El gobierno turco de Erdogan ha
decidido bloquear la frontera sur en un intento por detener el flujo de
voluntarios que desean sumarse a las filas del EI y las milicias Kurdas.
Turquía se ve involucrada abiertamente desde hace unas semanas en la guerra
contra el EI y los kurdos en Siria e Irak y por lo tanto se ha decretado el
estado de alerta máxima en todo el país. Por tal motivo existe un férreo
control en las carreteras y aeropuertos para identificar a los extranjeros que
se dirigen a las ciudades limítrofes con Siria e Irak. Su acceso está
restringido sino acreditan un correspondiente permiso o documentación que
justifique su presencia en la zona. A pesar de que Turquía desde el inicio del
conflicto sirio intentó mantenerse al margen ahora se ha comprometido
–presionada por EE.UU- a unirse a la coalición internacional que lucha contra
el EI. Turquía es un país integrante de la OTAN
y por lo tanto debe cumplir con las obligaciones que le exigen sus aliados.
Y es que sobre el campo de batalla los kurdos van ganando terreno y se
hacen cada vez más fuertes en Irak y también en Siria. Esta es una circunstancia que no le conviene a Turquía pues los kurdos reclaman
un estado independiente y parte del mismo se encuentra en su territorio.
En Turquía el 15 o 20% de la población
es de origen Kurdo y se localiza principalmente en el sureste de la
península de Anatolia (Kurdistán). Los kurdos son un pueblo sin estado de unos 30 millones de habitantes repartidos en
un marco geográfico que se extiende por Irak, Irán, Turquía y Siria.
El resultado de las últimas elecciones legislativas en Turquía es bastante
aleccionador ya que la victoria del Partido
Democrático de los Pueblos pro Kurdo y de izquierdas-que obtuvo un 10% de
la votación- le ha restado la mayoría absoluta al partido Justicia y Desarrollo de Erdogan. Una afrenta imperdonable
que la cúpula gobernante no está dispuesta a tolerar.
El PKK ante los bombardeos indiscriminados de la aviación turca contra sus
bases y campamentos ha decidido romper la tregua unilateral de alto el fuego
que había establecido en el año 2012. El líder supremo del PKK Ocalan, quien tras ser detenido en Kenia en 1999 con la colaboración de los servicios
de inteligencia turco, la CIA y el Mossad y luego juzgado por los tribunales que lo condenaron a muerte (Aunque
la sentencia le ha sido conmutada por la de cadena perpetua) dijo en el 2013 desde la prisión que el
PKK debía renunciar a la lucha armada
para centrarse en la vía política.
No se puede descartar que la guerra civil, que en los últimos 30 años ha
causado más de 45.000 muertos, vuelva a
reactivarse. La persecución del ejército
turco contra al pueblo kurdo ha sido feroz y despiadada cometiendo un atroz genocidio
que intenta encubrir bajo el argumento de “lucha
antiterrorista”.
Los combatientes del PKK han tenido que nuevamente empuñan las armas
iniciado una campaña de atentados (en Silopi, Sirnak, Siirt y siete ataques
armados en Estambul atribuidos a grupos de extrema izquierda) con el objeto de intimidar
al gobierno de Erdogan.
A raíz de las conversaciones de paz
el PKK retiró los guerrilleros de Turquía aunque ahora con la escalada bélica
es muy probable que retomen sus antiguas posiciones. Los Peshmergas kurdos iraquíes y las Unidades de Protección Popular de los kurdos de Siria igualmente
sufren los bombardeos de la aviación turca a pesar de que son una fuerza de choque
que se enfrenta en primera línea de fuego al EI - Además cuentan con el apoyo directo de los
EEUU. - Como es muy bien conocido el caso de la ciudad mártir de Kobane donde en sus alrededores todavía
se libran feroces combates – Una muestra más de la inestabilidad reinante fue el
atentado cometido por el EI en el mes de julio en Suruc contra las oficinas de reclutamiento de los kurdos y que se
saldó con 33 muertos y más de 100 heridos.
La respuesta del gobierno turco no se ha hecho esperar declarando “la guerra total al terrorismo” con una
oleada de ataques aéreos sobre las posiciones del PKK en Irak y Turquía y también
de los yihadistas en Siria.
Turquía como miembro de la OTAN tiene muy claro cuáles son sus intereses
geoestratégicos. De ahí que el gobierno de Erdogan,
ante las amenazas terroristas, haya tomado la decisión de atacar el EI en Siria
e Irak con el objeto de crear una franja de seguridad en la frontera. Los EEUU y el gobierno turco entrenan a las
milicias del ELS (Ejército Libre Sirio)
que serían las llamadas a ocupar esta
franja y frenar así el avance de EI, Ansar al Sunna y el frente Al Nusra de al
Qaeda.
Mientras tanto el presidente del Kurdistán
iraquí -gobierno regional kurdo protegido por los EE.UU- Masud Barzani anuncia que en los
próximos meses convocará un referéndum de independencia del pueblo kurdo ya que
“Irak es un país dividido y en vías de extinción”. Este referéndum cuenta con el beneplácito de
Gran Bretaña, Francia y EE.UU pues los kurdos iraquíes o Peshmergas entrenados por la CIA
ha cumplido con un heroico papel en su lucha contra el EI.
El EI se financia en parte gracias a los catorce pozos de petróleo que
posee en Irak y Siria que producen 100.000 barriles diarios. Lo que se traduce en unas ganancias de 4 millones de dólares diarios. Turquía
importa gas y petróleo del Kurdistán iraquí e igualmente se surte del tráfico
de petróleo de los pozos que controla el EI (especialmente en Mosul)
Gracias a la cooperación de intermediarios turcos, kurdos e iraníes ese petróleo
incluso puede estar llegando hasta Europa.
El EI vende el petróleo a precios de
saldo y cuentan con una extensa
red de proveedores que los distribuye en camiones. Se da paradoja que el régimen
sirio de Bachar Al Assad también se
beneficia de estos envíos.
Pero quizás el negocio más lucrativo
sea sin duda alguna el contrabando de armas. La demanda de munición y arsenales
bélicos por parte de las distintas facciones enfrentadas es constante y pagan
cualquier precio por obtenerlas. De ahí
que exista una extensa red de tráfico de armas procedentes del Líbano, Turquía,
Irak, Jordania, Irán, Qatar, Arabia Saudita, Israel, Rusia, EE.UU, China y un
sinfín de países e intermediarios imposibles de identificar. De esta forma la
guerra se perpetúa y el desastre humanitario se hace cada día más pavoroso.
La situación política de Medio
Oriente se encuentra en uno de los peores momentos de su historia. Nosotros
ya reseñamos en el año 2012 cuando visitamos el campamento de refugiados de Zaatari en Jordania -donde se hacinan
más de 160.000 sirios dependientes por completo de la ayuda humanitaria que les
brinda la ONU y las ONGs- que los refugiados no se iban a conformar con
sobrevivir en medio de un maldito arenal donde no hay más que culebras y alacranes. En una entrevista que le hicimos
por ese entonces al señor Mohamed Mansur
Mohamed (refugiado de Deraa quien
escapó con su familia de los bombardeos del ejército de Bachar Al Assad) https://youtu.be/SabknYa_aZ4 nos confesó que su
propósito era llegar hasta Europa “allí son civilizados y respetan los derechos
humanos” “Europa tiene que auxiliarnos” Su casa había sido destruida y
perdió todas sus pertenencias y para colmo los acusaron de terroristas por el
simple hecho de manifestarse en las calles al grito de al hurria(¡libertad!). Ahora él junto a su mujer y ocho hijos esperan
que la embajada de Suecia, luego de haber remitido el grueso expediente que les
exigían, les conceda asilo político. Pero en todo caso son miles los
demandantes así que tienen muy pocas posibilidades de conseguirlo. Los
refugiados Sirios repartidos entre Jordania, el Líbano, Turquía, Egipto o Irak
ya se elevan casi a los cinco millones-a los que hay que sumarle más 7 millones
desplazados internos. ¿deben resignarse a ser esclavos de la miseria y el
hambre? Buscan paz y seguridad que son derechos humanos inalienables.
Como era de prever esta crisis humanitaria sin precedentes que no ha podido
ser atajada por los organismos internacionales tales como la ONU o la Liga Árabe ya se encuentra a las puertas de Europa.
Turquía ha invertido más de 5.000 millones de euros para atender a 300.000 refugiados sirios estos últimos 4 años
(son en realidad 1.300.000 más aunque no cuentan con el estatuto) Hace tan
solo unos días el gobierno turco anunció que se le agotaron sus recursos y que
no puede acoger a más refugiados.
Seguramente ese presupuesto lo necesitan invertirlo en la guerra como lo hemos
podido comprobar in situ con el impresionante despliegue de miles de soldados,
tanques, artillería pesada, aviones y helicópteros.
El paso de los refugiados por la frontera turca es constante y los campos
de refugiados se encuentran al límite. No se sabe a ciencia cierta cuántos son
aunque se calcula pueden superar los dos
millones. Lo han perdido todo; su casa, sus bienes y patrimonio. Además los
pueblos y ciudades han sido
prácticamente demolidos y las infraestructuras colapsadas. El éxodo de miles de familias que huyen cargando unas cuántas maletas donde guardan
celosos sus pocas pertenencias que han podido rescatar es algo que hiere el
alma. ¿acaso ellos no tienen también derecho al futuro?
La política del gobierno turco es deshacerse de una carga social tan
insoportable y los conminan a marcharse rumbo a la Unión Europea (Grecia o a Bulgaria)
En todo caso ningún sirio o iraquí, kurdo o afgano va a conformarse con seguir
pudriéndose en un campo de refugiados o engrosando los cordones de pobreza de las
grandes ciudades. En Turquía su destino
no es otro que surtir el mercado de mano de obra barata o ejercer la mendicidad
en las calles. https://youtu.be/10daTZXaqeg
Los refugiados no sólo proceden de Siria e Irak sino también de países como Afganistán,
Libia o Somalia donde la situación social es igualmente calamitosa. Su meta es Europa,
esa
Europa próspera y moderna que sale en la televisión y en las películas. En
Europa, supuestamente, podrán asegurarse un porvenir y sacar adelante a sus
familias e Iniciar una nueva vida y
obtener una nueva identidad que los dignifique. O sea, recuperar su condición de seres humanos. Ese es
un sueño al que difícilmente van a renunciar.
No hay vuelta atrás: ¡libertad o
muerte! es la consigna. Y no habrá obstáculos geográficos, ni ejércitos o muros
que los detengan. Por la costa Libia -vía Lampedusa (Italia), por
Túnez, por Ceuta y Melilla o por las
islas griegas del Mar Egeo, por tierra, mar y aire seguirán infiltrándose en el
continente europeo.
Pero este viaje hacia la salvación es un privilegio reservado a aquellas
personas que tengan el dinero suficiente para pagar a los traficantes. Es
decir, la clase media siria, iraquí o kurda.
La tarifa para viajar en la bodega de un barco oscila entre 3.000 a 5.000 dólares por persona. Y
aunque miles de refugiados han perecido a lo largo del año 2015 intentando
alcanzar las costas europeas el flujo migratorio en vez de disminuir, aumenta.
Sí, ellos quieren ir a Europa, pero no a cualquier país de Europa sino a
los más prósperos: Alemania, Austria, Suecia, Dinamarca, Holanda o Francia
donde saben que van a beneficiarse de los
servicios de salud, educación, vivienda y ayudas estatales.
Ante una crisis humanitaria de tales dimensiones muchos estados europeos
han decidido implementar medidas extraordinarias para detener “la nueva invasión de los barbaros” -como
lo han calificado algunos medios periodísticos-. La policía y el ejército en
Grecia, Macedonia, Serbia o Hungría se encuentra en estado de alerta. Hungría
ha tendido una valla de alambre de púas de 175 kilómetros de longitud. Porque hay que defender la identidad y
cultura europea de unos invasores (musulmanes) que vienen a mancillar su
esencia.
A pesar de que han pasado ya casi cinco
años de guerra civil Bachar Al Assad, gracias al apoyo de Hezbollah,
Irán y Rusia, se mantiene en el poder. Al
no existir ninguna otra alternativa válida el conflicto entre chiítas y sunitas
no tiene visos de resolverse diplomáticamente. El acuerdo nuclear entre EE.UU e Irán refuerzan
al régimen de Damasco que persigue la misma meta que la coalición liderada por
EE.UU que no es otra que la derrota del “terrorismo islamista”
Obama ya anunció que lo que busca es
el total exterminio del EI y de cualquier facción islamista que
amenace la paz mundial. Porque el impresionante despliegue de maquinaria
bélica no tiene otra razón que mantener su hegemonía en Oriente Medio y
asegurar el suministro de petróleo para occidente.
Turquía ofrece una inmejorable cabeza de playa para los refugiados pues es la
ruta más cercana para alcanzar la costa griega (las islas de Lesbos
y Kos en el mar Egeo) Miles y
miles de personas en su desesperación están dispuestas a jugarse la vida y pagan a las
mafias entre 500 y 1000 euros por embarcarse en unos botes hinchables donde
los hacinan para sacar mayores
ganancias. Muchos no saben nadar ni los riesgos a los que se exponen cuando se
navega en condiciones meteorológicas adversas. Este año las patrulleras turcas
y griegas ya han rescatado a más de 25.000 refugiados.
Según testigos presenciales los guardacostas griegos intentan impedir la
llegada de los clandestinos pinchando los botes. No olvidemos que los griegos a
lo largo de su historia han tenido grandes disputas con los musulmanes a los
que consideran sus más enconados enemigos.
El estado islámico llama a la rebelión
contra el “satán” Erdogan porque le
ha abierto las bases militares turcas a los “cruzados”. Desde finales del mes
de julio Turquía permite a EE.UU utilizar la base aérea de Incirlik. El califa Abu Bakr
al Baghdadi amenaza con iniciar una campaña de terror en suelo turco como
castigo a los “traidores del islam” o tagut.
El PKK hace las mismas advertencias y para que quede claro su desafío el martes 8 de septiembre mató a 10 policías
turcos en un puesto fronterizo situado en la localidad de Dilucu, en la
frontera con Irán y Azerbaiyán.
En varias ciudades kurdas el gobierno de Erdogan ha decretado el estado de
sitio. Este es el caso de Cizre
donde las fuerzas de seguridad vienen cometiendo masacres indiscriminadas
contra la población civil a la que acusan de “terroristas”. En las últimas semanas el PKK ha asesinado
a 30 soldados y policías. El gobierno del AKP necesita recupera la mayoría en las próximas elecciones del 30
de noviembre (adelantadas por falta de pactos) y su campaña política a buen
seguro estará basada en presentarse como los salvadores de la patria. Los
kurdos, que han logrado con su partido HDP
millones de votos y 81 parlamentarios, no quieren más que una autonomía, los kurdos reclaman de una vez por todas la
independencia.
Carlos de Urabá 2015
Estambul.
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