Elevar el índice de natalidad es un asunto
de vital importancia para el estado de Israel. La guerra no es solo con armas
sino también con vientres. Sí, los
vientres de las abnegadas madres dispuestas a engendrar los guerreros que en un
futuro defenderán la soberanía de la patria.
Pero no hay que conformarse con engendrar
un solo hijo o quizás la pareja, sino como mínimo cinco o seis. Aquí lo que
valen son las familias numerosas y por eso se realizan grandes campañas para
que los ciudadanos sean conscientes de que la natalidad es un asunto
trascendental porque los palestinos crecen a un ritmo desaforado.
Ciencia y religión se dan la mano para
salvaguardar al pueblo elegido por Yahvé.
Los científicos y especialistas en genética y reproducción se dedican de
tiempo completo a investigar nuevos tratamientos para incrementar la
fertilidad. Especialmente a inducir partos múltiples entre las patrióticas
madres que voluntariamente se prestan a estos experimentos. Porque para Yahvé
no hay imposibles.
Y no es que estemos hablando de mujeres
estériles o con problemas de fertilidad, sino que se trata de mujeres sanas
(maduras incluidas) que desean partos múltiples. Es decir, son vientres al
servicio de Eretz Israel decididos a participar en la batalla de la natalidad.
O se eleva la curva demográfica o se pone en entredicho su supervivencia.
Entre los fármacos empleados “cual
munición de guerra” se encuentran el Clomid, Bromocriptine, GnRH,
Tamoxifen/Nolvadex, y Gonadotropins. Otros como el HCG, HmG, Progesterone,
Recombinat FSH, Urofollitropin y Hepari se recetan con el fin de que los
ovarios produzcan óvulos maduros.
Israel
fomenta el Baby Boom
con el implante de óvulos, técnicas de fecundación in vitro, folículos
estimulados y la transferencia de embriones múltiples para elevar la tasa de
embarazo. Con estos tratamientos se pueden conseguir mellizos, trillizos o
cuatrillizos (Israel es el país que tiene el record del mundo en estos casos)
La experimentación con bebes probetas es
otro de los grandes logros científicos. El presupuesto que el gobierno israelí dedica a la salud pública (especialmente a la
reproducción asistida y la fertilidad) es uno de los más altos (después del de
Defensa y Seguridad) Israel fue el pionero en fertilización artificial con la
investigación y desarrollo de las hormonas (gonadotropinas) que permiten
estimular la ovulación. Tampoco se puede
descartar que se estén violando las leyes de la Bioética y se manipulen los
embriones para obtener ejemplares que cumplan la norma racial judía.
Ciñéndose estrictamente a los patrones de la eugenesia que solo admite concebir
los más fuertes y mejor dotados (hijos de David) ¿Un atisbo de limpieza étnica
genocida, quizás? Y para demostrarlo solo hay que analizar el caso de
esterilización de las mujeres judías etíopes. Cientos de médicos y científicos
y ginecólogos trabajan en el Departamento de Ciencias de la Vida en Bar-Ilan en
Netanya y otros 25 centros de fertilidad. Israel es considerado una superpotencia
mundial en este campo.
Está
escrito en la Biblia que una familia sin hijos no es una familia. La maternidad hace parte de una milenaria
tradición judeo-cristiana y la mujer que no conciba se le considera maldita.
Narra la historia sagrada que Abraham tuvo que desposarse con su esclava Agar
puesto que Sara (que era estéril) no podía darle hijos. Fruto de esa relación
nació Ismael (patriarca de los árabes). Aunque Yahvé compadecido del drama
de Sara hizo el milagro de que esta se
quedara embarazada a la edad de 90 años. Entonces dio a luz a Isaac
(considerado el patriarca de los judíos). Para las mujeres judías Sara es el
mejor ejemplo a seguir.
En la Halaja desde
la más remota antigüedad están condensados los principios éticos y morales por los cuales debe regirse el pueblo
elegido. La Halaja es el cuerpo normativo de la vida judía (tanto espiritual
como material) tal y como está expuesto en el Talmud. Los textos sagrados
judaicos se oponen radicalmente a cualquier manipulación de los órganos
reproductivos tanto de la mujer como del hombre. Porque el hombre y la mujer
fueron creados por Yahvé y su obra no puede ser profanada. Los rabinos valiéndose de mil y una argucias
teosóficas y filosóficas se han visto obligados a contradecir las leyes de la
Halaja para impedir que sus más encarnizados enemigos (árabes) los sobrepasen
demográficamente. El pueblo de Israel no hace más que cumplir el mandato divino de creced
y multiplicaos; poblad la tierra.
Cualquiera que camine por los barrios
ortodoxos y ultra ortodoxos (haredim) de las ciudades israelíes se sorprenderá
por el número de cochecitos de bebé que se ven aparcados en la entrada de los
complejos habitacionales. Muchos de los cuales están diseñados para transportar
mellizos, trillizos y hasta cuatrillizos. También en los asentamientos o
colonias de Cisjordania el incremento del número de guarderías infantiles
delata que la natalidad se dispara. Sin duda alguna que el sionismo pretende
judaizar totalmente Cisjordania con la anuencia de la comunidad
internacional que tolera todas sus
veleidades.
El gobierno Israel se ha propuesto por ley
incrementar al máximo la tasa de natalidad. Para ello ofrece a las parejas
asignaciones por hijo (entre 2.000 y 3.000 dólares), enseñanza gratuita desde
los tres años, financiación hasta de cuatro tratamientos de fecundidad in vitro
al año. La seguridad social cubre todos los gastos médicos. Los expertos
aseguran que en Israel están naciendo trillizos
400 veces más de lo usual. Buena culpa de esto la tienen el uso de
medicamentos para la fertilidad como el Clomid o Nefimol y los tratamientos
mediante la inducción de óvulos liberados o la fecundación in vitro
para obtener gemelos o partos múltiples (embarazos programados de
mellizos, de trillizos, quintillizos y sextillizos)
El
vientre de las mujeres también es un arma tal y como lo afirmara en su día Arafat. Los demógrafos
judíos saben que hay que combatir como sea el envejecimiento de la población
(los mayores de 65 años será el 17% en el 2050) El 60 % de la población
palestina tiene menos de 25 años. En Gaza
el promedio de edad es 17 años (uno de los más bajos del mundo) La
natalidad es parte del instinto de supervivencia como pueblo. La reproducción
es una de las pocas libertades que se pueden permitir los palestinos (cómo en el caso de Gaza). La meta de la ANP
o del gobierno de Hamas en Gaza también es la de aumentar la natalidad (está
crecerá a un 23% al terminar la década). La franja de Gaza es el que tienen el
record mundial de densidad con 4742 personas por kilómetros cuadrado. Los
Palestinos son 7.5 millones repartidos entre Gaza, territorios ocupados y la
palestina histórica anterior a 1948 (hoy llamada Israel) Israel controla el 85
% del estado Palestino original.
El crecimiento de población judía se da en
mayor medida en el estrato de la población más religioso y menos productivo.
Entre los cuales las tasas de empleo son más bajas y encima se niegan a hacer
el servicio militar. De este modo el pago de las pensiones y el sostenimiento del estado del bienestar es
inviable.
El gobierno israelí promueve la llegada de
inmigrantes judíos (aquellos que desean retornar a la tierra prometida) o de
extranjeros conversos. Lo importante es que sean jóvenes, especialmente
matrimonios con hijos. La oleada de inmigrantes (Aliyá) es una fuente
importante para aumentar la demografía. En la década de los noventas llegaron
más un millón procedentes de los países de la antigua Unión Soviética, Etiopía
y el resto del mundo. Esta es una ventaja adicional para los judíos puesto que
a los palestinos refugiados en el extranjero (5.000.000) les está prohibido
retornar a su patria.
Según la Oficina Central de Estadística de
Israel durante 2015 las mujeres judías y palestinas han dado a luz un promedio
de 3,13 hijos (en el año 2000 era de 4.3 entre las árabes y 2.6 entre las judías) La pirámide
poblacional se mantiene igualada porque se han tomado medidas de choque
alarmados quizás por el dato de que en el 2020 la población palestina superará
a la hebrea.
Las ciudades israelíes con más alto
promedio de nacimientos son Beith Shemesh, Bnei Brak (todas con población ultra
ortodoxa muy numerosa)
Para el 2025 se estima que la población
hebrea se duplicará alcanzando los 16 millones de habitantes. Tal incremento de la población va a generar
problemas de espacio vital en una superficie tan reducida (20.700 kilometros²) y una geografía agreste (cuya soberanía
alimentaria la domina Israel) carente de
recursos estratégicos tales como el petróleo, el gas o el agua. A Tamaño
desafío habría que sumarle la inclaudicable lucha del pueblo palestino por
proclamar un estado propio que si no se materializa en un corto espacio de
tiempo provocará nuevas intifadas y levantamientos populares.
Carlos de Urabá 2016
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire