La jaula

La jaula
por la emancipación de los pueblos

mercredi 2 mars 2022

Putin es como Pablo Escobar, pero con bombas atómicas.

 


En las revoluciones árabes o intifadas Rusia tuvo un protagonismo de vital importancia al intervenir en la guerra civil siria a favor del régimen de Bachar al -Assad. Ya desde la época de la Unión Soviética ambos países firmaron una
alianza estratégica y en un gesto de amistad revolucionaria Hafez al-Assad les  cedió la base naval de Tartús en el Mediterráneo oriental.

Cuando el ejército ruso estaba cercado por una contraofensiva del ISIS en Palmira (Siria)  desde el mar Caspio buques de la marina de guerra lanzaron cuatro misiles (con un alcance de 1.500 kilómetros) cuyo objetivo era destruir los arsenales, bases de entrenamiento y almacenes de combustible yihadistas. Porque para el Kremlin la resistencia islámica no eran más que organizaciones terroristas a las que había que aniquilar. Pero algunos de estos misiles impactaron por error en territorio iraní, más concretamente en el pueblo de Ghozghapan en la región de Takab (Provincia de Azerbaiyán occidental) sin que aparentemente se hayan reportado víctimas o daños materiales.   Los ayatolas, como aliados de los rusos, guardaron cauto silencio negando lo ocurrido y más bien acusaron a  los EEUU de publicar noticias falsas con la intención de sembrar el pánico.  Extraoficialmente se supo que murieron decenas de pobladores. En todo caso son los daños colaterales tan propio de todas las guerras y hay que asumirlos con resignación.  Así que Allah los tenga en la gloria.

Rusia intervino urgentemente en Siria en auxilio de su amigo el tirano Bachar al- Assad que se encontraba entre la espada y la pared cercado por los rebeldes yihadistas y el ISIS. Desde luego el régimen baazista le debe su supervivencia a Rusia a Irán y Hezbollah. Las fuerzas armadas rusas se coordinaron con la Coalición Internacional encabezada por las potencias occidentales y sus esbirros para lanzar sus feroces ataques.  En aras de “la paz y la seguridad” se dedicaron a  bombardear aldeas, pueblos y ciudades sin importarle para nada la suerte de la población civil (especialmente bebes, niños, jóvenes o ancianos). ¿Quién documenta las víctimas de la Coalición Internacional? Más daños colaterales que había que asumir en nombre del espíritu civilizador.

Pero quizás el asunto más sucio y demencial  sea el uso de las armas químicas por parte del diabólico gobierno sirio[ para exterminar la legítima resistencia popular calificada de “sanguinarios terroristas”. Bachar al-Assad amparado por la comunidad internacional tenía licencia para matar e incluso se felicitaba por su “heroico proceder”. Como olvidar la masacre de Guta en el 2013 en los suburbios de Damasco cuando el ejército sirio disparó misiles cargados con gas sarín que dejó un saldo de 1.700 muertos. Como los países occidentales protestaron ante tan bárbara acción la ONU obtuvo permiso del gobierno sirio para investigarla y así pudo comprobar in situ que fue causada por  cohetes tierra-tierra disparados por las tropas de Bachar al-Assad. Pero como es habitual Siria y Rusia se lavaron las manos y culparon a la oposición del ataque. Porque en este caso la guerra informativa logró el propósito de intoxicar y manipular los hechos reales.

El ministro de Exteriores ruso Lavrov definió a este “desagradable incidente”  como una “operación de falsa bandera” para provocar que las potencias occidentales intervinieran en la guerra civil de lado de los rebeldes. Luego, el senado de Estados Unidos autorizó la intervención militar al comprobar que el ejército sirio cometía crímenes contra la humanidad.  En el año 2013 el presidente Obama habían declarado que el uso de armas químicas era una línea roja que no iba a tolerar traspasar. Y cuando estaba a punto de intervenir con la VI flota del Mediterráneo John Kerry mantuvo una reunión de última hora con el canciller  ruso Lavrov en la que este  le prometió  que Rusia como garante de al-Assad verificaría la  destrucción de todo el arsenal químico. Lo convenció con el argumento de que “no tiene que haber una solución militar sino política” La destrucción se llevaría a cabo fuera del territorio sirio. Aparentemente la operación fue todo un éxito hasta tal punto que  Washington elogió al gobierno sirio por su “extraordinaria cooperación” . Y EE.UU  cayó en la trampa pues Siria en complicidad con Rusia no entregó la totalidad de los arsenales  químicos y en secreto escondió una buena parte de los mismos.  El 4 de abril 2017 el ejército sirio realizó un ataque con gas sarín en Jan Cheijun causando 200 muertos, posteriormente  en 2018 la fuerza aérea siria lanzó bombas con cloro sobre la ciudad de Saraqib y también en Duma ocasionando más de 70 muertos.   Algo que por supuesto  negó el régimen sirio respaldado por sus aliados Rusia e Irán. Los responsables eran los “yihadistas terroristas” del ISIS, al Qaeda y al Nusra.  Se han documentado 106 ataques químicos del ejército sirio desde el 2014 hasta el 2018.  Rusia, Irán y Hezbollah como aliados del régimen baazista son los principales  culpables del genocidio y exterminio del pueblo sirio. Las cifras son bien elocuentes:  400.000 muertos, más de 100.000 heridos, 50.000 desaparecidos y miles de presos, torturados o ejecutados aparte de  5 millones de refugiados y una economía completamente hundida y devastada. Siria es hoy  en un país  trasformado en un camposanto donde solo reina el hambre y la miseria. La NAPO o Fuerza Aérea de  Rusia en sus cruentas y diabólicas campañas sobre territorio sirio se dedicaron durante años a batir y demoler los objetivos señalados con sus poderosos cazabombarderos Sukhoi Su-24, Su-25, Su-30 y Su-35 dotados con munición de tipo incendiario, explosivos de fragmentación y perforantes trazadores, con armamento misilístico de largo y corto alcance y bombas convencionales de caída libre o guiadas por láser.  ¿Quién le iba a reprochar algo a un fiel aliado en la lucha antiterrorista mundial?

Aunque la comunidad internacional aplicó sanciones a Bachar al- Assad el dictador sigue todavía en el poder bajo la tutela de Irán, China y Rusia. Los supervivientes de este genocidio fueron condenados al destierro en los campamentos de refugiados instalados en los países vecinos para  posteriormente escapar en busca de un futuro mejor a Europa o a cualquier parte del mundo.  La comunidad internacional (EE.UU, Europa) desde ese entonces fue muy complaciente y le otorgó carta blanca a Rusia para que hiciera lo que le viniese en gana. La guerra de Ucrania está directamente relacionada con estos acontecimientos.

La siguiente fase del expansionismo ruso  fue la invasión en Crimea en 2014 (anexada a la administración de facto de la Federación Rusa) apoderándose además del estratégico puerto de Sebastopol en el que recala la flota rusa del Mar Negro. El ataque se justificó con la clásica treta de resguardar la integridad  de la población de origen ruso.  

En el 2014 mientras las tropas prorrusas y las ucranianas se enfrentaban en la línea fronteriza del Donbass, inesperadamente sucedió el derribo por parte de las fuerzas prorrusas del vuelo 17 de Malaysia Airlines con 287 pasajeros (la mayoría holandeses)  Se comprobó que fue impactado por un misil de un sistema BUK (instalado sobre un camión y capaz de alcanzar una altitud de 22.000 metros) cuando viajaba sobre espacio aéreo de Ucrania  en la villa de Grabovo, en el oblast de Donetsk (a 40 kilómetros de la frontera rusa) De inmediato los restos más comprometedores fueron retirados por los milicianos de la Nueva Rusia entrenados por el Kremlin. Tenían la orden de  borrar todas las evidencias que los implicaran en el crimen y de paso se dedicaron a saquear las pertenencias de los pasajeros; el dinero en efectivo y las tarjetas de crédito.  El secretario de estado Kerry y el ministro de asuntos exteriores Lavrov llegaron a un acuerdo para facilitar la investigación internacional que no obtuvo un resultado clarificador por el boicoteo del Ministerio de Defensa ruso que empleó patrañas y manipulación de las evidencias para desmarcarse del asunto.  Los rusos atribuyeron el “trágico incidente” al impacto de un misil del ejército ucraniano. Aunque realmente el avión fue derribado por los rebeldes prorrusos que lo confundieron con un avión ucraniano AN-26.  Rusia transfería a sus aliados separatistas armamento de alta tecnología y sistemas antiaéreos.  Al final los prorrusos entregaron las cajas negras en las que se comprobó que el avión de Malaysia Airlines  fue impactado por un misil  tierra-aire ruso. Por el contrario, los portavoces de la República Popular de Lugansk (prorruso) informaron que al  Boeing 777 lo atacó un caza de combate SU-25 de la fuerza aérea ucraniana (detectado por los equipos de vigilancia rusos) creyendo que se trataba del avión presidencial de Vladimir Putin.  Otras mentes más retorcidas se inventaron que todo se trataba de un montaje pues los pasajeros habían fallecido días antes de tomar el vuelo.  Así que los agentes de la  CIA los estrellaron aposta para desacreditar a Rusia. En resumidas cuentas este cruel acto de terrorismo todavía sigue impune.

En el año 2014 como consecuencia de la revolución del Maidan que derrocó al presidente prorruso Yanukovich se instaló en Ucrania un régimen prooccidental, pro-Unión Europea, pro OTAN y pro capitalista impulsado por los ultranacionalistas ucranianos. Una revuelta protagonizada por los partidos ultraderechistas de corte neonazi Svoboda  y Pravy Sector ¿junto a asesores de la CIA? De este modo se iniciaron las tensiones separatistas en el sudeste de Ucrania apoyadas por Vladimir Putin con la excusa de defender a la comunidad rusa acosada por el gobierno ucraniano. Las Naciones Unidas, EEUU, Canadá y la Unión Europea en respeto a la legalidad internacional no aceptaron la anexión de Crimea amenazando con graves sanciones económicas a funcionarios y  empresas rusas  por violar la integridad territorial de Ucrania.  John Kerry nuevamente cayó en la trampa de Lavrov quien lo convenció para que aceptara la decisión de los habitantes en un referéndum vinculante. En Crimea el 97% de la población es rusa.  Occidente declinó intervenir ni enfrentarse a los rusos por temor a desatar una guerra de impredecibles consecuencias.

¿Cómo actúa Rusia? ¿cuáles son sus métodos? ¿y las ambiciones imperiales  del putinismo? Después de que el comunismo demostró ser una ilusión el partido Rusia Unida de Putin ganó por mayoría absoluta las elecciones en los últimos 20 años. La constitución rusa le garantiza que podrá estar en el poder hasta el año 2036. El cartel del Kremlin se ha inventado un sistema concentración de poderes políticos y financieros en un estado FSB (servicio Federal de Seguridad) dirigido por Putin,  ex agente de la KGB  nombrado por el borracho Boris Yeltsin como su sucesor.  La mayoría de la población rusa ha endiosado a este macho dominante al que todos admiran por su agresividad en la  política interna y externa. Putin es un líder carismático adorado y venerado, el glorioso timonel al que se le rinde culto como una divinidad.  Es tan popular que su imagen está grabada en la etiqueta de Putinka, un vodka confeccionado por la compañía estatal Cristall.

Los sociólogos comparan la política rusa con el estalinismo, el nepotismo en alianza con los oligarcas y la nostalgia de la Unión Soviética. Se reservan el  monopolio total del poder que explota el sentimiento antioccidental y la ideología de la grandeza nacional de la madre rusia, la patria de los eslavos. El militarismo ruso se propone recuperar las glorias del pasado, la rusia histórica, el renacimiento nacional representado por la bandera tricolor zarista con el escudo imperial del águila bicéfala de oro con las alas desplegadas que simboliza la unión entre el estado y la iglesia ortodoxa y que tiene su origen en el antiguo imperio ruso.

El dictador ruso Putin domina por completo el poder económico; el petróleo y el gas o el carbón que son  instrumentos de la política exterior para afianzarse como una de las potencias más poderosas del siglo XXI. El suministro del crudo ruso a la Unión Europea en el 2021 fue de 12.3 millones de toneladas -indispensable para abastecer las refinerías de Polonia y Alemania- Rusia también es el  principal exportador de gas a Europa (el 85% del total).  El gas es la carta que Rusia  utiliza para presionar a los países de la UE con córtales las fuentes energéticas.

Putin en sus delirios megalómanos se propuso organizar los juegos olímpicos de invierno en Sochi y el mundial de fútbol de Rusia 2018. Aunque había cláusulas que impedían a regímenes autoritarios llevar a cabo estos eventos,  en cumplimiento de las sanciones occidentales por la anexión de Crimea,  la guerra de Georgia o los crímenes de lesa humanidad cometidos en Chechenia o Siria.  Los compromisarios el Comité Olímpico Internacional y la FIFA se dejaron sobornar por el gobierno ruso con altas sumas de dinero que les ofrecieron para obtener ambos certámenes.

Uno de los casos más mediáticos fue el atentado perpetrado al ex espía ruso (doble agente) de Sergei Skripal y su hija envenenados con el agente nervioso Novichok de origen soviético, mientras paseaban por un centro comercial en Londres. El gobierno del Reino Unido acusa de intento de asesinato a tres espías al servicio de la inteligencia militar rusa GRU, condecorados por Putin. Padre e hija lograron sobrevivir gracias a un tratamiento experimental que les aplicaron los servicios médicos británicos. Londres señala al régimen de Putin de cometer los envenenamientos. A lo que Moscú respondió que son una locura tales acusaciones.  Putin en una conferencia de prensa se refirió al ex espía  como  “un traidor a la patria que se merecía un castigo ejemplar”

La persecución contra los opositores  se ensañó en el 2020 con Alexei Navalny, crítico de Vladimir Putin y envenenado también con el agente nervioso Novichok. Urgentemente fue trasladado a un hospital alemán donde le salvaron la vida. Tras cinco meses de recuperación regresó a Rusia donde inmediatamente  lo arrestaron al no haber cumplido una sentencia por corrupción. En los tribunales  es declarado culpable y condenado a 3 años de prisión.  Hay que aplicar los métodos represores, torturas y ejecuciones extrajudiciales para eliminar cualquier atisbo desestabilizador.

En el 2019 estalló el escándalo de doping de los atletas rusos y por el que fueron excluidos de participar en los juegos olímpicos.  Después de haber manipulado las muestras de las pruebas antidopaje de sus atletas mediante la implantación de evidencias falsas y que había eliminado de los archivos que permitían dar a conocer los casos de dopaje positivo. Este es otro ejemplo de la política mafiosa y delincuencial de las autoridades rusas. Los deportistas desde vieja data se vienen dopando con total impunidad y en condescendencia  con sus  autoridades. Una práctica habitual que ha tolerado el comité olímpico internacional . Pero lo más perverso es que se  ha llegado hasta dopar en los juegos olímpicos de invierno en Pekín una niña de 15 años con sustancias prohibidas para aumentar su rendimiento físico. Un crimen soez que ni siquiera va a ser castigado pues por decisión de los jueces chinos se le ha permitió continuar en la competencia.

Otro caso estremecedor fue el asesinato del desertor de los servicios secretos rusos (KGB) Litvinenko,  especialista en el crimen organizado,  a quien que el gobierno les había ordenado el asesinato del magnate ruso y opositor Boris Berezovski. Exiliado en Londres  acusó a los servicios secretos rusos de colocar bombas en  apartamentos y otros actos terroristas para impulsar la segunda intervención militar  rusa en Chechenia. Acusó a Vladimir Putin de ordenar el asesinato de la periodista Anna Politkovskaya. En noviembre del 2006 enfermó repentinamente envenenado con polonio-210. Su grave estado fue empeorando progresivamente hasta morir semanas después en el hospital universitario de Londres.

Putin era un gran amigo de la clase política occidental y siempre fue el  invitado de honor en las fiestas y exclusivas reuniones.   Incluso les remitía meretrices a sus colegas como es el caso de “il cavalieri” Berlusconi, al que le regaló una cama king size con cortinillas  para que practicara el kamasutra con las furcias más bellas y atractivas (incluidas menores de edad) El rey emérito Juan Carlos I también es un gran amigo de Putin pues tenía negocios en la petrolera rusa Lukoil de la que se llevó una jugosa comisión por  la compra del 30% de Repsol. Recordemos que Putin para  homenajear al soberano le organizó una cacería de osos en la región de Vólogda donde se hizo famoso el episodio del oso Mitrofán[cb2]  al que emborracharon con vodka para que el monarca pudiera abatirlo sin mayores contratiempos.  Putin condecoró en el 2010 al rey Juan Carlos I con el premio estatal de la Federación Rusa por su “labor humanitaria”. Los dos jefes de estado lo celebraron con sendos besos en sus respectivas mejillas.

En la guerra de los Balcanes los rusos les prestaron ayuda militar y económica a los serbios (hijos de la madre patria rusa) en su intervención en Croacia, Bosnia o Kosovo.  Y como no fueron cómplices de los carniceros Milosevic y  Karadzic que cometieron espantosos crímenes contra la humanidad en Srebrenica y Sarajevo. Rusia patrocinó a los  grupos de paramilitares y mercenarios como “Honor Serbio”. En ese entonces la OTAN bombardea Serbia a raíz de la agresión a los kosovares albaneses. Acontecimiento que se le quedó grabado en la memoria a Putin  y  lo inspiró para lanzar este ataque preventivo contra Ucrania.  

Rusia está decidida a jugar con todas las cartas de la baraja. Y a su favor cuenta con aliados (ha financiado a la ultraderecha europea)  como Le Pen, Abascal, Orban, la Liga de Salvini, Berlusconi, Donald Trump (un activo de Putin pues lavó dinero de los oligarcas rusos) , el presidente de Serbia Vucic,  el régimen de los ayatolas de Irán, la India, Bielorrusia, Kazajistán,  el chino Xi Jinping, Kim Jong-un de Corea del Norte, Bachar al-Assad, Bolsonaro, también el bolivariano Maduro (Moscú tiene dos bases militares en Venezuela), el presidente argentino Alberto Fernández (que planea que su país sea la puerta de entrada de Rusia en América Latina y así romper su dependencia con el FMI) el estado plurinacional de Bolivia con Evo Morales y ahora Arce, que afianza su relación con Rusia luego de firmar un acuerdo de cooperación militar en el 2016 para emanciparse de la dependencia tecnológica de EEUU,  otro amigo incondicional es el  presidente cubano Diaz Canel o el nicaragüense Daniel Ortega. ¡Y si sus camaradas supieran que la Unión Soviética en 1954 y Putin en el 2002 pidieron la entrada en la OTAN! Aunque sus miembros se la denegaron por su carácter antidemocrático.

Putin, el capo del cartel del Kremlin,  es como Pablo Escobar, pero con bombas atómicas, el cabecilla de una banda de oligarcas mafiosos ligados con el crimen organizado en los cinco continentes.

Tras la caída del muro de Berlín como respuesta al sistema soviético fracasado y caduco se abría el camino a la ilusión del materialismo capitalista.  Especialmente en la exportación de materias primas a nivel global. Los burócratas privilegiados tarde o temprano se adueñaron de las empresas por ellos administradas para convertirlas en propiedad privada de una elite burguesa.

El pensador marxista Trotsky escribió que “ante la ausencia de una revolución socialista mundial triunfante, esa sociedad regresaría al capitalismo” Como se comprobó  cuando  la Alemania Oriental traicionó al comunismo y eligió pasarse al enemigo. Ucrania se niega a integrarse en el ruinoso modelo económico ruso y en cambio prefiere apostar por un sistema capitalista proeuropeo y proyanqui.

Rusia es un país donde la mitad de los trabajadores son empleados por el estado y sus empresas. Es una de las mayores burocracias del mundo. Su poder adquisitivo es bastante precario. Los proletarios cobran sueldos bajísimos y se mantienen gracias a las ayudas estatales.  Así que lo que se aproxima es una dramática crisis económica a causa de las sanciones impuestas por occidente.

Rusia se decanta por el sistema  mafioso de control estatal y monopolios muy parecido al de bandas delincuenciales. Un capitalismo criminal corporativo y  gansteril en alianza con los oligarcas y que cuenta con un capital financiero de 800.000 millones de euros.

Para comprender el porqué de la invasión rusa hay que remontarse al día 21 de octubre del 2021 cuando en una reunión de los ministros de defensa de la OTAN en Bruselas la mayoría  se mostraron favorables a la inclusión de Ucrania en la Alianza Atlántica.  Rusia advirtió que esta decisión traería graves consecuencias políticas y militares. Es algo inaceptable pues los misiles de la OTAN podrían alcanzar a Moscú en 35 minutos.

De nada valieron los encuentros de buena voluntad, las ostentosas cumbres,  las alfombras rojas, las limusinas y los banquetes de estado con  los grandes  estadistas para mantener la paz.  Porque Putin disparó primero y los sorprendió el 17 de noviembre del 2021 movilizando  a 200.000 soldados en la frontera con Ucrania para dizque realizar  “maniobras militares” Luego el 21 de febrero de 2022 al reconocer  a las repúblicas separatistas de Donetsk y Luhansk se inicia la invasión.  Se aplicó la política de hechos consumados aprobada sin dilaciones por los caudillos militares. El patriarca de la iglesia ortodoxa bendijo a las tropas rusas para que aplasten a las “fuerzas del mal” ucranianas.

Ucrania es el granero de Rusia y de Europa - los productos derivados del trigo han subido un 35%- es el tesoro más preciado. Sus tierras negras producen 5 veces más que en cualquier parte del mundo. Stalin ya la castigó  por sus ansias independentistas y el sabotaje al Kremlin con una hambruna que causó unos 4 millones de muertos.  Sus habitantes desesperados comían perros, ratas y hasta sus hijos. A este luctuoso episodio históricamente se le conoce como el holocausto ucraniano (holodomor).  

Occidente se pensaba que la máxima amenaza a su seguridad provenía de parte  del terror yihadista y se había blindado para enfrentar al islamismo radical que anidaba en su propio corazón.  Pero se equivocaba pues el imperialismo ruso,  heredero de la Unión Soviética, les ha clavado una puñalada trapera.  

Los países occidentales solo reciben bofetadas de los rusos que les escupen en el rostro y los dejan en ridículo.  El presidente francés  Macron se queja de que ha sido traicionado y humillado  por Putin tras su encuentro que mantuvo en el Kremlin el pasado 7 de febrero.  En un gesto irrespetuoso lo sentaron durante ¡cinco horas! Al enviado especial de UE en una mesa de 9 metros de largo porque el presidente francés se negó a hacerse la prueba del coronavirus.   Él  había asumido la misión de conseguir la retirada de las tropas rusas de la frontera de Ucrania e impulsar la vía diplomática. El mensajero de la OTAN proponía  agendar un encuentro entre Biden y Putin para resolver el conflicto “pacíficamente”.

Los rusos siguiendo el guion de una novela negra cometen atentados de falsa bandera como el del bombardeo a una escuela en Donetsk supuestamente atribuidos a las fuerzas armadas ucranianas. Putin argumenta que ha tomado la decisión de invadir Ucrania atendiendo un llamado de la población prorrusa de los territorios separatistas amenazados por Kiev (casus belli). Esta es una  “operación especial militar” -según el lenguaje del Kremlin- para defender Donbáss y garantizar la seguridad de Rusia.  Al fin y al cabo, Ucrania había pertenecido a la Unión Soviética y su comportamiento es el de un “país rebelde” cuyo objetivo es integrarse en Europa y la OTAN.

Este es  el típico ataque preventivo que ha movilizado 200.000 soldados en una ofensiva nunca vista desde la segunda guerra mundial. Su misión:  imponer la “paz y la libertad” e iniciar la  “desnazificación” de Ucrania. Un claro desafío a occidente y  socios de la OTAN en su afán de reconstruir el sueño imperial de la Unión Soviética cuando dominaba buena parte del Este de Europa.  Ucrania es la cuna de Rusia y buena parte de la población es rusa. Ha llegado el momento de restituir la mesiánica Rus de Kiev.   Putin sueña con ser “Vladimir el Grande” y besar el crucifijo de oro de los patriarcas en la catedral Santa Sofia de Kiev

la maquinaria de guerra había que engrasarla pues se estaba oxidando y que mejor que invadir Ucrania para ponerla a punto. Rusia ya venía anunciado desde hace décadas que siente amenazada la seguridad nacional.  Es la hora de aplicar la táctica nazi del blitzkrieg, la guerra relámpago de Hitler, para tomar por completo el territorio ucraniano en el menor tiempo posible para que no haya una larga campaña de desgaste que ensucie su reputación ante la opinión pública mundial. Además, era el momento preciso dada la penosa retirada de EE.UU y la OTAN de Afganistán que demostraba su indiscutible debilidad militar. Se sabía de antemano que Washington no estaba dispuesto a  asumir  la costosa y ruinosa defensa de Europa. Se enarbola el arma geopolítica de los hechos consumados para derrocar el régimen “degenerado y corrupto” de Zelensky. El Kremlin lo acusa de estar apoyado por “neonazis y drogadictos”  Además, envían un mensaje al ejército ucraniano para que den un golpe de estado y negocien entre ellos la paz.  

En España Unidas Podemos por su antiamericanismo y rechazo a la OTAN coincide con los postulados de Putin. Porque desde que triunfó la revolución del Maidan y echaron al dictador prorruso Yanukovich, Ucrania se ha convertido un moderno laboratorio del fascismo internacional. El exsecretario de Podemos y exvicepresidente del gobierno español Pablo Iglesias (en concordancia con las tesis del grupo de Puebla) dice que “Rusia defiende su seguridad” “es lógico que Rusia no  quiera bases norteamericanas cerca de sus fronteras” “alguien le tiene que decir al presidente (Pedro Sánchez) el gran error que representaría que España se comprometiera con entusiasmo en acciones militares contra Rusia” Bildu, IU y los Anticapitalistas se niegan a condenar la invasión rusa en el Parlamento Europeo.

Algunos ingenuos creen que Putin sigue siendo comunista y que es un abanderado de la izquierda mundial. El partido ultraderecha VOX hace unas semanas se ha reunido  en Madrid con los líderes de la ultraderecha europea (financiados por Putin)  VOX admira el ultranacionalismo ruso  que es el mejor ejemplo a seguir para cimentar el ideario de la España una, grande y libre. “Ucrania es para Rusia lo que representa Cataluña para España”

Los aliados occidentales indignados ponen el grito en el cielo porque los han traicionado y los han humillado. ¡Se ha violado  el derecho internacional! Pero ellos mismos crearon el monstruo y durante décadas consintieron sus veleidades y caprichos belicistas.  Y encima la mafia rusa se ha infiltrado a nivel planetario coludida con los gobiernos y la delincuencia organizada.  Definitivamente nos gobierna el imperio de la mentira, la corrupción, el latrocinio y la simulación. Se dan la mano Dios y el diablo. Hasta el hijo de Biden  tenía o tiene  grandes intereses económicos en Ucrania con la empresa privada  Burisma  que maneja  gas y petróleo. Gazprom el gigante de los hidrocarburos ruso patrocina la UEFA y la petrolera británica  BP participa con el 20% en la súper empresa de crudo Rosneft.  Putin es el propietario de una casa de veraneo en Biarritz, país vascofrancés, que es el refugio preferido de buena parte de los grandes oligarcas rusos.

¿Qué hacer ante tamaña agresión perpetrada por el ejército ruso? Que si el bloqueo de las cuentas de magnates rusos, el congelar los activos y  limitar el acceso a los mercados comerciales europeos, paralizar sus exportaciones o importaciones, bloquear las transacciones monetarias internacionales, la cancelación del gasoducto Nord Stream 2 (el mayor negocio de la transición energética ecosostenible promovido por Alemania) O sea,  condenar a la ruina a Rusia y convertirla en un paria internacional. Hay que tomar drásticas medidas disuasorias que obliguen a Putin a claudicar. Pero como se ha demostrado con los casos de Cuba, Venezuela, Irán o Siria los que verdaderamente sufren las consecuencias es la población civil. Las sanciones que le impongan a Rusia, China la compensa. Porque quieren tumbar al dólar e imponer el oro como valor refugio.  Los ciudadanos rusos adoctrinados en el amor patriótico resistirán a muerte las restricciones y el bloqueo. Quienes protesten contra la ocupación de Ucrania serán considerados traidores y lo más probable es que les pase lo mismo que a las disidentes de Pussy Riot condenadas al extrañamiento en  Siberia.

Occidente saca a relucir su lado más caritativo y altruista, el cristianismo solidario al estilo madre Teresa de Calcuta se encargará de enviar ayuda humanitaria, medicinas y de primeros auxilios  ambulancias, sudarios y ataúdes.  La Cruz Roja y la ONU levantarán los clásicos campamentos para atender a los miles de refugiados que escapan a los países vecinos y que luego buscaran asilo en los países más prósperos de la Europa del ¡Refugees Welcome! Se calcula que en los próximos 6 meses se podría incrementar el desplazamiento forzado  hasta los 3 millones de personas.

Para el club de mercaderes y burócratas de Bruselas lo más sencillo es firmar un documento de sanciones  con el Banco Central o la Comisión Europea, que mandar soldados e intervenir militarmente. Esta es la prueba definitiva de la cobardía de occidente para hacerle frente a la agresión rusa.  Ninguno de los 27 países de la UE quiere involucrarse en la guerra.  ¿Quizás prefieren atacar a Rusia desde las trincheras de Twitter y Facebook?

Por otro lado y siguiendo los esquemas de la guerra hibrida (primera guerra hibrida real) se multiplican los ciberataques rusos provocando una debacle informática que agudiza cada vez más el caos y la desinformación cuyo fin es dividir a la sociedad ucraniana y a occidente. Ya veremos quién gana la batalla propagandística en las redes sociales. La ciberguerra se ha puesto en marcha  y podría tener graves repercusiones mundiales: borran datos bancarios, anulan lo cajeros automáticos, infectan con malware o  penetran las redes militares, de seguridad nacional y los organismos gubernamentales. Los piratas informáticos rusos vinculados con los servicios secretos están especializados en  los métodos más eficaces de hackeo y desconectar todas las cuentas de los servidores occidentales.

Pero esta violenta tempestad muy pronto puede disiparse cuando Europa,  EE.UU y la comunidad internacional hagan un llamado al diálogo con Rusia para preservar la paz y la seguridad mundial.  Entonces, quizás veamos a  Putin y Biden, el jefe del G7 y la OTAN, estrecharse las manos para legalizar la ocupación y borrón y cuenta nueva.  Mansos y sumisos los líderes occidentales rogarán para que Rusia tan solo se contente con  invadir Ucrania y no rebase las fronteras europeas.

El grupo de naciones más poderosas militar y económicamente del planeta se muestran impotentes ante el desafío del imperialismo ruso. Indignados  prometen ayuda económica de emergencia y el envió de armas y municiones para Ucrania. Ya están pensando en el plan de reconstrucción de un país devastado por los bombardeos y los encarnizados combates.  Ucrania ha sido abandonada tanto por Europa como por los EEUU pues si se involucran en el conflicto podría desencadenarse una Tercera Guerra Mundial.

Rusia como era de prever ejerció su derecho a veto en el Consejo de Seguridad de la ONU en una resolución que les instaba a detener la invasión  y retirarse de Ucrania. La seguridad de Ucrania  jamás la va a asumir la OTAN. La caída del muro de Berlín  y el desmembramiento de la Unión Soviética (la mayor catástrofe del siglo XX, según Putin) trajo como consecuencia una dramática derrota que ahora intentan superar para convertirse nuevamente en imperio.

Rusia es la dictadura de extrema derecha más grande el mundo.  Sus principios fundamentales se resumen en el ultranacionalismo y el expansionismo en su geopolítica de dominación. Rusia advirtió que si alguna potencia se atreve a interponerse en sus planes la respuesta sería devastadora.  Los políticos europeos parecen reinas de belleza condenando la violencia y pidiendo la paz en el mundo, para luego reunirse a comer canapés y  preparar el anteproyecto de una ley para llegar a un acuerdo que conduzca a una agenda para estudiar propuestas de sanciones. La Unión Europea obtiene altas comisiones negociando con el  Kremlin las materias primas estratégicas : el gas, el petróleo, el carbón, el aluminio, el cobalto, el cobre, el níquel, paladio, platino, el oro, el titanio, el acero o  las tierras raras. 

En un momento en que empezaba la recuperación económica tras la pandemia del coronavirus, Rusia siembra el caos y desestabilización en occidente. Los líderes del mundo entero hacen sentidas declaraciones de condena a la invasión: “que apostemos a la diplomacia” “estamos profundamente preocupados” “ es una la agresión injustificada que nos duele en el alma” “estamos conmovidos” “nuestros sentimientos de solidaridad están con Ucrania”  El Secretario General de la ONU Guterres medio lloroso le exigía a Putin:  “En el nombre de la humanidad, pare la guerra”. Pero los obuses no paran de caer sobre las principales ciudades ucranianas. La prensa rusa censura cualquier imagen o film que muestre cadáveres, no solo de sus soldados sino también de la población civil, especialmente niños y ancianos.

Menos mal que el Papa de Roma se encuentra orando en la Capilla Sixtina para que Putin recapacite y  haga un examen de conciencia ante Dios:  “Ucrania es un pueblo que sufre y merece paz”  palabras vacías que ni siquiera sirven de consuelo en las ceremonias fúnebres. La sociedad occidental pequeñoburguesa no reacciona pues está embrujada por la realidad virtual y las alucinaciones del ciberespacio, distraídos en los debates sobre el feminismo, el cambio de sexo, el lenguaje inclusivo, los derechos LGTB o el maltrato animal. Ahora cuando los jinetes del apocalipsis hacen sonar sus trompetas despiertan de la ensoñación rasgándose las vestiduras. La ciudadanía hedonista y acomodada  se niega a asumir el más mínimo sacrificio.  Ha bastado con que el matón misógino y racista de Putin les haya propinado tremenda bofetada en el hocico para dejarlos tendidos sobre la lona. No es el mundo color de rosa de los likes y selfies  el que impera sino la fuerza bruta y el salvajismo. ¿Qué podemos esperar de la civilización occidental que apostaba por el diálogo soltando palomitas de la paz? ¿Quién va a asumir el fracaso y la derrota? Boris Jonhson ha dicho que “lo de Ucrania va a ser peor que la Segunda Guerra Mundial”. Ese mensaje de pánico no hace más que agudizar la guerra psicológica.

Ya se lanzan los primeros llamados al cese el fuego (que no es más que la estrategia rusa para dividir Europa) y una vez lograda la rendición incondicional entraremos en la fase de negociaciones -igual a lo ocurrido con los acuerdos de Minsk-. A 100 años de la fundación de la Unión Soviética Moscú exigirá que Ucrania permanezca neutral y desmilitarizada imponiendo un gobierno pro ruso. Que acepte la perdida de Crimea y el Dombass como parte de las condiciones previas.    Debe respetarse su esfera de influencia porque así lo han decidido las cabezas nucleares. Esta es la revancha de la Guerra Fría en la que salió derrotada la Unión Soviética. Es la hora que se retire la OTAN del territorio de las antiguas repúblicas soviéticas que pertenecían al pacto de Varsovia. Ya no tiene ninguna validez el acuerdo de Postdam de 1945 y vuelve a levantarse el telón de acero.  China culpa a EE.UU de fomentar las tensiones entre Rusia y Ucrania.

Los mediadores de buena voluntad de la UE y EE.UU y Reino Unido dirán que han salvado al mundo de una conflagración de consecuencias impredecibles. Llamarán paz a lo que es una auténtica cobardía.  A partir de ese momento se instalará un nuevo orden mundial dominado por Rusia y China (el dragón euroasiático). O sea, el eje Moscú-Pekín. Lo cierto es que ahora repuntará el crecimiento la industria armamentística, aumentará el gasto en defensa, el rearme y la militarización a nivel mundial. Las empresas de armamento de EE.UU se han disparado un 15% a un 25% en la bolsa de New York.

No sabemos si el asedio se va a alargar por semanas o meses pues ya se comienza a hablar del “sitio de Kiev” y la heroica resistencia de sus habitantes. En 1941 Kiev ya fue atacada por los nazis que lograron vencer al ejército rojo en su ofensiva contra la Unión Soviética.  Si Ucrania mantiene el pulso y se enquista  una guerra de desgaste Rusia saldría muy maltrecha como le ocurrió en  Afganistán.

En el teatro de operaciones de Ucrania no van a tardar en intervenir los mercenarios y bandas paramilitares  cabezas rapadas pronazis o cabezas rapadas procomunistas como es el caso  las Brigadas Internacionales del Dombass separatistas prorrusos, es decir, estamos hablando de a una cruzada o  una “yihad” en apoyo tanto a Ucrania como a Rusia. Se enfrentarán neofascistas a las facciones chechenas que elevarán aún mas el grado de violencia y de terror. Existe una quinta columna rusa dentro de Ucrania ligada a los servicios de  espionaje y los mercenarios pagados por Moscú como los paramilitares titushki.  Se pueden inventar agresión de la OTAN y hacer un perverso montaje para avivar aún más la conflagración.  Los hijos de la patria ucraniana en el exterior se aprestan a sumarse a las  filas de la resistencia para combatir al invasor; también  el batallón Azov,  la legión extranjera ucraniana, el batallón neonazi ruso Wagner. En este caso se batirán en franca lid cruzados cristianos, cruzados ultraortodoxos, yihadistas chechenos, y hasta al Qaeda. Igual que en  la  guerra civil  en Siria  los cementerios se quedarán pequeños para enterrar a los mártires caídos.

Putin contraataca y pone en alerta a las “fuerzas de disuasión estratégicas” (nucleares) por las acciones inamistosas tomadas contra Rusia por occidente en el ámbito económico y comercial. Quieren prohibir el dólar y el euro a los bancos rusos, la UE congelará la mitad de las reservas del Banco Central ruso. Medidas que pretenden desmoralizar a los ciudadanos rusos que ya empiezan a hacer largas colas para adquirir los productos de primera necesidad. Si llegara a peligrar la existencia del estado se atacaría con misiles nucleares los centros neurálgicos europeos, pero antes se aplicaría el embargo de hidrocarburos para ablandar el enemigo. Están jugando nunca mejor dicho a la ruleta rusa. “Europa es un monstruo que amenaza a Rusia, Europa es una bestia a la que hay que destripar”

Y otra vez Macron insiste en el diálogo con Putin que ante sus ruegos se ha comprometido a parar los ataques a civiles en Ucrania. Pero a los cinco minutos un comunicado de última hora de las agencias de noticias confirma que se ha producido un bombardeo ruso con lanzacohetes Grad en la ciudad ucraniana de Jarkov que ha dejado decenas de muertos y cientos de heridos. Ucrania pide la integración inmediata en la UE. Si no se detiene esta criminal ofensiva el desastre humanitario será descomunal.  ¿esta guerra la parará el embargo económico? Mientras la población civil sufre la brutalidad de los bombardeos aéreos y los combates terrestres y presas del pánico huyen a los países vecinos.  Hay que prepararse para lo peor porque Rusia jamás aceptará una derrota.

Carlos de Urabá 2022


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