La jaula

La jaula
por la emancipación de los pueblos

vendredi 26 juin 2015

La hégira del Estado Islámico



La propaganda del califato reclama combatientes dispuestos a entregar sus vidas por el  martirio profético de la yihad universal.


En un pasaje del libro “el corazón de las tinieblas” Joseph Conrad narra cómo mientras navegaba por la costa del Congo fue testigo del ataque de un barco de guerra francés contra un poblado de indómitos aborígenes. Los marinos franceses sin remordimiento alguno cañoneaban a esos forajidos que se resistían a aceptar la “luz de la civilización”.  Al final del siglo XIX el colonialismo europeo cometió en África uno de los más bárbaros genocidios que recuerde la historia de la humanidad. Se calcula que más de 10.000.000 nativos fueron exterminados a sangre y fuego.



De otro lado el psicólogo Frantz Fanon en su libro Piel Negra Máscara Blanca nos habla sobre la psicología de la colonización. Especialmente analiza el complejo de dependencia y de inferioridad. Por ejemplo, en Sudáfrica el indígena era considerado un bárbaro salvaje que inspiraba repugnancia y desprecio. Por esta razón los blancos invasores instituyeron el apartheid para no mezclarse con las razas inferiores. Además de confinarlos en los bastuntanes o reservas para ejercer sobre ellos un mejor control policial y explotar su mano de obra barata. Si por algún motivo los “cafres” se sublevaban eran reprimidos sin piedad aplicándoles la ley antiterrorista.


En Oriente Medio sucedió algo muy parecido.  Esos salvajes de los desiertos incapaces de gobernarse por sí mismos necesitaban de un institutor que los redimiera. De ahí que al término de la Primera Guerra Mundial se crearan los mandatos coloniales. Potencias como Inglaterra y Francia se repartieron equitativamente las inmensas reservas petrolíferas vitales para mantener el crecimiento de la civilización capitalista.

La historia es cíclica y si ayer fueron los cruzados hoy es el presidente de EE.UU  Barak Obama quien tomó la decisión de lanzar junto a sus aliados  una campaña militar en Siria e Irak para frenar la amenaza del “terrorismo yihadista”


Actualmente 60 países del mundo entero participan la ofensiva que persigue la completa aniquilación de esas “sanguinarias bestias”. Con todos los avales y  sin ninguna objeción se disponen a extirpar el mal bendecidos por el Papa, presidentes, reyes, reinas, primeros ministros, emires, califas (musulmanes, pero buenos, es decir, moderados)  Porque los valores más nobles de la democracia y la libertad deben ser defendidos hasta las últimas consecuencias.


Se enfrentan los buenos contra los malos igual a lo que sucede en los cuentos infantiles o las películas de Hollywood.  El malo es feo, moreno, barbudo; el bueno hermoso, blanco y gentil. Sus símbolos la estatua de la libertad, el tío Sam y Columbia; el de los otros la media luna, el sable y el burka.  El bien y el mal; el héroe y villano, o sea, la clásica dicotomía esquizoide que rige nuestra conciencia colectiva y que se ha forjado a través del cine, la literatura, la radio, la televisión o la prensa. El bien es occidente: su civilización industrializada, los adelantos tecnológicos y el mal, por el contrario,  es el retraso de los países pobres del Tercer Mundo, sus habitantes perezosos que permanecen cegados por las supersticiones y absurdos arcaísmos. Se impone la superioridad del blanco laborioso e inteligente sobre el musulmán  necio, retrasado y primitivo. Occidente es la lógica, la razón, la ilustración, o sea, la luz que alumbra la oscuridad o el corazón de las tinieblas.  


La orden es eliminar la estirpe maldita del Estado Islámico sin importar lo que le suceda a la población civil; mujeres, ancianos, niños pues, por añadidura, también son culpables. Sobre todo, los niños que serán los futuros terroristas. Las escuadrillas de aviones surcan los cielos llevando en sus panzas la carga letal que lanzan sobre los objetivos con una precisión matemática. Heroicos actos de servicio que merecen ser premiados con trofeos y medallas.


Occidente afirma que la ofensiva no es contra los musulmanes sino contra los malos musulmanes. Porque, claro, existen musulmanes buenos y malos; los buenos son los colaboracionistas, sumisos, respetuosos que se han asimilado; hablan inglés, beben alcohol, van a discotecas, no hacen el ramadán y visten a la manera occidental. En resumen las élites gobernantes, los regímenes dictatoriales,  la monarquías absolutas son una garantía para la paz y estabilidad de la región. La democracia es incompatible con esos pueblos que por su naturaleza necesitan mano dura. Por ejemplo, el pasado mes de abril el general  golpista egipcio  Abdel Fatah Al Sisi viajó de visita oficial a Madrid donde fue recibido por el rey de España quien los felicitó por su exitosa campaña contra el terrorismo islámico. A pesar de que el pueblo egipcio vive una situación de penuria extrema España le ofreció ventajoso contrato de venta de armamento. 


Por ahora nadie se opone a la lucha contra el terrorismo ¿quién se puede oponer a la lucha contra el terrorismo?  En la guerra entre el islam y occidente, mejor dicho, entre el islam y los cristianos o el judeo-cristianismo (porque ahora son aliados) todas las medidas que haya que tomar, por más dolorosas que sean,  contarán con la aprobación unánime de nuestros dirigentes y la opinión pública. Ni siquiera los pacifistas se han manifestado en contra. Al fin y al cabo como dice el vulgo “a esas ratas hay que aplastarlas sin remordimiento alguno” Lo cierto es que vivimos en estado de emergencia permanente y bajo un estricto control policial que vulnera los más mínimos derechos ciudadanos y de libertad de expresión. Porque la guerra no sólo se libra en Oriente Medio sino a nivel global y eso significa que nos la podemos encontrar a la vuelta de la esquina.


Primero habría que analizar los antecedentes que han desencadenado la hecatombe.  El caso de Abu Bakr Al-Baghdadi es bastante revelador. El autoproclamado califa del Estado Islámico ha elegido el alias de Abu Bakr en honor al suegro de Mohamed, el primer califa del Islam.  Lo que ya nos da una pista sobre sus pretensiones.

Nacido en Samarra, Irak, en 1971 en el seno de una familia religiosa de origen sunita  estudió ciencias islámicas en la universidad de Bagdad. En el 2003  la invasión de EEUU a Irak supuso para él un golpe durísimo que cambió por completo el rumbo de su vida.


En el 2004 Ibrahim al-Badri (Abu Bakr Al-Baghdadi) es detenido por las fuerzas estadounidenses acusado de pertenecer  -según los organismos de inteligencia-  al grupo islámico sunita Jeish al Sunnah al Jamaah en Samarra. El futuro califa  pasa casi un año en la cárcel de Camp Bucca cerca de Basora. Una prisión donde trataban de rehabilitar a los reos más peligrosos por medio de torturas, coacciones y atroces castigos. Métodos aplicados por militares y agentes de la CIA en connivencia con las fuerzas de seguridad locales. Despreciables violaciones de los derechos humanos que contaron con el beneplácito del vicepresidente Dick Cheney y el secretario de Defensa Donald Rumsfeld. Ambos funcionarios, por supuesto, obedecían las consignas del presidente de los EE.UU George Bush.


En la prisión de camp Bucca – que llegó a albergar  a más de 30.000 detenidos- Abu Bakr y sus correligionarios estrecharon lazos de amistad con los antiguos mandos del ejército de Sadam Hussein pertenecientes al partido laico y panarabista Baaz. De este modo Camp Bucca se transformó en la mejor escuela de yihadismo y germen fundacional del Estado Islámico.


La ocupación norteamericana que pretendía devolver la paz y la libertad al pueblo iraquí tras el derrocamiento de Sadam Hussein -acusado por EE.UU de poseer armas de destrucción masiva- surtió el efecto contrario. George Bush nombró al diplomático Paul Bremer  para que se hiciera cargo del Ministerio para la Reconstrucción y la Ayuda Humanitaria siguiendo el clásico guion de “cañones y mantequilla”. “el virrey” Bremer, por sarcástico que parezca, estaba decidido a implantar una democracia al estilo americano en Irak. Para empezar prohibió el partido Baaz persiguiendo a todos los responsables del antiguo régimen. La Autoridad Provisional de la Coalición fundó el Consejo Gubernamental compuesto por trece chiíes, cinco sunníes, cinco kurdos (sunníes), un turcomano, un asirio (cristiano). Es a partir de ese momento  que comienzan a desencadenarse  las tensiones entre sunitas y chiítas. Acordémonos que antes del 2003 no se habían producido tales enfrentamientos.  En la guerra entre Irán e Irak gran cantidad de soldados de origen chiíta lucharon en el ejército de Sadam Hussein -de extracción sunita- Los sunitas iraquíes quedaron excluidos por completo en la toma de decisiones lo que los llevó a abrazar ideas integristas. Esa marginación se fue acrecentando durante el gobierno del primer ministro chiíta Nouri al Maliki que asumió una alianza estratégica con Irán y el régimen Alawita de Bashar Al Assad en Siria. La guerra sectaria entre ambas comunidades deja hasta el momento más de 30.000 muertos.


Los presos iraquíes sistemáticamente fueron torturados para sacarles información sobre el modus operandi de sus células clandestinas, la identidad de los cabecillas y los golpes que planificaban.  Sometidos a brutales interrogatorios y vejámenes de todo tipo: golpizas, ahogamiento por inmersión, choques eléctricos, latigazos,  los ataban como perros con un bozal, los violaban con palos, los bañaban en fósforo, los cubrían de mierda, desnudos los escupían.  Y no era solamente en camp Bucca sino también  en Abu Ghraib o Camp Redention, o las cárceles secretas como Muthanna o  Al Tayi, o cárcel de mujeres de Tasfirat.  


En un principio la resistencia armada iraquí se adhiere a la estructura de al Qaeda que dirige el  jeque Osama Ben Laden. El mando de Al Qaeda Mesopotamia recae sobre el jordano  al- Zarqawi formado en los campos de entrenamiento de Afganistán y que aplica al pie de la letra las tácticas del ideólogo sirio Setmarian expresadas en su libro: “Llamada a la Resistencia Islámica Global”.  Él será el encargado de organizar los golpes de mano, atentados suicidas, secuestros y  las ejecuciones de extranjeros. Al- Zarqawi, antes de caer abatido por un F16 americano en las afueras de Bakouba, profetizó: “las armadas de los cruzados serán quemadas en Daquib” -tal y como lo trasmite el Hadiz-  


La evolución estratégica de al Qaeda se llama EI.  A diferencia de Al Qaeda que es una organización clandestina que se oculta en el desierto o las montañas  y cuyas bases están dispersas por distintos enclaves de Asia, Oriente Medio o el norte de África el EI ha conquistado un extenso territorio en Irak y Siria. Casi cien años después de la caída del imperio Otomano el 29 de junio del 2014 Abu Bakr Al-Baghdadi es proclamado califa de los musulmanes. Se le otorga el título de jerife o descendiente de la familia del profeta  (tribu de Quarich y el clan de banu Hashim). El califa o esclavo de Allah  designa el consejo de la Shura y nombra gobernadores o walis instaurado la Sharia, la ley terrenal y divina. Se decreta  la  yizia el  impuesto que deben pagar los no musulmanes – Hoy se les exige su total conversión- mejor dicho, abrazar el Islam o padecer su espada.  El deber de todo buen musulmán es jurar obediencia y lealtad  al califa y reconocer la bandera negra de la shahada “la ilaha illa Allah”.


El EI aplica el takfir de al Qutb según el cual el musulmán que no siga los preceptos del Corán al pie de la letra no es musulmán. Y si no se arrepiente debe ser excomulgado. Lo que puede significar su condena a muerte. Estas medidas son necesarias para no dejarse contaminar por las influencias de la democracia, el nacionalismo o el laicismo.  

El califa Abu Bakr Al-Baghdadi lanza un llamado a la hégira o la migración igual a lo que aconteciera con el año 622 de la era cristiana cuando el profeta Mohamed huyó de Meca a Medina. Hoy el adhan del mohecín tiene una amplitud jamás soñada pues los minaretes se convierten en antenas que trasmiten la señal divina a los cuatro puntos cardinales del globo terráqueo. “¡Venid hijos de Allah que el nuevo califato os espera con los brazos abiertos!” “¡Somos el pueblo elegido!” “¡aquí es donde se vive el verdadero predicamento del profeta Mohamed!”


La propaganda del califato reclama combatientes dispuestos a entregar sus vidas por el martirio profético de la yihad universal. Es la hora de volver a la época del gran esplendor, del renacimiento Omeya de Damasco y la expansión islámica que alcanzó a extenderse desde la India hasta al Andalus. Porque para ser fuertes y respetados es necesario recuperar el orgullo y la dignidad.


“Es un placer morir en la yihad con un arma en la mano o cargados explosivos”  La muerte es atractiva, sensual,  enamoradiza. Es tal la cantidad de voluntarios dispuestos a inmolarse en nombre de Allah que hasta existe una lista de espera. 

El EI ha demolido las fronteras trazadas caprichosamente por los imperios y ahora surge una nueva cartografía completamente anárquica dominada por grupos y facciones de diverso signo que luchan por sus parcelas de poder.   Siria se desintegra, Irak se desintegra, Libia se desintegra, el Yemen se desintegra. Definitivamente estamos ante la irrupción de un nuevo orden que va a marcar un antes y un después en la historia contemporánea.


El islam debe volver a su esencia, a su rigor y los valores ancestrales. Es el momento de reafirmarse en la fe, en el din y el mensaje primigenio del Corán. Por eso hay que cumplir la palabra revelada en las 114 suras sin variar ni una coma. El Corán no se puede modernizar, ni  alterarse en lo más mínimo.  El profeta Mohamed es el jataman nabiyin o sello de los profetas; autenticidad, perfección y validez del último enviado de Allah.  Los dogmas de fe son inmutables.


El Corán no es moderado, como tampoco lo es la Biblia o la Torá. Occidente exige que su mensaje se transforme en una balada dulce que pregone la fraternidad universal. Es decir, acomodarlo a los tiempos que corren. Según los críticos las interpretaciones erradas del libro sagrado contribuyen a fomentar tensiones y enfrentamientos.   Los creyentes deben limitarse a la adoración de Allah desentendiéndose por completo del mundo terrenal. El verdadero peligro es mezclar la espiritualidad con las demandas políticas.


En todo caso la mayoría de los imanes de las mezquitas, especialmente en Europa y EE.UU, están controlados por las autoridades que se reservan el derecho a censurar cualquier mensaje que se exceda de los límites en la Khutba o predica de los viernes. En aplicación de las leyes antiterroristas el imam  puede ser detenido y encarcelado si sus palabras incitan al odio. En cambio hay muchos sacerdotes cristianos que desde el púlpito reclaman la opción preferencial por los pobres inspirados en la Teología de la Liberación sin mayores sobresaltos.


Las disposiciones legales del EI obligan a ceñirse al puritanismo o wahabismo e imitar al profeta y a los grandes sabios, ulemas, muftis.   Recitar de memoria los suras y hadices,  caminar rezando con el misbah en la mano.  Se considera sunna -costumbre del profeta-  maquillarse los ojos con el Khol, perfumarse con misk (almizcle), lavarse los dientes con el palillo meswak, dejarse las barbas largas y acudir puntualmente a cumplir las cinco oraciones diarias en la mezquita.  


La sharia o la ley sagrada del Islam marca el camino recto que debe regir la vida social económica y política. Como parte inherente a la dictadura mística prima el sistema punitivo. A pesar de que Allah es clemente y misericordioso se ha de castigar ejemplarmente a los pecadores, a los infieles o apóstatas con la amputación de manos, degollamientos, decapitaciones, cremaciones, crucifixiones, lapidaciones con el propósito de aterrorizar a la población y sembrar el pánico. La estrategia del terror es la mejor arma para abrir el camino a sus nuevas conquistas. Especialmente se ha de perseguir a los herejes chiítas,  a los kufares cristianos, a los kurdos,  y a los musulmanes sunitas apóstatas o cualquiera que cometa un crimen hadd (la tradición de los hadices).


“La sangre de los infieles debe correr para purificar la tierra de los pecados, una tierra sagrada que exige el holocausto ritual, los sacrificios humanos para deshacerse así de los seres corrompidos”


El EI considera pecado todo arte o arquitectura preislámica pues pertenece a la época de la ignorancia o yahilia  La iconoclastia es una manera de extirpar la idolatría y el politeísmo. El propio profeta Mohamed actuó de una manera violenta destruyendo los ídolos que se hallaban en el interior de la Kaaba, en Meca, para restaurar la antigua fe de Abraham. Occidente se indigna ante este flagrante atentado contra el patrimonio cultural de la humanidad. Aparentemente le da más importancia a la destrucción de unas piedras milenarias que al sanguinario genocidio que padece la población civil en Siria e Irak.


El Estado Islámico cuenta en sus filas -según fuentes extraoficiales- con más de 50.000 combatientes, de los cuales 25.000 son voluntarios extranjeros originarios de 100 países. La mayoría captados a través de la propaganda transmitida por Internet o los teléfonos móviles.  El califa Abu Bakr Al-Baghdadi publicó una fatwa que obliga a los musulmanes de cualquier parte del mundo a tomar las armas y unirse a la Guerra Santa. Sobre todo se necesitan mujeres, novias, huríes terrenales para elevar la curva demográfica del califato. Los guerreros que capturen mujeres paganas (chiítas, yazidies, mandeas, caldeas, shabak, kakais o kurdas) en el campo de batalla están autorizados a hacerlas sus esclavas o sabayas. 


El autoproclamado califa Abu Bakr Al-Baghdadi aspirar a construir una sociedad donde reine superhombre islámico. Con unos rasgos característicos especiales en los que se mezclen las raíces del pasado con las del mundo moderno. Puesto que una de las armas más poderosas del Califato es el Internet, los teléfonos móviles, las revistas, los diarios, o la televisión.


Se calcula que el EI posee en sus arcas más de 3.000 millones de dólares procedentes del asalto a los bancos, la venta de petróleo, de gas, la extorsión, el secuestro, los impuestos, y el contrabando de objetos de arte.


El dawa o adoctrinamiento de los no creyentes ha surtido efecto deseado. Hoy  miles de conversos occidentales hartos de la crisis económica, la crisis de valores, el ateísmo y el  sin sentido de la sociedad de consumo han abrazado la fe islámica. Las mezquitas y madrasas se multiplican por Europa, América, Asia, África u Oceanía en este magno proyecto de la islamización global. La misión del Islam, según el Corán, es dominar el mundo y limpiarlo de pecadores y paganos. Es licito la práctica de la “taqiyya” o el disimulo tan necesario no sólo para preservar la fe islámica sino que también para infiltrarse y preparar el terreno a la “colonización mística”


El Corán y los hadices de la profecía nos previenen sobre el fin de los tiempos: el rio Éufrates se seca y en su lecho brota una montaña de oro, se anuncian desastres naturales, inundaciones, cataclismos, el fuego de Hiyaz, el humo que envolverá a los hombres, el signo de la bestia y la venida del falso mesías (el tuerto), -como lo  revela la fitnah Ad Dayyal- seguido de  70.000 judíos de Isfahán,  cuando el sol salga por el oeste y los astros se desprendan del firmamento. Entonces sonará la trompeta de Israfil y los cruzados y sus 80 estandartes atacarán en la batalla de malahim o el Armagedón donde los muyahidines se alzarán con la victoria. Estas señales nos advierten que se aproxima el Yaum al-quiyamah, el día del juicio, en el que resucitarán los muertos y se destruirá el mundo. Por tal motivo hay que cumplir a rajatabla  con los 5 mandamientos del islam: solo hay un Dios y ese es Allah, el ramadán, la peregrinación a la Meca, las cinco oraciones diarias, la limosna solidaria del sakat.  Los kufir o infieles, incrédulos e hipócritas deben arrepentirse o de lo contrario se quemarán en el nar (fuego eterno). Como reflejan las escrituras esta vida no es más que una prueba para lo que nos espera en el más allá.  La recompensa la hallaremos en el jardín divino del yenna donde alcanzaremos la felicidad eterna.  


Según los ulemas y los sabios estudiosos de la metodología profética del Corán estamos entrando en el tiempo mesiánico. Todo hace presagiar la venida del mahdi (el guía o el que allana el terreno) ¿Abu Bakar? que se colocará al frente de los ejércitos místicos que anunciarán la segunda venida de Jesús, hijo de María. Porque Cristo o Isa no murió en la cruz sino que subió a los cielos y está sentado a la derecha de Allah.  Isa es inmortal y jamás fue crucificado y según los hadices matará al falso profeta e instaurará la sociedad islámica perfecta. Verdad, justicia y redención.


El EI combate contra ese mundo occidental donde gobierna el shaitán (demonio), una sociedad degenerada y corrupta que con su maléfico poder  ha poseído a los musulmanes. Occidente ha causado la división de las familias, la división de la umma. Esclavos del vicio, el alcohol, el libertinaje y la lujuria y el placer, la prostitución,  amantes del dinero y el lujo. Seres que renegaron del din cambiado su forma de vestir, de comer a imitación de los cruzados cristianos o de los judíos.  


Así lo denuncia la última sura del Corán, la surat An- Nas que los yihadistas  interpretan señalando que el shaitan o el demonio no es otro que occidente. “El shaitan  devora el corazón de los musulmanes y los conduce a la perdición. ¿Quién los va a proteger entonces? Solo en Allah encontraremos refugio ante el más perverso de nuestros enemigos”


El haber sido capaces de enfrentar a occidente es una gran prueba de fortaleza que les ha hecho ganar fama y admiración entre los musulmanes sunitas de la Umma y del mundo entero. Algo que repercute en el desproporcionado aumento del número de voluntarios que se suman a sus filas.


Los Hadices profetizan que en Daqib, una ciudad de Siria situada muy cerca de Alepo -que cayó en manos del EI el año pasado-  se librará la gran batalla apocalíptica entre los muyahidines y los cruzados (los romanos) y judíos.  Una batalla entre el bien y el mal que anuncia la destrucción del universo. 


El mal está representado por un mundo occidental decadente que promueve los vicios: la droga, la prostitución, la homosexualidad, la lujuria, la inmoralidad, la mentira. La opresión tecnológica y los medios de comunicación ensucian el alma con tentaciones prohibidas: la pornografía, el juego,  el culto al dinero,  la usura, el adulterio, la fornicación.   El pecado provoca luchas y guerras por posesiones materiales. El EI es antiimperialista, anti modernista, y  no admite quien piense diferente.  O te conviertes o te mato. Las demás religiones son falsas y deben ser extirpadas. De ahí a que la limpieza étnica sea una de las primeras medidas que se toman en los territorios ocupados.


En Raqqa capital del califato se ven paseando por las calles a extranjeros de rasgos asiáticos, negros, morenos, otros blancos, rubios de ojos azules, atraídos por la ilusión  de vivir bajo la ley islámica.  Quien abandone Raqqa sabe que sus propiedades pasarán a manos de un yihadista internacional.  En todo el califato está  prohibido el consumo de  tabaco y narguilé, igualmente los libros apóstatas, la televisión occidental y los partidos de fútbol.  Es un delito  afeitarse la barba o utilizar vestimentas occidentales indecentes. Las mujeres están obligadas a comportarse con discreción, llevar el niqab y a salir acompañadas de un hombre. La policía de la moral hisbah y la jansa, agentes femeninas, patrullan las calles noche y día para que se cumplan las ordenanzas. A los infractores les espera como castigo latigazos y flagelaciones en plena plaza pública para que sirva de escarmiento.


El EI está obligado a exhibir firmeza, actuar con rigor y autoridad contra aquellos que han transigido las leyes divinas. Fieles a sublimar esa teología sangrienta cuyo único propósito es santificar el terror.


Desde hace 9 meses que la coalición internacional bombardea las posiciones del EI en Siria e Irak empeñada en extirpar el cáncer del yihadismo. Al parecer – según el subsecretario de Estado Antony Blinken- ya han causado más de 10.000 bajas en sus filas. O sea, 10.000 mártires que gozan de la gloria de Allah.  El gasto total de la campaña se eleva a los 24.000.000 euros. Una cifra desmesurada aunque indispensable para que prevalezca la paz y el amor en el mundo. Porque esta es una guerra justa y humanitaria en la que intervienen ejércitos humanitarios, soldados humanitarios y dirigida por el premio Nobel de la Paz, Barak Obama.

Los miembros más radicales de la coalición exigen que se dé luz verde  a la “solución final”. Es decir, el bombardeo continuo -tipo guerra de Vietnam- las 24 horas del día y los siete días de la semana.


Que no quede piedra sobre piedra.  


La guerra civil en Siria a estas alturas ya ha causado más de 250.000 muertos,  5 millones de refugiados y 4 millones de desplazados internos; la guerra en Irak deja aproximadamente 50.000 muertos y 3.500.000 refugiados y 1.000.000 de desplazados internos. Todo esto sin contar los heridos, los desaparecidos, los huérfanos, las viudas, la destrucción de  pueblos y ciudades, el colapso de las infraestructuras, la producción industrial y agrícola. Estamos ante la crisis humanitaria más grande después de la Segunda Guerra Mundial. Millones de personas se han quedado sin hogar, sin trabajo y sin tierra. Y para colmo sino fuera por  la ayuda humanitaria que les suministra  la ONU, la Unión Europea o EE.UU ya habrían muerto de inanición. Parece que estas cifras y datos ya no escandalizan a la opinión pública que se muestra cada vez más indiferente y hastiada.


En esta inconmensurable tragedia hay unos perdedores -que no son otros que la población civil- y también unos ganadores que como no puede ser de otra manera son la industria armamentística y los traficantes de armas.  

A raíz de las revoluciones árabes del 2011 y a la violenta represión desatada por los regímenes dictatoriales el yihadismo se ha disparado espectacularmente. Desde Libia, Siria, Irak, Líbano, Somalia, Egipto, Yemen, Mali, Kenia, Nigeria, Paquistán, Afganistán, Filipinas, Indonesia, el Sahel o el Cáucaso se multiplican las células,  grupos y batallones – muchos pertenecientes a la estructura de al Qaeda-  que juran lealtad o baya al califa Abu Bakr Al-Baghdadi.  


El islam ha sido criminalizado a nivel planetario y se le señala como el enemigo público número uno. Un estigma se traduce en un considerable aumento del racismo y la xenofobia.   

En Oriente Medio la situación sobre el terreno se complica cada día más y más. El ejército Bachar Al Assad ha logrado  mantenerse en el poder gracias a la ayuda de Irán, Irak, Hezbollah, Rusia y China. A pesar de todo las distintas facciones rebeldes sunitas llámense Al Qaeda, el Estado Islámico, El Ejército Sirio Libre, los Peshmergas kurdos  han logrado arrebatarle al gobierno más de la mitad del país.  La presencia en el campo de batalla de la Coalición Internacional liderada por EE.UU y la OTAN abre una nueva variante que hace prever una intervención terrestre en la zona.  Arabia Saudita y los países del Golfo Pérsico se muestran preocupados por el expansionismo iraní que ha tomado las posiciones de vanguardia en Irak,  Siria y el Yemen. Un hecho que supone elevar aún más la tensión entre chiítas y sunitas.   Rusia como imperio emergente no está dispuesta a perder la base naval de Tartus en Siria que le brinda una posición privilegiada en el  Mediterráneo Oriental. Algo fundamental para consolidar su poderío y lanzar un mensaje a occidente para que se desentienda del conflicto ucraniano. Estos nuevos bloques en litigio reactivan el fantasma de la Guerra Fría.


No hay duda que el mayor interés de occidente es mantener su dominio geoestratégico en la zona. Sobre todo el control de las reservas de hidrocarburos y las rutas comerciales que le suministran las materias primas.


Otra de las preocupaciones es la seguridad de su fiel aliado Israel. Los sionistas, que son el máximo foco desestabilizador en la zona, se limitan a contemplar cómo sus más enconados rivales se despedazan entre sí. Además han conseguido congelar el proceso de paz con los palestinos y sin mayores obstáculos continúan con sus planes de colonización de Cisjordania y las matanzas en Gaza.


¿Se podrá hablar algún día de paz o de reconciliación? Porque esta guerra no puede ser interminable y algún  día tendrán que callar las armas y sentarse a dialogar. En todo caso hay que tener en cuenta que las Cruzadas se extendieron por más de 200 años. Habrá que ir pensando en diseñar un gigantesco plan de reconstrucción para la zona -al estilo del plan Marshall- que permita devolverles la esperanza a una población civil completamente exhausta y devastada. El problema será el conjurar los sentimientos de odio y  venganza ciega después de esta voraz orgía de sangre.


“Los leones del islam” siguen velando armas en Daquib convencidos de que allí se librará la gran batalla contra el ejército de la coalición internacional (para que se cumpla la profecía faltan 20 estandartes). Ansiosos porque comience la invasión terrestre de los cruzados a órdenes del “perro romano” Obama y blandiendo la espada justiciera del islam consumar su derrota.


Carlos de Urabá 2015


vendredi 5 juin 2015

Miliciano Vicent Almudéver: “si Hitler obtuvo una victoria esa fue la Guerra Civil Española”



A punto de celebrar su 98 cumpleaños merece toda nuestra admiración y respeto quien arriesgó su vida por combatir el monstruo del fascismo.


Este veterano miliciano de la guerra civil española reside junto a su mujer en el pueblecito mártir de Rimont (Ariege-Francia) – incendiado por los nazis al final de la II Guerra Mundial-  A sus 97 años goza de una salud de hierro que le permite llevar una vida relativamente normal y sin dependencias.  Esto es algo asombroso porque no estamos ante el clásico caso de un  viejo decrépito al que le pesan los años y apenas se sostiene en pie. Es todo lo contrario. Se mantiene firme y con los cinco sentidos alerta. Dotado de una memoria portentosa que no deja escapar hasta el más mínimo detalle. El vigor y la energía de la que hace gala nos dejan estupefactos.



Junto a su hermano el brigadista Josep Almudéver forman una dupla excepcional que perdurará para siempre en nuestros corazones. Este miliciano de ideología comunista es un defensor a muerte de los principios republicanos por la  que luchó y juró fidelidad eterna.  Antimonárquico confeso no da su brazo a torcer y sigue apostando por la pronta instauración de la III república.  Militante revolucionario desde que tiene uso de razón deja bien claro que  la guerra civil aún no ha terminado porque en España gobiernan los herederos del nazi-fascismo bajo una oprobiosa tutela monárquica impuesta por el dictador Franco. El pertenece a esa raza ya casi extinta de españoles libertarios que se niegan a claudicar.


Vicent nació por casualidad en Narbona, Francia, en 1917 donde residían temporalmente sus padres originarios de Alcàsser, Valencia. (su padre trabajaba de albañil y su madre de trapecista en un circo) Desde muy niño asistió junto a sus hermanos a la escuela pública francesa en la que  recibió la educación laica basada en los principios de la libertad, igualdad y fraternidad.   Pero no sólo fue en la escuela donde forjó su carácter contestatario sino también en el hogar pues sus padres -ambos socialistas- eran unos admiradores de la revolución rusa y la lucha de clases marxista-leninista.

Cuando en 1929 al enfermar su madre tuvieron que regresar a España procedentes de Casablanca, en el protectorado francés de Marruecos,  el mundo se les vino encima.  Vicent sufrió un gran shock al contemplar la penosa situación social del pueblo de Alcàsser.- Y es que estamos hablando de una España rural, arcaica y primitiva donde reinaba por doquier el analfabetismo y la pobreza endémica. En Alcàsser, además,  imperaba el régimen feudal dominado por completo por la oligarquía, los terratenientes, la iglesia católica y la Guardia Civil  


Los hermanos Almudéver no tuvieron más remedio que ponerse a trabajar recogiendo naranjas, ajos, papas o cebollas en la huerta pues con lo que ganaba su padre de albañil apenas si podían sobrevivir. Desde la más tierna infancia debieron asumir la condición de trabajadores explotados. Aparte de la humillación que suponía el presentarse en la plaza del pueblo a esperar que los patrones se dignaran escogerlos para ir a faenar en sus parcelas. Si eran rechazados eso significaba más hambre y penurias.  En esa época se vivían los últimos años de la dictadura de Primo de Rivera, el dictador de casco prusiano que a la cabeza del directorio militar - con el beneplácito del rey Alfonso XIII- gobernó despóticamente España hasta el año 1930.  


En Alcàsser no había luz eléctrica, ni acueducto ni alcantarillado.  Por obligación tenían que ir todos los días a recoger el agua de la fuente y de noche se alumbraban con candiles. Las calles del pueblo estaban destapadas y por ellas transitaban más burros, mulas y caballos que vehículos de tracción mecánica.  Que contraste tan exagerado con esa Francia próspera y civilizada. 

Por ese entonces en España corrían tiempos de grandes conflictos sociales causados por la depresión financiera mundial de 1929.  Aparte de que todavía estaban muy frescos los ecos del desastre de Annual y la guerra de Marruecos. Una guerra que había dejado grandes cicatrices pues los principales sacrificados fueron los hijos de las clases más desfavorecidas que cayeron a millares cumpliendo con el juramento de entregar sus vidas por Dios y por España. Por el contrario los hijos de la burguesía se libraban de ir a Marruecos comprando la libreta militar en la que se les calificaba de no aptos.  Todas estas infames injusticias multiplicaban aún más el descontento y fueron las directas causantes de la caída del dictador Primo de Rivera.  


El rey Alfonso XIII en un intento por desmovilizar las protestas ordenó a su jefe de gobierno el almirante Juan Bautista Aznar restaurar el orden constitucional y convocar elecciones.  El día 12 de abril de  1931 las fuerzas de la izquierda republicana obtienen un arrollador triunfo en las elecciones municipales. Un  hecho histórico que provoca la abdicación de El rey Alfonso XIII quien huye presuroso junto a la familia real rumbo a Francia.  Las Cortes Constituyentes lo encuentran culpable de alta traición a la patria y es degradado de todas sus dignidades, derechos y títulos.


El 14 de abril de 1931 se proclama solemnemente la II república. En el cargo de presidente es nombrado el jurista Niceto Alcalá Zamora. El gobierno con el respaldo mayoritario recibido en las urnas se compromete a asumir la titánica tarea de modernizar el país y democratizar las instituciones.  Para ello se redacta una nueva constitución y se promulgan nuevas leyes que restituyan a la clase trabajadora, los campesinos, los jornaleros, los obreros y los proletarios sus derechos por siglos pisoteados. ¡Justicia social! ¡Tierra y libertad!


En Alcàsser la noticia de la proclamación de la II república fue recibida con desbordantes muestras de júbilo y  alegría. Vicent Almudéver recuerda con satisfacción ese período de grandes cambios que se reflejaron con la aprobación de decretos tan trascendentales como: el voto femenino, el divorcio, la creación de los juzgados mixtos, educación universal,  los derechos sindicales, la ley de desahucio, la amnistía para los presos, la reforma agraria, la bolsa de trabajo para los desempleados y garantías para los campesinos y obreros de cobrar salarios más justos, la prohibición de sobrepasar las 8 horas de trabajo diarias. No era solamente un cambio de símbolos sino que se atacaba de raíz las estructuras de un sistema que sólo beneficiaba a la nobleza y la oligarquía.


Por ese entonces el medio de comunicación de masas por excelencia era la prensa. Sólo aquellos que sabían leer y escribir podían enterarse de los acontecimientos que se desarrollaban en el país y el resto del mundo. Lo lamentable es que en esa España de principios de los años treinta la tasa de analfabetismo se elevaba a cerca del 70% de la población (el 50% de la población activa en España trabajaba en el sector agrario)  Así que la mayor parte de las noticias se transmitían por el boca a boca. A causa de esto los jóvenes Josep y Vicent Almudéver fueron obligados por su padre a leerles en voz alta a los obreros y campesinos en los cafés y en las tabernas las noticias que se publicaban en los diarios para que fueran tomando conciencia.


En 1934 bullía la agitación social en buena parte del territorio español - con una mayor incidencia en Asturias (comuna obrera asturiana) y en Barcelona (a raíz de la proclamación del estado catalán por parte de la Generalitat) donde estallaron gran cantidad de huelgas y motines instigados por los socialistas, anarquistas y comunistas. Este período se conocería más adelante con el nombre de la “revolución de octubre” -  El gobierno central se vio obligado a tomar drásticas medidas con el fin de sofocar las revueltas. Las fuerzas del orden desataron una brutal represión que dejo miles de muertos, heridos y detenidos.


Entre tanto los partidarios de la derecha se dedicaban a conspirar exigiendo a los militares intervenir para neutralizar a los “bastardos traidores de la anti España, de la anti patria”.


En las elecciones del 16 y 23 de febrero de  1936  las candidaturas republicanas y de izquierda que se presentaron unidas en el Frente Popular, se impusieron a las fuerzas de la derecha contrarrevolucionaria (CEDA).  En consecuencia asume el cargo de presidente el socialista don Manuel Azaña quien promete continuar con las reformas; aprobar la nueva constitución,  culminar la reforma agraria y la reforma educativa. (la ignorancia más que una tara era una virtud para la derecha y la iglesia) Entre tanto la derecha se mantenía al margen intentando boicotear las instituciones y creando un clima de desconfianza favorable a sus intereses.


A partir del triunfo del Frente Popular la polarización de la vida política se fue incrementando dramáticamente. Los nacionalistas vascos, catalanes y gallegos reclamaban del poder central un mayor autogobierno.  Los violentos choques entre las fuerzas paramilitares de la izquierda y la derecha eran constantes y los asesinatos políticos vinieron a caldear aún más el ambiente.  Todos estos acontecimientos hacían presagiar el peor de los escenarios. 


Ante tal estado de rebelión social los líderes de la derecha acusaron al gobierno de promover la revolución bolchevique.  Esa fue la excusa que esgrimieron los mandos más  reaccionarios y monárquicos de las fuerzas armadas para perpetrar el golpe de estado del 18 de julio de 1936.  Los militares sediciosos encabezados por Mola (el director) Sanjurjo, Franco, Fanjul, Goded y Queipo del Llano  se levantaron en armas contra el legítimo gobierno de la república para -según ellos- “salvar España del caos, el anarquismo y la desintegración”.  En el protectorado español de Marruecos el general Franco y el teniente coronel Yagüe movilizan las tropas regulares (Tabor), la legión, los tiradores de Sidi Ifni-Sahara.


Se inicia entonces la “gloriosa Cruzada Nacional”  (una especie de reconquista de España -igual a la que hiciera don Pelayo en su lucha contra los árabes en el siglo VIII) con el fin de “liberar a la patria del demonio bolchevique”. Desde un principio Hitler y Mussolini apoyaron incondicionalmente el levantamiento enviando unidades aéreas, navíos, armamento, asesores y pertrechos confiados en que los golpistas se unieran a las potencias del eje.


La reforma agraria está en el origen de la guerra y la saña con que los sediciosos actuaron en las zonas agrícolas es la prueba de ello. La cantidad de muertos en Badajoz, Sevilla, Córdoba o Málaga es muy superior al resto de territorios y desproporcionada en relación a su población.


Mientras tanto en Alcàsser ya desde los días 15 y 16 de julio los vecinos se organizan en comités cívicos levantando barricadas en la entrada de los pueblos pues presentían que se preparaba la asonada fascista.  Estaban en juego los derechos adquiridos por la clase obrera y trabajadora que tanto sufrimiento había costado y que no estaban dispuestos a renunciar. Vicent Almudéver y su hermano Josep no podían permanecer pasivos (sus otros dos hermanos eran menores de edad) y de inmediato se presentaron  en la sede del Partido Comunista para apuntarse como voluntarios en los batallones de resistencia. Desafortunadamente se encontraban desbordados así que los transfirieron a las Juventudes Socialistas Unificadas de Valencia -que junto a los anarquistas también reclutaban voluntarios- .  En ese momento tan crítico no les quedaba otra alternativa que empuñar las armas y jugarse la vida en favor de la causa republicana.


Vicent Almudéver y sus compañeros del batallón de la JSUV fueron embarcados en tren rumbo a Aranjuez donde se concentraron junto a infinidad de voluntarios de otras partes de España. Allí reciben la instrucción básica y les entregan algunas armas oxidadas de la primera guerra mundial y Mauser viejos del año 1896 que no alcanzaban para surtir más que a la mitad de los milicianos.


De Aranjuez son enviados al frente de Guadalajara (Sigüenza) donde tiene lugar su bautizo de fuego. Los mandos les advierten que deben afinar la puntería y no desperdiciar los peines de cinco balas que les han facilitado (muchos de ellos inservibles) Además a la mayoría de los reclutas les falta entrenamiento y no saben disparar con eficacia. Los que van desarmados esperan ansiosos que alguno de sus compañeros caiga herido o muerto en combate para empuñar su fusil.  Era un suicidio salir en esas condiciones al frente pero nadie protesta pues todos son conscientes de la precaria situación en que se encontraba el gobierno de la república. En el principio de la guerra aun no existía una estructura militar consolidada así que primaba más el corazón que la cabeza.


Al terminar la batalla de Guadalajara, donde apenas intervienen, los mandan a la Marañosa en el Jarama.  El mismo día que llegan un enlace le comunica al comandante que deben  retirarse lo más pronto posible pues el enemigo prepara una gran ofensiva en Arganda que pretende destruir el puente sobre el río Jarama.


El Alto Estado Mayor resuelve que no va a sacrificar a unos reclutas carentes de experiencia y los envían a la retaguardia en Madrid. De la capital son transferidos a un cuartel en el Escorial a la espera de que lleguen las armas y pertrechos procedentes de la Unión Soviética y México. No tenían otra fuente de suministros pues los franceses habían cerrado la frontera impidiendo el aprovisionamiento.


En el Escorial los integraron a la 31 brigada del comandante Dositeo y por fin les entregan las armas y  equipos en condiciones. A continuación son remitidos al frente de las Rosas donde  a las pocas semanas se suman a la 3 división del coronel Tagüeña. Vicent participa en la batalla de Majadahonda -en la carretera general Madrid-Coruña- donde se baten a duelo con el sanguinario cuerpo del ejército marroquí al mando del coronel Yagüe.  


Corre el año 1937 y Madrid se halla sitiada. Las cuatro columnas bajo el liderazgo del general Mola, aprovechando su superioridad armamentística proporcionada por Hitler y Mussolini, avanzan imparables.  La estrategia de los sublevados consistía en cortar la carretera Madrid-Valencia a la altura de Arganda que era la única ruta de entrada y salida a la capital puesto que el resto del territorio lo dominaba por completo el ejército franquista.


Vicent narra con gran emoción el momento en que vio desfilar por las calles de Madrid a las Brigadistas Internacionales exhibiendo armamento moderno (tanques, ametralladoras y artillería) mientras en el cielo sobrevolaba una escuadrilla de “chatos” soviéticos (aviones Polikarpov I-15) El pueblo madrileño eufórico aplaudía emocionado al comprobar que no estaban solos en ese angustioso trance. Esta fue una inyección de moral  que les elevó el ánimo cuando cundía por completo el pesimismo.


Es entonces cuando en Arganda interviene el batallón Garibaldi de las Brigadas Internacionales y corta el avance del ejército nacional. Su presencia fue definitiva para mantener a raya a las tropas franquistas que sufre un severo desgaste. De esta manera se salvó providencialmente la república.


Vicent también fue testigo del intento de golpe de estado cometido por la quinta columna  fascista. En Madrid  existían miles de simpatizantes del “movimiento nacional” que se mantenían ocultos a la espera de una señal para atacar. El enemigo interno era una temible amenaza  y por ello se tomaron duras medidas para neutralizarlos. Una de estas acciones fue el  traslado al extrarradio de Madrid de cientos de presos fascistas que, según los comisarios políticos,  podrían convertirse en sus propios verdugos si llegaban a escapar o ser liberados.  La rápida reacción del frente populista hace fracasar la tentativa contrarrevolucionaria. Los sospechosos son hechos prisioneros y tras un juicio sumarísimo son conducidos al paredón de fusilamiento.   


La guerra entra en una fase de afianzar posiciones y la 3 División a la que pertenece Vicent son trasladados a la sierra de Guadarrama.  En esa difícil orografía permanecen atrincherados por espacio de dos años en lo que se denominó el “frente dormido” (en la línea que divide Segovia con Madrid). El ejército republicano incapaz de pasar a la ofensiva debía contener las arremetidas del ejército franquista que no cejaba en el empeño de romper las líneas defensivas. Para tal fin se construyeron bunkers y fortificaciones para proteger las reservas de agua del pantano de Puentes Viejas que abastecían Madrid.  La Pasionaria en un enardecido discurso lanzó famosa consigna del “No Pasarán. Madrid será la tumba del fascismo” que se convertiría en el símbolo de la resistencia.



El Ejército Popular de la Republica requería traductores y Vicent al ser bilingüe tuvo que presentarse por orden de sus superiores al examen de francés. Junto a otros candidatos pasa una prueba en la que obtiene las mejores calificaciones.  Por lo tanto debe incorporarse a las oficinas del Estado Mayor Central en Madrid dirigidas por el coronel Vicente Rojo.  Pero Vicent no estaba de acuerdo con su nuevo destino pues él no se había alistado voluntario para sentarse en un escritorio, sino para combatir en primera línea de fuego. De ahí que le rogara encarecidamente al coronel Tagüeña que nombrara al siguiente en la lista en su reemplazo. Más adelante cuando se produjo el golpe del Coronel Casado él se entera que quien ocupó su puesto de traductor había sido fusilado. Desde luego que se sentía protegido por una buena estrella que le acompañó hasta el final de la contienda.


En junio de 1937 tras el fracaso de la batalla de la Granja  la tercera división del coronel Tagüeña recibe la orden de reforzar a las unidades del frente de Aragón que están muy debilitadas. Más concretamente se posicionan en la carretera de Alcañíz-Castellón de la Plana donde la situación se presenta demasiado comprometida. Es necesario detener el avance fascista que pretende llegar a Vinaroz y cortar la España republicana en dos. La presión del CTV italiano, los regulares marroquíes del recién ascendido coronel Yagüe, la legión Cóndor y la Aviazione Legionaria Italiana es tan brutal que no aguantan la acometida y deben retroceder hasta Tortosa. Se hallan en un callejón sin salida y el 12 de abril de 1938  se ven obligados a pasar al otro lado del Ebro. Este fue un episodio dramático y espantoso que ha dejado un profundo trauma en Vicent. 3.000 soldados del XV cuerpo del ejército tenían que cruzar uno por uno la estrecha pasarela de madera del puente ferroviario mientras los fascistas les disparaban con sus ametralladoras y morteros. Cunde el pánico entre la tropa republicana y decenas de soldados se tiran al río ansiosos por alcanzar la otra orilla. Pero los remolinos de las turbulentas aguas del Ebro los devoran y la mayoría perecen ahogados.  No había otra opción que pasar a rastras la pasarela arriesgándose a ser fusilados por el enemigo. Sus compañeros caían sin contemplaciones entre gritos de angustia e impotencia. Vicent tuvo la sangre fría de aguantar la macabra prueba y salir vivo de milagro. Al otro lado los supervivientes fueron recibidos con cánticos revolucionarios por parte de las unidades del V cuerpo del ejército al mando de Enrique Líster.   


A esas alturas de la guerra el ejército de la república se encuentra en una posición desventajosa. Podríamos afirmar que prácticamente derrotado. Pero  el alto estado mayor de la recién creada Agrupación Autónoma del Ebro al mando del teniente coronel “Modesto” junto con Vicente Rojo y Líster y la asesoría de los comisarios soviéticos deciden que hay que jugársela al todo o nada. Su estrategia era la de lanzar un contragolpe para recuperar las posiciones perdidas. Vicent participó como delegado de las JSUV en dichas deliberaciones.


El 24 de julio a las cuatro de la mañana se inicia la batalla del Ebro con una ofensiva en un frente de 50 kilómetros que va desde Mequinenza hasta Amposta. En ella intervienen 100.000 hombres del ejército republicano con el propósito de aliviar la presión que ejercía los nacionales sobre Valencia y volver a unificar las dos zonas republicanas. Con el apoyo de la aviación y la artillería cruzaron el Ebro en barcazas y en tiempo record tendieron puentes de campaña para facilitar el paso de los carros de combate. Una operación concienzudamente planificada que tomó por sorpresa a las huestes fascistas. Vicent Almudéver atraviesa el Ebro con el XV cuerpo del ejército por el sector de Flix  y  se posicionan en la zona de Fatarella.


Almudéver avanza en la vanguardia hasta que los nacionales reaccionan y los detienen en las colinas de Gandesa. En esa zona van a permanecer varios meses inmersos en una guerra de trincheras donde se suceden encarnizados combates cuerpo a cuerpo con bayoneta calada y granadas de mano. Nos referimos al marco geográfico circunscrito a la sierra de Cavalls y Pándols  donde continuamente el dominio de las cotas iba cambiando de bando. Torturados además por el  hambre y la sed y bajo los continuos bombardeos del Ejército Nacional que utilizaba la Legión Cóndor y la Aviazione Legionaria Italiana para abrirle el paso a la infantería.



En este incomparable escenario se iba a definir el destino de la guerra civil.  Tras unos primeros meses de exitosa ofensiva el contrataque fascista para recuperar el terreno perdido no se hizo esperar. El ejército republicano tuvo que replegarse abandonando sus posiciones conquistadas ante la falta de armas y suministros. El general Yagüe al comando del ejército de Marruecos, el tercio, la legión abren una brecha en Camposines que constituía en el punto clave de las comunicaciones. Tras esa sangrienta batalla que deja miles de víctimas -entre los que hay que resaltar cientos de reclutas de la famosa quinta del biberón- los republicanos rendidos y exhaustos deben recruzar nuevamente el Ebro. Ha terminado una de las batallas más espantosas que jamás se haya vivido en la historia de España.


Los nacionales se imponen gracias a los arsenales bélicos de última generación que les proporcionan los alemanes e italianos. Franco utilizó su superioridad aérea aplicando la táctica de la tierra quemada, el bombardeo en alfombra para causar el mayor terror entre el enemigo y la población civil. Algo que se constata perfectamente con la destrucción casi total del pueblo de Corbera del Ebro.  


La puntilla definitiva llegó con el acuerdo de Múnich firmado el 30 de septiembre de 1938 entre los jefes de gobierno de Francia, Inglaterra, Alemania a Italia para solucionar la crisis de los Sudetes -a cambio de la promesa de Hitler de no invadir ningún territorio europeo-. Para apaciguar los vientos de guerra ser le dio alas al fascismo. Un acuerdo que significo un espaldarazo a Franco y que condenaba definitivamente a la II república.  


Luego en el cumplimiento del Pacto de No Intervención y de Neutralidad en el mismo mes de septiembre se retiran las Brigadas Internacionales. Mientras que Franco sigue contando con la presencia de las fuerzas del eje.  Los países capitalistas prefirieron el monstruo del nazismo a la amenaza estalinista. Porque en ese entonces el comunismo y la dictadura del proletariado era el verdadero enemigo. España por ningún motivo podía caer en la órbita soviética porque si no  Francia y Portugal también caerían en el abismo.


Si el ejército republicano hubiera aguantado unos cuantos meses más es casi seguro que las potencias aliadas no habrían tenido más remedio que apoyarlo pues el 1 de septiembre de 1939, con la invasión alemana a Polonia, estalló la Segunda Guerra Mundial.  


Las fuerzas franquistas cruzan el Ebro el día 3 de enero de 1939 y avanzan con firmeza y determinación  ganando apresuradamente terreno mientras los republicanos se retiran desmoralizados. Poco puede hacer un ejército que ha sufrido durante varios meses un considerable desgaste que se traduce  en pérdidas materiales y  humanas irremplazables. El 26 de enero los nacionales se apoderan Barcelona sin que se presente el menor atisbo de resistencia. Todo está perdido y el gobierno en pleno, el ejército y miles de refugiados inician lo que se conocería luego en la historiografía como la “retirada”.  Con sus pertenencias a cuestas o a lomos de bestias una estampida humana de miles y miles de personas -ante el asedio de las tropas franquistas- se dirige apresurada rumbo a los Pirineos ansiosos de buscar asilo en Francia.  


Vicent se dirige con los miembros del  XV cuerpo del ejército hacía Port Bou con la intención de cruzar la frontera.  En Cerbere, el primer pueblo francés, las autoridades los detienen, desarman y envían  junto a otros tantos miles de refugiados a los campos de concentración de Barcarès y Gurs. Esa fue la peor de las humillaciones pues tuvieron que soportar una situación penosa y denigrante. Maltratados por la gendarmería y los guardias móviles  les faltaba agua, comida y medicinas a tal punto que mucha gente moría de hambre y enfermedades. Este fue el peor castigo que jamás pudieron imaginar. No bastaba con la derrota sino que ahora se convirtieron en unos delincuentes que merecían el máximo desprecio. Vicent tras pasar un examen de suficiencia profesional fue a parar a las Compañías de Trabajo que organizó el gobierno francés para ocupar la mano de obra de los refugiados en la  construcción de campamentos militares y la fortificación de las fronteras.   


En junio de 1940 con la invasión Nazi de Francia la situación empeoró considerablemente. Los alemanes le exigieron al general Pétain –nombrado primer ministro del régimen de Vichy- que le facilitara republicanos españoles para emplearlos en la industria o la construcción de infraestructuras bélicas. En un principio Vicent fue destinado a una fábrica de armas en París y luego a la construcción de la base de submarinos de Lorient en la Bretaña. En esas instalaciones trabajó desde 1941 a 1945. (Es decir, hasta la caída del Tercer Reich) en el mantenimiento y reparación de los submarinos de la  2 y 10 flotilla de U-Boot de la Kriegsmarine inscrita en la muralla del Atlántico.


El triunfo de los militares rebeldes encabezados por Franco (los “directores” Mola y Sanjurjo murieron en actos de servicio) tuvo consecuencias catastróficas para la clase proletaria y el campesinado español. Fue un retroceso desgarrador que los postró de rodillas ante los señores feudales y la oligarquía   


Por eso-como dice Vicent- es tan importante recuperar la Memoria Histórica y hacer pedagogía para que se imponga la verdad. Porque hay que recordarle a las futuras generaciones  lo que no sólo supuso la guerra civil sino también los 40 años de dictadura represiva y opresora.  Y quizás lo más lamentable es que tras la muerte del dictador los herederos del régimen se disfrazaron de demócratas erigiéndose en padres de la constitución y tutores de transición política. Incluso con todo el descaro autoproclamaron adalides de  la paz, la  libertad y los derechos humanos. Y para rematar sin ningún pudor mitificaron la figura del delfín de Franco don Juan Carlos I de Borbón y Borbón.



Vicent no ha cambiado ni un ápice su pensamiento. Sigue siendo el mismo muchacho que se apuntó voluntario en el batallón de la JSUV y que desarmado se fue al frente en temeraria actitud.  Un soldado republicano a carta cabal que mantiene intacto su compromiso de luchar por la revolución socialista. Es indispensable resaltar la dignidad de este hombre franco y sincero que nos devuelve la ilusión en una época tan marcada por el desencanto y la falta de utopías.  Y es que estamos hablando de uno de los últimos supervivientes de la batalla del Ebro, un personaje que va a cumplir nada menos ni nada más que 98 años ¡98 años! y parece que está como una lechuga ¿Tal vez habrá hecho algún pacto con el diablo? Se sirve un vaso de vino y brinda eufórico a la salud de la república. En su semblante risueño y relajado no hay una pizca de amargura, ni resentimiento alguno. Aunque el mismo añade que la verdadera felicidad no puede ser nunca individual sino colectiva ¡quiero ver a mi pueblo contento! Así que no es de extrañar que en cualquier instante se ponga a cantar corridos y rancheras mejicanas o se vaya a bailar tango en las fiestas populares.


Al terminar la Segunda Guerra mundial Vicent tenía una deuda que saldar y por eso se dirigió a Toulouse donde el partido Comunista preparaba la operación del Valle de Arán.  Se pretendía crear una cabeza de puente con la intención de reactivar la lucha antifranquista. En un principio cientos de guerrilleros lograron infiltrarse a través de los Pirineos pero no lograron consolidar sus objetivos pues los aliados se negaron a prestarle su ayuda. El traidor general de Gaulle -a pesar de existir un compromiso con los guerrilleros españoles que participaron en la liberación de Francia-los desarmó en un claro gesto de buena voluntad hacia el caudillo Francisco Franco.


Tras la frustrada aventura pirenaica a Vicent no le quedó más remedio que radicarse o, mejor dicho, exiliarse en Francia. Por lo tanto se reunió con sus hermanos en el pueblo de Pamiers (Midi Pyrénées) donde fijó su residencia y comenzó a laborar en una fábrica metalúrgica. Allí se casó, formó un hogar y echó raíces. Pero eso si jamás ha olvidado su querido pueblo de Alcàsser al que visita desde hace algunos años regularmente.


Vicent se siente orgulloso de su militancia comunista pues no en vano se jugó la vida en honor a los principios revolucionarios que desde niño aprendió junto a sus padres.


Durante décadas esa España desmemoriada y amnésica ignoró a estos héroes anónimos que simplemente cumplieron con el deber patriótico de hacer frente a un golpe militar nazi-fascista. Los hijos de la clase obrera  no podían dejarse pisotear impunemente  y se vieron obligados a empuñar las armas en defensa de la legalidad de la república. Un golpe de estado que contó con la complicidad de la iglesia, la banca, los terratenientes representados en el CEDA. Estos poderes fácticos fueron los responsables reales de la sangrienta conflagración que supuso una de las mayores tragedias en toda la historia de España.


Ahora justo cuando Vicent Almudéver está a punto de cumplir cien años recién comienzan a reconocerle su entrega y sacrificio. En todo caso “nunca es tarde si la dicha es buena” De ahí que en los numerosos actos que ha intervenido no se cansa de señalar que “si Hitler obtuvo una victoria esa fue la Guerra Civil Española”


Estamos ante alguien que se ofreció voluntario y lo arriesgó todo en defensa de los valores de libertad y justicia social que pregonaba la república. https://youtu.be/dHxfecNNoEs


Porque él asume el papel de portavoz de todos sus compañeros caídos en combate.


Amargo nos confiesa que le duele mucho contemplar a una España completamente entregada a los dictados de Bruselas y Berlín, una España que sin ningún reparo se pliega a los designios de la OTAN y el imperialismo norteamericano.


Vicente Almudéver desde su casa en Rimont (Ariege-Midi Pyréneés) situada muy cerca ya de la frontera con Cataluña, sigue leyendo en voz alta los periódicos como lo hiciera en aquel entonces en las tabernas a los obreros y campesinos analfabetos para explicarles las razones por las que habían sido condenados a la miseria y el abandono. Afirma que a pesar de su edad todavía tiene muchas cosas que aprender y por eso sigue soñando fiel a la consigna que lleva grabada en su mente: “quien se arrodilla ante el hecho consumado es incapaz de enfrentar el porvenir”   


Carlos de Urabá 2015