte de África.   De ahí que una de las principales exigencias para unirse a las fuerzas del eje  -en su célebre encuentro en Hendaya el 23 de octubre de 1940 con Hitler- era que a cambió le cediera el Roussillon francés, la región de Orán en Argelia, Gibraltar y  el Marruecos francés para  de esta manera unirlo con el Sahara Occidental y así continuar la escalada expansionista hasta Senegal y Gambia. En sus delirios de grandeza el Caudillo intentaba resucitar ese imperio hacia Dios. Algo que el führer rechazó de plano puesto que nadie podía hacerle sombra en sus aspiraciones de convertirse en el monarca universal (el maldito síndrome de los reyes católicos y Felipe II)

En la fiesta nacional (no confundir con las corridas de toros que son igual de sangrientas) no sólo se celebra el “descubrimiento” de ese Nuevo Mundo sino también las conquistas en otros continentes como Asia, Oceanía o en África. España desde tiempos pretéritos ha tenido una vocación guerrera, expoliadora y evangelizadora. En un acto de “inmensa generosidad” que ha redimido a los indígenas presas del paganismo y la barbarie. Por algo su símbolo supremo es la espada y la cruz.

Las fuerzas vivas de la sociedad españolista y monárquica se reunirán una vez más este el 12 de octubre a celebrar la fiesta nacional. Es necesario  rendirle un sentido  homenaje a Cristóbal Colón, el héroe por antonomasia del reino y máxima figura del panteón patrio. El almirante con su gran gesta del descubrimiento condujo a España a la más alta cumbre.  
España debe recuperar su vocación imperial aprovechando esta nueva fase del capitalismo globalizador. Los banqueros y multinacionales se preparan a la reconquista material y espiritual y así concluir la gran obra encomendada por Dios padre todopoderoso.

Todos los pueblos precisan de personajes legendarios que forjen la identidad y la conciencia colectiva. Una fecha exacta en la que canten todos al unísono las grandezas del pasado. Quizás también se celebre dentro de 500 años el advenimiento del III Reich o el lanzamiento de la bomba atómica sobre Hiroshima y Nagasaki.

Hacer fiesta de un holocausto sólo puede caber en la mente enfermiza de un  psicópata o un asesino en serie. ¿Acaso la destrucción, la muerte, el expolio, la imposición, la violación y la tortura de millones de aborígenes, de pueblos y naciones, de  culturas y civilizaciones es un motivo de júbilo?  Los nostálgicos y soñadores de la gesta del descubrimiento, conquista y colonización olvidan el patíbulo, la picota, el hacha, el garrote vil, la daga, la hoguera, los perros rabiosos, la horca y todas las artes de la tortura inquisitorial. El reino de España sin ningún escrúpulo bebe, brinda y danza sobre los millones de cadáveres de su glorioso genocidio universal.


Carlos de Urabá 2016 

mardi 4 octobre 2016

Jordania vota continuar bajo el yugo de la dictadura Hachemita.

En lo alto de Jebel El-qala se halla la antigua ciudadela greco-romana y omeya que domina la ciudad de Amman, Jordania.  Desde allí se distinguen con claridad las siete colinas (tilal) en las que se asienta esta  ciudad de más de tres millones de habitantes. (El reino tiene siete millones en total) El paisaje es brutalmente caótico y opresivo;  las edificaciones grises y decrépitas se apretujan en las áridas colinas dando la impresión de una inmensa favela.  Amman más que una ciudad es un autódromo diseñado para el uso exclusivo de los coches anulando cualquier protagonismo del ser humano. La máxima atracción de esta abominable urbe son los interminables embotellamientos que la paralizan por completo ahogándola en una nube toxica de kerosene y gasoil.  Solo hay una tregua cuando se escucha la llamada a la oración o el adhan que se emite al unísono desde los minaretes de las mezquitas. Entonces un halo de espiritualidad cubre la ciudad.

A Amman los griegos la llamaron Filadelfia y posteriormente los romanos la conquistaron y la hicieron una de las ciudades más emblemáticas  de la Decalópolis. En ese entonces vivió su época de esplendor por sus relaciones comerciales con el imperio Nabateo cuya capital estaba situada en la mítica Petra. Después el reino cristiano Sasánida, dependiente del imperio bizantino, la bautizó como Amman en homenaje a la bíblica Rabat Ammón de los Amonitas. Con la expansión del islam  fue invadida  por los Omeyas hasta que entró en decadencia al trasladarse el califato a Bagdad.  Los cataclismos, las guerras devastaron la ciudad transformándola en una ruina arqueológica. Por allí solo  acampaban estacionalmente las caravanas beduinas en su eterno peregrinar por el Medio Oriente. Durante el dominio  el imperio turco fue repoblado por Circasianos que escapaban de las razias rusas en el Cáucaso.  En el año 1908 al construirse el  tren de Hiyaz que unía Damasco a Medina en Arabia Saudita (patrocinado por el Sultán Abdullh Hamid)  Amman se convirtió en una de las  principales estaciones de dicho trayecto. En el reparto de Versalles (1919) -tras la primera guerra mundial- se le otorgó del imperio británico el mandato sobre Palestina con capital en la Jerusalén bíblica dejando Amman en un segundo plano.  Amman cobra un cierto valor cuando el emir Abdallah la declara su capital al concederle la Gran Bretaña la independencia en 1946. Entonces comenzaron a emigrar pastores y campesinos beduinos ansiosos por redimirse de su atraso atávico.  En 1948 como consecuencia de la guerra árabe-israelí se produce el éxodo de 600.000 palestinos que tienen que buscar refugio en Jordania en la trágica Nakba. La ciudad crece desproporcionadamente y sin planificación alguna en un breve lapso de tiempo. Y más adelante en la Naksa en 1967 recibe otros tantos miles de desterrados de Cisjordania y Gaza.  Así sucesivamente cada vez que se produce un conflicto bélico en la región van llegado nuevas oleadas de refugiados. Como es el caso de la intervención de EE.UU a Irak en 1991 y luego la invasión en 2003 que provocó la caída de Sadam Hussein. Hoy por culpa del conflicto en Siria e Irak (países con los que comparte frontera) el reino Hachemita ha recibido más de un millón de refugiados. Con razón a Jordania se le ha calificado de “vertedero humanitario”.

Si observamos la ciudad de Amman (que es la antítesis de Jerusalén por su aborrecible fealdad)  desde ese  mirador privilegiado Jebel El-qala nos daremos cuenta que en los techos de las casas y edificios florecen los jardines de antenas parabólicas. Son miles y miles de flores metálicas estratégicamente colocadas para captar la señal “divina”. El televisor es el ídolo sagrado que ilumina la mente y el corazón. En un medio ambiente  tan antinatural el televisor es el oasis en el que pueden saciar su sed y llenar el vacío de una vida tediosa y aburrida. La televisión  es una necesidad vital como respirar o dormir o comer. La gente lo primero que hace al levantarse es encenderla y con el mando a distancia va eligiendo los cientos de canales que le ofrece el variado menú. Hay que evadirse o sumergirse en la realidad virtual donde les esperan altas dosis de entretenimiento y placer. Pero también por esa rendija han penetrado las ideas de ilustración y de libertad llenando de luz tanto oscurantismo e ignorancia. La tecnología ha contribuido al despertar de la consciencia y en reclamos de democratización en unas sociedades donde el inmovilismo es la constante.
  


Uno de los oficios más prósperos en Jordania es el de antenistas. Muchos de esos técnicos se han vuelto millonarios pues si llega a fallar la señal “divina” el drama está asegurado. Estas sociedades urbanizadas que un día fueron nómadas o seminómadas han perdido sus raíces y toda su narrativa oral.  Lo que más conviene al poder es mantener a las masas alienadas. Los propios canales jordanos se dedican las 24 horas a sublimar la figura del rey Abdallah II, y crear el mito de un padre benefactor abnegado. Mientras tanto en las mezquitas los muftis se encargan de pregonar el  respeto el orden establecido y la eterna sumisión la malik Abdallah II. (por algo Allah lo ha colocado en el trono)

Amman es una ciudad marcada por la segregación y el apartheid, es una ciudad dividida por sectores bien definidos de miseria y de riqueza. La clase media y alta residen en la zona norte de la ciudad donde prevalece una arquitectura moderna al estilo europeo o americano en la que sobresalen magníficos centros comerciales,  tiendas de lujo, restaurantes exclusivos, hoteles cinco estrellas, supermercados, oficinas, bancos. Un centro internacional -que imita el mismo patrón de Dubai, Abu Dhabi o Qatar- en el que se yerguen altivos rascacielos y torres de cristales metalizados que son el símbolo del emporio Hachemita. En los barrios de la zona sur, por el contrario, se hacinan millones de personas un entorno opresivo en el que proliferan los basureros y muladares. Hoy los antiguos campos de refugiados se han reconvertido en guetos marginales en los que malviven los miles de palestinos de la Nakba y de la Naksa y sus descendientes (vigilados por los servicios secretos pues el gobierno los considera un potencial peligro). Desde hace 68 años aguardan esperanzados poder regresar a su patria usurpada por los invasores sionistas.

En el “vertedero humanitario” jordano cumplen su condena:  palestinos derrotados por los Israelíes, los iraquíes derrotados por a los americanos, los sirios derrotados por su propio presidente Bachar Al Assad, y, como si fuera poco, falta añadir a esta lista un millón de egipcios víctimas de la miseria y la represión militar.  Ellos son los que se ocupan de las labores más sacrificadas en la agricultura, la construcción o el sector  servicios.  Aunque en estos últimos años los refugiados sirios han copado el mercado de trabajo abaratando los salarios y favoreciendo la explotación y la precariedad laboral. La crisis económica es una de las más masacrantes de los últimos tiempos.


Un gran porcentaje del presupuestos generales del reino (el 65 por ciento) se dedican a pagar la cuota burocrática de los incondicionales al rey, es decir,  funcionarios, policías y militares. Jordania es un país que carece de recursos naturales y está obligado a sobrevivir gracias a los fondos de ayuda al desarrollo de EE.UU o de la Unión Europea – las ONGs o la ONU -que administra los campos de refugiados-  y otros organismos afines como UNESCO, UNICEF, la FAO o la Media Luna Roja

La mayoría de sus tres millones de habitantes de Amman no siente ningún apego por esta ciudad, son extranjeros obligados a instalarse aquí por causas completamente ajenas a su voluntad. Como es el caso de los propios reyes Hachemitas expulsados de la región de Hiyaz en la península arábiga por el clan de los Sauditas. Las élites dominantes consideran a los propios indígenas beduinos (los verdaderos dueños de la tierra) “salvajes del desierto”. La etnia beduina agoniza pues el gobierno jordano aplica una radical política de occidentalización dictada por el capitalismo globalizador.

La gran paradoja es que el reino Hachemita de la exclusión social les brinda grandes facilidades a los empresarios y hombres de negocios extranjeros que deseen invertir en el país. Según las leyes cualquier potentado o VIP que presente una alta suma de dinero se les concede visado de residencia e incluso hasta la nacionalidad. ¡Welcome to Jordán! bienvenidos los traficantes de armas, los mafiosos, las redes de trata de blancas o de drogas. Los bancos jordanos son paraísos fiscales  especializados en el lavado de dinero y blanqueo de capitales. Y todo bajo un halo de pulcritud y legalidad. En este capitalismo Hachemita prevalecen las ideas más extremas del neoliberalismo keynesiano (políticas privatizadoras, monopolio de las multinacionales, exención de impuestos y privilegios fiscales para las grandes fortunas y grandes empresas) Los súbditos de su majestad el malik Abdalah II son víctimas de un sistema perverso que los convierte en los peones o siervos de una sociedad explotadora y clasista. Deben  agachar la cabeza y asumir resignados su destino: callar y obedecer.


Ante el alto costo de la vida y con el afán de mantener la paz social  algunos productos de primera necesidad están subvencionados (mediante el programa que USAID y otras agencias de cooperación internacionales). Si el precio del pan llegará a subir esto podría provocar un levantamiento popular como ha sucedido en otras ocasiones. Se necesita ayuda humanitaria (ONGs o las hermandades musulmanas que administran el Zakat o limosna) de urgencia para repartirla entre la población más depauperada. Washington destina anualmente 1.000 millones de dólares en ayuda militar y humanitaria vital para velar por  la estabilidad del reino en tiempos tan convulsos

Jordania es un país de una geografía esteparia y estéril, es un país sin recursos naturales, ni materias primas relevantes; ni petróleo, ni agua. Lo que significa que depende por completo de las importaciones para su subsistencia. Los dividendos del PIB se reparten entre sus exportaciones (que manejan empresas privadas) de cemento, potasio y fosfatos y el sector turismo (en mano de los Tour operadores) hoy en crisis a causa de la inestable situación política en Oriente Medio.

Las revoluciones árabes fracasaron al no consolidar un movimiento político ni líderes que canalizaran el descontento popular.  Estamos en una fase post depresiva dominada por la desmoralización y la desesperanza. Especialmente entre los jóvenes (más del 65% de la población) La única salida que les queda  es emigrar en busca de trabajo con dirección a Arabia Saudita o a los países golfo Pérsico. Las remesas de dinero que llegan del exterior son las que mantienen una relativa paz social.  

El sistema de gobierno en Jordania es el de una monarquía de corte medieval presidida por el del rey Abdallah II y la reina Rania. Un régimen que se mantiene en el poder gracias al apoyo incondicional de EE.UU, la UE e Israel. Además de la irrestricta salvaguarda de las  fuerzas armadas, la policía y el muhabarat o los servicios secretos. Constitucionalmente está prohibida cualquier crítica u ofensa contra su majestad el rey o miembros de la familia real. Es un delito grave que pude ser castigado con firmeza por los tribunales. No admite perdón alguno poner en duda la dignidad de un descendiente directo del profeta Mohamed.  Los principios fundamentales del reino se resumen en la trilogía sagrada e irrefutable de Allah, al Malik, al Watan (Dios, la patria y el rey)  La lucha contra el terrorismo islámico que es la mejor disculpa para perseguir a los disidentes. Las cárceles hachemitas están abarrotados de prisioneros políticos como es el caso de los innumerables miembros de la hermandad musulmana. El método que aplica con sabiduría el rey Abdalah para gobernar es el que aprendió en las academias militares y universidades norteamericanas, o sea,  el clásico palo y la zanahoria. Un símil que se explica de la siguiente manera: su pueblo es un burro que si se porta mal hay que castigarlo a palazos y que si se porta bien debe ser premiado con una zanahoria. El poder monárquico debe infundir respeto y miedo pero, igualmente, ser clemente y misericordioso con sus súbditos. 


Este es un reino militarizado y en estado de sitio permanente a causa de la guerra en Siria e Irak. Abdalha II está amenazado por el yihadismo que lo acusa de “apóstata y lacayo del imperialismo y el sionismo” De ahí que se aplique sin contemplaciones la ley antiterrorista y la ley de seguridad ciudadana en una clara violación de los derechos humanos y la libertad de expresión. Jordania realmente es una base militar de EE.UU (la OTAN, la CIA y FBI) campo de entrenamiento y escala obligatoria de todos los vuelos de la Air Force que se dirigen hacia Irak, Afganistán y Asia central. Hoy es un enclave estratégico de vital importancia para la coalición internacional que lidera EE.UU y que combate al EI en Siria e Irak.

Los Hermanos Musulmanes han decidido participar en las elecciones legislativas del 20 de septiembre luego de boicotear las dos anteriores citas electorales (prefirieron retirarse ante la falta de garantías “democráticas”) confiados en que estos comicios serán limpios y se respete la voluntad popular. Pero en Jordania la compra de votos es una práctica muy común y el fraude electoral es casi una tradición. La gente sin recursos sabe que su voto se cotiza y no tienen ningún remordimiento en venderlo. Así que ante la falta de observadores imparciales el resultado favorecerá a los partidos de la derecha pro occidental. Porque el que cuenta los votos siempre gana. La monarquía hachemita sabe que las elecciones son un mero trámite que exige los EE.UU o la Unión Europea para certificar la “calidad democrática” y respeto a los derechos humanos y de esta forma seguir recibiendo las multimillonarias ayudas económicas.


En esta farsa electoral la mayoría de los candidatos son acaudalados empresarios, hombres de negocios, médicos, abogados, jefes tribales o ex militares. Sus más fieles vasallos  ocuparán la cúpula del poder legitimando la monarquía Hachemita. Los Hermanos Musulmanes (aunque no cuestionan la legitimidad del soberano) exigen reformas democráticas urgentes tal y como lo prometió el rey Abdallah II tras las protestas de las intifadas árabes. Pero las posibilidades de que vayan a conseguir una alta votación son poco probables aunque se haya implementado un nuevo sistema electoral eliminando el sawt wahid. Tal y como recoge las cifras del escrutinio definitivo (con un 36% de participación) les corresponden tan sólo  15 de los 130 escaños  del Parlamento. Poco pueden hacer contra la manipulación mediática y la presión que se ejerce sobre los electores los jefes tribales o la misma policía o agentes secretos. Una guerra sucia que criminaliza al islam político al compararlo con los Hermanos Musulmanes egipcios.  Desmanes consentidos y tolerados por la comunidad internacional puesto que Jordania  es un país clave en la lucha contra el Estado Islámico en Siria e Irak.

En Jordania la corrupción afecta todos los ámbitos de la sociedad y en especial a los políticos y los miembros de la familia real. Al no existir un organismo fiable de control es muy difícil erradicar estas prácticas criminales. Incluso los envíos de ayuda humanitaria destinados a paliar la emergencia de los refugiados sirios e iraquíes se desvían a sus cuentas privadas (paraísos fiscales) de los inescrupulosos funcionarios (nobles, civiles y militares)

La dinastía Hachemita que se extiende día a día y que ya alcanza casi  500 miembros (increíblemente cuenta con el 100% de aceptación popular-según los encuestadores oficiales) percibe un astronómico presupuesto del erario público para hacer frente a su delirante tren de vida (los castillos, palacios, casas de recreo, yates, aviones y coches de lujo, viajes, fiestas, escoltas, regalos, vestuario, joyas, etc.) La reina Rania es la mayor exponente de la vanidad y  el derroche pues en su armario se puede contabilizar más de 2.000 vestidos y 500 pares de zapatos. El máximo proyecto de la reina es alfabetizar a sus súbditos sumidos en la ignorancia a través de los teléfonos móviles. El “centro cultural” más importante de Amman es el Real Museo del Automóvil donde se exhiben los vehículos más lujosos y caros que han pertenecido al rey Abdallah I, al rey Hussein y al actual soberano.


Los palestinos tienen prohibido organizar partidos políticos, ni presentarse a las elecciones. Aunque en el reino hachemita la mayoría de la población son ciudadanos palestinos (incluida la reina Rania) estos han tenido que adquirir a la fuerza la nacionalidad Jordana. Y no solo la nacionalidad sino jurar y aceptar los símbolos patrios en un intento por arrebatarles su identidad. Algo que conviene al sionismo para quitarse de encima el problema palestino.  “Jordania es la verdadero hogar de los palestinos” -afirman las autoridades israelitas. Los palestinos son los principales enemigos de la monarquía desde aquel infausto  “septiembre negro” en el que el finado rey Hussein ordenó masacrar a más de 10.000 Fedayines que estaban a punto de derrocarlo. El monarca traidor sólo cumplía las órdenes de la primera ministra israelí Golda Meir que le dio un ultimátum ante los constantes atentados cometidos contra los kibutz en el valle del Jordán. Según los tratados de paz firmados en octubre de 1994 Jordania también debe preocuparse por la seguridad y la defensa del estado sionista de Israel con el que comparte una amplia frontera. Israel invierte en Jordania en áreas como las de agricultura y en factorías textiles o maquiladoras (cumpliendo con los acuerdos de libre comercio). Lo hace de manera “altruista” para contribuir a la paz de la región. Con razón los manifestantes de las intifadas del año 2011 reclamaban rabiosos el respeto a la soberanía nacional ante la descarada injerencia del imperialismo en los asuntos internos de Jordania.


Carlos de Urabá 2016