El ejército y la policía
colombiana con alevosía y total desprecio de los derechos humanos han ocupado
el gueto del Bronx. Han detenido y maltratado a unos ciudadanos cuyo único delito es
pertenecer a las clases más desfavorecidas de la sociedad.
Se les acusa de vagos, de
maleantes, de rateros que se dedican al vicio en ese antro de perdición que es el
Bronx bogotano. ¡Que caiga una lluvia de fuego sobre Sodoma y Gomorra para eliminar
a los pecadores! Bogotá es una urbe de 10.000.000 de habitantes en el que
impera el caos y un ambiente opresivo. Por lo tanto no es de extrañar que
predomine la marginalidad y la exclusión social.
Cumpliendo las órdenes
del presidente de la república Juan Manuel Santos y el alcalde Mayor de Bogotá
el doctor Peñalosa, se ha procedido a la toma por parte de la fuerza pública del
gueto del Bronx (sito en la localidad de los Mártires) de Bogotá. La represión y el castigo es su método
favorito. Luego hablan del proceso de paz lanzando palomitas al viento.
Este era un lugar donde los
huérfanos y desheredados que pululan por las calles bogotanas buscaban refugio y protección. Esos
seres que han caído en las garras de las drogas o el alcohol o la marginalidad también tienen derecho a una hogar y a una
familia, también tienen derecho al amor
y el cariño. No es nada fácil sobrevivir en las calles pidiendo limosnas o recogiendo
basuras para luego venderlas en las recicladoras. - De dónde sacan algunas
sucias monedas para su sustento- Condenados al más cruel abandono su futuro no
es otro que una fosa común en el cementerio. Su única esperanza es que Dios se
compadezca de ellos y les brinde su bendición. Aunque ese Dios al que rezan parece
que es sordomudo. Lo cierto es que todavía el gobierno distrital no ha
implementado un plan de reinserción, educación y empleo realista que los redima.
Los ñeros, los compas o el lumpen al menos tenían allí en el gueto del
Bronx una ratonera donde guarecerse.
¿Qué les ha dado Colombia?
Nada más que escupitajos y desprecio. Les llaman chinches o desechables en el
lenguaje coloquial lo que refleja en toda la dimensión el carácter fascista e
inquisitorial de sus compatriotas. Víctimas de la discriminación, el racismo y
la xenofobia que pervive desde tiempos inmemoriales. “Son unos lichigos, indios
inmundos malparidos” – calificativos que reciben de los mestizos o criollos. A
ellos se les culpa de todos los males; de la inseguridad, la delincuencia o el
tráfico de drogas.
Mucha gente piensa que
sería mejor fumigarlos. Esos cachacos
cristianos, apostólicos y romanos que se persignan y rezan el rosario en la
iglesias no dudarían en aplicar la solución final de los Nazis.
Claro, a esos pobres diablos
hay que someterlos a sangre y fuego. Educarlos a palos y escupitajos para que comprendan
ante quien tienen que arrodillarse. ¡Que cojan oficio! Son antisociales por
naturaleza que no se integran en el seno de la sociedad productiva moderna. Por algo el lema del escudo colombiano reza:
libertad y orden; “libertad para el patrón y orden para el peón”.
“Es necesario hacer una
gran limpieza étnica y social para eliminar a esos guaches malolientes que afean
la ciudad. Bogotá debe recuperar el esplendor perdido de la “Atenas
suramericana” Faltó gasearlos y luego echar sus cadáveres a los hornos crematorios
para desaparecerlos de la faz de la tierra.
Muchos nos preguntamos: ¿por
qué la fuerza pública no hace este tipo de batidas en los barrios ricos? Allí
es donde residen los peores bandoleros y mafiosos-muchos de ellos pertenecientes
a la clase política oligárquica- ¿por
qué no buscan en los palacios y las mansiones todo el dinero y las riquezas que
se ha robado a manos llenas esa burguesía traidora? ¿Por qué no detienen a esos
que visten de traje de paño y corbata y que son los verdaderos culpables de la
corrupción y el latrocinio?
Allá en los barrios del
norte de la capital es donde existe el mayor consumo de drogas: la marihuana,
la cocaína, la heroína, speed, el bazuco, las pepas, las anfetaminas, allá es donde jovencitas menores de edad son
prostituidas por los cachacos de alta alcurnia. Que se allane todos los
burdeles de lujo donde se esclavizan a miles de mujeres sin medida ni
clemencia. Incluso en instituciones como la policía nacional la pedofilia y el acoso sexual están a la
orden del día (como el escándalo de la “comunidad del anillo”)
Las autoridades
cobardemente se ensañan con los indigentes mientras toleran todo tipo de
arbitrariedades por parte de los grandes doctores y las mafias institucionales.
Si no se aplican los derechos
humanos al menos se apliquen los derechos de los animales. Muchas mascotas de la burguesía bogotana gozan
de una vida más digna que la de los propios habitantes del Bronx. Para el sistema “democrático” es preferible
que ese lumpen se transforme en drogadictos y borrachos antes que adquieran
conciencia y provoquen una respuesta desestabilizadora.
La ultraderecha bogotana
está de plácemes y se muestra orgullosa pues Sodoma y Gomorra ha sido arrasada.
El alcalde Peñalosa ha prometido que va
a demoler el Bronx y construir unas galerías comerciales. El neoliberalismo
impone su ley y actúa con total impunidad en nombre de la civilización y el
progreso.
¿Adónde van a meter a
todos esos parias que se han quedado a la deriva? ¿El presidente o el alcalde les darán casa, trabajo
digno y seguridad social? ¿Las ONGs, las iglesias o el distrito se
responsabilizarán de su situación? ¿Tal vez los cristianos más caritativos se
compadezcan de su suerte? ¡Oremos al Señor para que los acoja en su santa gloria!
Me temo que tendrán que buscar refugio en otros sitios más tétricos y siniestros.
La terrible historia del gueto de Varsovia se repite en el Bronx de Bogotá
donde la Gestapo bogotana a patadas y
bolillazos ha impuesto su sagrada autoridad.
Sin mayores objeciones se
ha pisoteado la dignidad humana, se ha humillado a los más débiles e
indefensos. Por lo tanto no es de extrañar que en Colombia exista desde hace
décadas una guerra civil pues no queda más remedio que tomar las armas para
asegurar la supervivencia.
La política de limpieza
social no es algo novedoso en nuestro país pues el ejército y la policía muy a
menudo cometen crímenes de lesa humanidad como desapariciones forzadas o los
falsos positivos.
Aquí les dejo este vídeo que
filme hace unos años y que hoy cobra inusitada actualidad: https://youtu.be/ieIigRcPcaw
Carlos de Urabá 2016
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire