La violencia de género alcanza
unos niveles solo comparables a un genocidio.
Mientras se desarrolla el
concierto de Carlos Santana ante
miles de fanáticos en el auditorio Telmex de Guadalajara a unos cuantos
kilómetros de allí se consuma un bestial crimen contra una niña de tan solo cuatro
años. Este es un nuevo caso de violencia
de género, un acto cobarde y deleznable cometido por un monstruo sediento de
sangre y carne virginal. Ahora Carlos Santana interpreta su conocida
pieza “Samba pa ti” que desata el delirio de un público que se rinde a los pies
de su ídolo.
Al día siguiente los diarios locales
publican en primera página una foto del famoso roquero de origen tapatío
rasgando su guitarra con el titular: “Carlos Santana apuesta por transformar el
mundo para que haya paz, amor y unidad.” A un lado y en la parte inferior
izquierda aparece la foto de un cuerpo
tapado con una sábana. En letras rojas reza: “Niña asesinada a golpes en Jocotepec”
Como es habitual en estos
fatídicos casos la policía hace indagatorias y recaba pruebas mientras los
servicios médicos forenses se encargan de retirar en una camilla el cadáver de
la menor a la que denominan NN hasta que se compruebe su identidad. En la
ciudad de Guadalajara entre los meses de diciembre y enero se contabilizaron 199 homicidios -lo que significa que
estos han sido los dos meses más violentos desde que se llevan estadísticas.
¿Tal vez fue violada? ¿Es un
nuevo caso de feminicidio? ¿Quién sabe? Es difícil dar una respuesta mientras
no se le haga la autopsia y los médicos dictaminen las causas del deceso. A lo mejor sus padres ya hayan reportado su desaparición
y sea más fácil identificarla. Aunque seguramente este caso como el 90% las carpetas de investigación con el
tiempo sea archivado al no encontrarse testigos que declaren o evidencias
fehacientes que lleven a la captura del autor o autores del infanticidio. Lo
más seguro es que como siempre reine la impunidad. Al menos no la desaparecieron
enterrándola en una fosa común o la disolvieron en ácido para borrar todas las
huellas. En todo caso sus padres tendrán que asumir resignados la pérdida o el
martirio de un ser querido.
Hay que reconocer con profunda tristeza
que en las morgues, funerarias y camposantos es donde hoy se escribe la
historia del México contemporáneo. Cada mañana los titulares de prensa, los
noticieros de televisión, la radio o las
redes sociales nos dejan absortos y sin aliento. Nos abruma el amarillismo o sensacionalismo
que se explotan a destajo para captar el mayor número de clientes (lectores, oyentes o televidentes) aprovechando las tragedias y los
dramas ajenos de los que difícilmente podemos evadirnos.
Una vez que se identifique el
cuerpo de la niña será entregada a sus familiares para que le den cristiana
sepultura. Como manda la tradición los deudos de riguroso luto conducen el
ataúd de la difunta hasta la iglesia donde el cura ejercerá su papel de médium
para que dios padre todo poderoso le abra las puertas del cielo. Sus padres entre
lágrimas de impotencia intentan reprimir su dolor y la rabia. Las oraciones
serán su único bálsamo de consuelo. El sacerdote al terminar la homilía asperja
agua bendita sobre el ataúd y haciendo
la señal de la cruz la despide con el consabido “descanse en paz”. Al
menos ahora el angelito ya está en el paraíso celestial y no en este mundo
cruel tan degenerado y perverso. La
industria de la muerte no deja de producir cadáveres y son tantos, que nos
hacemos insensibles y preferimos pasar página y mirar para otro lado. En
Jalisco de los casi 500 casos de
desapariciones forzadas no existe ni una sola condena en los tribunales. “Al fin y al cabo solo son ajustes de
cuentas entre bandas criminales” -se disculpan las autoridades. Por eso en muchos pueblos del México profundo
si el violador es capturado infraganti, se le quema vivo.
En los tribunales los jueces son
muy quisquillosos y les gusta ejercer de abogados del diablo ¿qué hacía la
señorita a tan altas horas de la madrugada en esos antros de perdición? ¿Por
qué visten de esa forma tan provocativa? Parece ser que si una mujer es bella o
atractiva es un atenuante. Y en el colmo
la señora Ana Ferraez diputada del partido Morena por
Veracruz planteó la posibilidad de decretar un toque de queda a partir delas 10
de la noche para proteger a las mujeres ante la ola de inseguridad que dejó 26 feminicidios en 52 días. ¿Cómo
prevenir estas agresiones, violaciones o asesinatos? La repuesta queda en el aire pues todas son
bonitas palabras y vanas promesas pero en el fondo cuando cae la noche en
cualquier esquina te esperan los lobos en celo prestos a tenderte una celada. En los dos primeros meses del año 2019 en
México se consumaron 147 feminicidios.
Podríamos estar narrando
historias de amor como la de Romeo y Julieta o don Juan Tenorio pero
la cruel realidad nos encauza por otros derroteros.
Algunos responsables políticos consideran que los feminicidios son daños colaterales de
la guerra contra el narcotráfico. Las víctimas son criminalizadas por los
jueces y fiscales quienes insinúan que tal vez tenían nexos con el crimen
organizado o son novias de la mafia (“desechables”) “las han matado por venganzas o retaliaciones,
o porque se dedicaban a la prostitución” ¿alguien le creen a una prostituta
cuando denuncia una violación? ¿estarían traficando droga? ¿Pertenecían a
una banda rival y por eso las balacearon?
Caso cerrado.
Por Internet-paginas webs- o las
redes sociales se exhiben harenes de chicas dispuestas a venderse o alquilarse
al mejor postor (se cotizan dependiendo de su belleza o la perfección de su
cuerpo) Son las conocidas “prepago” que voluntariamente se lanzan al estrellato
ilusionadas con triunfar como modelos, escorts o masajistas. En incontables ocasiones
caen en manos de los carteles o las mafias que las utilizan de concubinas, las
secuestran, las esclavizan y las obligan a prostituirse.
López Obrador hace unos días anunció que su gobierno le iba a
conceder a la iglesia católica y a las sectas evangélicas espacios en canales
de radio y TV con el fin de “moralizar” el país. A pesar de que México es un
estado laico es necesario predicar la palabra de Dios para que el pueblo no se desvíe
del “camino recto”. Ha llegado la hora del arrepentimiento y el perdón pues ya se
ha derramado demasiada sangre. Si se quiere lograr una “cuarta transformación”
hay que formar ciudadanos de bien como
lo predica la Cartilla Moral que ha
redactado Morena (muy parecida a la
escrita por el filósofo Alfonso Reyes
hace 75 años) Haciendo énfasis en materias claves como la educación cívica y
urbanidad, la solidaridad, el patriotismo y el cuidado de la naturaleza.
El primer mandatario ha proclamado
solemnemente el fin de la guerra contra los carteles y el advenimiento de una nueva
era de “paz y amor”. --“Ya no habrá más violaciones de derechos humanos, ni
represión” -Repite una y otra vez en voz alta. No sabemos si este será el mejor método para
desmantelar las organizaciones delictivas que disponen de armas de última generación
y que ejercen el domino en sus territorios a base de la extorsiones, sobornos y
chantajes ¿es posible combatir a esas células criminales con salmos responsoriales
y bienaventuranzas? Que un país con más de 50 millones de pobres tenga que invertir
más dinero en seguridad que en educación o salud es algo que nos deja atónitos.
“Porque la educación es la única
que nos puede redimir” “El libro es la punta de lanza en la transformación del
país” – expresó en un foro Paco Ignacio
Taibo II director del FCE ¿será que los mafiosos y hampones de la noche a
la mañana se dedicarán a leer las obras completas de García Márquez o de Carlos
Fuentes?
México sufre desde hace décadas la
brutal ofensiva de los carteles de la droga y la delincuencia organizada que el
nuevo gobierno de AMLO piensa enfrentar creando un cuerpo hibrido bautizado con el nombre la Guardia
Nacional. La Guardia Nacional que sustituirá a soldados y marinos contará
con 80.000 elementos y será dirigida por un civil. Su misión: pacificar el país en el plazo de un sexenio. Parece que
estamos abocados a aplicar políticas “disuasorias, punitivas o represoras” con
tal de garantizar la paz y la tranquilidad de los ciudadanos.
La fórmula preferida por las
autoridades para atacar la creciente clima de violencia es aumentar el pie de
fuerza, es decir, más policías y más militares. Habitamos en un mundo rodeado
de gente armada capaz de apretar el gatillo ante el más mínimo movimiento
sospechoso. De ahí que las balaceras hagan parte ya de las tradiciones
populares.
Las sociedades modernas urbanas hasta hace pocas generaciones eran
rurales. Especialmente en México a partir de los años cuarenta del pasado
siglo XX la explosión demográfica incontrolada empujo a millones de
campesinos empobrecidos a buscar un futuro mejor en las ciudades. Invadiendo
sus extrarradios configuraron así la
geografía humana de la exclusión y la marginalidad tan típica en el Tercer
Mundo. El desplazamiento de los pueblos indígenas trajo como consecuencia la pérdida
de los valores y su identidad ya que tuvieron que asimilarse a la fuerza en una sociedad
mexicana racista y clasista que les inoculó el virus de la venganza social. Inmersos en un mundo artificial donde el ser
humano pierde todas las conexiones con las fuerzas telúricas de la madre tierra
el desarraigo les corrompió el alma. Hoy
el 70% de los casi 130.000.000 millones
de mexicanos habitan en ciudades.
Mientras que otros 35 millones se han visto obligados a emigrar a los
EEUU.
Desde los años treinta del siglo
XX se va forjando en el imaginario
colectivo la figura del macho mexicano. Un macho que está obligado a demostrar
su virilidad al mejor estilo Jalisco. Impulsada por la industria cinematográfica
y en especial películas como “Allá en el rancho grande” “la mujer del puerto”
“el prisionero 13” se fue construyendo el arquetipo del charro bien bragado,
sombrerote y pistolones que al son de los mariachis correteaba pretencioso a la
grupa de su caballo. Un machote que bebe
tequila y enamora a las mujeres con su
mirada de matador (las mujeres en plural porque es polígamo) Un prototipo al que supieron dar vida Antonio
Aguilar, Pedro Infante, Javier Solís, José Alfredo Jiménez o Vicente Fernández.
Fue tal su éxito a nivel mundial que la palabra macho, que la Real Academia
Española de la Lengua utilizaba para referirse a los animales, tuvo que cambiarla
para definir a ese varón dominante y mujeriego.
En “México Bárbaro”, un libro escrito por John K Turner y publicado en
el año 1910, ya nos advertía: “las mujeres son obligadas a casarse con hombres
de la misma finca, y algunas veces, con ciertos individuos que no son de su
agrado. No hay escuelas para los niños.
En realidad toda la vida de esta gente está sujeta al capricho de un
amo, y si este quiere matarlos, puede hacerlo impunemente…” Por eso el derecho
a pernada era muy común en los ejidos siguiendo las prácticas feudales
heredadas de la época colonial.
México es un país necrófilo, o sea, que lleva hasta
extremos neuróticos su exacerbada pasión por la muerte. Como se demuestra en el
día de muertos, baile de muertos, pan de muertos, catrinas, calaveras,
esqueletos, funerales y entierros. Estamos
ante una sociedad más preocupada por los muertos que por los vivos, más
preocupada por el pasado que por el presente o el futuro.
El cardenal emérito mexicano Sandoval Iñiguez llegó a afirmar que “las
mujeres en muchas ocasiones provocaban a los hombres” “Hay mujeres muy arriesgadas que se van con cualquiera que las invite a subir en un auto lujoso o a bailar
en una sala de fiestas” “No importa la edad ya sean niñas y hasta mujeres
maduras se dejan engatusar o seducir por el primer galán que se encuentren en
la calle” Según su eminencia “ellas son muy coquetas y no miden las
consecuencias y por eso también tienen una parte de culpa en los feminicidios” “Las mujeres deben ser más castas y vestir de
forma apropiada” Las feministas
responden ¡la calle y la noche son nuestras!
Recién se inician en México las denuncias el movimiento MeeToo que
promete depararnos mayúsculos escándalos entre personajes de reconocido
prestigio del ámbito cultural,
artístico, académico, empresarial, etc. Las víctimas, que resignadas
tuvieron que callar, ahora han perdido el miedo y a través de las redes
sociales señalan a los violadores,
abusadores o acosadores que se creían intocables. Hay múltiples casos de
violencia de género que no se denuncian porque la víctima y sus familiares han
perdido la confianza en la justicia. Prefieren el anonimato a que se les
estigmatice socialmente.
A partir de la conquista española
los nuevos amos impusieron el patriarcado
misógino bendecido por los dogmas de la santa madre iglesia católica. La
mujer quedaba relegada a un segundo y tercer plano pues se les consideraba un ser inferior sujeto a la
tutela masculina. Por algo Dios creó a Eva
de la costilla de Adán. Su misión se limitaba a la crianza de los niños, las labores domésticas y a complacer sexualmente a su marido (sin
experimentar placer). La mujer debía
hacer gala de un comportamiento sumiso y manso soportando con resignación
cristiana todos los atropellos cometidos contra su integridad. ¡Desde la Santa Sede se han legislado los
derechos de la mujer!
Se mata a las mujeres por el simple hecho de ser mujeres, por pura misoginia,
el odio al género femenino. Muchos los feminicidios están relacionados con una
reacción machista que relega a la mujer a ser una abnegada ama de casa (marianismo)
ya que están sujetas a la dependencia económica del varón. Porque las mujeres modernas son autónomas, emancipadas y desafían el poder masculino –que es el género
dominante o supremacista (padre, esposo o novio) – Ellas exigen paridad;
estudiar, ingresar en el mercado laboral, y ser independientes. Pero esas
ansias de superarse puede convertirse también en su sentencia a muerte.
En Ciudad Juárez del año 1993 hasta el 2018 se contabilizaron 1.775 feminicidios.
Por lo general las víctimas son mujeres jóvenes de estratos bajos que suelen
ser violadas, torturadas y asesinadas a golpes, a balazos o a puñaladas. Se
acusa al estado mexicano de no haber asumido su responsabilidad en las
investigaciones de esta masacre. El grado de impunidad se ha fijado en el
98% de los casos. Al fin y al cabo los muertos no declaran. Hace unos meses
el gobierno federal aprobó una reforma para que el feminicidio sea considerado
delito grave y amerite prisión preventiva. Del
2015 al 2019 en México fueron asesinadas
por violencia de género 264 niñas y lesionados por violencia intrafamiliar
60.463 menores de 18 años.
Muchas víctimas jamás podrán
recuperarse del shock que supuso los abusos o violaciones. Las supervivientes
tendrán que arrastrar el resto de sus vidas el trauma psíquico insoportable que
solo podrán sobrellevarlo a base de pastillas, barbitúricos y el auxilio
espiritual en las parroquias. Los tratamientos psiquiátricos pueden alargarse
años o quizás décadas porque curar las heridas del alma es un asunto bastante
complejo.
El estado mexicano se ve incapaz
de garantizar la seguridad de las mujeres que son las más vulnerables de la
sociedad. Por eso las asociaciones feministas se han organizado grupos de
autodefensa lanzando una alerta de
género a nivel nacional. Su intención es la de prevenirlas de los
innumerables peligros que corren si traspasan determinadas líneas rojas. Los
ayuntamientos han instalado botones de pánico (alarmas) en las zonas más
calientes conectadas con las comisarías de policía para brindarles una mayor
protección. Muchas familias han decidido encerrar a sus hijas en las casas ante
el temor de que si se van a pasear con
sus amigos o están jugando en las calles, las secuestren.
Ya no hay ni ética, ni moral que
valga, se ha perdido el temor a Dios y sus diez mandamientos que al menos en el
pasado frenaba el accionar de los malhechores. Las autoridades federales junto
con la sociedad civil (IMU, Conavim, Fundación Origen, México Unido contra la
Delincuencia) se empeñan en lanzar campañas
públicas para concientizar a la población acerca de la creciente ola de
feminicidios. Para lograr tan loable objetivo una serie de artistas, cantantes,
actrices o estrellas televisivas -la mayoría de rasgos occidentales blancos-
bajo el lema “Vámonos Respetando”
han prestado su imagen para concientizar a la sociedad sobre el flagelo de la
violencia de género. Las “hadas madrinas” les advierten a los victimarios (machos)
que se abstengan de atentar contra la dignidad de las féminas. Son dos realidades muy diferentes; aquellas mujeres famosas de un alto poder
adquisitivo que viven en condominios protegidas por guardias de seguridad, y las mujeres
del pueblo que el 80% son mestizas o indígenas que residen en las colonias
marginales y se movilizan en metro, buses o a pie y que, por ende, están expuestas a incontables peligros. Hemos
pasado del paternalismo jesuítico al maternalismo humanitario ejercido por unas
oligarcas que se erigen en las salvadoras de su estirpe.
Que se puede esperar de una sociedad
de idolatras alcohólicos donde el número de cantinas, bares, antros y
discotecas superan 1000 por 1 al de bibliotecas o centros culturales. El
alcohol es la estrella de todas las actividades sociales y encima patrocina
eventos culturales, educativos, la música, el deporte, etc. En los ambientes
sórdidos de esas colonias o guetos de las clases bajas es muy fácil que estalle
la violencia intrafamiliar, las rencillas entre las parejas, ataques de celos,
gritos y reproches y como no, las agresiones contra los hijos. A todo volumen se escucha música norteña o
los famosos narcocorridos mientras la televisión transmite la sobredosis diaria
de telenovelas, reality shows, fútbol y películas de acción. Las series de
mayor audiencia son las que santifican a esos mafiosos que de la noche a la
mañana se vuelven multimillonarios. Sin duda alguna los jóvenes los toma como el mejor ejemplo a imitar para
salir de la pobreza. Y como el fin justifica los medios pues a traficar, robar, torturar, matar o
desaparecer. La banalidad del mal se
ha magnificado hasta límites inconcebibles. Se aprende primero a disparar una pistola
que a leer o escribir.
Si no hay alcohol, no hay
felicidad, sino hay borrachera, no hay fiesta. Estos son los rasgos más
característicos de la idiosincrasia del pueblo. Alienados por los video juegos
de guerra, la sobre estimulación de la libido con el bombardeo pornográfico el
resultado es más que perverso. Por el contrario jamás se fomentará el estudio, la
lectura, el deporte, o el disfrute de la naturaleza.
La juventud hedonista tan solo
está obsesionada con ganar dinero fácil. Y para conseguirlo es necesario enrolarse en los grupos delincuenciales como
halcones, mensajeros o sicarios. La creciente demanda de droga en la frontera
norte y el microtráfico o el narcomenudeo interno dispara la bonanza de dólares
y la lucha por controlar las rutas de distribución. Un negocio floreciente al
que hay que añadirle la trata de blancas, robos de vehículos, secuestros,
extorsiones, estafas, guachicoleo, asaltos a bancos etc. La santa alianza entre
poder y narcotráfico es prácticamente indestructible. A lo largo de la frontera de México con EEUU
existen más de 1200 armerías legales que abastecen los arsenales de los
contrabandistas que las venden o cambian a los carteles por drogas o
estupefacientes. Hasta aquí nos ha
traído el neoliberalismo globalizador y genocida que promueve los EEUU.
Y es que las multinacionales del
alcohol cada año multiplican por cinco sus ganancias. La masa está ávida por
evadirse de un entorno opresivo y
estresante. La ecuación es muy fácil: entre mayor sea la crisis social, más vicios,
alcoholismo, borracheras. El alcohol
junto a las drogas es el principal inductor de los actos criminales. Lo más
común es excitarse a base de canastadas
de cerveza, botellas de tequila, ron, vodka, whisky, más un variado cóctel de
drogas blandas y las duras. (Marihuana cocaína y heroína, anfetaminas,
inhalantes, éxtasis, LSD, el fentanilo
una droga 50 veces más poderosa que la heroína y hasta 100 veces más fuerte que
la morfina) Dicha mezcla explosiva carcome el cerebro y los “machos lumpen” de cuerpos tatuados con
diseños diabólicos que en el momento menos pensado poseídos por los espíritus
malignos se transforman en depredadores
sexuales o sadomasoquistas que buscan víctimas propiciatorias para ofrendarlas
en el altar de los sacrificios. Aquí no
hay clemencia, ni compasión pues las fieras ansiosas por saciar sus más bajos
instintos lanzan su dentellada siniestra en cualquier oscuro callejón.
Estamos rodeados de enfermos
mentales, asesinos de la peor calaña, individuos psicóticos y paranoicos capaces
de realizar macabros rituales en honor a la santa muerte y orgiásticas misas
negras de canibalismo extremo –tal y como lo reveló el caso del Monstruo de Ecatepec (Ecatepec es el municipio mexicano más violento para las mujeres) Cuando uno
camina por las calles no sabe si en las bolsas negras tiradas en el suelo hay
basuras o restos humanos (los embolsados)
El 70% de los cadáveres de las víctimas son tirados en terrenos baldíos,
basureros o canales de aguas negras. La
mayoría tienen una edad promedio entre los 20 a 35 años y en un alto porcentaje
sufrió abusos sexuales.
México es uno de los principales países
exportadores y consumidores de cerveza y el cuarto productor a nivel mundial
con 110 millones de hectolitros al año. Aunque
también es uno de los países con mayor mortalidad a causa de cirrosis hepática.
Sin embargo las autoridades se enorgullecen de que el tequila haya sido elevado a la categoría de patrimonio cultural de
la humanidad.
Nuestros países son
drogodependientes y etílico dependientes ¿Es
posible que algún gobierno en América Latina
imponga por decreto la ley seca en los fines de semana? ¿Lo permitiría la industria cervecera o la
licorera que detenta un gran poder político y económico? Seria visto como un
ataque al libre mercado y la libertad individual a pesar de la devastadora
crisis de salud pública que esto supone. A sabiendas que el tiempo de ocio está
relacionado directamente con el trago, las drogas, las discotecas, prostíbulos o casinos. Prohibir el alcohol desencadenaría
gravísimas revueltas y motines por culpa del síndrome de abstinencia.
La ley seca En EEUU estuvo vigente desde 1920
hasta 1933. Todo comenzó
en las últimas décadas del siglo XIX
cuando una corriente puritana culpabilizó al alcohol de la decadencia, el
atraso y la pobreza de la sociedad. Se enaltecía los vicios y no las
virtudes. Un argumento que también fue
defendido por los partidos de izquierda, liberales y los sindicatos porque las
bebidas alcohólicas embrutecían y esclavizaban a las masas de obreros y
proletarios. Los hombres se gastaban su sueldo en las cantinas y se
emborrachaban provocando violencia intrafamiliar y el aumento de la
delincuencia. Las cárceles estaban llenas a rebosar y había que tomar cartas en
el asunto. Y así fue como el congreso
USA aprobó la enmienda XVIII
prohibiendo el alcohol en todo su territorio. Como reacción surgieron las
destilerías clandestinas, y las mafias
de contrabandistas que escribieron una de las páginas más sanguinarias de la
historia norteamericana.
México posee una de las tasas más altas de violencia de género,
feminicidios, abusos sexuales,
violaciones o pedofilia del mundo (América Latina es la región más
letal para las mujeres) Estamos ante un problema estructural de múltiples
ramificaciones imposible de combatir a corto plazo. Un asunto que los gobiernos
intentan esquivar y hasta minimizar maquillando las estadísticas para desembarazarse
de tamaña vergüenza.
Del 2005 al 2018 la cifra de
mujeres desaparecidas en EDOMEX se elevó a más de 5.500 -de las cuales 150 son
niñas- las comisiones de búsqueda de
aproximadamente 40.000 desaparecidos en todo el país se han mostrado
completamente ineficaces para localizarlos.
El feminicidio en México -y
también en Latinoamérica- ya se le califica por los sociólogos como de
genocidio. Las estadísticas nos advierten que 9 mujeres son asesinadas diariamente. Esta espeluznante cifra ha
sido corroborada por informes de los organismos de derechos humanos SEGOB y la
ONU en el que también se añade que el
41,3% de las mujeres ha sufrido algún caso de abuso sexual durante el curso de
su vida. Y eso que paradójicamente México es un país que venera a la Virgen de
Guadalupe, la madre tierra o Tonantzin, y que el día de la madre es más
importante que el grito de independencia.
Los feminicidios en la égida de la cuarta transformación de AMLO no
disminuyen sino que por el contrario aumentan escandalosamente. Este es uno
de los principales flagelos sociales que
golpea no solo en México sino a América Latina –que según la ONU es la región
más desigual del mundo- Entre las 50 ciudades más violentas de los cinco
continentes hay 15 mexicanas: Tijuana, Acapulco, Ciudad Victoria, Ciudad
Juárez, Irapuato. Tijuana en el 2018 alcanzó
la tasa de homicidios más alta del mundo -según un estudio del Consejo
Ciudadano de Seguridad Publica. El presidente López Obrador ha tenido que
reconocer que se ve impotente para contener esta ola de homicidios que afecta
todo el país. Al pueblo acuciado por tanta fatalidad no le queda más remedio
que pedir de rodillas la pronta instauración del reino de Dios en la tierra.
Ya no hay poetas, sino sicarios,
ya no hay románticos soñadores sino violadores y estupradores, queremos que en los
rostros de la gente se dibuje una sonrisa y no caras largas y ceños fruncidos. La utopía de una ciudad segura se desvanece por completo. El
feminismo en México no es una moda, ni una pataleta anti machista, sino una respuesta lógica al tremendo desafío
que supone enfrentar los siniestros atentados contra la dignidad humana. Por eso
han tenido que invocar la solidaridad género tanto de mujeres, hombres y la
comunidad LGTB.
¿Es posible llevar a cabo un proceso
de paz en México que conduzca a la reconciliación y termine de una vez por
todas con esta sangría? ¿Será capaz el gobierno de sentarse a dialogar con las
bandas y carteles para que se desmovilicen y entreguen las armas a cambio de
una amnistía, un programa de reinserción
social y la promesa de no ser extraditados a los EEUU? ¿O por el contrario la
única solución es más cadáveres y desaparecidos? Por el momento nadie oficialmente
quiere hablar de este tema, ni proponer siquiera una mesa de negociaciones. Aunque
el gobernador de Jalisco el señor Enrique
Alfaro aseveró que sus antecesores en los pasados tres sexenios firmaron pactos
con la delincuencia organizada.
Los actores de este gran teatro
de la simulación prefieren dejar que el tiempo pase, que el dinero fluya y sus
arcas se llenen a rebosar. Mientras sus intereses
económicos estén a buen recaudo y se garantice su seguridad las víctimas de esta
guerra que se libra en el conjunto de todo el país seguirán aumentando
exponencialmente en los próximos años.
Carlos de Urabá 2019