La jaula

La jaula
por la emancipación de los pueblos

samedi 29 mars 2014

Los desaparecidos del río Jordán. Naksa Palestina 1967.

 
En muchas guerras, dictaduras  y conflictos a nivel mundial se ha aplicado nefasto método de la desaparición forzada con el fin de eliminar a los enemigos y sembrar el caos y el terror. Sólo tenemos que recordar lo acontecido durante las dictaduras de Chile, Argentina, Paraguay, Brasil o Uruguay en el siglo pasado que por intermedio de sus servicios de seguridad se dedicaron a tiempo completo a la tortura y el exterminio de los “elementos subversivos”.  
 
En la historia criminal del sionismo no se ha estudiado a profundidad este capítulo de las desapariciones forzadas. En la Nakba 1948  y de la Naksa 1967 se dieron múltiples casos de masacres y matanzas contra el pueblo palestino cuyas víctimas fueron enterradas en fosas comunes o arrojadas a los ríos, al mar o incineradas para borrar toda huella que los incriminara.
 
Sus familiares desesperados intentaron denunciar su desaparición ante las autoridades correspondientes, es decir, el ejército de ocupación israelí que, como es de suponer,  se disculparon aduciendo que no tenían información al respecto. Entonces, se dirigieron a los organismos internacionales de derechos humanos; a la Media Luna Roja  o  la ONU a ver si conseguían alguna respuesta favorable aunque todo fue inútil. Se los tragó la tierra.
 
Las autoridades israelíes tienen mucho que contar al respecto pero se niegan a abrir sus archivos secretos donde seguramente existen documentos, fotografías, películas que pueden dar pistas sobre estos luctuosos hechos. En todo caso nadie se atreve a declarar  ni a cooperar en las investigaciones. Se impone la ley del silencio pues de lo contrario serían acusados de traidores a la patria. Ni mucho menos se pueden hacer prospecciones en la franja de seguridad de la frontera con Jordania hoy sembrada de miles y miles de minas antipersona.  De ahí que prácticamente sea imposible abrir un proceso judicial o que la Corte Penal Internacional o la Justicia Universal  tome cartas en el asunto como si se hizo en Chile, Argentina. El tema de los desaparecidos se mantiene al margen de las negociaciones de paz para no herir susceptibilidades. Sin duda alguna eternamente reinará la impunidad.
 
Tuvimos la ocasión de entrevistar a una persona que vivió en carne propia uno de estos terribles sucesos. Se trata  del Dr. Rizeq Jaffal originario del pueblo de Abu Dis y que perdió a varios miembros de su familia cuando intentaban regresar a su pueblo atravesando la frontera del rio Jordán -cerca del puente Allemby- unas semanas después de que finalizara la Guerra de los Seis Días en 1967. Video: http://youtu.be/7KYCCa_Pzp4 
 
Según nos explicó él en ese entonces la mayoría de los palestinos que huyeron aterrorizados  (el recuerdo de la matanza de Deir Yassin seguía vigente) con dirección a Jordania -aproximadamente unos 400.000-se vieron obligados a engrosar los diferentes campamentos de refugiados que se levantaron para acogerlos y otros ya establecidos desde la Nakba 1948.
 
En 1967 el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó la resolución 237 que instaba  a Israel a dar luz verde a la  repatriación de refugiados. Según el gobierno de Tel Aviv el derecho al retorno es una reivindicación inaceptable que aniquilaría el carácter sionista del estado de Israel poniendo en peligro su supervivencia. El argumento demográfico, económico y de seguridad es algo innegociable.
 
Sobra decirlo que antes de la Guerra de los Seis Días los palestinos eran ciudadanos jordanos pues el reino hachemita había conquistado Cisjordania en la guerra  del  1948. Así que les unen  poderosos lazos familiares, económicos y sociales hasta el punto que el gobierno jordano asume su tutela sin que tenga que intervenir la UNRWA (algo que en realidad no se cumple)  Inclusive hasta hoy en día muchos palestinos tienen pasaportes jordanos y son considerados súbditos del rey Abdalá de Jordania.
 
El Dr. Rizeq Jaffal que en esa época tenía 9 años fue testigo directo del trágico episodio protagonizado por su padre, su hermano, hermana e hijos  y varios vecinos de Abu Dis (en total 19 personas) que pretendían regresar a su pueblo clandestinamente aprovechando la oscuridad de la noche. Él se salvó pues fue elegido para pasar en el segundo grupo junto a su madre y otro hermano.
 
El ejército israelita tras la victoria en la guerra de los Seis Días debía afianzar el control en la frontera del  rio Jordán ante las previsibles tentativas de infiltración por parte de los propios refugiados o los guerrilleros fedayines. En 1968 los hostigamientos llegaron a su punto álgido cuando Israel invade Jordania y ataca los campamentos de la resistencia palestina situados en el  Karameh  (donde Arafat tuvo su bautizo de fuego)
 
Por orden de Moshe Dayan, Ministro de Defensa, de Isaac Rabin, jefe del Estado Mayor del Ejército y del primer ministro Levi Eshkol se crearon comandos integrados por francotiradores y patrullas de los cuerpo de élite del Tzahal especializados en cazar a cualquiera que intentara entrar clandestinamente en los territorios ocupados. La única forma de impedir que regresaran los refugiados era escarmentándolos a punta de balas y bombazos.
 
Se tiene poca información sobre los cientos de casos de desapariciones forzadas porque fueron eliminados en acciones de “legítima defensa”, según la jerga empleada por el gobierno israelí- pues venían previsiblemente a cometer atentados terroristas en el valle del Jordán, Wadi Araba o Eilat.
Además sus familiares impotentes prefieren guardar silencio pues no hay ninguna posibilidad de hacer justicia y se conforman con mantener viva su memoria colgando en las paredes de sus casas las fotos de los mártires para que al menos no queden sepultados en el olvido.
 
Los desterrados regresaban por amor a su patria pues allí habían dejado sus casas, sus campos de labor, sus familiares y amigos. Allí estaban sus raíces y su identidad y así se comprende que arriesgaran sus vidas. Por eso no nos cansaremos de repetir que el derecho al retorno es la verdadera hoja de ruta hacia la paz
 
Carlos de Urabá 2014
Amman-Jordania

La España Anal.

 
Señoras y señores, yo he sido el creador de este termino procaz y polémico: la "España anal". De esta manera intento definir un período de la historia de España que comprende desde la instauración de la democracia monárquica hasta las primeras elecciones libres en los años 80. Es un momento histórico en el que el sexo masculino se libera de sus ataduras atávicas y proclama abiertamente su homosexualidad o bisexualidad.

Uno de los profetas más distinguidos es el genio anal Pedro Almodóvar. La España anal ha fundado igualmente una filosofía, una forma de ser característica que se ha impuesto en todos los ámbitos de la sociedad española. No queremos ser crudos pero la foto que acompaña esta reseña resume perfectamente el alto grado de cultura y civilización que hemos alcanzado.
 
Carlos de Urabá


 

mercredi 26 mars 2014

Colombia: ¿qué se esconde tras el asesinato del cabo Carvajal Londoño? Falsos positivos.

El ejército colombiano, según la constitución política, tiene la sagrada misión de defender la soberanía y el orden constitucional del país. Aunque en la práctica su verdadero papel es el de salvaguardar la propiedad privada y proteger los bienes e intereses de la oligarquía.
 
El régimen cívico-militar colombiano cuentan con un pie de fuerza de casi cuatrocientos mil efectivos, repartidos entre policías y militares -la inmensa mayoría pertenecientes a los estratos más bajos de la sociedad-, o sea, hijos de campesinos, obreros y trabajadores, dispuestos a ofrendar sus vidas por el bien de sus patrones.

¿Cómo mantener a raya a 20 millones de pobres y a 8 millones de indigentes? No queda otra alternativa que usar a la fuerza pública para intentar contener la rebelión social.
La delincuencia también debemos considerarla una guerra popular contra el estado corrupto y opresor.
 
En ciertas épocas del año el ejército colombiano realiza su campaña de reclutamiento por los pueblos y ciudades del país. Buscan carne de cañón, llegan por sorpresa y detienen a los jóvenes con el fin de comprobar su situación militar. Si carecen de la libreta de inmediato son remitidos en camiones a los cuarteles para ultimar los trámites de incorporación a filas. Este es en toda regla un secuestro legal y no hay objeción posible pues de inmediato serían calificados de traidores a la patria. El ejército necesitan sangre fresca que avive el fuego diabólico de su maquinaria guerrerista.
 
Pero lo más curioso es que las batidas de reclutamiento jamás pasan por los barrios altos, los condominios o las zonas residenciales donde habitan las clases más pudientes. En conclusión, la defensa de la patria es una tarea exclusiva de los más pobres.
 
El adoctrinamiento de los futuros soldaditos se inicia desde la escuela donde los maestros les inculcan el amor por las armas y el espíritu nacionalista. Sin olvidar quizás la lección más importante: el respeto a la jerarquía para que entiendan ante quien tienen que agachar la cabeza.
 
Los medios de comunicación también cumplen un papel fundamental en la forja del orgullo belicista. Porque es preciso sembrar un sentimiento de odio y de venganza; los buenos contra los malos, los rojos contra los azules. Necesitamos elegir un enemigo contra el cual descargar nuestras iras. El arte de matar sucita un gran atractivo y muchos jóvenes sueñan con empuñar las armas y verse coronados igual que sus héroes favoritos.
 
La libreta militar es un documento imprescindible para obtener empleo, diplomarse, firmar contratos o tramitar el pasaporte. Todo ciudadano que se precie debe portarla aunque también se pueden adquirir fraudulentamente comprándolas a oficiales corruptos ( las ofertas oscilan entre 400.000 pesos y 600.000 pesos) o falsificando documentos que certifiquen que el interesado sufre alguna enfermedad grave o está cursando estudios superiores. Como es el conocido caso de Tomás Y Jerónimo, los hijos del presidente Uribe, que no van a la guerra que promueve con tanto ahínco su papacito.
 
Por la prestación del servicio el soldado devenga 70.000 pesos mensuales, que teniendo en cuenta el coste de la vida es una suma irrisoria que no sirve para nada. De ahí que la gleba tenga que poner de su propio bolsillo para mantenerse dignamente. No olvidemos que los sacrificios son pocos con tal de pertenecer al glorioso ejército nacional.
 
A los generalotes les encanta jugar con sus soldaditos de plomo, planificar las batallas y mover las fichas sobre el tablero a su antojo. No les dejan ni tiempo libre pues con todo el descaro los obligan a realizar labores domésticas en sus residencias y haciendas como jardineros, cocineros, chóferes, mecánicos, electricistas o guardaespaldas.
 
El soldado que tras 18 meses de servicio militar obligatorio desee continuar en el ejército o la policía debe firmar un compromiso como soldado profesional cuyo sueldo básico es de 900.000 pesos mensuales, más pagas extras, dietas, seguro médico familiar, descuento en comisariatos o supermercados y alguna que otras subvenciones nada despreciables. Esta es una opción muy recomendable para una juventud cada día más agobiada por el desempleo y la falta de oportunidades.

Según los analistas Las fuerzas armadas colombianas se consideran una de las más grandes de Latinoamérica. Los Estados Unidos por medio del Plan Colombia les entregan una inestimable ayuda de 500 millones de dólares anuales. Aunque el gran total del Ministerio de la Guerra asciende a los 21,12 billones de pesos (11.057 millones de dólares) es decir, superior a los 20 billones de pesos (10.500 millones de dólares) que recibe el Ministerio de Educación. Definitivamente la paz no puede competir con los beneficios económicos que genera la guerra.
 
La política de seguridad democrática, implementada por Uribe Vélez, es una doctrina autoritaria cuyo principal objetivo es la defensa de los intereses de la oligarquia, es decir, tiene que velar por el patrimonio de los hacendados, empresarios, industriales o inversionistas extranjeros. La militarización del país es la única alternativa para conducirlo por la senda de la prosperidad y el progreso.
 
Al estado colombiano no le interesa prevenir el delito, sino castigarlo, es un estado represor que necesitan más policías, más militares, más cárceles, más fosas comunes, más armas, más torturas, exterminio, muerte y desapariciones.
 
El ejército colombiano desde siempre ha simpatizado con los principios ideológicos del fascismo. El Fuhrer, Franco o Mussolini han sido sus más destacados inspiradores. Por eso a nadie debe extrañarle que se haya aliado a los paramilitares provocando uno de los más abominables genocidios jamás conocidos en nuestra historia contemporánea.
 
La violencia en Colombia ha dejado miles y miles de muertos, desaparecidos, heridos, desplazados, inválidos, viudas, huérfanos, una cifra que se dispara sin que el gobierno tenga la voluntad de detener esta espantosa sangría.
 
En los últimos años han salido a la luz pública el maltrato recibido por los soldados en los cuarteles. Durante el período de instrucción los oficiales sin piedad les aplican brutales castigos a los reclutas; se les tortura, se les viola con el cañón de la ametralladora o se queman con hierros candentes para comprobar su grado de resistencia. El fin principal es crear monstruos dispuestos a devorar sin contemplación a sus enemigos.
 
No entendemos porqué esas madres hacendosas que crían amorosamente a sus hijos, esos padres que se desvelan y les brindan todo su cariño, cuando cumplen diez y ocho años se los entregan en el cuartel para que un cabo o un sargento los dome a patadas y puñetazos. Pero bueno, así son las tradiciones de la sociedad civilizada y hay que respetarlas.
 
Este es apenas el prólogo de una historia cruel y desgarradora que a continuación voy a relatar, una historia que descubre en toda su magnitud el grado de perversión y barbarie alcanzado por el glorioso ejército colombiano.
 
El año pasado mientras caminaba en la plaza de Bolívar de Bogotá encontré a un personaje cubierto con la bandera de Colombia y una pancarta colgada en el pecho en la que se veía impresa la foto de un soldado. El hombre al verme venirme entregó un volante en el cual explicaba el motivo de su protesta.
A mi hijo el cabo Raúl Antonio Carvajal Londoño lo asesinaron en el Norte de Santander por no querer hacer falsos positivos. Al parecer fueron los mismos comandantes que él tenía”
 
A continuación se presentó como Raúl Carvajal Perez, transportador del mercado de Montería, Córdoba, y padre del suboficial del ejército Raúl Antonio Carvajal Londoño, asesinado por sus propios mandos en oscuras circunstancias. ¿asesinado por sus propios mandos? Esto es algo inaudito, pensé en mis adentros.
 
Inmediatamente entablamos una larga conversación sobre los pormenores de tan trágico suceso. Don Raúl portaba una voluminosa carpeta donde tenía clasificados infinidad de documentos probatorios de su infructuosa lucha por hacer justicia. En Colombia este es el pan de cada día; las desapariciones forzadas, las ejecuciones extrajudiciales o falsos positivos para cobrar recompensas y ganar ascensos.
 
¿Por qué ejecutaron al cabo Raúl Carvajal Londoño ? ¿por qué se hizo un montaje para eliminarlo y culpar a la guerrilla?
 
Son interrogantes que poco a poco intentaremos dilucidar. Sentados al a sombra de la estatua del libertador Simón Bolívar, don Raúl Carvajal me fue poniendo al tanto de su odisea mostrándome infinidad de documentos originales, las cartas que presentó a las distintas entidades y funcionarios, como, por ejemplo, a la Dra. Marisol Ariza Piñeros Coordinadora de atención a las víctimas de la unidad Nacional de Derechos Humanos, al Coronel Juan Carlos Gómez, del Ministerio de Defensa, a Cybbele Haupert de la oficina del alto comisionado de las Naciones Unidas para los de derechos humanos, con la fiscal en Cúcuta Catalina Estela Vega Rodríguez, a la Dra. Catalina Sánchez del comité de la Cruz Roja internacional, a Miisloz Kusz y Paula Berlutti de la oficina de derechos humanos de las Naciones Unidas, a Marta Lopez Bayón de la Misión de apoyo al Proceso de Paz en Colombia de la OEA, al movimiento Nacional de Víctimas, al abogado JuvenalArévalo Quintero, del ministerio público de la Procuraduría, al Fiscal General de la Nación, Mario Iguarán, al Presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez, al Ministro de Defensa, Juan Manuel Santos,a monseñor Rubiano, de la Conferencia Episcopal, y una larga lista que sería muy tedioso enumerar. Pero nada de nada, todo ha sido en vano y a pesar de haber movido cielo y tierra nadie se ha dignado darle una respuesta. En fin, para mitigar su desasosiego saca de su mochila más arrumes de papeles que ha ido acumulando a lo largo del tiempo, letra muerta y estéril que no sirve ni para enjuagarse las lágrimas. Simplemente le trasmiten las condolencias, le dicen que su solicitud ya está radicada y que, por favor, vuelva la próxima semana. Y así le van dando largas y pasan los días, los meses y los años atrapado en un callejón sin salida.

La burocracia judicial es muy lenta y existen toneladas y toneladas de expedientes que permanecen enmohecidos en las bodegas de los juzgados esperando que algún juez se digne abrir una investigación. ¿Quiénes son los culpables? ¿dónde están las pruebas periciales? ¿y los testigos? Este es un asunto muy engorroso que precisa de un bufete de abogados que muevan el caso. Lo que significa desembolsar una buena suma de dinero y don Raúl gana un salario mínimo con el que a duras penas mantiene a su familia. Además, si no cuenta con influencias políticas y sociales las probabilidades de éxito son casi nulas.
 
Pero don Raúl Carvajal Perez no da su brazo a torcer, él amaba a su hijo y ese amor es el que le da la fuerza de voluntad necesaria para no claudicar. Hasta el presente sigue con el mismo empeño pidiendo citas y entrevistas con los funcionarios o los mandos militares, continúa escribiendo cartas o realizando sus protestas por las calles y en las plazas públicas con la esperanza de clarificar la verdad y que se castiguen a los culpables. Se ha acostumbrado a hacer interminables colas, a que le pongan mala cara y a que con tono despectivo le digan que vuelva mañana. Un sello, otro sello, una firma y más certificados y papeles para la colección. Si llama por teléfono le contestan que de parte de quién, que llame más tarde a ver si ha regresado. Juegan con él como si fuera una pelota, lo mandan de un lado para otro en un vano intento por quitárselo de encima.
 
De repente un día, sin ni siquiera notificárselo con anterioridad, se presentó en su casa una extraña comitiva que venía a hacerle entrega de una caja mortuoria. ¡qué macabra sorpresa! Cuando la abrió encontró el cadáver de su hijo bañado en sangre y con un tiro en la sien. -El cuerpo venía amortajado con la gloriosa bandera colombiana. -Fue como si me hubieran clavado una puñalada en el corazón- me comentó entristecido. Cómo es posible que alguien que entregó los mejores años de su vida a la institución castrense le hayan pagado de esta manera. Tan aberrante humillación no admite calificativos y refleja a la perfección el grado de barbarie alcanzado por el ejército nacional.
 
Muchos padres y madres en Colombia se hacen las mismas preguntas que don Raúl ¿qué le habrá pasado a mi hijo o a mi hija ? ¿Por qué lo mataron? Ya sean guerrilleros, militares, delincuentes, narcotraficantes, el hecho es que buena parte de nuestra juventud esta siendo sacrificada por culpa de la maldita violencia.
 
Son tantos y tantos casos de asesinatos, torturas o desapariciones que el sistema judicial no da abasto, la impunidad capea a sus anchas y con el paso del tiempo los delitos irremediablemente pasarán al limbo del olvido. A los familiares de las víctimas no les queda más consuelo que poner una velita en el altar y rezar por el ánima del difunto. Si la justicia humana falla al menos la justicia divina los puede reivindicar.
 
Don Raúl por culpa de esta tragedia ha perdido su patrimonio, carece de recursos y son muy pocas las personas que se solidarizan con su causa. Lo tratan peor que un apestado pues, como bien se lo advirtió el coronel Juan Carlos Gomez, con su actitud está denigrando el buen nombre de las fuerzas armadas-
 
Pero mire lo que han hecho con mi hijo! -y enseña la foto de Raúl Antonio bañado en sangre y con un tiro en la sien- Esto no se le hace ni al peor de los enemigos. Y para colmo su esposa y su hijita después del funeral desaparecieron y no sabemos nada de ellas. ¿será que también las mataron?
 
El hijo de Don Raúl podría ser el hijo de cualquier familia colombiana, enamorado de su esposa y de su hija, con proyectos de futuro y apasionado con su carrera militar. Pero un día tuvo que elegir entre ser cómplice de las ejecuciones extrajudiciales para cobrar recompensas o mantenerse fiel a los principios éticos y morales que había aprendido desde niño. Entonces, sin pensarlo dos veces se negó a cumplir las órdenes y participar en esos crímenes. Una valerosa decisión que lamentablemente sería su condena a muerte.

Así fue como el día 8 de octubre del 2006, a las 11: 30 de la mañana, en un lugar conocido como el Alto de la Virgen, localizado entre los municipios de Tibú y El Tarra, en el curso de la Operación Serpiente en la que participaba la unidad Destructor Uno, agregada a la segunda división del ejército, hubo un enfrentamiento contra supuestos guerrilleros de la columna móvil Arturo Ruiz o­nt de las Farc. -según la versión oficial de los hechos- A consecuencia del mismo cayeron víctimas de los disparos de un francotirador el cabo Raúl Carvajal Londoño y el soldado José Lopez Ardila. -Por “casualidad” ambos transferidos a Norte de Santander y pertenecientes al Batallón de Infantería Antonio Ricaurte de Bucaramanga. --Aunque los informes del el batallón número 10 José Concha de Tarra contradicen los hechos certificando que ese día ni en los posteriores se registraron combates en la zona. Tras ser conducido a la morgue el cuerpo del cabo Carvajal fue examinado por un experto en criminalística del CTI quien aseguró que el disparo que le causó la muerte se hizo a menos de dos metros de distancia.
 
Hasta bien entrada la tarde de ese domingo sabanero don Raúl seguía desahogando su impotencia. Ahora resulta que por culpa de sus denuncias y protestas los jueces y los militares vienen investigándolo a él y a su familia. -Será que los culpables vamos a ser nosotros -se preguntaba en tono irónico.
 
Don Raúl me narró con nostalgia esa época en que su hijo jugaba a los policías y los ladrones con sus amiguitos en el parque del barrio. -Raúl desde niñito quería ser aviador. Por eso justo cuando cumplió los 18 años ingresó como voluntario al ejército. Le encantaba vestirse con el uniforme militar y pasear altivo por las calles despertando la envidia de la gente.
 
Desde el año 2005 el cabo Raúl Carvajal Londoño se encontraba adscrito al batallón de infantería número 14, Antonio Ricaurte de Bucaramanga, bajo el mando del teniente coronel Álvaro Diego Tamayo Hoyos.- A quien la fiscalía ha emitido una orden de captura por el caso de los falsos positivos de Soacha. Pero intempestivamente, para cubrir una baja en el servicio en el mes de octubre del 2006 fue enviado a la segunda división del ejército en Norte de Santander bajo las órdenes del comandante Pardo.
 
Ese día 8 de octubre del 2006 cuando el pelotón que él dirigía atravesaba una trocha selvática, el puntero o encargado de abrir el camino a la tropa, el soldado Oscar Agudelo Ruiz, oculto tras unos matorrales a sangre fría disparó contra el Cabo Raúl Carvajal y el soldado José Lopez Ardila causándoles la muerte. (versión confirmada por algunos de sus compañeros que han preferido mantener el anonimato) Como nadie sabía de donde provenían los disparos creyeron que se trataba de una emboscada de la guerrilla y enseguida se inició la balacera.

Seguramente el cabo Raúl Carvajal se dio cuenta de los oscuros manejos que existían en esa unidad y se negó a entrar en el juego diabólico de las recompensas y las alianzas con los narcotraficantes y paramilitares de la región. De este modo se convirtió en un testigo incomodo que los podría delatar y sus mandos no tuvieron más remedio que quitárselo de encima.
 
Sus superiores se inventaron un ataque guerrillero para asesinarlo vilmente. Todos los integrantes del pelotón corroboraron la versión oficial, aunque ofreciendo notorias contradicciones que hacen sospechar que algo turbio se fraguaba. Los soldados declararon bajo juramento que las muertes de sus compañeros fueron causadas por la guerrilla. Por temor a las represalias nadie se atreve a decir la verdad ante los tribunales. Incluso ningún abogado quiere hacerse cargo del caso porque saben que se juegan la vida. Los falsos positivos o ejecuciones extrajudiciales, la corrupción y alianzas con los narcotraficantes tuvieron especial incidencia en Norte de Santander, concretamente en la zona de Ocaña, la puerta de entrada al Catatumbo, una zona selvática en la frontera con Venezuela donde se cultiva y procesa la coca.
 
Estos hechos delincuenciales se destaparon gracias a las investigaciones periodisticas sobre la increíble historia de los jóvenes de Soacha ejecutados por el ejército en Ocaña, Norte de Santander. El gobierno para contrarrestar el escándalo a nivel internacional lo único que hizo fue pasar a situación de retiro a los comandantes y generales responsables de las unidades que cometieron dichos asesinatos. Por el momento en la fiscalía sólo se han judicializado a los militares de más bajo rango.
Don Raúl tuvo las agallas de irse a protestar hasta la mismísima finca el Uberrimo, propiedad del presidente Uribe y situada muy cerca de Montería. Allí se coló saltándose las barreras de seguridad dispuesto a dejar sentir su indignación. Con la pancarta de su hijo en el pecho y enarbolando la bandera colombiana, encaró al presidente que en esos momentos se encontraba domando un caballo de paso.
 
-Presidente Uribe -le dijo en voz alta-¡ayúdeme, por favor, a saber qué pasó con mi hijo, el cabo Raul Carvajal Londoño! Necesito que me ponga un abogado que reabra el caso.
 
Al instante los escoltas lo apuntaron con sus ametralladoras. Don Raúl levantó los brazos y el presidente le ordenó al jefe de la guardia presidencial, el general Buitrago, que le tomara declaración y se hiciera cargo de la denuncia.
 
Uribe, como buen fariseo, le sonrió y dándole una palmadita en la espalda, le dijo- -tranquilo hombre que yo hablo con el comandante de las fuerzas militares para que averigüe por el caso de su pelado-
¡Qué ingenuo! Don Raúl en su desesperación fue a reclamarle al sicario, al capo que inventó el sistema recompensas e incentivos por matar enemigos.
 
Recién este año, gracias a un testigo protegido por la Fiscalía General de la Nación, se comprobaron los nexos que mantenían los militares de la segunda división del ejército en Norte de Santander con los narcotraficantes, los numerosos actos de corrupción y las ejecuciones de inocentes o “falsos positivos”, eufenismo con el que se le quiere maquillar estos terribles crímenes.
 
Entre los culpables cabe destacar al general jefe Paulino Coronado, comandante de la brigada 30 del Ejército, al general y ex comandante de la segunda división del ejercito José Joaquín Cortés, al coronel Gabriel Rincón Amado, jefe de operaciones de la brigada Móvil número 15, al Coronel Álvaro Diego Tamayo Hoyos, del batallón Santander, Dichos mandos ante los pobres resultados que ofrecían sus unidades en la lucha contra la subversión hicieron pasar a jóvenes, a indigentes, a campesinos o enfermos mentales por guerrilleros caídos en combate.
 
Al cabo Raul Carvajal , tal y como afirma su padre, lo eliminaron sus superiores contando con la complicidad de sus compañeros. Tanta cobardía, tanta podredumbre y tanta perversión es difícil de imaginar. Pero los verdaderos inductores de su asesinato no son otros que el Presidente Uribe, el Ministro de Defensa para la época, Juan Manuel Santos, y el comandante de las Fuerzas Militares, Freddy Padilla de León ya que ellos eran los que exigían a sus subordinados una cuota semanal de muerte y destrucción.-¡ataquen, maten y destruyan!
 
Si presentaban resultados positivos, como se conoce en el argot castrense, se les premiaba con ascensos, vacaciones y jugosas recompensas en metálico. De lo contrario podían ser castigados con una mala calificación en la hoja de vida y transferidos a los batallones que operan en zona roja. Qué casualidad que la mayoría de los muchachos desaparecidos en Soacha fueron ejecutados cerca de Ocaña donde tenía su base la brigada móvil número 15, a cargo de la segunda división del ejército. Y lo más intrigante es que allí fue donde asesinaron al cabo Raúl Carvajal Londoño.
 
La jerarquía militar se respeta y no queda más remedio que callar y obedecer a los superiores. En el ejército existe un juramento sagrado bajo el cual se esconde su tenebroso prontuario. Pero de vez en cuando surgen personajes como el cabo Raúl Carvajal Londoño que se rebelan ante las injusticias y prefieren ofrendar sus vidas antes que convertirse en sicarios o verdugos.
 
El presidente Uribe y la cúpula militar son los directos responsables de la guerra sucia, las torturas,las desapariciones, los bombardeos contra la población civil. Los máximos dirigentes amparados en la constitución no tienen ningún reparo en fumigar la selva con glifosato, quemar los bosques, invadir países vecinos, desplazar a los campesinos, arrebatarles sus tierras y condenarlos al desarraigo.
 
Hoy día domingo 20 de junio será elegido presidente de Colombia Juan Manuel Santos quien fuera el ministro de Defensa y que ha sido inculpado por la justicia ecuatoriana del asesinato de 25 personas en el bombardeo de la fuerza aérea colombiana al campamento de las Farc en Angostura, Sucumbíos.
Juan Manuel Santos es un prestigioso psicópata especialista en terrorismo de estado que sin lugar a dudas continuará con la política de seguridad democrática de su predecesor Uribe Vélez. Colombia es una colonia vendida al capital extranjero, la cabeza de puente del imperialismo en Latinoamérica, un gran latifundio gobernado por dirigentes corruptos y mafiosos respaldados por una aplastante mayoría parlamentaria que les otorga carta blanca para hacer y deshacer a su antojo.
 
Cae la noche en la plaza de Bolívar y don Raúl se despide de mí con un fuerte apretón de manos. Con los ojos llorosos me ruega que no lo olvide y que lo tenga al tanto de mis investigaciones. Cubierto con la bandera colombiana y luciendo en su cabeza el quepis de su hijo se marcha con paso lerdo por las gélidas calles bogotanas. A él le importa un bledo las amenazas e intimidaciones que ha recibido pues no tiene nada que perder. Desde aquel fatídico día 8 de octubre del 2006 cuando asesinaron a su hijo a él también de alguna manera lo mataron.
 
Don Raúl se siente traicionado, ha perdido la fe en la instituciones de su querida Colombia y la única esperanza que le queda es que el caso de su hijo sea remitido a la Corte Interamericana de derechos humanos, a la Corte Penal Internacional con sede en Estrasburgo o a la Audiencia Nacional española. Él está decidido a agotar todas las instancias y a seguir en la lucha hasta las últimas consecuencias. Porque estos crímenes de lesa humanidad no prescriben y estamos seguros que le llegará la hora de la justa reparación.
 
Al hacer pública esta denuncia somos conscientes que don Raúl pueda ser objeto de algún atentado en su contra. Por eso no descartamos la posibilidad de pedir asilo político en alguna embajada europea para proteger su vida y la de su familia.
 
Carlos de Urabá 2010
Investigador de Colombia.

lundi 24 mars 2014

Ha muerto Adolf(o) Suárez ¡arriba España!


El pueblo español víctima de un ataque de amnesia colectiva lo ha santificado como el “paladín de la democracia”
En esta endemoniada historia de España existe un capítulo emblemático que tiene que ver con  la mal llamada “transición” -que mejor sería definirla como “Restauración Monárquica”- Ahora resulta que el protagonista principal de esta demencial coyuntura es el recalcitrante falangista Adolfo Suárez. Un producto creado por los genios de la propaganda mediática dirigida por la familia Anson y Luca de Tena (la Gaceta Ilustrada, EFE y ABC. y TVE)  Adolfo fue un apasionado admirador de José Antonio Primo de Rivera al que imitaba tanto en sus poses y estilo de oratoria.  Imbuido en espíritu imperial y misionero que pregonaba monseñor Escrivá de Balaguer: “Cristo necesita hombres de acción católica y hay que demostrar que aún no se ha extinguido la raza bravía que en otros tiempos conquistó hombres para Dios” De porte elegante vestía la camisa azul mahón de falangista, trabillas en la hombrera, bolsillos con pinza bordada con el yugo y las flechas y cuello de legionario. Siempre tan presumido brazo en alto al mejor estilo hitleriano rindiendo tributo al caudillo Francisco Franco.
Adolfo fue el delfín político del fascista y opusino Herrero Tejedor, Secretario General del Movimiento y uno de los candidatos que se barajaban en ese entonces para suceder al Generalísimo Francisco Franco. Adolfo Suárez ocupó gracias a sus padrinos puestos de relevancia tales como presidente de Acción Católica, gobernador civil de Segovia,  la Secretaria General del Movimiento Nacional, Vicesecretario Nacional del Movimiento fascista español, Ministro secretario del movimiento fascista nacional español y Director de TVE (que utilizó para promocionarse)  
A él  se le encomendó la patriótica misión de reconvertir a los falangistas fascistas españoles en demócratas monárquicos de pro.  Adolfo conocido por sus posiciones ultra conservadoras -era miembro numerario del Opus Dei,   feroz anticomunista y en su juventud admirador del fuhrer Adolf Hitler (su nombre no es por casualidad)- supo acometer con arrojo y valentía esa encomiable misión ¿evangelizadora?
Entre sus heroicas gestas se le atribuye el convencer a la vieja guardia militar golpista del 36 de iniciar cierta apertura y liquidar las Cortes Franquistas para dar paso al Parlamento Monárquico. Por algo el mismísimo caudillo escogió al rey  Juan Carlos I como su sucesor y por ende se debía acatar su santa voluntad testamentaria. Por este desliz muchos de sus camaradas lo señalaron de traidor.

En 1976 fue nombrado por su majestad el Rey don Juan Carlos I y el visto bueno de Torcuato Fernández Miranda, Presidente de Gobierno. Suárez  juró por Dios y por España lealtad al rey y a las leyes fundamentales del Movimiento. Cuando se convocan elecciones generales “libres” en el año 1977  el falangista Adolfo Suarez, líder de UCD, obtiene mayoría absoluta y se convierte en el primer presidente del reino español. Al año siguiente se aprueba mediante referéndum (88% de los votos) la Constitución Monárquica Española vigente hasta nuestros días. El reino de España debía seguir el guión previamente establecido por EE.UU, es decir, integrarse en la  OTAN y la CE para contrarrestar el expansionismo soviético en esa época de la guerra fría. Aunque lo más importante era borrar ese pasado dictatorial para ingresar como miembro de pleno derecho en el seno de las naciones más civilizadas del planeta.  

El escritor e intelectual derechista Emilio Romero en su libro de memorias “Tragicomedia de España” confesó que toda la camarilla franquista, falangista y españolista quedó muy sorprendida con la elección por parte de su majestad don Juan Carlos I de Adolfo Suárez  para dirigir la mentada “transición”. Era como poner a la zorra a cuidar el gallinero. Que un personaje  de esa calaña con tremendo bagaje nacional-catolicista y fascista tuviera que hacerse cargo de reconvertir la España franquista en una monarquía constitucional ¿democrática? era algo poco menos que inconcebible.

Pero astutamente supo disfrazarse, mudar de piel como hacen las serpientes, igual que un camaleón se mimetiza con el entorno cambió de sexo político y travestido por completo se erigió en el paladín de la democracia. Emilio Romero –archienemigo de Adolfo Suarez-escribió un artículo en ABC unos días antes del golpe de estado de 1981 –que realmente estaba dirigido contra él, pero semanas antes, abandonado por sus correligionarios que se fugaron a la Alianza Popular, se vio obligado a dimitir dejando paso a Calvo Sotelo-  en el cual reclamaba ante la debilidad del estado y los escasos resultados en la lucha antiterrorista un gobierno de salvación nacional presidido por el general Alfonso Armada.

Al oficializar su renuncia su majestad el Rey don Juan Carlos I para recompensarlo por sus servicios prestados a la corona lo premia con el título nobiliario de duque de Suarez -que en un principio se negó a aceptar aduciendo que prefería el de  duque de Ávila- Pero este título sólo está  reservado a los altos miembros de la familia real. Por lo tanto,  para calmar sus delirios megalomaníacos se le otorgó el de Grande de España por la gracia de Dios. Acto seguido se construye en Palma de Mallorca una mansión de 4.000 metros cuadrados.  Más tarde, en el año 2007,  don Juan Carlos I lo invistió  Caballero de la Insigne Orden del Toisón de Oro por su heroico sacrificio en pro de la “democracia española”.

El Alzheimer que sufría es la mejor metáfora que se pueda encontrar de esta España monarquía rastrera, corrupta y decadente.  Los súbditos de su majestad el rey don Juan Carlos I olvidan por completo el pasado fascista del finado duque de Suárez, ahora ungido como padre de la patria (el aeropuerto de Madrid-Barajas pasará a denominarse Adolfo Suárez) –

Es una monstruosa perversión borrar de un plumazo lo que significó la atroz dictadura franquista, es un insulto a la memoria de las miles de víctimas del fascismo españolista. El duque de Suárez, viril, enérgico, ambicioso y vehemente ha sido en realidad el rey Midas capaz de convertir la mierda en oro.  España entera está de luto, las plañideras lloran desconsoladas la perdida de tan insigne prócer. Se han decretado tres días de luto, que se izen las banderas a media asta en honor al hijo más preclaro. Los románticos falangistas se ponen la camisa azul para asistir a los funerales de Estado.

Estamos ante un acto vil y manipulador de la construcción de un falso mito, un mito creado artificialmente por las castas del poder; la ultraderecha, la oligarquía, la aristocracia,  el clero, los militares o los  jueces que le rinden tributo al nuevo superhéroe de la España Una, Grande y Libre ¡Ein Volk, ein Reich, ein Fuhrer!

Carlos de Urabá 2014.

 

vendredi 21 mars 2014

Una estrella roja para la bandera verde, blanca y verde. El martirio de Caparros. ¡Viva Andalucía libre!


En el mes de noviembre año 1977 llegué procedente de Bogotá, Colombia a visitar por primera vez a la familia por parte de mi madre que vivía en Pedregalejo, una barriada cercana a la capital malagueña. En el aeropuerto mi abuela doña Maria Muñoz, de origen sevillano, mi abuelo don Manuel García un relojero del Perchel junto a otros tíos y primos llenos de felicidad me dieron la bienvenida.
Lentamente comencé a descubrir mis raíces andaluzas; el mar mediterráneo, su paisaje sus comidas y costumbres y ese acento tan cerrado que tienen los malagueños que a veces me costaba entender. Por esos días el debate político estaba en plena efervescencia y en la casa de mis abuelos no se hablaba de otra cosa. La tertulia giraba entorno a la autonomía andaluza, aunque la mayoría de mi familia defendía la españolidad -no hay que ser tan majaras y fulleros España es España.- La única que no estaba de acuerdo era mi abuela que les reprochaba su ingratitud al no sacar la cara por la tierra que los vio nacer. En la televisión, la radio o los periódicos se repetía más de lo mismo, que si el estatuto andaluz, las reclamaciones de los vascos, los catalanes y gallegos. En la recién estrenada libertad y después de 40 años de dictadura franquista la gente presa de un gran entusiasmo quería comerse el mundo y hacer la revolución al instante.
Por supuesto que yo no entendía nada, no era más que un mero espectador, un extraterrestre acabado de llegar de Latinoamérica. Apenas tenía 17 años, un chaval tímido y con muchos pájaros en la cabeza. Sólo me interesaba jugar fútbol, ir al cine con mis primos o pasear por la playa en bicicleta. Mis padres emigraron a Colombia en aquella macabra época de los años cincuentas y ahora yo comenzaba un capitulo más en la historia que ellos iniciaron. Aunque me sentía un poco perplejo y algo desubicado. Lo cierto es que mi abuela me puso a caldo y se convirtió en la voz de mi conciencia. Doña Maria Muñoz era una mujer de armas tomar muy distinta al resto de la familia. Ella realmente me adoctrinó convirtiéndose en mi camarada y confidente. Me habló sobre el sufrimiento de España y del pueblo andaluz durante la guerra civil, tantos muertos, desaparecidos o encarcelados. Y lo peor el silencio y la complicidad con los verdugos. Instaurada la dictadura franquista más hambre, miseria y lustros de oscurantismo. Sin contar las familias rotas y los millones de criaturas condenadas a la emigración o el exilio. Mi abuela me bajó de las nubes: como andaluz debía tener orgullo y levantar la cabeza.- sentenció.
A menudo nos sentábamos a conversar con toda la familia en el patio de la casa aprovechando la buena temperatura del invierno malagueño. A la sombra de un limonero tomábamos café con tortas de algarrobo mientras mis tías más beatas preferían ver la televisión y mi abuelo aún más indiferente se pasaba el día entero reparando relojes en su taller. Yo tenía que adaptarme a la fuerza a una nueva realidad, me sentía un intruso con ese acento colombiano y aire de sudaca, un oriundo, el hijo de doña Consuelo. Los fines de semana para ambientarme un poco me iba a vagabundear por las calles de Málaga reflexionando acerca de mi futuro pues pensaba quedarme a estudiar en España.
Una tarde caminando por el centro de la ciudad vi un montón de carteles pegados en las paredes que anunciaban un acto político para el día 4 de diciembre:”manifestación por la autonomía andaluza” Por la noche cuando regresé a mi casa le comenté a mi abuela sobre este asunto. Andalucía había tenido un estatuto autonómico y era una de las nacionalidades históricas de los pueblos de España. Blas Infante fue el autor del primer estatuto, que más tarde quedó proscrito por la dictadura. El franquismo identificó a España con todo lo andaluz; los toros, la juerga y la playa. Una estrategia urdida por el movimiento nacional para atraer los turistas y levantar la maltrecha economía. La una, grande y libre impuso sus principios y el pueblo por huevos tuvo que acatarlos. Recuerdo que fue mi abuela la que prácticamente me obligó a ira esa manifestación. -Tú también perteneces a este pueblo y ya es hora que vayas comprometiéndote, coño-. Yo no tenía ganas de meterme en líos pues esa no era mi guerra. Aunque mi madre fuera andaluza yo era un bogotano más, nunca había tenido ideas políticas claras y menos me interesaba lo que ocurriera por estos lares. Pero ante la insistencia de la vieja le prometí que me haría presente en su nombre ya que ella no podía acudir por encontrarse enferma.
Ese día 4 de diciembre salí en autobús desde Pedregalejo al centro de Málaga. Llovía con parsimonia cuando me bajé en la alameda de Colón para unirme a la marcha. Eran como la una de la tarde y codo con codo el pueblo caminaba con firmeza en un ambiente festivo dando vivas a Andalucía, a Blas Infante. Otros agitaban banderas blanca y verdes o portaban pancartas con distintos lemas alusivos, siempre repitiendo las consignas de -Andalucía es una nación- -¡viva Andalucía libre!- -amnistía y estatuto de autonomía-. Miles de personas de todas las clases sociales, jóvenes, estudiantes, sindicalistas, políticos, ancianos, madres y hasta niños. Me impresionó la fe y elfervor que contagiaban. De alguna manera el pueblo después de cuarenta años de franquismo tenía que saciar sus ansias de libertad. Y encima, por ese entonces, la marginación, el paro y la precariedad amenazaban a buena parte de la sociedad andaluza. Yo me dejé llevar por la corriente, por inercia iba ahí detrás de la muchedumbre. No pregunté nada, no hablé con nadie, ni siquiera sabía a dónde íbamos.Ni tampoco sé con exactitud el tiempo que trascurrió hasta que pasamos frente a la diputación donde apareció lapolicía armada.
Inesperadamente se escuchó el estallido de fuegos artificiales, que yo pensé hacía parte del espectáculo. Alguien dijo que estaban disparando y bajo un griterío ensordecedor se desató la estampida de los manifestantes No entendía nada, una balacera ¡no puede ser! está bien que pasen esas cosas en Colombia, pero aquí en un país civilizado, no. Ese iba a ser mi bautizo de fuego y el hecho que cambiaría la historia de mi vida. Al parecer una persona se subió al balcón del edificio de la Diputación agitando una bandera blanca y verde. Entonces de no se sabe dónde le dispararon, le pegaron un tiro por la espalda- declararían luego los testigos. El pueblo enfurecido y lleno de rabia acorraló a la policía y éstos al verse cercados desenfundaron sus armas e hicieron varios tiros al aire. Pero como no surtió efecto su amenaza, apuntaron al cuerpo de los manifestantes. El caos se apoderó del centro de la ciudad, un auténtico terremoto estremeció Málaga. Todo eran carreras, tropezones, llantos, alaridos y nubes de humo y gases lacrimógenos. Se me secó la boca y no podía ni respirar. Al parecer había alguien herido por un disparo, la gente murmuraba. Unos jóvenes alzaban en andas a un cuerpo inerte para trasladarlo tal vez a una ambulancia. El pánico alcanzó su punto más álgido. El ulular de las sirenas golpeaba mi cerebro, por todos lados se aproximaban los carros de policía y los antimotines prestos a detener a los exaltados. Y yo cual inocente corderito que en medio de esa trifulca corría despavorido hacía ninguna parte. ¿Quién podría aplacar los deseos de venganza? Imposible. Con piedras y palos los primeros piquetes se enfrentaron a los guardias, les gritaban cobardes, asesinos, cabrones, hijos de puta. La noticia se regó como pólvora: “¡lo han matado, lo han matado, lo mató la policía!” La cosa pasó de castaño a oscuro y la gente fuera de si empezó a romper los cristales de los negocios y a destruir farolas, papeleras o lo que se atravesara en el camino. Los piquetes levantaban las primeras barricadas para hacerle frente a los “grises” en ese improvisado campo de batalla. Me dio mucho miedo y yo ya no corría sino volaba en dirección al puerto, la única vía de escape.
Alejado de la zona de combate recobré el aliento y me fui al trote por el paseo marítimo rumbo a Pedregalejo. En el portal de la casa me esperaba mi abuela quien al verme me abrazó muy preocupada, mi abuelo le reprochó que me hubiera enviado a ese motín de “rojos enemigos de España”, mis tías más de lo mismo, imploraban el regreso del caudillo. En la radio y la televisión ya habían dado la noticia sobre los enfrentamientos. Además anunciaron la muerte de un joven manifestante, Manuel José García Caparros, trabajador malagueño y comunista. No decían ni quién los mató, ni cómo lo mataron.
Hubo que esperar un tiempo para que se confirmara extraoficialmente que un policía le había disparado por la espalda. El gobierno dela UCD censuró la información en un intento por aplacar la revuelta que tardó varios días en disiparse. Poco a poco me di cuenta que Málaga era un nido de falangistas y de fascistas de mucho cuidado y que éstos actuaron como provocadores en la manifestación Me quedé mudo y no tenía ni una palabra de respuesta ante las preguntas de mi abuela, mi abuelo o de mis tíos. Aunque con el paso del tiempo lo comprendí todo; la muerte del mártir del patria andaluza, un joven que hubiera podido ser yo, los propósitos de la marcha, los anhelos del pueblo al exigir libertad y autonomía, germen inalienable de la autodeterminación y la independencia.
Esta bofetada me cambió radicalmente. Hasta el punto que mis amigos de Pedregalejo me pusieron el apodo de andaluz de los Andes porque solía ir vestido de poncho andino y sombrero cordobés.
A partir de entonces me quedé a estudiar en Málaga y con el paso de los años fui testigo de la resaca y el desencanto y de cómo se extinguió aquel espíritu revolucionario que se forjó aquel día 4 de diciembre de 1977. El pueblo fue castrado por los caporales del partido socialista,esos traidores con “cuatro palabritas finas” engatusaron al pueblo: que si los subsidios del paro, el dinero fácil, el porro, el cubata y la cerveza. Necesitaban payasos para el circo mediático y dieron en el clavo. Los mafiosos socialistas impusieron una eficaz dictadura televisiva que desmovilizó la rebeldía. Los caciques de la Borbolla yManuel Chávez se arrodillaron ante los reyes ylos grandes de España y vendieron nuestra tierra al mejor postor. Lograron convencernos de que éramos ciudadanos europeos, una raza superior elegida por el imperio hacia Dios. Los catetos y paniaguados se comieron el cuento y renegaron hasta de sus propios ancestros despreciando su cultura e identidad.
Hoy Andalucía no es más que un vulgar condominio, en un club privado, concampo de golf y piscina. “La puta del sur” o la reserva india de Europa, una canterade meseros, camareros, y mucamas prestos a complacer los caprichos de los extranjeros. ¡Qué remedio! Más cornadas da el hambre. Nuestra naturaleza expoliada sin escrúpulos, un erial donde se arrojan los deshechos nucleares, dondela especulación inmobiliaria destruyó la costa del Mediterráneo sin dejar una sola playa virgen. El consumo se convirtió en la nueva religión y los conversos santificaron el trabajo como el único Dios verdadero. Como dijera una vez Carlos Cano: “yo no le puedo cantar a un pueblo que no sabe soñar”. El creador de temas como la “miseria” o “la murga de los currelantes” dejó a un lado sus letras revolucionarias para dedicarse a la copla y complacer a las marujas y las monjas de los conventos. Han triunfado los capillitas, los señoriítos del Opus Dei que cabalgan en sus jacas tras de los siervos.
Se ha instaurado una sociedad pequeño burguesa y decadente donde el valor supremo es la mediocridad. Alfabetizados por los famosillos de charanga y pandereta, la lotería primitiva, el fútbol, los toros y el gordo de navidad. Gobernados por un sistema feudal en el que unos cuantosprivilegiados son los propietarios del 80% de la tierra mientras los siervos tenemos que hipotecar nuestra vida para intentar sobrevivir en un nicho de 30 metros cuadrados. Ni siquiera nospertenecemos, hemos claudicado y nuestra soberanía vale menos que un pepino. Somos una colonia más a órdenes del imperialismo, con bases militares y un ejército de ocupación.

La izquierda ya no levanta el puño en alto, sentados en sus poltronas los camaradas se limitan a engordar sus cuentas corrientes y a disfrutar las noches de bohemia en algún cabaret de Marbella. La utopía andaluza se fue al carajo. Ya no hay necesidad de reivindicar un autogobierno pues entregados y cautivos nos bajamos los pantalones para que la monarquía nos pase por las armas.
Había que desactivar el nacionalismo andaluz, había que robarle la calle al pueblo a cambio del voto en las urnas. -Es lo más civilizado, ¿no? guillo, el estado de derecho y la democracia, cojones. –cantan a coro los eunucos.- Y vilmente nos taparon la boca y tuvimos que claudicar. Sólo nos quedan los recuerdos y la frustración de lo que pudo ser y no fue. En todo caso los últimos mohicanos siguiendo el ejemplo de los maquis aún resistimos en nuestras trincheras aguardando la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Ese día 4 de diciembre de 1977 Manuel José García Caparros al caer asesinado escribió un poema con su sangre sobre la bandera verde blanca y verde,  donde se  dibujó una estrella roja que brillará para siempre con luz propia. ¡Viva Andalucía libre!
Carlos de Urabá 2009
Investigador de Colombia

jeudi 20 mars 2014

Un ateo en Tierra Santa.

Dios, debo confesarlo, esto es el colmo, soy un ateo, un ateo en Tierra Santa, en la tierra de los dioses monoteístas. Será posible tamaña irreverencia ¡Oh! Desde niño ya empezaba a preguntar a los maestros ¿dónde está ese Dios del que ustedes me hablan?  -calla y pídele perdón al supremo hacedor- ¿allá entre las nubes junto a los gallinazos, quizás?

Me alzo desafiante y lanzo un alarido rabioso. -Falso, todo es falso, esto es una estafa ¡abrid los ojos incautos! Mentira,  mentira, como podéis rendirle tributo a esos dioses sanguinarios y destructores, dioses que sólo piensan en castigarnos con el fuego eterno. Arrebatado abro mis fauces y enseño mis colmillos retando al altísimo: Señor, si eres omnipresente y omnipotente dadme una prueba de vuestra existencia. No os escucho, rey de reyes, ¿sois acaso sordomudo? el sol abrasador quema mis pupilas y un vendaval barre la arena del desierto   ¿Si hemos sido creados a vuestra  imagen y semejanza, entonces, ¿por qué habéis engendrado a este hereje,  a un incrédulo, a un apostata  que os blasfema e increpa?

Vago por el Mar Muerto muy cerca de las ciudades benditas de Sodoma y Gomorra. ¡Qué privilegio!  Aquí no hay más que montañas áridas y valles pedregosos donde pululan los alacranes y las serpientes. Es increíble que los más reverenciados profetas afirmen que en este útero estéril  se halle  « la tierra prometida »  Desnudo me arrodillo en el altar de los sacrificios y escupo al cielo.  No creo en nada ni en nadie y menos en un diosecillo castrador que prohíbe el placer. ¿De qué sirve tanto misticismo, tantas abstracciones, especulaciones, oraciones, plegarias, golpes de pecho, genuflexiones, flagelaciones y ayunos? Los sumos sacerdotes afirman que los dogmas de fe son infalibles y no admiten la menor duda.  Cobardes pelagatos, ¿tenéis  miedo a la muerte? la muerte os  acongoja y os sentís desamparados. Necesitáis un redentor clemente y misericordioso que os premie  con la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.    

Ingenuos creéis que esos cuentos de hadas son verdades irrefutables. Que si los evangelios, los versículos, epístolas, el antiguo y el nuevo testamento, pergaminos, papeles y papeles que es la herencia más valiosa que nos ha legado nuestro padre celestial.  No son más que versos poéticos que no sirven sino para embaucar a los mansos, a aquellos que precisan de un mesías que los redima. Pobres y tristes mortales al final la única certeza es que el sepulturero cavará vuestras tumbas y envueltos en finas mortajas seréis pasto de los gusanos y alimañas. Tras el festín vuestro esqueleto brillará reluciente y cautivador. Si os vale de consuelo vuestra calavera mantendrá perenne su grácil sonrisa.

Pensáis que sois incorruptibles, que resucitareis a la diestra del padre todopoderoso. Permitid que me sonría  ja, ja, ja  simios pretenciosos y arrogantes no sois más que carroña maloliente que servirá de alimento a los cuervos y los buitres. ¡Vaya soberbia! deseáis trascender y alcanzar la inmortalidad a la diestra del padre ¿no?  Esos no son más que delirios provocados por un trance alucinógeno.

Al renegar de Dios me siento libre, un apostata despojado del yugo y las cadenas de la teología y de todas esas supersticiones ridículas. Vosotros os dejáis engatusar por los  clérigos adúlteros, falsos profetas que  predican sumisión  un Dios invisible engendrado y no creado.  Fornicadores, hipócritas y mentirosos,  que cagan y mean igual que las mulas y los burros,  vuestras hembras paren igual que las vacas y dan de mamar los críos como las perras a sus cachorros. Afirmáis que sois  seres superiores, que tenéis alma y uso de razón y eso os hace superiores. Babosos no  producís más que basura. Vuestros culos sucios hieden a estiércol. 

Esclavos, pobres y tristes esclavos de un padrenuestro y un ave María.

¿Nadie me responde, nadie es capaz de refutar mis palabras? Silencio, sólo hay silencio en el Mar Muerto donde las estatuas de sal yacen ahogadas en las playas. Y otra vez el viento barre las dunas del desierto arrastrando el polvo del olvido.   ¿Cuántos reinos han quedado sepultados en la arena?

Esa sí que es una verdad inmutable.   En el fondo de vuestra alma sabéis que tengo razón mamíferos decrépitos, pero preferís seguir consumiendo en los templos vuestra dosis diaria de cicuta y de opio.  ¡Os compadezco!  Rezad, pues, pecadores, daros golpes en el pecho y rogad a vuestro Dios que os perdone y os reserve una letrina en el paraíso.    Habéis renegado de vuestros instintos, de vuestro origen  y os creéis más divinos que humanos.

Soy un ateo en tierra santa,  cortadme la lengua, castigadme Dios padre todopoderoso, merezco ser crucificado en el Gólgota como vuestro hijo Jesucristo para al tercer día resucitar al lado de vuestro amado siervo Luzbel y devorar el maná bendito que me hará inmortal.

I.B II









 

mercredi 19 mars 2014

Desgarrador testimonio de palestino de Abu Dis hundido en la miseria y el abandono.


El pueblo palestino está doblemente oprimido; primero por el ejército de ocupación sionista y segundo por la indolencia de los gobernantes de la ANP. Un doloroso trance que sólo se puede comprender metiendo el dedo en la llaga.

Estuvimos una vez más en Abu Dis (Palestina) y allí nos encontramos por casualidad con un personaje anónimo abandonado a su suerte. Ante un caso tan aberrante nosotros le hemos grabado un vídeo para que denuncie su dramática situación. http://youtu.be/JG2DzrLcQ40

Este tipo comparte junto a los gatos salvajes-sus incondicionales compañeros- una casa medio derruida que le sirve de providencial refugio. Rabiosamente lanza su alegato contra un destino injusto que lo ha condenado a la indigencia absoluta. Sólo la caridad de los vecinos, igual de pobres que él, le aseguran su supervivencia. Nayib Chahin hace parte de esos millones de palestinos que esperan pacientes su redención. ¿Qué futuro le aguarda a este hombre mayor, enfermo y sin familia? ¿Alguien le va a dar trabajo acaso o una mínima prestación que le garantice una existencia digna? Nada de nada, y su única esperanza es que la Media Luna Roja o la UNRWA se apiaden de él

¿Quizás vendrá Abu Mazen que se la pasa de recepciones y viajes oficiales con su equipo de burócratas y de tecnócratas a echarle una mano? No seamos tan ilusos. Este hombre sólo inspira compasión y sabe de antemano que está desahuciado, que se ha convertido en escombro humano. Después de años y años de escuchar tantas mentiras y falsedades ya se le agotó la paciencia. La próxima intifada, según nos dijo, no será contra los judíos, sino contra sus propios representantes políticos que los han vendido al mejor postor.

Mientras tanto las eternas negociaciones de paz entre palestinos e israelíes, hoy impulsadas por el Secretario de Estado norteamericano Kerry, todavía (como de costumbre) no rinden ningún resultado positivo. El tiempo juega a favor de los judíos; pasan los años y la potencia ocupante se hace cada vez más fuerte. Los palestinos esperan impacientes a que se firme de una vez por todas un acuerdo de paz que garantice el regreso de los refugiados a su amada patria, la puesta en libertad de los presos, la evacuación de los asentamientos ilegales y la recuperación de sus tierras. Quizás no sea más que una utópica fantasía pero se aferran a ésta igual que un náufrago a un madero en medio del océano.

Como es el caso del señor Nayib Chahin separado de sus familiares pues carece de los documentos necesarios para reunirse con ellos en Jordania. Para las autoridades israelíes es un elemento peligroso pues ha sido detenido por prestar auxilio a la resistencia armada. ¿Alguien le brinda al menos algunas palabras de consuelo? A su alrededor sólo reina el silencio y la indiferencia. Esta es la más vil humillación que pueda soportar una persona. Es tal su amargura que desmoralizado ha perdido la fe y reniega de lo divino y de lo humano.

Nada mejor para ilustrar este caso que transcribir apartes de uno de los más celebrados artículos del escritor palestino Edward Said publicado en el año de 1997.

“Nuestros políticos han decidido que no hay otra opción que continuar intentando mantener el tipo ante el pueblo con un montón de discursos y promesas esperanzadoras pero engañosas. Mientras, te rodeas de gente que te dice lo que quieres oír y está deseosa de ayudarte a montar cosas agradables como una banda de música, unas cuantas casas y coches de lujo o sellos de correo con tu cara. Lo mejor de todo es hacer cuantas más visitas de Estado (todas innecesarias) mejor: un día en Estocolmo, otro en París, otro en Pekín, otro en El Cairo. El tercer argumento es el de hacer más concesiones, aceptando las humillantes condiciones israelíes, con la esperanza de que un día ya no habrá que hacer más o los israelíes devolverán algo. El cuarto, es que se trata de política, de un negocio sucio, por lo que se actúa con los israelíes como si fueran socios en un crimen, sin importar que todas las ventajas sean para ellos pues a nosotros nos produce un montón de tratos comerciales…”
“Puede haber uno o dos argumentos más, pero ninguno explica la aceptación en la calle palestina de esta asombrosa situación que parece empeorar día a día. Muchos de los asesores de Arafat son hombres y mujeres inteligentes, con largos historiales en política progresista, ¿Por qué se callan? ¿Por qué los más dotados aceptan tan de buen grado unas cuantas ventajas materiales (un coche, una oficina, un nombramiento vip) a cambio de seguir trabajando con un hombre cuyas tácticas aborrecen y cuyos errores saben, y así lo han dicho abiertamente, que han llevado a palestinos y árabes a uno de los niveles más bajos de su historia ¿No se sienten obligados por la verdad y por la miseria de un pueblo cuya desposesión podría haber sido aliviada mil veces más de lo que lo ha hecho la OLP? La mayoría de la gente de EE UU y Europa cree sinceramente que tras la paz las cosas están mejor y que por primera vez en 30 años los palestinos están consiguiendo su libertad. Ésa es la crueldad del dilema palestino. Por una parte queremos demostrar que deseamos la paz, y por otra, gracias a esa 11 paz las vidas cotidianas de los palestinos, excepto unos cuantos acaudalados hombres de negocios, jefes de seguridad y funcionarios, ha empeorado mucho…”

“Desde hace al menos seis meses, los principales medios de comunicación de EE UU y Europa han estado llenos de información sobre el frente diplomático, las negociaciones, los callejones sin salida, los adelantos finales, y completamente vacíos de toda información que retrate la realidad de la vida de los palestinos. Sobre los prisioneros palestinos que siguen pudriéndose en las cárceles israelíes (y que en algunos casos son torturados hasta la muerte); sobre los horrores que sufre una familia numerosa con el padre en paro para sobrevivir en Gaza; sobre las represalias sistemáticas y casi diarias que sufren, a manos de los colonos y Ejército israelí, los palestinos que intentan evitar su propia expulsión; sobre lo que significa para un palestino intentar entrar y salir de Gaza, ni sobre los cisjordanos a los que se les ha prohibido la entrada en Jerusalén; sobre los puestos de control que hacen de los pequeños enclaves de Cisjordania guetos asfixiantes; sobre la vida bajo el terrible régimen de Arafat, con libros, periódicos y revistas censurados o prohibidos, amenazas de los servicios de seguridad al ciudadano medio, corrupción a escala operística que mata toda posibilidad de negocios normales; y, sobre todo, nada sobre la ausencia total de ley o de imperio de la ley en las zonas de autonomía palestina…”

“Dado todo esto, sumado a la sensación de frustración y desesperanza que sienten los palestinos ante la cruel farsa que nuestros dirigentes se ven obligados a representar, hace que sea un deber absoluto describir la vida cotidiana bajo el proceso de paz, sin adornos y con el mayor detalle posible. Hay que contar al mundo lo que nuestro pueblo ocupado sigue padeciendo, lo que se oculta tras esos engañosos informes del proceso de paz, del que el reciente episodio en Hebrón es con toda seguridad uno de los más irónicamente crueles. No es cuestión de dinero, sino de disciplina y voluntad. Si todos nosotros nos propusiéramos estar informados de lo que sufre la gente en Ramallah, Hebrón o Jerusalén, e intentáramos quebrar de algún modo el silencio oficial y de los medios de comunicación -con cartas al director, llamadas a la radio, creación de grupos para hacer este tipo de trabajo sistemáticamente-, estaríamos iniciando nuestro intento de liberación. Modesto, minúsculo e incluso risible, pero seguro que mucho mejor que la pasividad y el silencio colectivos. La situación actual no puede durar. En el corazón de la vida palestina hay demasiadas desigualdades e injusticias, y el escenario israelí, con sus dementes colonos y fanáticos religiosos, con los airados mandos militares que hierven con rabia contenida. Todo esto no puede continuar así el presupuesto humanitario que genera palestina consumido por la burocracia y los corruptos de turno del gobierno.”

Como vemos en este artículo las críticas del finado Edward Said, uno de los más importantes intelectuales palestinos de todos los tiempos, siguen vigentes, nada ha cambiado en estas últimas décadas, al contrario, las cosas van de mal a peor. La situación socio-económica en Gaza y en Cisjordania es francamente dramática, mejor dicho, de una gravedad extrema. De qué sirven estos mediadores de paz como Tony Blair a la cabeza del Cuarteto de Oriente Medio con una paga millonaria y alquilando 15 habitaciones en el lujoso hotel American Colony de Jerusalén para alojar a sus consejeros y guardaespaldas. El ex primer ministro inglés no ha hecho más que representar un cínico papel totalmente favorable a los intereses judíos. Hasta el colmo de asistir al entierro de Sharon y calificar a este criminal genocida de “genial estratega militar” “un cálido amigo tocado por una varita mágica” O que decir de los “buenos oficios” del Secretario de Estado norteamericano Kerry que por orden de Obama intenta a toda costa conseguir un acuerdo definitivo de paz entre israelíes y palestinos antes de finalizar el año. Incluso presionando a la ANP para que pida su adhesión a la OTAN y de este modo garantizar la seguridad de Israel. En fin, los palestinos tendrán que conformase con darle gracias a los judíos porque al menos les han cedido un espacio donde caerse muertos. Es inútil enumerar la cantidad de conferencias, las cumbres, los encuentros secretos, los cócteles y banquetes en aras de encontrar una solución entre los contendientes. ¿De qué han servido? Sólo para justificar los presupuestos que donan “solidariamente” la UE o EE.UU.

Todo es absurdo, increíblemente absurdo. ¡Cómo puede Palestina alcanzar su independencia y su soberanía si la han convertido en un archipiélago de enclaves divididos por asentamientos, checkpoints, cuarteles militares y un muro de hormigón! Sin cohesión ni unidad territorial, con Gaza y Cisjordania sin un lazo geográfico que las integre, completamente separadas por razones ideológicas o religiosas es prácticamente imposible establecer un estado palestino viable (apenas se quedaría en algo virtual o poético). Nayib Chahin representa la Palestina real, sin máscaras ni apariencias, él es el símbolo de un fracaso y de una derrota que arrastra igualmente a millones a la pobreza, la marginalidad y el despojo.

Carlos de Urabá 2014
Amman-Jordania