El atentado del jueves en los Campos Elíseos
de Paris que provocó la muerte de un policía y dejó heridos de gravedad a otros
dos agentes ha sido un golpe muy bien estudiado por los cerebros del EI. De
esta manera han querido acentuar las contradicciones y la deriva anti
europeísta para que reine el miedo y el caos manteniendo en permanente estado de alerta
a las fuerzas del orden y a los ciudadanos. El Estado Islámico interviene
directamente en las elecciones francesas apostado al todo o nada por la candidata
ultraderechista Marine Le Pen. Porque es lo que más les conviene en su
propósito de fomentar el enfrentamiento entre los franceses y la comunidad musulmana. Por eso a nadie le debe sorprender que este
domingo la candidata del Frente Nacional se alce con el triunfo en la primera
vuelta.
Increíblemente a Marine le Pen le votan obreros, campesinos,
funcionarios, parados, sacerdotes, inmigrantes, árabes, negros, chinos, descendientes de españoles (como es el caso
de las entrevista que hemos grabado con Patrice Hernández en Toulouse. https://youtu.be/k5NdCnd7BDo) Una masa
variopinta de tendencia ultranacionalista a la que pertenecen aquellos
excluidos y abandonados por las políticas antisociales del actual gobierno de
Hollande. Dispuestos a combatir los propios monstruos (terroristas) que ha
creado la Francia con su política de solidaridad y puertas abiertas. El
asistencialismo favorece a los inmigrantes mientras que los trabajadores
franceses pagan altos impuestos para mantener el sistema de bienestar social.
El pueblo francés ha sido nuevamente
castigado por el terrorismo yihadista. La única arma que cuenta la ciudadanía para
defenderse de la agresión son los votos. En las urnas es donde van a descargar
toda su furia e indignación. Los atentados sangrientos, las masacres se vienen repitiendo periódicamente y esto ya
no hay quien lo soporte. Porque aunque el pueblo francés es educado y respetuoso todo tiene sus límites.
Desde luego la derecha y la ultraderecha
aprovecharán al máximo este criminal atentado de los Campos Elíseos. Candidatos como Le Pen, Fillon o Macron son
los más beneficiados mientras que el izquierdista Melanchon pierde puntos pues
se le considera más próximo a las tesis alter mundialistas y de solidaridad con
los inmigrantes y refugiados. Es cierto que las últimas encuestas lo colocaban como uno de los favoritos para
alcanzar la segunda vuelta pero inesperadamente ha surgido este contratiempo.
El EI ha planificado perfectamente el
golpe para hacerlo coincidir con el momento en que los candidatos se encontraban
exponiendo uno a uno sus programas en directo por TF2. Durante 15 minutos se
sometieron al interrogatorio de dos entrevistadores que les bombardearon con un
sinfín de preguntas. Todo transcurría con normalidad hasta que inesperadamente se vieron obligados a
cambiar el guion a causa del atentado. Por lo tanto pasaron de largo en asuntos
tan trascendentales como el empleo, la economía, la seguridad social, los impuestos
o la educación centrándose de lleno en el tema del terrorismo yihadista.
Todos se han rasgado las vestiduras lamentando el hecho tan luctuoso –como no
podía ser de otra manera- comprometiéndose a luchar con todas sus fuerzas
contra este flagelo. Los candidatos han apelado a los principios republicanos
de libertad, igualdad y fraternidad para tratar de convencer a los votantes de que
ellos son los llamados a poner orden en un país gobernado por un gobierno tímido
e ineficaz. En este interrogatorio de 15
minutos de duración hablaron más de Siria,
de Irak o del EI que de lo propios problemas que aquejan a Francia. Un sofisma de distracción que ha servido a
Marine Le Pen y Fillon para escabullirse de sus responsabilidades de nepotismo
y corrupción.
Marine Le Pen está exultante pues sabe que
el atentado de los Campos Elíseos le favorece en las intenciones de voto. Según
los encuestadores tiene asegurada la victoria en la primera vuelta. Donald Trump
igualmente le envía felicitaciones anticipadas a su pupila dando por hecho un
resultado más que positivo. Marine Le Pen quizás tendrá que disputar la
segunda vuelta con Macron o Fillon, a menos de que Melanchon, y
su candidatura de la Francia insumisa, consiga dar la sorpresa gracias a la
movilización de los indecisos.
El pueblo francés este domingo votará con rabia
contenida, votará más con el sentimiento
y las emociones que con la razón. Miedosos,
obsesionados por la seguridad y
esa seguridad significa militarización y mano fuerte para afrontar la amenaza
terrorista. La espada de Damocles pende de un hilo y en cualquier momento puede
producirse un nuevo atentado. En silencio nadie expresa sus pensamientos, hipócritamente
se lo callan, a veces se refleja un
gesto de desprecio e indiferencia. Pero lo saben disimular. En las calles la
vida sigue con normalidad, ni una pintada, ni manifestaciones en contra de los
musulmanes. Pero en las urnas es donde van a descargar todo su odio, su rencor
y las ansias de venganza. Aunque lo nieguen la islamofobia sube enteros. Ha
llegado el momento de defender la patria humillada por extranjeros, enarbolar la
bandera tricolor y rescatar la figura de a Juana de Arco como símbolo salvador.
De repente, renacen los valores más retrógrados y caducos
del cristianismo en un desesperado
intento de que Jesucristo proteja a Francia de sus enemigos (el islam)
Hay candidatos de la derecha como Fillon
que llaman a las facciones más
reaccionarias catolicismo, del Opus Dei a votar en masa en esta santa cruzada. Marine
Le Pen afirma que Francia debe cerrar sus fronteras aboliendo el tratado de Schengen. Es preciso aplicar con rigor las
leyes antiterroristas y expulsar a los sospechosos, a los inmigrantes
binacionales, los refugiados, los islamistas radicales. Es necesario cerrar mezquitas y madrasas (nidos de
terroristas) aumentar el número de policías
y de militares, de paramilitares o los servicios de seguridad, llenar las calles
de cámaras de video vigilancia, incluso expedir permisos para que porten armas
a los ciudadanos. Francia está en estado de guerra, el pueblo francés debe
saber que las hordas islamistas han mancillando el suelo patrio, cuna de la
civilización, la democracia y los derechos humanos. Tal y como lo dice la
Marsellesa ¡A la carga batallón, a las armas ciudadanos! nada ni nadie nos puede
intimidar. Ha llegado la hora de la verdad ¡votemos por madame Le Pen, votemos por la salvación de Francia! “On est chez nous”-(Estamos en nuestra casa)
ese es el lema de la campaña “unión azul marino”. ¿Cómo es posible que 5 millones
de musulmanes puedan oprimir a 60 millones de franceses? Ha llegado el momento de luchar con
valentía contra el enemigo interno. Hay
que detenerlos, allanar sus viviendas, perseguirlos, encarcelarlos, depórtalos.
Que se restituya la pena de muerte ¡Viva
la guillotina! Francia no puede soportar tanta barbarie, Francia es un estado
moderno, desarrollado, una de las
economías más prósperas, una potencia militar con cabezas nucleares, el
sexto ejército más poderoso del mundo, y resulta que una partida de malhechores
lo mantiene en jaque. ¿Dónde está el orgullo y la dignidad? “¡Despierta
Francia, despierta!”
Carlos de Urabá 2017
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