El revolucionario libanés de la
resistencia palestina cumple 30 años encarcelado en Francia.
Si un día Émile Zola escribiera el famoso J’Accuse,
un alegato en defensa del capitán Dreyfus
condenado injustamente a cadena perpetua en la Isla del Diablo en Guyana, hoy no nos queda más remedio que repetir sus
palabras y acusar al estado francés de secuestrar a George Abdallah, uno de los presos políticos más antiguos de Europa.
George Abdallah nacido en Koubeyat en el norte del Líbano en el seno de una familia
cristiana maronita desde su adolescencia comenzó a militar en el PCL (Partido Comunista Libanes) y el Partido Nacionalista Sirio. Estudio
magisterio en Beirut y ejerció la
enseñanza en una escuela del valle de la
Bekaa. Hasta que un trágico acontecimiento cambiaría
radicalmente su vida: en 1970 el ejército jordano masacra a miles de combatientes palestinos de la OLP y Al Fatha en el conocido como el Septiembre Negro. Los fedayines se ven
obligados a buscar refugio en el Líbano donde instalan sus bases de
resistencia. Es entonces cuando en el año 1971 Abdallah se adhiere al FPLP (Frente Popular de Liberación de
Palestina) de corte marxista, secular y panarabista liderado por el cristiano
ortodoxo palestino George Habash. El FPLP
contaba con el apoyo financiero y logístico del presidente sirio Hafez al Assad y en su ideario se resume en la frase: “la única forma de vencer a Israel será
aplicando las teorías marxistas-leninistas” Opuestos por completo al
fundamentalismo islámico y favorables a
la instauración de un estado palestino no confesional.
En 1978 la firma de los acuerdos
de Camp David entre Anwar
el Saddat y Begin constituye un golpe muy fuerte en la lucha anti-sionista pues
rompe la unidad del panarabismo. Pero en todo caso en 1974 ya habían comenzado
las disensiones cuando Arafat pronunció
ese discurso en la ONU en el que
expuso su “programa de diez puntos”
donde llegó a insinuar que estaría dispuesto a sentarse a negociar con Israel
el futuro de palestina. Por su postura conciliadora George Habash lo acusa de
traidor.
En 1978 ante los violentos ataques llevados a cabo por
los fedayines contra los asentamientos en Galilea
el ejército de Israel invade el sur del Líbano en la Operación Litani. Abdallah
se integra en los comandos del FPLP y organiza las FARL (Fracción Armada
Revolucionarias Libanesa) con el objetivo de “golpear al enemigo en cualquier lugar donde se encuentre”. Posteriormente
viaja a Argelia donde recibe
entrenamiento militar en los campamentos guerrilleros instalados en ese país. A partir de la invasión israelí al Líbano en
1982 (operación Paz para Galilea) -que
desata la espantosa masacre de Sabra y
Chatila- el FARL deciden castigar a los países imperialistas cómplices del
sionismo. En alianza con grupos como las
Brigadas Rojas italianas, la Fracción del Ejército Rojo alemán o el
grupo extremista francés Acción Directa
lanzan una campaña de atentados en Europa.
En el año 1982 el FARL comete el asesinato
del coronel Charles Ray, agregado
militar en la embajada de EE.UU en París y el de Yakov Barsimantov agente del Mossad y segundo secretario de la
embajada de Israel en París.
También son los responsables en
el año 1984 del tiroteo contra el cónsul general de USA en Stransbourg el señor Robert
Homme y el asesinato en Roma de Leamon
Hunt quien fuera comandante de la Fuerza
Multinacional en el Sinaí.
Los servicios secretos franceses le
seguían la pista a Abdallah tras el arresto de algunos miembros de la
organización y es detenido por la policía el 24 de octubre de 1984 en Lyon.
Se le encarcela bajo el cargo de
portar documentación falsa. Un pasaporte
argelino expedido a nombre de Abdelkader
Saadi -
En 1985 sus camaradas del FARL
secuestran al Consejero Cultural de
Francia en Trípoli (Líbano) Gilles Peyrolles con la intención de
intercambiarlo por George Abdallah. En las negociaciones interviene el servicio
secreto argelino que consigue la liberación de Peyrolles y la promesa del gobierno francés de excarcelar
a Abdallah. Pero incumplen su palabra y lo mantienen detenido.
La DST (Dirección para la Vigilancia del Territorio) descubre un
estudio alquilado supuestamente a nombre George Abdallah en la rue Lacroix de París. En éste se
encuentran dos pistolas ametralladoras que, según los peritos, han sido usadas en el asesinato de Charles Ray
y de Yakov Barsimantov, además de 25 kilos de explosivo y cuantiosa
documentación con anotaciones caligráficas de Abdallah.
En 1986 se le condena a cuatro
años de cárcel por posesión de armas y explosivos y uso de documentación falsa.
Mientras tanto entre 1985-1986
tienen lugar en Paris una serie de atentados terroristas-que dejan un trágico
balance de 13 muertos y unos 300 heridos-
reivindicados por el Comité de Presos
Políticos Árabes que reclaman la liberación de Anis Naccachee, Varoujan
Garbidjian y George Abdallah.
Estos ataques al parecer fueron
planificados por el servicio secreto iraní como represalia al apoyo francés a Sadam Hussein durante la guerra de Irán e Irak.
Los Estados Unidos- bajo la
administración Reagan- se constituye
en la acusación particular y junto al gobierno israelí ejercen presiones
diplomáticas sobre Mitterrand para que siente a George Abdallah ante un
tribunal antiterrorista. En marzo del el año 1987 se celebra un nuevo juicio y a
pesar de que el fiscal había pedido para él una pena de 10 años, es encontrado
culpable de complicidad en los dos asesinatos y condenado a cadena perpetua.
George Abdallah se negó a reconocer la autoridad del tribunal y se rehusó
contestar a los jueces al considerarlos “ilegítimos representantes de un estado
criminal como es Francia” “soy un combatiente árabe de la guerra de liberación”
“lucho para detener la agresión imperialista de los criminales yankees” “ustedes son cómplices de aquellos que han
invadido mi país y responsables también de la destrucción y muerte del pueblo
palestino”. Fueron sus diatribas expresadas a modo de defensa.
Desde entonces permanece recluido
en las cárceles francesas en régimen de aislamiento y máxima seguridad.
A pesar que sus abogados han
interpuesto recursos para su puesta en libertad en más de ocho ocasiones el ministerio
de Justicia, a través del Tribunal de Aplicación de Penas, las ha rechazado todas
bajo el pretexto que “Abdallah todavía representa
una seria amenaza para la seguridad del país”.
En 2003 un tribunal de Pau acordó su
libertad condicional pero la presión del gobierno de los EE.UU ha sido
determinante para anularla.
Abdallah jamás va a renunciar a
sus ideales - que para él son sagrados- y sigue comprometido en la lucha
revolucionaria contra el imperialismo. Él
sostiene que tomó las armas porque su país fue invadido por los sionistas, pero
hoy todo ha cambiado y prefiere dedicarse a la lucha política. Aunque no puede asegurar que no volverá a
empuñar un fusil si Israel invade nuevamente el Líbano.
El sistema carcelario francés pretende destruirlo física y
psicológicamente; despolitizarlo y criminalizar la lucha de resistencia del
pueblo palestino. Al fin y al cabo su rehabilitación ha sido un fracaso pues el
reo se mantiene firme y consecuente con sus principios antimperialistas,
anticapitalistas y antifascistas. Asume con valentía la responsabilidad de sus
actos sin ningún cargo de conciencia.
Ellos quieren que acepte que
estaba equivocado, que reniegue de sus principios y reconozca que su lucha ha
sido inútil. Debe manifestar
públicamente su arrepentimiento y hacer una condena explícita del terrorismo.
Someterse al estado de derecho y admitir su error. Ya ha pasado 30 años en la cárcel y es hora de
que asuma su derrota.
George Abdallah no se rinde, no
va a rogar clemencia pues su espíritu revolucionario no le permite pisotear su
dignidad. Él no está solo porque hay
cientos de asociaciones o colectivos de derechos humanos en Europa, Medio
Oriente y en el mundo solidarios con su causa y que reclaman desde hace años
ante las autoridades francesas su inmediata liberación.
En el 2012 se hizo una nueva
demanda de libertad condicional avalada por psicólogos y especialistas que le
han calificado de un recluso modelo, estudiosos y disciplinado. Aunque su
actitud no es políticamente correcta pues utiliza un lenguaje rebelde y agresivo
incompatible con la gravedad de sus antecedentes penales. De ahí las autoridades de francesas,
sumisas a los dictados de Israel y EEUU, hayan emitido una sentencia desfavorable.
La actual situación política
mundial juega en su contra pues el terrorismo islámico le ha declarado la
guerra a occidente. Liberar a Abdallah
en estos momentos sería un escándalo mediático mayúsculo. La opinión pública se encuentra muy sensibilizada
con la amenaza de los grupos yihadistas y el sangriento conflicto que se
desarrolla en Irak y Siria. Por tal
motivo el presidente Hollande y su primer ministro Manuel Valls se niegan en rotundo a
ponerlo en libertad y enviarlo de regreso a su patria.
Hoy en día Abdallah permanece
recluido en la Maison Centrale de Haute
Sécurité de Lannemezan, Midi Pyrénées. Este
sábado 25 de octubre de 2014 se llevarán a cabo varias marchas de solidaridad
exigiendo su liberación al cumplirse sus treinta años de encarcelamiento. Según
el derecho francés debería estar libre desde 1999 pero una venganza de estado, propiciada
por los Estados Unidos e Israel, lo condenan a la muerte en vida.
Carlos de Urabá 2014.