La jaula

La jaula
por la emancipación de los pueblos

dimanche 27 mars 2011

La Cibercornuda


                                          
                                                 
Las nuevas tecnologías traen a muchas parejas por la calle de la amargura. El adulterio virtual se dispara y las consecuencias a nivel afectivo son impredecibles. Internet ha abierto una puerta secreta en la libido de los primates superiores estimulando sin compasión sus instintos básicos. Ahora se pueden comunicar y establecer un diálogo con su amiguita o amiguito secreto y alucinar con todo tipo de juegos erótico-festivos. Ebulle La testosterona, hierve la progesterona, la calentura de los internautas hay que saciarla y a su servicio encuentran miles de portales que se encargarán de apagar el incendio de los machos y las hembras en celo.

  Parece mentira pero anoche pillé a mi Paco masturbándose frente al ordenador. Estaba tan concentrado que no quise interrumpir su trabajito y vaya trabajito, porque como las mujeres somos muy curiosas, me quedé a espiarlo y sorpresa, sorpresa, se le caía la baba contemplando a una zorra tetona que le mostraba el chocho a punto de caramelo.

¡Qué es esto Dios mio!, si él es un pan bendito. Pero ya lo decía mi madre, desde que se compró el ordenador y puso el internet se ha enloquecido. Y para colmo me ha dejado de lado. Claro, como no le llego ni a los tobillos a esas furcias de campeonato. ¡Habráse visto tal degeneramiento! Bueno, el Papa ya lo advirtió: « la tecnología es una bomba que destruye los hogares ». Por eso las esposas nos estamos quedando a dos velas y ni para vestir santos servimos. Cómo competir con ese desfile de maniquíes y modelos todopoderosas, tremendas mulatas, negras o rubias platino de escándalo que engatusan a nuestros maridos con sólo guiñarles el ojo. Y míralos ahí como monigotes bebiendo de su mano bien domaditos.

Ya sospechaba que algo pasaba después de tantas noches en vela. Claro, el muy cabrón se acostaba tan tarde y ni un beso o una caricia de cumplido me daba. Y venga lo mismo que estoy haciendo el inventario del almacén, que si la contabilidad, o el pedido de las piezas de recambio de los coches. Todos eran numeritos y más numeritos. Y mira el numerito que se había montado: una bacanal con esas putas cibernéticas. Y él allí tan juicioso en el ordenador clasificando los papeles sobre la mesa ¿quién se iba a imaginar esto?. Encima con nocturnidad y alevosía el muy cabrito.

Mi Paco, mi querido paquillo que me conquistó con esas palabras tan dulces aquel día en la feria de la virgen del Carmén. Nunca olvidaré esa noche cuando me llevó en andas al parque a declararme su amor a la luz de la luna. ¡Qué romántico! y mira por donde... Pero por Dios si él es un hombre hecho y derecho que va a cumplir 45 años y ahora le da por estas andanzas. Y como si fuera poco con dos hijos ya mayores . ¡Qué verguenza! Aunque yo no sé como echarle en cara su infedelidad, si es que se puede llamar así. Yo, la Mari, ¡una cornuda cibernética! No, no, lo que me faltaba.

Además yo intento complacerlo en todo, me pongo el vestido ese de barby con el escote más atrevido y las braguitas de seda color fucsia por si las moscas. Le sirvo los mejores platos, incluso he utilizado mi arma secreta: la fabada asturiana con chorizo de cantimpalo que me enseñó mi madre. Sin que falte una buena tortilla de patatas con una chuleta de cerdo. Y para rematar el pastel de mil hojas relleno de frambuesa que me queda de gloria ¡ah! y el helado de vainilla, su postre favorito. A ver si lo vuelvo a capturar por el estómago. Ni siquiera me da las gracias. Vaya, come como un gorrino, eructa y nada, se va directo al estudio a enchufarse en su bendito ordenador. -Mari, tengo que teclear la nómina del personal. No perdona ni la siesta. Parece un adolescente con sus mentiras y jueguitos. Se nota que está enamorado: pone esa carita de ángel, deja los ojos en blanco y suspira, se ríe solo y hace como si desojara una margarita.

El diablo se le ha metido al cuerpo, lo ha poseído esa porquería de ordenador con sus lucecitas de colores, poseído por esa maldita máquina que lo tiene enviciado peor que un drogadicto. Con razón que hay tanto divorcio en España. Si no es el fútbol, es el internet el que los vuelve majaras y claro como la comida la tiene calentita llega del trabajo y ¡pum! ni buenas noches -Mari que voy a teclear el inventario. Que nadie me moleste. Siempre repite lo mismo. Una qué pensaría si se ausentara. Que está con otra, claro. Pero él no sale de casa y lo único que le interesa es navegar en el Internet. Y yo muerta de rabia me tengo que tragar ese sapo porque nosotras estamos hechas para sufrir. Y es que él lo dice tan serio que hasta me lo creo. ¡Qué tonta!

Desde que nos casamos mi Paco siempre ha sido un marido ejemplar, cariñoso y buen amante. Lo desconozco. El año pasado se produjó la catásfrofe. Aprendió con mi hijo todos los secretos de la informática, las malas artes del chateo, el bajarse los vídeos y la música, lo del correo electrónico e igual que Colón tambien descubrió un nuevo mundo: los portales del vicio y la pornografía, por supuesto. Y el muy imbécil cayó como un corderito en la trampa. Si él es de un pueblo de la Mancha el muy jodido, hijo de una familia de cabreros que apenas hizo estudios primarios y mira por donde ahora no va de Quijote sino de don Juan Tenorio.

Yo ya no sé que hacer, me voy a tener que conseguir un consolador también para capear el temporal. Me siento un mueble viejo. Así de gorda con las tetas como pasas y hasta me comienzan a salir las primeras canas. A lo mejor necesito una reencauchada para volverlo a conquistar.

Pero como si fuera poco mis dos hijos están en las mismas. la Pepi y el Juanillo, si por aquí llueve por allá no escampa, es la moda y ¿qué van a pedir unos jovencitos de 13 y 15 años ? pues un ordenador y unos teléfonos móviles o de lo contrario se desata la tercera guerra mundial. Con el ejemplo que les da su padre, crudo lo tenemos. -Mamá que mi hermano no me deja chatear, - mamá que mi hermana lleva cuatro horas en el ordenador.

Todos los días la misma pataleta. No hay orden ni disciplina y ante tales berrinches no hay otra que ceder porque, sinó, te ponen la cabeza como un bombo. Y venga a chatear con sus amiguitos virtuales o a pasar sus peliculitas, a jugar en la play station o mandar mensajes por el móvil. Estoy hecha un atado de nervios. Hasta tuvimos que comprar otro ordenador para que ellos no se metieran con el padre porque se tiraron los platos por la cabeza y la gresca por poco acaba en el hospital. Y ahora se la pasan dale que te pego al cacharrito hasta bien entrada la madrugada. Esto es la peste, horas y horas allí hipnotizados mientras yo hago punto y pongo los programas de chismorreo en la tele para mantenerme un poco distraída. ¡Qué aburrimiento! seguro que tiene más marcha una viejecita del hogar del pensionista.

Me entró tanta rabia que cometí el error de contárselo a mi madre. Fue el apocalipsis. La vieja puso el grito en el cielo. -Paco, el paquillo, el hijo de manolo, no, no lo puedo creer si él es incapaz de matar una mosca . -Qué por internet se comunica con las furcias y las ve haciendo el striptease por la pantalla y todo eso ¡huy que pecado más grande!. ¡Esto es peor que Sodoma y Gomorra! Cómo está el mundo por culpa del libertinaje. Pero si nosotros que somos de pueblo ni televisión teníamos y nos conformábamos con rezar el rosario y santas pascuas. No me extraña que sucedan estas cosas. El progreso ha llevado a la ruina este país. España ya no es ni sombra de lo que era. Una cana al aire hasta se perdona, pero esto ya es el colmo, enamorado de las jovencitas del internet, y pagando de su bolsillo tales caprichitos porque éso no le sale gratis y seguro lo están desplumando. Y quién sabe cuántas damiselas tendrá de amiguitas. ¡Todas esas prostitutas metidas en tu casa y tú sin enterarte, mi mari...! Tienes que separarte de ese pervertido. Dale un ultimatum: dile que eres tú o el ordenador o si no te marchas a la casa de tu madre. Ya verás como se acojona el muy bandido.- Y me puso entre la espada y la pared. Tengo que sacar fuerzas de flaqueza, ser valiente y enfrentarme a mi Paco. Que todo sea por su bien y el de nuestro matrimonio.

Esa tarde al regresar a casa me armé de valor, abrí la puerta como uno de esos vaqueros del oeste cuando van a retar a duelo al malo de la película. Allí estaba mi Paco sentado en el sofá de la sala tomándose una cerveza frente al televisor. Con voz firme y decidida desenfundé un -Paco tengo que hablar contigo. Pero él fue más rápido; se puso de pie y me disparó un certero -Mari cómo es que llegas tan tarde. No me estarás engañando con otro, ¿no? Últimamente te veo muy rara. Déjate de historias y házme un cocidito madrileño de los tuyos que tengo más hambre que el perro de un ciego. Ala, ala, dale caña que después me voy al ordenador a terminar el balance anual de la empresa que si no mi jefe me hecha la bronca.

Carlos de Urabá 2009
Investigador de Colombia.



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