La jaula

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por la emancipación de los pueblos

jeudi 20 décembre 2012

21 de diciembre apocalipsis y juicio final del alma 79 .149. 581



El fin del mundo ya está aquí y lo más aconsejable es eligir el mejor sitio donde esperarlo.
Serenidad y paciencia, queridos hermanos y hermanas que no cunda el pánico.
Por ejemplo, yo mañana partiré con dirección a Jerusalén porque según las profecías es aquí donde se oficiará el juicio final.

Tenemos que aceptar los designios divinos. Hay que econtrarle el lado positivo a este drama  porque de lo contrario podremos sufrir un trauma irreversible. Vamos a experimentar el más hermoso de los  apocalipsis y ese es un privilegio que debemos agradecer. Se va a abrir la Puerta de Oro  de la ciudad santa de Jerusalén. El sabado 21 de diciembre tendremos como erzan las escrituras resucitarán los muertos y por arte de magia aparecerá un puente « tan delgado como un cabello y tan filoso como una espada » por donde los virtuosos cruzarán salvos pero los malvados se despeñarán  a un abismo sin fondo. Las almas de los justos ascenderan al cielo a través de la puerta de la Misericordia mientras los malos serán arrojados al infierno por la puerta del Arrepentimiento. El juicio tendrá lugar en el valle de Jeosofat, al pie del Monte de los Olivos.

 
EL JUICIO FINAL DEL ALMA 79 149 581

De repente el ángel del señor anuncia con voz grave: - Alma número 79 149 581, pase al estrado de los acusados- El alma suspira deslumbrada. El Sumo hacedor está al frente sentado en un inmenso sillón de cristal entretenido en la lectura del historial del alma 79.149.581. Dios mira al alma compadecido y ante su indecisión ordena llamar a sus consejeros, ancianos de báculos de oro que intentan no tropezar con sus sabias barbas. Después de un acalorado debate no llegan a ningún acuerdo.Entonces,  Dios decide que la balanza tendrá que confirmar su voluntad. Un querubín de pelo rubio y ojos azules saca las porciones del alma juzgada; en una mano lleva las virtudes y en la otra los pecados. Dios y su corte guardan silencio mientras la balanza es colocada en el centro del recinto divino. Pero la balanza se mantiene inmóvil. Dios y su corte celestial murmuran sorprendidos ¿qué hacer con esta alma? El padre todopoderoso perplejo pensó que no estaría mal enviarlo una temporadita al purgatorio pero no quería que le pesara en su conciencia el haber cometido una injusticia. Así que dirigiéndose al alma le hizo una pregunta con la que esperaba desempatar este inédito caso. - Dime, alma 79149 581 ¿cómo se creó la tierra y quién le dio el soplo de vida a ese mundo tan original. El alma 79 149 581, altanera respondió – hasta donde puedo advertir sé que en un tiempo lejano ocioso vagabas vos por los caminos del universo, y en una noche de lluvia de estrellas os resfriasteis. Una inesperada recaída os obligó a guardar cama. En el colmo del aburrimiento os sacabais incómodos mocos de vuestra nariz. Travieso hicisteis una pelotilla y sin pensar en las consecuencias la soplasteis lanzando con vuestros santísimos dedos esa masa verde y azulada a un rincón cualquiera de la Vía Láctea. De esa manera creasteis vos el planeta del que provengo. Justo al terminar sus palabras el plato de las virtudes desequilibró la balanza. Dios por poco le da un patatús e irguiéndose majestuoso pronunció la sentencia: -Yo a esta venerable alma 79 149 581 no la encuentro culpable, y por lo tanto vivirá para siempre en nuestro reino y será ensalzada como ejemplo de quien con sabiduría e ingenio ha develado el secreto más buscado del universo.

Carlos de Urabá
Mar Muerto.


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