Ariel Sharon, según sus
biógrafos, fue el comandante más distinguido de las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel) o Tzahal en las guerras del 48, 56, 67 y 73 contra los árabes. Por su
fiereza y arrojo es considerado uno de los soldados más valientes de Israel,
genio estratega dotado de un extraordinario don de mando que le hizo merecedor
al título de “león de Dios” o “Dios de
Israel”
Una de las primeras matanzas de su prontuario homicida aconteció en el pueblo
palestino de Qibia en 1953 donde la unidad de asalto 101 su mando dinamitó más de 60 casas y aniquiló
a 69 de sus pobladores. Esta acción la justificó con el pretexto de que allí se
escondían peligrosos terroristas que lanzaban sus ataques a los kibutzin.
En el año 1982 cuando era
Ministro de Defensa de Israel ordenó la invasión del Líbano (operación “Paz para Galilea”) en respuesta a los constantes
ataques de los guerrilleros fedayines encabezados
por Yaser Arafat. Las tropas sionistas
ocuparon Beirut con el fin de destruir las bases de la OLP y expulsarlos
definitivamente del país. El día 16 de
septiembre 1982 se produce la famosa matanza de Sabra y de Chatila en retaliación por el asesinato del líder
falangista Bashir Gemayel. De
acuerdo al informe de la comisión Kahan,
Ariel
Sharon y el jefe del Estado Mayor Rafael
Etian son los directos responsables e inductores de la misma ya que dieron vía
libre a la Falange Cristiano Libanesa,
al mando de Hobeika, para perpetrar
este horroroso genocidio que se cobró la vida de más de 2000 refugiados
palestinos.
Este sanguinario matarife que ha
recibido las más altas condecoraciones de estado protagonizó uno de los episodios
más rastreros de su trayectoria con su
visita en el año 2000 al Monte del Templo o Explanada de las Mezquitas en Jerusalén que provocó el comienzo de la
Intifada de Al-Aqsa.
A nivel político se distinguió
por su ideología ultraderechista emparentada con el fascismo.
Como líder del partido Likud fue elegido primer ministro del año 2001 al 2006. No le tembló el pulso a la
hora de reprimir al pueblo palestino en las cruentas operaciones de exterminio acometidas
en la franja de Gaza y Cisjordania. Tan desalmado psicópata gozaba
con el sufrimiento de las miles de víctimas de su locura belicista ya fueran
niños, mujeres o ancianos. Su objetivo fundamental era la eliminación
sistemática de los líderes de la resistencia mediante los asesinatos selectivos
(misiles inteligentes disparados desde aviones o helicópteros) Además de
aplicar métodos carcelarios y torturadores sin que nada ni nadie se haya
interpuesto a sus designios. Ferviente promotor de la colonización sionista dio
luz verde a la construcción de los asentamientos obsesionado por judaizar los
territorios ocupados. Planificador de la
barrera de defensa o seguridad mejor conocida como el muro del Apartheid o de
Sharon, su obra magna y por la que será eternamente recordado.
Sharon o "Ary", para sus amigos, sentía una extraño amor por las excavadoras, es decir, por demoler las raíces del pueblo palestino y borrar toda huella de su pasado y de su historia con el fin de legitimar sus derechos sobre la "tierra prometida".
Se tiene previsto realizar en Jerusalén un gran desfile militar
presidido por Netanyahu y el
gobierno en pleno que le rendirán honores de héroe nacional de Israel. Seguramente
miles de ciudadanos se unirán al cortejo fúnebre de una de las figuras más
connotadas del sionismo en toda su historia. Un funeral en el que no faltarán las
muestras de exaltación a los valores más extremistas y reaccionarios.
No podemos ocultar nuestra rabia
al comprobar como un terrorista ha conseguido alcanzar las más altas cimas del
poder. El bárbaro genocida de Ariel Sharon ha muerto a los 85 años en la cama
del hospital Tel Hashomer de Tel-Aviv -tras permanecer en estado
de coma desde el año 2006- sin que haya
sido juzgado en los tribunales por sus crímenes de lesa humanidad. No podemos
decir que descanse en paz un amante de la guerra y de la muerte.
Carlos de Urabá 2014
Amman-Jordania
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