La jaula

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por la emancipación de los pueblos

lundi 27 janvier 2014

Santiago el matón, el santo patrón de España

El día 6 de julio de 1985 salí desde San Juan del Pie del Puerto, Francia, decidido a cumplir la peregrinación de ochocientos kilómetros hasta Santiago de Compostela. Desde muy temprano inicié la escalada al puerto de Ibañeta en los Pirineos navarros ilusionado con disfrutar de una inolvidable aventura.

De veras que se cumplieron los pronósticos pues en ese entonces la España primitiva y salvaje se resistía a ser domada por la postmodernidad castradora. Algo que dejó una marca indeleble en mi espíritu revolucionario.
 
Apesar que en estos días se van a cumplir los 25 años de aquel viaje iniciático a Santiago, aún mantengo muy frescos los recuerdos de aquellos encuentros con los campesinos, labradores, cabreros y pastores que me acogieron como un hijo pródigo brindándome todo su apoyo y amistad.
 
En todo caso yo no iba a abrazar al apóstol ni ver mi nombre grabado en la Compostela. Mi precoz ateísmo me ponía a salvo de tales delirios místicos. Además, nunca me sentí atraído por los monumentos, las iglesias, catedrales o monasterios y todas esas historias de reyes, santos y beatos. Por el contrario, en mi se fue acrecentando el espíritu de rebeldía e inconformismo que me acompaña hasta el presente. Desde entonces me he dedicado a blasfemar en voz alta y cuestionar el poder establecido. Elegí ser un vagabundo sin Dios ni amo antes que un borrego más del redil.
 
El culto a Santiago apóstol no es más que un timo institucionalizado por la santa madre iglesia con el fin de engatusar a los incautos. Al cartel clerical lo que realmente le interesa es llenar a rebosar sus arcas con diezmos y limosnas. Esa corte de fariseos, por la gracia de Dios, se reserva el derecho a otorgarnos las indulgencias plenarias. Sin su bendición irremediablemente nos devorarían las llamas del infierno. Porque el catolicismo es una doctrina que se fundamenta en el terror, en sembrar miedo entre sus fieles para imponer sus dogmas de fe. Aunque parezca mentira esa mentalidad medieval prevalece, los señores feudales no han perdido un ápice de su poder y la plebe vive sumida en la ignorancia.
 
Glorificado sea tu nombre Santiago matamoros, Santiago matajudíos, Santiago mataindios Santiago matanegros ¡Santiago y cierra España! Santiago el mayor matón del reino que a la grupa de un caballo blanco le corta la cabeza a los infieles. El apóstol de la guerra y de la muerte, santo patrón de los ejércitos imperiales y verdugo justiciero de la España sacrosanta.
 
El mito del apóstol santo no es más que un fraude ¿cómo es posible que un idolillo de palo revestido de oro, plata y piedras preciosas pueda alcanzar tato poder?. Aunque parezca mentira a este fantoche lo han proclamado adalid del nacional-catolicismo, fuhrer supremo del fascismo españolista y caudillo del imperio hacia Dios. En su nombre se han cometido los crímenes más espantosos, con la espada y la cruz los conquistadores sometieron a los gentiles, esclavizaron a los bárbaros herejes, destruyendo pueblos y naciones y expoliando sus riquezas.
 
25 años después el Camino de Santiago no es ni sombra de lo que fue, la sociedad de consumo lo ha convertido en una atracción turística más; vendido y revendido, explotado por los especuladores, traficantes y matarifes. Y lo más terrible es que aquel mundo rural, la herencia de nuestros ancestros ha desaparecido para siempre sepultada bajo una pesada losa de cemento y asfalto.
 
El camino lo han reducido  a la mínima expresión, enjaulado con alambre de púas y muros gigantescos donde cuelgan carteles de « propiedad privada y perros bravos  »
 
El futuro no perdona y los caníbales enloquecidos devoran las entrañas a la tierra, construyen rascacielos, centros comerciales, autopistas, trenes de alta velocidad, polígonos industriales, condominios, campos de golf, hoteles, cloacas, letrinas, burdeles y camposantos.
 
Hoy 25 de julio las campanas de la catedral tocan a rebato, los gusanos, ladillas, piojos y garrapatas están de plácemes, los cuervos clericales lanzan sus graznidos: ¡alabado sea el becerro de oro y los siete pecados capitales! Con la bandera roja y gualda en alto se desata el orgasmo colectivo: ¡qué comience el festín! Entonces, se encienden las hogueras del kuklux klan mientras los alaridos de los condenados amenizan la función.
 
Hágase peregrino, gánese el jubileo, el xacobeo o el cachondeo, venda su alma al diablo. La marea negra de proxenetas, reyes, príncipes, furcias, banqueros, traficantes, vividores, ratas, machos cabríos y generalísimos celebran junto al satánico gurú del vaticano, Benedicto XVI, la macabra fiesta de aniversario. ¡Salud, brindemos con la sangre de Cristo! y postrados de rodillas ante su tumba juremos  fidelidad eterna al santo matón de España.
 
Carlos de Urabá 2010
Investigador de Colombia.

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