La jaula

La jaula
por la emancipación de los pueblos

mercredi 28 septembre 2016

Muere Shimón Peres, héroe genocida y premio Nobel de la Paz.


Se distinguió por ser uno de los traficantes de armas más importante del planeta.

Szymon Perski, nacido en  Wisniew (Polonia) y mejor conocido como Shimón Peres acaba de morir en Tel Aviv a la edad de 93 años. A  este extranjero invasor del territorio palestino se le considera uno de los padres fundadores del estado sionista de Israel.

Su familia hizo aliyah a Tel Aviv en el año 1934. Desde temprana edad se enroló en la Haganah tomando parte en sus “gloriosas” actividades terroristas. Participa de manera sobresaliente en la guerra Árabe-Israelí cumpliendo a cabalidad su función de asesino y sicario. Israel precisaba desocupar el territorio palestino para acoger al pueblo elegido por Yahvé. Por sus destacadas dotes organizativas Ben Gurion le encargó el papel de acelerar al máximo la carrera armamentística del nuevo estado judío. Shimón Peres era el responsable directo del programa nuclear israelí (Dimona) y el intermediario en la compra de los cazabombarderos Mirage franceses. Israel  pretendía así erigirse en potencia regional y disuadir a sus enemigos de cualquier posible agresión. A tal punto llegó su gran amistad con el gobierno de Francia que tenía un despacho secreto en el palacio del Elíseo.

Shimón Peres fue un extraordinario relaciones publicas y forjó una profunda amistad con los más destacados líderes mundiales. Supo mover con inteligencia las fichas de la diplomacia a favor de la causa sionista. Gracias a este laborioso trabajo Israel ha visto legitimada su soberanía sobre un territorio ilegítimamente ocupado.  

Shimón Peres ocupó importantes cargos en el gobierno de Israelí: ministro de Defensa (guerra), ministro de Relaciones Exteriores, Primer Ministro y por último  presidente de Israel. Por lo tanto es el directo responsable de las agresiones y bombardeos,  ejecuciones extrajudiciales y violación de los derechos humanos que ha sufrido durante décadas al pueblo palestino. Él ha sido la cabeza pensante del terrorismo de estado en su máxima expresión. Peres fue quien nombró a Ariel Sharon para que comandara las tropas del Tzahal que invadieron el Líbano. Las mismas que posteriormente cometieron la masacre de Sabra y Chatila. Siempre permaneció en la sombra para guardar las apariencias y dar la imagen de un hombre justo y honorable. 

Shimón Peres contribuyó enormemente a cimentar la alianza estratégica con el gobierno racista Sudafricano de Pieter Botha. Israel colaboró muy estrechamente en el desarrollo del programa nuclear Surafricano. Sus diabólicos proyectos se hicieron realidad cuando en aguas del Atlántico sur realizaron una prueba atómica secreta (operación Phenix).  

En el currículum de Shimón Peres hay que señalar sus relaciones amistosas con regímenes dictatoriales como los de Augusto Pinochet en Chile, Ríos Montt en Guatemala, Videla en Argentina, con D´Aubuisson de Arena en el Salvador, Somoza en Nicaragua y  posteriormente con los gobiernos  ultraderechistas colombianos de Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos. EE.UU en su ofensiva anticomunista utilizó a Israel para que asesorara militarmente y proveyera de armas a sus aliados.

Shimón Peres se distinguió como uno de los miembros más destacados del movimiento sionista mundial y ficha clave del lobby judío (que es el principal valedor de Israel en los EE.UU). En incontables oportunidades negoció con Washington el aumento de la ayuda militar con el fin de consolidarse como la potencia más temida de Oriente Medio. Él afirmaba que Israel es la primera línea de fuego del occidente civilizado en su enfrentamiento contra el “terrorismo islámico”

Shimón Peres ha sido en realidad uno de los mayores traficantes de armas a nivel mundial. Un título adquirido gracias a que ejerció el papel de representante exclusivo de la industria bélica israelí -una de las más pujantes del mundo-

Astutamente intervino junto a Isaac Rabin en el proceso de paz palestino- israelí en el que pactaron con Yasser Arafat los tristemente célebres   “acuerdos de Oslo” Por tal motivo obtuvo el premio Nobel de la Paz (compartido con Yasser Arafat) Durante el tiempo que ocupó la silla de Primer Ministro dio luz verde a  las más sangrientas operaciones militares como “las Uvas de la Ira” en el sur del Líbano, o los indiscriminados bombardeos contra la Franja de Gaza y Cisjordania.

Israel prepara las honras fúnebres de este “ángel exterminador”. Seguramente a su postrer despedida  asistirán los más importantes líderes mundiales y personalidades de reconocido prestigio. Por ley hay que rendirle un merecido homenaje a tan ilustre “apóstol de la paz”. Dirán los sepultureros que esta es una pérdida irreparable para el mundo libre que lucha por preservar los valores de la libertad y la democracia 


Carlos de Urabá 2016.

Santos saluda a la paz con sus cazabombarderos Kfir (sionistas).


Sucedió esta delirante escena -más propia del realismo mágico-durante la firma de los acuerdos de paz entre el gobierno colombiano y las FARC en Cartagena. Para quien no lo sepa en Cartagena el 70% de la población es de origen negro -siendo los componentes de esta etnia los más marginados y excluidos. Ayer en la firma de los acuerdos de paz apenas puede contar tres o cuatro afrocolombianos -aparte de las artistas invitados de Bojayá- En la ceremonia privada ¡¡Una paz privada!! sólo podían participar unos seres elegidos por el Todopoderoso (casi todos burguesitos blancos, católicos y apostólicos)  Lo que veíamos eran mujeronas y señorones todos vestidos de blanco impoluto, mejor dicho, disfrazados de pacifistas del “peace and love”  en Woodstock agitando pañuelitos blancos como si estuvieran en una plaza de toros. Parecían niños chiquitos jugando con palomitas y banderitas blancas en una casita de muñecas. Desde luego que en este antiguo puerto negrero todavía reina el apartheid y la exclusión social. Por un lado los blanquitos o carapálidas de sangre azul y por el otro la “negramenta” o chusma de sangre impura.

A esos cachacos pretenciosos se les ocurrió firmar la paz con las FARC a orillas del mar Caribe. En este marco paradisiaco es algo obsceno convocar una fiesta sabiendo que de por medio hay tantos miles de muertos, tantos asesinados,  tantos desaparecidos,  desplazados o desterrados. La oligarquía colombiana ama la megalomanía y los grandes espectáculos. Y nada mejor que el marco incomparable de Cartagena que cuenta con toda la infraestructura del caso: hoteles cinco estrellas, playas, piscina, restaurantes, boutiques, etc. Una paz de lujo y por todo lo alto.  Con toda razón Timochenko en su discurso tuvo la decencia de referirse a esos marginados que malviven en esa otra Cartagena clandestina y olvidada.

Al mejor estilo Hollywoodiano Juan Manuel Santos abrió una colosal puerta por donde se supone iban a entrar juntos como hermanos los convidados a este magno evento.  Paradójicamente en Colombia las puertas están cada día más cerradas y se levantan muros y barreras donde se colocan letreros de ¡Alto! ¡prohibido el paso! ¡perros bravos! La política de seguridad democrática sigue más vigente que nunca.  Los doctores no se pueden mezclar con la baja ralea así que el populacho tendrá que ver la telenovela de la paz en las pantallas gigantes de televisión. Para entrar en el sagrado recinto se necesita una invitación especial expedida por la Presidencia de la República.   No podían faltar tampoco los ritos religiosos; las misas,  los coros de villancicos y ofrendas para pedirle a papá Dios que nos ampare y nos favorezca.  Los colombianos somos muy dados a la espiritualidad y al camanduleo barato. El pueblo en su inocencia todavía cree que a punta de oraciones y padrenuestros el país va a salir del subdesarrollo.

Para colmo en las trasmisiones televisivas o radiofónicas los únicos protagonistas son los colombianos buenos, es decir, los oligarcas y terratenientes tan educados y elegantes, las clases sociales que defienden las tesis oficialistas; los malos son esos guerrilleros feos, líchigos y guaches aliados al castro-chavismo. Los locutores de la radio y televisión se expresaban en voz alta:   “El estado es generoso con ellos firmando este acuerdo” “celebremos la victoria sobre la insurgencia comunista”.

Mientras Timochenko enardecido pronunciaba su discurso evocando el universo macondiano de mariposas amarillas y Mauricio Babilonia, de repente aparecen  rugiendo en el cielo una escuadrilla de cazabombarderos Kfir, made in Israel. Unas flechas de fuego que rompieron la velocidad del sonido  causando pavor entre la concurrencia.  En nombre de la paz y el amor, ¿quizás? Estos son los mismos Kfir con el que los asesinos sionistas suelen bombardear Gaza y Cisjordania. El público aplaudía emocionado la demostración de fuerza y poderío de la gloriosa fuerza aérea colombiana. Tranquilos que tan sólo se trata de “un saludo a la paz” - expresó exultante el Presidente Santos. Esto ya es demasiado, que falta de respeto, cómo es posible realizar un acto de guerra en la firma de los ¡acuerdos de paz!

Timochenko se quedó de piedra y no pudo continuar su discurso;  con los ojos desorbitados permaneció unos segundos observando el cielo donde esas bolas de fuego desaparecían entre las nubes. Los guerrilleros presentes en el acto hicieron el gesto de echarse mano al cinto o empuñar un arma para defenderse. ¡Hágame el favor!  no puede ser una casualidad el que aparezcan los Kfir justo cuando el comandante de la guerrilla se dirigía al auditorio. Ha sido un golpe de efecto -No tiene otra explicación,  lo han hecho aposta para enviarle un mensaje a las FARC ¡atentos y mucho cuidadito con lo que hacen pues desde los cielos los estamos vigilando! Otros incluso han llegado a afirmar que esos pilotos hacían un acto de protesta. ¿Por qué no? Lo más seguro es que sean seguidores del expresidente  Uribe contrarios a los acuerdos de paz. 

Este ha sido un episodio bochornoso y despreciable, pero a la vez aleccionador, y que no puede pasarse  por alto pues es una clara advertencia, un gesto hostil sin parangón alguno. 

Este festival por la paz  ha costado al erario público millones y millones de pesos (que tendrá que pagar el sufrido contribuyente) De la manera más descarada se ha despilfarrado un presupuesto que hubiera podido emplearse para paliar las graves carencias en salud y servicios públicos que sufren esos pobladores de los barrios más deprimidos. Cuando llega el invierno media ciudad se inunda por completo y los ciudadanos más humildes pierden sus casas, enseres y bienes quedando  en la más absoluta indefensión. El pueblo con el agua al cuello y mientras tanto Juan Manuel Santos, el futuro Nobel de la Paz, dispuesto a tirar la casa por la ventana para satisfacer su narcisismo y egolatría.

Según fuentes dignas de toda confianza al terminar los históricos actos los invitados se dirigieron a disfrutar de un gran banquete gastronómico en el Centro de Convenciones.  Un ágape en el que no faltaron los más deliciosos platillos de la cocina criolla e internacional. Y todo acompañado de los más caros licores, vinos o champagne.  Claro, sino como iban a brindar por la paz y la amistad. Y como suele suceder en este tipo de certámenes en el que acuden tantas personalidades importantes, edecanes, guardaespaldas, asesores, secretarios  etc. tras saciar la gula  a disfrutar de una noche loca caribeña.  Esa playa blanca de arenas calientes (privada y bajo la estricta vigilancia de las fuerzas de seguridad) es el mejor escenario para los amores furtivos. La música salsa, un daiquiri o un whisky en las rocas  despiertan la libido y los instintos básicos.   Es la hora de hacer realidad esa consigna de  “haz el amor y no la guerra” Cartagena es una ciudad muy famosa por la calidad de sus prostitutas, damas de compañía, masajistas y hasta las reinas de belleza prepago.  Aquí  existe un variado harén de  mulatas, negras, mestizas o blancas (y hasta menores de edad) dispuestas a complacer a la clientela más exigente por un buen puñado de dólares.

Y todos felices comieron perdices y colorín, colorado este cuento se ha acabado.


Carlos de Urabá 2016

lundi 26 septembre 2016

Galicia sigue siendo franquista.


El resultado de estas elecciones autonómicas así lo confirma. Los gallegos aman al  dictador.   No por casualidad este hijo predilecto de Galicia nació en el Ferrol (del Caudillo). El PP ha ganado las elecciones por mayoría absoluta, con una mayoría contundente un partido corrupto dedicado al latrocinio y al pillaje ha obtenido una victoria arrolladora. EL elector gallego tan especial por su carácter lunático y amnésico ha premiado a los herederos del antiguo régimen franquista.

La ignorancia y la falta de conciencia han dejado en estas elecciones autonómicas un resultado aleccionador: los parados han votado al PP, los inmigrantes han votado al PP, las mujeres maltratadas han votado PP, los jubilados han votado al PP, los emigrantes gallegos en ultramar han votado al PP de Francisco Franco, los campesinos han votado al PP, los miserables que hacen la cola en Cáritas han votado al PP, las madres solteras, los desahuciados, los sin techo, los borrachos, los que están en lista de espera en los hospitales han votado al PP, los taxistas y los fascistas, los legionarios paracaidistas, obispos, cardenales y homosexuales han votado al PP, los drogadictos, los travestis, las prostitutas han votado al PP, los monárquicos tradicionalistas han votado al PP, desde la más baja ralea hasta la más alta alcurnia ha votado al PP. Así se cumple al pie de la letra ese santo proverbio que dice: “sarna con gusto no pica”. Hay que acatar con resignación y también con rabia el veredicto inobjetable de las urnas.

Galicia sigue siendo franquista y se arrodillan ante el apóstol Santiago rogando que el espíritu del caudillo los ampare y los favorezca. Este es un voto de confianza, un espaldarazo a Mariano Rajoy, un gallego universal que con toda seguridad muy pronto será investido presidente de gobierno.


Carlos de Urabá 2016

dimanche 25 septembre 2016

Las FARC conceden a Juan Manuel Santos el premio Nobel de la Paz.


Y no podía ser de otra manera porque el gobierno colombiano ha presentado esta firma de la paz como una capitulación de la guerrilla, es decir, como una victoria sobre la insurgencia comunista. Si el muro de Berlín cayó en 1989 los acuerdos de la Habana también marcan una nueva caída. La guerrilla acorralada por los severos golpes militares no ha tenido más remedio que sentarse en la mesa de negociaciones. Ahora Juan Manuel Santos va a ser elevado a la categoría de héroe de la patria por los siglos de los siglos. Allí en lo alto del parnaso brillará con luz propia junto a Bolívar, Santander, Sucre o San Martín. El gran Juan Manuel Santos,  jefe de las fuerzas armadas  ha alcanzado la victoria en el campo de batalla. Loado sea su nombre y que el sagrado Corazón de Jesús bendiga al pacificador de Colombia.

Y es así como el carnicero de Sucumbíos, uno de los planificadores de la política de Seguridad Democrática junto al expresidente Uribe Vélez, va a ser proclamado premio Nobel de la Paz. En letras de oro quedará grabado su nombre en los anales de la historia: el excelentísimo señor doctor Juan Manuel Santos presidente de la república y nuevo Gandhi planetario. El honroso título que tanto soñaba para satisfacer su egolatría y vanidad.

La firma de los acuerdos de Paz y el referéndum para ratificar los acuerdos de la Habana  son fechas impuestas por el gobierno para que coincidan con las deliberaciones del comité del Nobel en Noruega. Porque estamos en las vísperas de elegir los candidatos para recibir tan importante galardón.  El veredicto definitivo se conocerá a mediados del mes de octubre y el premio será entregado en una pomposa ceremonia el 10 de diciembre en Oslo.

Juan Manuel Santos es hijo de unas familias más reaccionarias de la oligarquía colombiana. Este honorable descendiente de  mantuanos o chapetones se ha distinguido por brindarle los más altos servicios a la nación. Un singular prontuario criminal que pesa sobre sus espaldas: bombardeos, masacres, falsos positivos, terrorismo de estado,  genocidio, desapariciones, torturas, desplazamiento forzado.  Delitos de lesa humanidad cometidos durante el período en el que él era  Ministros de la Guerra y luego como presidente de la república.

Resulta que a este sanguinario santito también lo elevarán a los altares como patrono de la santa muerte. Nada menos y nada más que el más importante aliado en América Latina del sionismo internacional y, por ende, cómplice del holocausto palestino. Juan Manuel Santos recibirá con toda seguridad el Nobel de la Paz igual que en su día lo obtuviera el Presidente de EE.UU Obama por sus inestimables servicios prestados a favor de la “paz mundial”  invadiendo países, arrasando pueblos y aniquilando enemigos en nombre de la libertad y la democracia.

Colombia desde hace décadas ha sido víctima de una espantosa agresión militar  promovida por el imperialismo norteamericano en su afán por dominar el corazón del continente. Gracias a los buenos oficios de tantos presidentes traidores, de tantos políticos corruptos, de tantos narcotraficantes, sicarios y paramilitares han conseguido materializar sus maquiavélicos planes.  

Ahora ceñirán  con coronas de laurel las sienes de aquellos matarifes, de aquellos diabólicos descuartizadores de las  motosierras, de los macabros escuadrones de la muerte que se impusieron a sangre y fuego.  La santa madre iglesia bendice la asunción a los cielos del presidente Santos; el Papa Francisco concelebrará un  gran Te Deum solemne en su honor.  El comandante supremo Hugo Chávez ya dijo antes de morir que había que renunciar a la lucha armada, que hoy la revolución debe hacerse a través de Twitter. El Comandante Fidel Castro ha dado la orden de romper filas y apostar por integrase en la democracia burguesa.  Se acabó el ¡patria o muerte! como tantas veces lo gritó en sus exaltados discursos. Cuba reestablece relaciones con EE.UU.  Obama visita la Habana y estrechas las manos de Raúl Castro en un gesto conciliador. Definitivamente ha terminado la guerra fría. Los grupos subversivos deben desaparecer del mapa. Es la hora  del amor, de la paz y de la amistad. 

Cuánta sangre derramada en vano en nombre de un noble ideal, en nombre de la justicia y la libertad de nuestros pueblos.

Pero esta águila negra disfrazada de paloma seguirá vomitando plomo. Entonces las inocentes ovejitas caerán en sus garras y ya será demasiado tarde para arrepentirse.

Carlos de Urabá 2016


vendredi 23 septembre 2016

Victoria de la derecha tradicionalista vasca en las elecciones autonómicas 25-S.


No podía ser de otra manera porque en el País Vasco existe un segmento de la población  muy católico y conservador. En la guerra civil española hubieron muchos casos de militantes del PNV que se pasaron la bando Nacional -llámese requetés, carlistas o falangistas- porque -según ellos- defendían los fueros vascos y la fe católica. Acordémonos que en el País Vasco  se encuentra el santuario de San Ignacio de Loyola, fundador de la jesuitas y uno de los hijos más ilustres de esta tierra. El papa Francisco también pertenece a dicha comunidad religiosa y por lo tanto la influencia del Vaticano es más que notoria.  

A la derecha tradicionalista vasca habría que sumarle la derecha españolista vasca representada por el PP y el PSOE. Partidos que en su conjunto apuestan por promover el neoliberalismo europeo merkeliano.

El País Vasco es una sociedad dividida por múltiples factores históricos y culturales.

Es por esto que la izquierda radical o borroka tiene también un gran protagonismo político. Estamos hablando del movimiento de liberación vasco que lucha por la emancipación e independencia de Euskalerría (la patria vasca en su totalidad). Su apoyo social se cuantifica en un 20% de la población. Cifra insuficiente para alcanzar sus objetivos. El fin de la violencia de ETA ha permitido la irrupción de nuevas variantes como es el caso de Podemos que se manifiesta más moderado y conciliador. Ellos defienden el derecho a decidir mediante un referéndum el futuro del País Vasco sin posibilidad alguna de proclamar unilateralmente la independencia. Y es que estamos en una época más racional y pragmática no apta para el puño en alto y las barricadas.

Al PNV pertenecen esas grandes familias burguesas, familias aristocráticas de apellidos rimbombantes y de escudos nobiliarios. Son los empresarios, banqueros e industriales, las grandes fortunas que por tradición ejercen el poder en la sombra. Igual que se aliaron en su día con el franquismo, hoy hacen lo mismo con la monarquía borbónica.

El PNV ha renunciado a los principios fundacionales de Sabino Arana cuyo propósito no era otro que crear un estado propio. Hay que olvidarse de ese sueño romántico pues lo prioritario es garantizar el crecimiento económico y el estado del bienestar. La derecha vasca ha decidido mantener el actual status quo con el reino de España a cambio de mayores beneficios fiscales y mejorar la financiación autonómica.

Estamos hablando de un País Vasco del siglo XXI súper industrializado y tecnológicamente muy competitivo. Algo que se refleja claramente en la curva del PIB. Por algo el nivel de la vida es uno de los más elevados de España y sólo comparable con el de los países más prósperos de la UE.

En Euskadi se le rinde culto al trabajo. Es necesario trabajar las 24 horas del día, los siete días de la semana  -horas extras incluidas- si se quiere mantener un tren de vida aceptable.  Por eso no podemos hablar de ciudadanos sino de consumidores. El consumismo es muy desaforado y especialmente en productos finos y artículos de lujo. El capitalismo vasco cumple todas las expectativas de la globalización económica.

Sólo basta con pasear por San Sebastián para darse cuenta de cómo van las cosas. San Sebastián o Donostia es una de las ciudades más monárquicas y aristocráticas de España. (Aunque paradójicamente muchas veces gobernada por la izquierda abertzale)  San Sebastián es una de las ciudades favoritas de la realeza española  y europea. Y esto se refleja en la maravilla y la opulencia de esos palacios y mansiones, los casinos o los hoteles de cinco estrellas.

En el exclusivo barrio de Gros se encuentra uno de los restaurantes más famosos y concurridos por la crem de la crem vasca, españolista e internacional.  Nada menos y nada más que el Arzak cuyo menú cuesta la módica suma de 190 euros (no hay una sola mesa libre y la lista de espera es interminable)  Este lujoso restaurante lo frecuentan desde el rey de España hasta los representantes de Bildu, Podemos, el PSE, PNV o PP. Arzak es el templo sagrado donde se reúnen los mandamases para cerrar sus negocios, acuerdos económicos y alianzas políticas.

¡Vaya nivel de vida! Un ejecutivo publicó en el Correo la siguiente reseña de su visita a San Sebastián: “Estuvimos en una mesa seis comensales habiendo efectuado la reserva con bastante antelación (2 meses). Esa noche estaba a cargo del restaurante la hija de J. María Arzak. Las entradas fueron ensalada bogavante; carabineros con krill; huevos con foie; huevo rojo y pochas blancas con chorizo. Los platos principales: Txipirones de anzuelo en su tinta; lomo de merluza en salsa verde con almejas...”


Carlos de Urabá 2016

vendredi 9 septembre 2016

“Diada” españolista frente al monumento del almirante Blas de Lezo en Madrid.


Los catalanes saldrán este domingo nuevamente a las calles para conmemorar la Diada o el día nacional de Cataluña. Digo conmemorar porque una derrota no se celebra. Esta es la onomástica del 11 de septiembre de 1714 cuando la armada de Felipe de Borbón, al mando del duque de Berwick, tras un largo asedio tomó la ciudad de Barcelona. Un infausto suceso que trajo como consecuencia la abolición de las instituciones catalanas, la  perdida de libertades, la prohibición de la lengua además de causar cuantiosas pérdidas humanas y materiales.  De ahí que el 11 de septiembre sea considerado un día de luto y de homenaje a los heroicos defensores.  La Diada es esencialmente un acto antimonárquico, anti borbónico, anti españolista y reivindicativo de la catalanidad.

La Diada viene a demostrar la fuerza de un pueblo decidido cambiar el rumbo de la historia. Algo que levanta gran expectación pues millones de personas pacíficamente se manifiestan confiadas en materializar las justas reivindicaciones de independencia y soberanía.  La meta es abolir la tutela monárquica y proclamar la república catalana. Quien luche por la libertad de su pueblo y exija el derecho a decidir sobre su futuro será perseguido con toda enjundia por los tribunales de orden público (borbónico) españoles.

Para cualquier latinoamericano -y quizás para muchos españoles- la Diada es algo completamente desconocido. El reino de España controla los medios de comunicación de masas y la manipulación mediática es ostensible. Ellos son los poseedores de la verdad absoluta y cualquier oposición a sus dictados es condenada y criminalizada. La versión oficial es que España es un reino  indivisible  tal y como lo pregonaba con la de “Una, Grande y Libre” el Caudillo Francisco Franco. 

La Comunidad Iberoamericana de Naciones presidida por su majestad el rey Felipe VI defiende por encima de todo la legalidad constitucional. Casi todos los países de América se muestran solidarios con la madre patria ante el desafío secesionista catalán. No hay más que acordarnos de lo que sucedió en una de las cumbres cuando  el rey Juan Carlos I enrabietado pronunció el famoso ¡por qué no te callas! en tono de reproche al presidente Chávez. Un comportamiento tan soez solo refleja el carácter absolutista y despótico de los borbones. “El  Rey de España es el garante de la unidad, la estabilidad y buen el buen funcionamiento de las instituciones democráticas” argumentan los más sabios y prestigiosos doctores. Este es un dogma que no admite discusiones. Te alabamos señor.
Existe entre Cataluña y las colonias del otrora imperio Español -más concretamente con el virreinato de La nueva Granada (hoy Colombia) un insólito vínculo histórico. Este no es otro que la figura del almirante  Blas de Lezo. Blas de Lezo fue uno de los oficiales al servicio de la corona española que al mando del Campanella -una nave de 70 cañones- participó en el asedio y bombardeo de Barcelona entre el año 1713 y 1714. Se trata de nada menos y nada más que del nuevo héroe españolista rescatado del limbo del olvido por los más audaces historiadores monárquicos.

Cualquier niño colombiano ha estudiado en la escuela que Blas de Lezo fue el valiente marino que venció al almirante Vernon. En ese entonces la armada inglesa buscaba por todos los medios tomar la plaza fuerte de Cartagena de Indias, la puerta de entrada a América del Sur. Según las crónicas –muchas veces exagerada por los audaces historiadores-  la corona británica envió la mayor fuerza naval conocida en esa época para arrebatarle a los borbones una de las la joyas más preciadas de su corona-  Desde Cartagena de Indias salían rumbo a España los galeones cargados con oro, plata  y piedras preciosas fruto del bárbaro expolio colonial.

De ahí que en Colombia se le considere a Blas de Lezo uno de los héroes patrios más relevantes. Aunque para no manchar su santo nombre- se ha censurado u omitido que el héroe de la batalla de Cartagena de Indias participó en la toma de Barcelona cometiendo un criminal genocidio.
Esto es algo inadmisible. La oligarquía colombiana permanece fiel a las consignas emanadas desde el palacio de la Zarzuela. Para ellos Cataluña es una región o provincia española  que pretende separarse de la amada madre patria. Los catalanes son unos subversivos que se colocan al margen de la ley.

Lo cierto es que Blas de Lezo defendía los intereses de la corona española sin la menor intención de liberar la Nueva Granada o Colombia del yugo realista.  Blas de Lezo como almirante la flota española en Indias es cómplice del sometimiento, la esclavitud y la explotación de los neogranadinos.  Todavía faltaba un siglo para que se iniciara la lucha de independencia contra el invasor realista con el advenimiento de la figura de Bolívar y demás próceres.
El almirante Blas de Lezo poseía un gran patrimonio y hacienda, además de una legión de esclavos negros y esclavas (negras o mulatas barraganas) comprados en el mercado de la plaza de los Coches. O sea, un negrero más que se dedicaba a la compraventa de seres humanos. También hay que añadir que todos los soldados que participaron en la defensa de Cartagena eran en su mayoría (salvo los mandos) indígenas, mestizos, negros o mulatos obligados a combatir por Dios, la Patria y el Rey en las filas del ejército español. Blas de Lezo con ese cuerpo mutilado parece más un bucanero de esos que se dedicaban al pillaje de las naves en alta mar que a ese paladín que nos pintan los historiadores (borbónicos).

Desde luego que las espadas están en alto y se abre un nuevo campo de enfrentamiento entre independentistas catalanes y constitucionalistas españoles. Los independentistas suelen todos los 11 de septiembre llevarle ofrendas florales al monumento a Casanova (prócer catalanista y líder de la resistencia en el asalto borbónico) para rendirle homenaje a los que dieron la vida por la libertad de Cataluña.  Ahora los españolistas con inquina harán su respectiva ofrenda ante el monumento de almirante Blas de Lezo situado en la plaza de Colón en Madrid. Es increíble que este “personaje” haya permanecido en el limbo del olvido pues solo hasta hace unos pocos años que los historiadores borbónicos lo han resucitado encumbrándolo al panteón de héroes ilustres. Ahora brilla con luz propia junto a don Pelayo, el Cid Campeador, Colón, Pizarro, Orellana, Cortés, Elcano, el Empecinado, el Gran Capitán, Churruca, Agustina de Aragón o Manuela Malasaña. Los nostálgicos sacan a relucir la figura del victorioso almirante para rememorar las antiguas hazañas. Y es que el imperio español a los largo de los siglos ha sufrido duras derrotas a manos de ingleses, franceses, holandeses o norteamericanos que lo han  condenado a la más absoluta decadencia. Es por esto que precisan de paladines que le devuelvan el orgullo perdido y su antiguo esplendor. A Blas de Lezo por suscripción popular se le levantó un monumento en la plaza de Colón inaugurado el 15 de noviembre del 2014 con la presencia de Juan Carlos I, la alcaldesa de Madrid Ana Botella y la presidenta de la Comunidad Esperanza Aguirre.

Este inesperado culto al Almirante Blas de Lezo ha generado un gran revuelo entre los catalanes que lo ven una provocación inaceptable. Porque homenajear a aquel que participó en el sitio de Barcelona sembrando la muerte y la destrucción es algo absurdo y demencial. De ahí que grupos de ultraderecha españolistas, monárquicos y simpatizantes  de PP, Cs o del mismo PSOE  se aprovechen de la situación para agudizar aún más las rivalidades. Si antes era la plaza de Oriente hoy es la plaza de Colón la que se ha  consagrado como el nuevo templo del nacionalismo español. En el centro de la misma ondea en un mástil de 50 metros de altura y 20 toneladas de peso una colosal bandera de España. Símbolo indiscutible de su poderío megalómano y narcisista. Si en Barcelona las fuerzas independentistas conmemoran la Diada en Madrid las huestes monárquicas y unionistas celebran otra “Diada” o fiesta de exaltación al almirante Blas de Lezo vencedor por partida doble de ingleses y catalanes.

Este almirante tuerto, cojo y manco- a causa de sus heridas de guerra- y que  humilló al imperio Inglés en la batalla de Cartagena (victoria atribuida a la intersección del brazo incorruptible de Santa Teresa de Jesús) se ha convertido un héroe nacional tanto en Colombia como en España  –los historiadores borbónicos manipulan y crear mitos surgidos de los sueños delirantes que ellos mismos inventan. El reino español intenta resucitar viejas glorias de leyenda que contribuyan a acrecentar la grandeza de su blasón.  Tal y como lo afirmó el embajador colombiano señor Fernando Carrillo el día de la inauguración del monumento a Blas de Lezo: “Ojalá nuestros niños tengan ese referente ético de defensa de valores. Este es un auténtico campeón de la hispanidad” 

Las élites oligárquicas colombianas demuestran así su eterna fidelidad a la corona española. Sin ningún reparo se postran de rodillas ante sus majestades los reyes y se declaran sus más fieles vasallos. Parece que se olvidan que hace 200 años hubo una  guerra de independencia para expulsar al opresor realista de las colonias americanas. En todo caso en nada debe sorprendernos esa actitud tan sumisa cuando el grito de independencia de los criollos de la Nueva Granada fue: “¡Viva el rey (Fernando VII) y muera el mal gobierno!


Carlos de Urabá 2016

lundi 5 septembre 2016

¡Golpe palaciego!: el rey Felipe VI decidido a nombrar al presidente de gobierno.


Ante un momento tan trascendental en la historia de España el rey Felipe VI, según los más contumaces analistas, debe proponer un candidato alternativo o una figura de reconocido prestigio de la sociedad civil para que se ocupe de la jefatura del estado. Esta es una medida extrema pero legítima dado el indignante bloqueo que existe por parte de los partidos políticos que impiden la elección del presidente de gobierno.

Los debates de investidura han sido una sátira despreciable y deprimente. Esto es el colmo pues todo apunta que se va camino de unas terceras elecciones. Ante tan cruda realidad con toda razón muchos opinan que el rey debe tomar cartas en el asunto y formar un gobierno de concertación en base a los poderes que le otorga la constitución. No existe otra alternativa para salvar a España.  Ya no hay motivo para insistir en esos estériles  debates de investidura ya que las posiciones de los partidos en liza son inamovibles. Se hace imprescindible negociar pero todo ha sido en vano pues nadie quiere ceder un palmo de terreno. A pesar de que el PP -como la lista más votada- haya forjado una alianza con Ciudadanos no ha conseguido convencer al PSOE para que al menos se abstenga. La votación en una primera vuelta tuvo un resultado desfavorable.

Desde luego priman los intereses partidistas sin preocuparse en lo más mínimo por el futuro del reino de España.  Mariano Rajoy en la segunda votación tampoco ha conseguido los 176 escaños suficientes para lograr la investidura. La suerte está echada. El PSOE mantiene la negativa a su más enconado rival por el temor a perder aún más la confianza de sus electores. Como principal partido de oposición está en una situación débil y agónica.  El líder del PSOE Pedro Sánchez nuevamente pretende reeditar un acuerdo con Podemos y Ciudadanos que le permita encabezar un gobierno de progreso. Una quimera a la que nadie ya da ningún crédito. Por lo tanto las previsiones no pueden ser más pesimistas.  El PSOE cuyos principios fundacionales lo definían como un partido de los trabajadores y obreros ahora se ha trasformado en una secta monárquica más próxima a la derecha neoliberal capitalista. Su principal prioridad es la defensa de la dinastía borbónica y el salvaguardar la unidad de España.  

Es necesario firmar un pacto que garantice la gobernabilidad porque el tiempo pasa y España no puede permitirse el lujo de seguir en el limbo. El rey Felipe VI con inteligencia y sabiduría ha sabido mantenerse al margen de la disputa pero ya es hora de plantarle cara al asunto y demostrar su innegable talento. Su majestad ha intentado por todos los medios que sus vasallos se pongan de acuerdo y elijan un presidente de gobierno que garantice la estabilidad y la unidad del reino. Es tal la preocupación que la Conferencia Episcopal ya ha anunciado que en todas sus diócesis se van a concelebraran misas para que Dios mediante ilumine sus señorías y España salga del atolladero. El Ibex 35 sigue presionando a los líderes de los partidos para que pronto se produzca fumata blanca. Especialmente le exigen al PSOE que se abstenga y permita gobernar al PP. Sería un acto sublime y patriótico como está inscrito en el lema “Por Dios, España y el Rey”. 

En todo caso los poderes fácticos, las élites civil, religiosa y militar, los banqueros y el empresariado respaldan la Casa Real sin dilaciones.  Su majestad el rey no puede dejarse llevar por los devaneos de unos políticos mediocres que se han enzarzado en un duelo dialéctico que no conduce más que al abismo. 

El rey cuenta con poderes especiales para promover un candidato alternativo que ocupe la jefatura del estado. Quizás un noble, un aristócrata, un sabio o un intelectual de prestigio, es decir, una figura de consenso que guíe los destinos del reino de España en estos momentos tan aciagos. Con una clase política totalmente desprestigiada por los múltiples casos de corrupción y desfalco solo la monarquía es capaz de devolverle la confianza y credibilidad a las instituciones. Son innumerables factores los que exigen una respuesta rápida y contundente: el crecimiento económico, las inversiones extranjeras,  la salida de la crisis y la creación de empleo estable. No es posible que Felipe VI asuma  el papel de una figura decorativa que se limita a firmar las leyes y decretos que aprueban sus señorías en las Cortes. Ya está bien de mantenerse al margen dedicado a la ágapes, a los banquetes, las paradas militares o la recepción de embajadores y jefes de estado. No basta con lucir sus mejores galas  en compañía de su majestad la reina Letizia en esos actos protocolarios que lo condenan a ser un mero bufón del cotilleo mediático promovido por las revistas del corazón y reality shows televisivos.  

Felipe VI tiene que implicarse directamente en los asuntos más trascendentales de su reino. Para nadie es un secreto que  lo acechan descomunales peligros: las oscuras fuerzas separatistas, las hordas antisistema, los comunistas, la izquierda más pérfida y radical que astútamente se organizan prestos a asestar la puñalada trapera.  Esos bolcheviques que pretende desmembrar España no descansarán hasta verlo en la picota. El País Vasco y Cataluña con toda la arrogancia exigen emanciparse en una claro desafío a la soberanía patria. Y encima las turbas bolivarianas y chavistas del puño en alto que entonan “el pueblo unido jamás será vencido” son las mismas que un día tomaron la Bastilla y su objetivo no es otro que destronar a su majestad como lo hicieran con el rey Luis XVI  en la época de la revolución francesa. Una amenaza en toda regla que no se debe desestimar. 

Los representantes de la anti Europa,  de la anti España se preparan para el  asalto final y cuentan con un apoyo nada desdeñable de millones de votantes. Esos herejes y blasfemos de la kale borroka y el anarquismo están decididos a demoler los cimientos de las instituciones democráticas. Los muy impertinentes se atreven a sin ningún reparo a cuestionar la legitimidad de la dinastía borbónica. El monarca no puede consentir semejante afrenta a los principios fundamentales de su reino. El populismo es sinónimo de caos  y enfrentamiento fratricida como ya sucediera en un capítulo doloroso y de ingrata recordación en nuestra historia.

Según la Constitución Felipe VI es el jefe de Estado, el  Capitán general de los ejércitos y tiene que asumir sus responsabilidades.  Está en juego el respeto a la jerarquía,  el pasado imperial y todas sus históricas hazañas; y no solo eso, sino también su propia supervivencia.  La plebe se ha envalentonado y de la manera más zafia y ruin quiere mancillar los símbolos más sagrados del reino. Es por ello que hay que reaccionar con contundencia antes de que sea demasiado tarde. La realeza,  los príncipes, las infantas, los grandes de España, los duques, condes, los marqueses, la flor y nata de la aristocracia heredera de las tradiciones más vernáculas se encuentran en estado de alerta. Esa sangre azul bendecida por Dios, los reyes eméritos, la reina doña Letizia, sus hijas las princesas y futura reina de España, todos en guardia y preparados para ponerse al frente de la resistencia contrarrevolucionaria. En defensa de nuestra identidad y los valores más profundos del occidente cristiano.

La situación es muy tensa y delicada. El reino de España se encuentra entre la espada y la pared por culpa de la intransigencia de unos políticos ineptos. Los muy  soberbios permanecen enrocados y el rey Felipe VI debe dar un golpe en la mesa y meter en cintura a sus lacayos, vasallos y plebeyos. Todos han demostrado la más absoluta desidia y desprecio hacia la corona a sabiendas que  sin la tutela monárquica quedarán huérfanos y sumidos en la más desconsoladora indefensión.

Pero gracias a su inquebrantable popularidad el rey Felipe VI sabrá ganarse el corazón de los súbditos que seguro comprenderán  cualquier medida que adopte por dura que parezca. ¡Ni Rajoy ni Pedro Sánchez! Es imprescindible el regreso de un Cid Campeador, de Isabel la Católica, de un Gran Capitán Gonzalo Fernández de Córdoba, de un duque de Suárez, sin obviar, por supuesto, las excelsas figuras de los campeones de la democracia: Felipe González o José María Aznar.


Carlos de Urabá 2016