La jaula

La jaula
por la emancipación de los pueblos

vendredi 4 octobre 2013

¡Que les den por el Colón!


Los españolistas, los chapetones, los gachupines, los cipayos y toda esa caterva de nacional-catolicistas y opusdeista que existen en España y Latinoamérica se disponen a celebrar un año más el 12 de Octubre o el “descubrimiento” de América, según ellos el día más glorioso en la historia de la humanidad. La monarquía española ha instituido esta fecha como la Fiesta Nacional por antonomasia. (Aunque no ha podido desbancar a las corridas de toros, por supuesto) En las recepciones oficiales el Rey y sus cortesanos, el gobierno del Zapatero remendón y sus lobos disfrazados con piel de oveja, de la mano de los aznaristas de cloaca y pandereta, los doctores, los patriarcas más respetables, desde la duquesa de Alba y los grandes de España cantarán loas a la memoria del descubridor. Vestidos para la ocasión por Emilio Gucci y Agatha Ruiz de la Prada se hartarán canapés y de vinos incunables a la salud de los millones de indígenas asesinados, torturados y desaparecidos.

La madrastra patria gobernada por el omnipresente y omnipotente monarca don Juan Carlos de Bribón y Bribón, heredero del caudillo Francisco Franco, zángano mayor del reino y padrino de grupo KIO, junto a su concubina a la reina momia Sofía, y su cachorro el bobalicón Felipe el cornudo acompañado por su anoréxica alteza real Doña Letizia Urraca futura reina de las Españas, más todos los infantes e infantas, ninfas del harén y su prole de parásitos, Blanca Nieves y los siete enanitos y una millonada de acólitos y súbditos de pacotilla que obnubilados aplaudirán a sus majestades al grito de ¡vivan las caenas! Y al instante levantarán la diestra de Dios padre entonando el cara al sol con la camisa nueva. La sinigual enseña roja y gualda o­ndeará triunfante a los cuatro vientos mientras los poetas palaciegos recitarán poemas épicos en honor al Almirante de la mar océana.

¡Arriba España! ¡Viva España! ¡Viva el Rey! ¡Gloria eterna a don Cristóbal! En el Tedeum solemne de acción de gracias concelebrado por el Presidente de la Conferencia Episcopal, cardenal Rouco “Torquemada” Varela, encomendará a la España, la una, la grande y la libre bajo la protección de san José María Escribá de Balaguer.

Por la avenida del Generalísimo desfilarán los tercios de Flandes, la armada invencible, la legión y la puta de la cabra la madre que la parió plagada de mercenarios latinoamericanos que en una parada apoteósica demostrarán el renacer del Imperio hacia Dios. A la misma hora, a las cinco de la tarde. Eran las cinco de la tarde. Lo demás era muerte y sólo muerte -en la otra orilla del Atlántico los gobiernos cómplices no se cansarán de lanzar alabanzas al descubridor y su magnánima gesta, no se cansarán de ceñir con coronas de laurel las sienes de su estatua triunfal que adorna cada una de las avenidas más importantes de nuestras capitales. Es el día de la raza, ¿de la raza blanca? Quizás o el día de la hispanidad como lo bautizó el rancio falangismo Joseantoniano.

El descubrimiento es el hecho más sublime después de la venida de nuestro salvador Jesucristo. Para ser justos han existido algunos excesos pero en todo caso hay más luces que sombras”- apuntan los intelectuales más críticos. “El encuentro de dos mundos” eufemismo con el que los progres socialistas quisieron lavarse las manos en Sevilla 92. La exposición universal que sirvió para que la España de los catetos y paniaguados festejara su entrada en el Rockefeller World Club. 500 años de expolio merecen toda la pompa y la megalomanía. Nadie debe sorprenderse que dos sicarios como Felipe González “mister X” y Alfonso Guerra, “el sevi”, magnates de la corrupción y cabecillas del grupo terrorista GAL organizaran el burdel del V Centenario. Ellos han sido los máximos aduladores del negrero y alter ego del führer. Los dos tipejos saciaron sus delirios de grandeza y junto a su camarilla se endosaron jugosas comisiones de la Expo, el Ave y las olimpiadas de Barcelona. Sino que se lo pregunten a sus testaferros de la Rosa, los Albertos y Mario Conde. Hasta Roldán y los siete pares se forraron con los desfalcos en la Guardia Civil, sin nombrar las travesuras del verdugo mayor del reino el general Rodríguez Galindo que con el ministro del Interior, el marqués de Barrionuevo, Vera y demás falangistas perfeccionaron los sanguinarios métodos de la Gestapo.

¿Acaso el pirata de don Cristóbal no pretendía ser virrey del Nuevo Mundo y quedarse con el diez por ciento de las ganancias del botín, más una buen pellizco por el comercio de esclavos? - está escrito en las capitulaciones de Santa Fe que firmó con los Reyes Nacionalcatólicos. Era tan ostensible el trato despótico del cartel familiar de los Colón y su avaricia tan cruel e inhumana que hasta sus propios compinches los mandaron engrillados a España para que el consejo de Indias castigara sus fechorías.

Cuando estaba en la escuela lo que más me gustaba era la clase de historia que impartía el padre Pío. El curita incondicional admirador de don Cristóbal y los valientes marineros de la Pinta, la Niña y la Santa María, las tres calaveras, escenificaba en vivo y en directo los episodios más brillantes de tan magna gesta. Y nosotros por vacilarlo le decíamos: Padre, ¡Santa María que Pinta la de esa Niña! por una muchacha muy buena a la que todos le tirábamos los tejos. “El Almirante clavó la cruz en la playa de la isla de Guananí y de rodillas agradeció al supremo hacedor el haberlos librado de los peligros del mar de los Sargazos” -Vaya pendejadas en las que perdíamos el tiempo.

Los carcas, los momios, la pituquería, los criollitos les entra tremendo orgasmo al relatar sus viajecitos y aventuras; como saqueaba, como mataban, como fundaban pueblos y ciudades en nombre de Dios y el Rey. Un holocausto imperdonable bendecido hasta por el Reichstag de San Benedetto Ratzinger XVI y sus secuaces.

Lo cierto es que el nuestro es un continente sin nombre, un triste NN despojado de sus raíces y su memoria. Los extraterrestres llegados de Europa trazaron las fronteras con alambre de púas y muros de Berlín colocando en la entrada del latifundio letreros de “Propiedad privada. Perros Bravos” Para colmo lo bautizaron con el nombre de América en homenaje a Américo Vespucio, un usurero, un mafioso italiano al servicio de la Cosa Nostra. Y Colombia qué les parece la genial idea de los padres de la patria para eternizar la memoria del descubridor. ¡Habrase visto mayor estupidez! es como si los judíos le pusieran a la tierra prometida Adolfland. Se nota que somos masoquistas y amamos a los amos y nos gusta que nos flagelen y nos humillen. Pero eso pasa porque nos tienen amaestrados con una historia que hiede a chamusquina. En esos mamotretos no hay más que mentiras y falsedades escritas por cuatro tinterillos de pacotilla. Sin contar con la Ilíada y la Odisea de los conquistadores Pizarro, Cortés, Núñez de Balboa, Jiménez de Quesada y compañía. Aquellos monstruos que se alimentaban de sangre y de oro también han sido encumbrados al Olimpo. A los nativos ni agua, sólo se merecen el desprecio pues no son más que bestias salvajes, macacos evomoralistas y chavistas paganos.

Cinco siglos después, el gangoso del rey de España, nostálgico de aquel imperio donde jamás se ponía el sol, pronunciará un soberano discurso lleno de retórica y salmos responsoriales, ensalzará a los héroes y mártires de la evangelización, portadores del civilizador que rescató del limbo a los infieles. Frases dignas de ser grabadas en letras de oro en los anales de la historia.

Sin dudarlo el imperio contraataca y ha iniciado la segunda conquista de América. Una vez más vuelven a timarnos con sus espejitos y sus cuentas de vidrio los adelantados del grupo Prisa, Endesa, Telefónica, Agromán, Ferrovial, Unión Fenosa, Argentaria, Repsol que nos vampirizan sin medida ni clemencia.

A quién se le puede ocurrir el celebrar que nuestros ancestros hayan sido quemados en las hogueras del Ku Klux Klan, a quién se le ocurre comulgar en nombre de ese dios blanco que los condenó al patíbulo. Ese exterminio que asoló el cielo y la tierra aún no se detiene.

Sin remedio se marchitan los bosques y las selvas, los ríos envenenados desfallecen, la tierra estéril no da frutos, las tribus y naciones disecadas en los museos , donde ellos creían que estaba el paraíso hoy no queda más que una sucia favela. Aquel continente joven y fecundo prematuramente envejecido, se extingue. El capitalismo ha terminado la tarea inconclusa del Almirante saqueando sus riquezas y esclavizando a los nativos en los negros socavones.

Ya me lo decía mi abuelita que no me sulfurara, que con esas rabietas no iba a sacar sino una úlcera. De veras que a mí no me gusta ser rencoroso pero lo que no puedo soportar es la desfachatez, la prepotencia españolista y la falta de humildad. Porque además ellos nunca han perdido perdón por tamaño ultraje. De ahí que no podemos ser tolerantes y tenemos que plantarle cara a esos fantoches que siguen echándole leña al fuego. Hay que enterrar de una vez por todas esos mitos impuestos por los vencedores. Por lo tanto este doce de octubre una vez más gritaré con toda la rabia de mi alma: ¡que les den por el Colón!
Carlos de Urabá 2008
Escritor de Colombia


 

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